Las cinco características del compromiso
Las cinco características del compromiso
Cumplir es ejecutar algo que se había dicho que se iba a hacer. Comprometerse va más allá de cumplir, supone poner en juego nuestras capacidades, es implicarse al máximo en una labor, dar un poco más, porque realmente nos importa y motiva lo que está en juego.
Podríamos decir que el cumplimiento es como la base del compromiso. Si pudiéramos representarlo mediante un termómetro, la parte de más baja temperatura sería el cumplimiento y la de más alta sería el compromiso. O sea, el cumplimiento es más bien frío, y el compromiso es más caliente. El cumplimiento es más racional y el compromiso más emocional, y para pasar de uno a otro se precisa poner fuerza, intención.
El compromiso también es un balance entre lo que se da y se recibe. Las personas se comprometen y ponen de su parte cuando confían en que van a recibir. Supone un balance entre dar y recibir. Por eso, si queremos que nuestros equipos se comprometan, primero tenemos que dar, para conseguir que confíen en nosotros.
Si queremos que nuestra organización pase del mero cumplimiento es decir, de sentir que incorporo la seguridad y salud porque lo dicen las reglas, las normas, porque estoy obligado, a quiero incorporar la seguridad y salud en mis funciones y mis tareas, porque merece la pena, porque es importante, es conveniente saber que supone el compromiso y que características tiene:
1. El compromiso nace de la libertad, no de la imposición.
Para pasar del cumplimiento al compromiso, las personas han de tomar la decisión de hacerlo, y los líderes han de manejar habilidades para influir en ello. Se trata de tomar conciencia, no de obediencia. La imposición no genera compromiso, la imposición genera resentimiento. La imposición lleva a las personas a tomar tres posibles actitudes: rebelarse, someterse o evadirse.
2. El compromiso se gestiona en la cercanía de las relaciones
Los líderes tienen la llave para ello. Es en la relación entre los miembros del equipo y el líder en dónde se mantiene y desarrolla la llama del compromiso.
3. El compromiso es sobre todo emocional, se siente.
Más allá de que la razón nos provea de argumentos para el compromiso o no, es el sentimiento el que finalmente decide. Es el compromiso emocional el que hace que las personas aporten más.
4. El compromiso se basa en la congruencia y en la honestidad.
Si los líderes no son congruentes entre lo que dicen y lo que hacen, inspirarán desconfianza en sus equipos, y por tanto, no habrá compromiso.
Más allá de nuestros roles y funciones en la empresa, somos seres humanos, estamos sujetos a cambios. No somos estáticos. Vivimos entre contradicciones e incongruencias. La cuestión es aceptar que podemos tenerlas, y en ese caso, ser honestos con nosotros mismos y con nuestros equipos. Esto nos volverá, paradójicamente, de nuevo congruentes.
5. El compromiso comienza por uno mismo.
Si quieres que tu equipo se comprometa, has de comprometerte tu primero. Es como si hubieras contraído una enfermedad que se llama compromiso. Inevitablemente, irás contagiando a los de tu alrededor (siempre y cuando éste sea genuino, es decir, no algo que digas, sino que vivas).
¿Estas dispuesto a comprometerte?