Prevención de riesgos laborales. Cuestión de competencias.

El concepto competencia ha sido llevado y traído en muchas ocasiones y desde diferentes perspectivas, cada una intentando aportar su granito de arena. De todas las definiciones, en mi opinión, la que más se ajusta a la realidad defendida en este artículo es la que define competencias (en general) como el “conjunto de conocimientos, aptitudes, habilidades, motivación, creencias, valores e intereses que hacen a una persona eficaz” (Fleishman, Wetrogen, Uhlman y Marsall-Mies, 1995).

De esta definición, a mi juicio, se diferencias dos tipos de competencias: (1) competencias técnicas; y (2) competencias diferenciadoras.

Las competencias técnicas quedan reunidas en los conocimientos y aptitudes. En el caso que nos ocupa, un “prevencionista” tendrá las competencias necesarias a través de su titulación en prevención (básico, medio, superior). Hasta aquí todos de acuerdo. Pero, ¿Son suficientes?. Es decir, ¿para prevenir los riesgos laborales de las personas con las que trabajamos en materia de seguridad y salud laboral, demostrar nuestros conocimientos técnicos nos hace lo suficientemente eficaces en nuestra tarea preventiva?. En mi opinión, no.

Hablar de la prevención de riesgos laborales, significa darle un fin. ¿ De qué y a quién pretendemos prevenir?.

El trabajador, en seguridad y salud laboral, puede ser considerado como agente pasivo o activo. Un trabajador como agente pasivo actuará de acuerdo a la normativa vigente (cuestión que anteriormente le habremos explicado). Sin embargo, ¿Cree este trabajador realmente en la importancia de su seguridad y su salud laboral?

El considerarle como agente pasivo nos lleva a determinar cual debe ser su manera de proceder en la prevención de los riesgos laborales, la normativa. Sin embargo, considerarle como agente activo significa entender que se trata, no sólo de un fin, sino de un medio. Conseguir su seguridad laboral a través de él mismo, de su conducta. Este es el camino más difícil, pero en mi opinión, el más certero.

Y es en este sentido donde entran en juego las competencias diferenciadoras, competencias que diferencian a los "prevencionistas" entre sí. Habilidades para hacer llegar la prevención de los riesgos laborales a sus destinatarios. Buscar motivos que “despierten” la conciencia del trabajador hacia su propia seguridad y salud laboral. Reunir actitudes y valores favorables hacia las conductas seguras y saber trasladarlas. Y por supuesto, tener un interés único: la prevención de los riesgos laborales.

En definitiva, a mi juicio, una persona que pretenda fomentar y desarrollar la seguridad laboral, debe ser conocedor de los aspectos fundamentales de la prevención, las técnicas analíticas con las que trabajará habitualmente, la normativa vigente en los diferentes campos de la prevención…. Y además, saber motivarse y motivar a los demás, cambiar actitudes, enseñar desde el ejemplo…

¿Somos  realmente eficaces en nuestra tarea “prevencionista”?