Motivación psicosocial. Arte y oficio.
Motivación psicosocial. Arte y oficio.
Los que trabajamos a diario con personas sabemos que la motivación no es fácil, pero tampoco imposible. Se trata de un oficio y un arte, el psicológico. Saber qué motiva y cuándo funciona en seguridad y salud laboral, reconocer nuestra conducta “desmotivante” y predicar con el ejemplo; en definitiva, pasar de los motivos a las acciones en la prevención de riesgos psicosociales es un reto que me he propuesto divulgar a través del taller “Motivación psicosocial. Arte y oficio”. Motivar tiene diferentes significados, fundamentalmente basados en lo que cada uno entendemos por esta necesidad. Y digo bien, necesidad porque, ¿a caso no nos movemos por necesidades?, el simple hecho de empezar a leer este artículo y llegar al final, ¿no es una satisfacción de unas expectativas?. En mi opinión, las de dar respuesta a la incertidumbre del significado de la motivación en prevención.
Reconocer que la confianza es un elemento motivacional es determinar que, muy probablemente, sólo nos motiven las personas de quienes confiamos. Y confiar en alguien significa que las palabras se las lleva el viento y son los ejemplos los que perduran en el tiempo. Interesarnos por este tema nos brinda la oportunidad de indagar en una serie de necesidades que, quizás, desconozcamos sobre la seguridad y salud psicosocial que tienen las personas que están a nuestro cargo. Y que simplemente su reconocimiento supone un paso muy importante en su prevención diaria. No podemos caer en la tentación de que la prevención (por sí misma) debería satisfacer necesidades laborales. En este sentido cabe citar que existen factores intervinientes en la motivación hacia la seguridad y salud psicosocial, y que su existencia no genera una satisfacción directa al trabajador, pero su inexistencia sí puede dar lugar a la insatisfacción. ¿Sabías que el logro, el reconocimiento, el trabajo por sí mismo son fuente de motivación mayor que el “simple” cumplimiento de normas y procedimientos?.
El café para todos es una utopía. El hecho de pensar que a todos nos motiva las mismas cuestiones es no darse cuenta de que las diferencias individuales son un aspecto sumamente importante. Unas personas se mueven por el logro, otras por el poder y finalmente, habrá a quien le motive las relaciones interpersonales en el trabajo. Para cada uno de ellos, la seguridad y salud psicosocial tiene un significado “práctico” diferente y saber qué les motiva a iniciar y mantener conductas seguras es la clave de su prevención frente a los riesgos laborales.
Al hablar de motivación lo hacemos desde el emisor al receptor, sin embargo ¿nos hemos cuestionado desde donde psicológicamente estamos motivando?. ¿Tenemos una conceptualización organizacional acorde a los recursos humanos actuales?. ¿Seguimos motivando desde viejas teorías impositivas?. De mis expectativas surge mi motivación, pero ¿la motivación de los demás?. Las personas escogemos entre distintas opciones de comportamiento en función de nuestros deseos, metas y necesidades. Entender esta cuestión da sentido a una motivación por y para las personas. Una retribución (no necesariamente salarial sino emocional) generará motivación si quien la recibe la entiende como justa y equitativa en función de sus aportaciones.
¿Existe el concepto del contrato informal en seguridad y salud psicosocial?. De ser así, ¿de qué depende?. Información, participación, coherencia, valores, creencias… en definitiva, compromiso hacia la seguridad laboral. Sin embargo, la otra cara supone confusión, indignación, esperanza inconsistente, desilusión, falta de cooperación….. y finalmente conductas de riesgo.
No es posible acabar un taller sin comprometernos profesionalmente en practicar lo aprendido. Cómo implementar el aprendizaje y en qué situaciones futuras influirá lo aprendido, son el cierre de un taller basado en poca teoría y mucha técnica grupal. Espero que os guste, y sobre todo que os resulte aplicable. A mi juicio, desde luego lo es.