Mejor la inteligencia emocional que la inteligencia artificial

Mejor la inteligencia emocional que la inteligencia artificial

La inteligencia artificial está desorientando a los prevencionistas que esperan inútilmente que algún instrumento científico sustituya o potencie la atención, la concentración y la serenidad de trabajadores y conductores para evitar o paliar los riesgos de accidente. El trabajo que ha publicado Mayra Paterson en el espacio “Cuerpomente” de las redes sociales entrevistando a Daniel Goleman es una joya que debemos leer todos los prevencionistas y lo reproducimos con un aplauso para la periodista, porque nos recuerda que nunca una herramienta creada por algunos hombres podrá sustituir a la consciencia de todos y cada uno de las personas de la Humanidad.
10 Abril 2024

Daniel Goleman saltó a la fama a mediados de los noventa al publicar "Inteligencia emocional", un libro superventas que en su día convenció al mundo de algo que ahora tenemos más asumido: que la inteligencia también reside en nuestra capacidad para gestionar las emociones. Hoy, este profesor de psicología en Harvard cuenta en su haber con más de una decena de libros sobre psicología y meditación. Nacido en California en 1947, creció rodeado de los libros de sus padres, ambos profesores universitarios, quienes desde bien temprano despertaron su interés por la mente humana y la cultura oriental. Con 16 años empezó ya a meditar y actualmente todavía medita todas las mañanas durante una hora antes de ponerse a escribir. En Focus (Ed. Kairós) se centra en la atención y sostiene que la meditación constituye, precisamente, una de las mejores herramientas de que disponemos para entrenarla.

Advierte de que vivimos en un mundo lleno de distracciones que disminuyen la capacidad de atención y que esto puede tener consecuencias negativas en el aprendizaje y el rendimiento. Pero también puede tenerlas, sostiene, sobre nuestra estabilidad emocional, empatía y capacidad para sentirnos fluir, es decir, para entrar en ese estado de flujo que podría parecerse a la felicidad y que uno vive cuando se sumerge en una actividad que le depara placer y disfrute.

UN BIEN FUNDAMENTAL

—¿Por qué es tan importante cultivar la atención?
—Prestar atención es el ingrediente secreto de las cosas importantes que podemos llegar a hacer en nuestra vida, desde trabajar bien hasta amar bien.

–¿Qué clase de atención deberíamos cultivar?
—Hay muchos tipos de atención: cuál es más adecuada depende de la situación. Para trabajar, lo que se necesita es concentración. Para desarrollar la creatividad, una mente errante, que divague.

—El mundo que el ser humano está creando es un mundo que propicia la distracción frente a la atención. ¿Qué empuja al ser humano por este camino? 
—La tecnología digital provoca muchas distracciones y nos aparta demasiado fácilmente de las cosas en las que necesitamos concentrarnos. Creo que esto está erosionando nuestra habilidad para prestar atención a lo que hacemos y a las personas que nos importan.

LA PIEZA CLAVE DE LA SERENIDAD

—Las personas que se concentran con más facilidad suelen resultar menos vulnerables a las turbulencias emocionales. ¿Por qué?
—Los mismos circuitos cerebrales que nos ayudan a concentrarnos y a mantener la atención son los que a su vez nos permiten gestionar las emociones negativas.

—¿De dónde viene la fuerte tendencia de nuestra mente a divagar?
—El cerebro parece estar diseñado para pasarse la mitad del tiempo divagando de un pensamiento a otro. Existen varias teorías de por qué sucede esto, pero nadie sabe realmente cuál es la causa.

LA MENTE ATENTA Y LA MENTE ERRANTE

—Cuando la mente divaga suele conectarse más frecuentemente con emociones negativas que con emociones positivas. ¿Qué podemos hacer para cambiar esta tendencia? 
—La mente tiende a conectarse sobre todo con los problemas que afectan a nuestras relaciones personales. Cuando simplemente les damos vueltas y vueltas a esos problemas, –repitiéndonos con preocupación los mismos pensamientos una y otra vez como si fuéramos un disco rayado– no llegamos a ninguna parte. Para encontrar una solución constructiva hay que lograr centrarse y pensar en qué pasos se pueden dar para mejorar las cosas, dejando la preocupación atrás.

—A veces, como ha dicho antes, la mente errante puede jugar a nuestro favor, pues favorece la creatividad y la intuición. ¿Qué se necesita para que sea así? 
—Las ideas creativas surgen con mayor facilidad cuando se deja divagar la mente. Dejarla divagar, dejar suelta a nuestra mente errante, no tiene nada de malo. ¡Al contrario! El problema surge cuando necesitamos concentrarnos y esa mente errante puede más que nosotros, o cuando se instala en la negatividad.

—La mente atenta y la errante parecen excluyentes. ¿Qué proporción de cada una sería deseable en el día a día? 
—No hay una proporción fija que se considere mejor que otra. La clave estriba en prestar atención a aquello en lo que necesitamos centrarnos sin que nuestra mente de pronto se distraiga y se aleje. Una vez hemos hecho lo que teníamos que hacer, que la mente vague está bien.

CUIDAR LA EMPATÍA

—¿Cómo afecta nuestra capacidad de atención a nuestro nivel de empatía? 
—La empatía es una forma de atención: la que permite concentrarse en otra persona. Y es la base sobre la que se construyen las relaciones saludables. Hay quienes afirman que uno de los costes de la frenética búsqueda de distracciones a la que hoy en día nos enfrentamos consiste en la erosión de la empatía y la compasión. Cuanto más distraídos estamos, menor es nuestra capacidad para cultivar formas sutiles de empatía y compasión.

—Sostiene que la empatía puede tener un poderoso efecto calmante frente al dolor. ¿Por qué damos tanta importancia al hecho de sentirnos comprendidos? 
—Todos necesitamos sentir que somos lo suficientemente importantes para otra persona como para que nos preste atención, empatice con nosotros y nos comprenda. Es algo que necesitamos de nuestros padres cuando somos pequeños, y también de las personas a las que queremos cuando ya nos hemos convertido en adultos. Construye en nuestro interior una sensación de seguridad.

ENTRAR EN EL ESTADO DE FLUJO

—¿Por qué es más fácil concentrarse en lo que a uno le gusta y no tanto en lo que a uno no le gusta? ¿Se podría considerar el tiempo en que conseguimos mantener la atención como un indicador de felicidad?
—Nos conectamos automáticamente con aquello que nos hace sentir felices. El placer y la absorción plena en lo que nos gusta son indicadores emocionales del estado de flujo, y una de las claves para intensificar nuestra capacidad de fluir consiste en sintonizar lo que hacemos con lo que nos gusta. La concentración, independientemente de la forma en que la movilicemos o del modo en que lleguemos a ella, nos ayuda a fluir con la vida.

—¿Hasta qué punto es importante decidir en qué queremos centrarnos?
—Controlar en qué nos vamos a concentrar es signo de madurez y de autonomía.

—Se suele decir que deberíamos prestar atención sin juzgar. ¿Por qué es tan importante intentar no juzgar?
—Juzgarnos severamente a nosotros mismos –o a otras personas– despierta emociones negativas. Ahora bien, también tiene que haber espacio para las evaluaciones inteligentes, que no conllevan un sentimiento de culpa como los juicios negativos.

NIÑOS MÁS ATENTOS

—Entremos en detalles más prácticos. Insiste en la importancia de enseñar a los niños a cultivar la atención. ¿Qué recomendaría a los padres para que ayuden a sus hijos a desarrollar esta habilidad?
—Lo que recomiendo es fortalecer lo que los científicos llaman el «control cognitivo» en los niños. Consiste en la capacidad de mantener la mente centrada en lo que se tiene que hacer (por ejemplo, los deberes) y resistir la tentación de hacer otras cosas (como jugar a un videojuego en su lugar). Un ejercicio muy sencillo que se puede enseñar a los niños y que fortalece los circuitos cerebrales encargados de esta función es concentrarse en la respiración. Pero también ayuda que los padres insistan al niño en que haga sus deberes antes de dejarle que se ponga a jugar con la consola.

LA ATENCIÓN Y ESTRÉS

—Para un adulto, ¿la meditación es la mejor manera de entrenar la atención y cultivar la atención plena?
—Todos los métodos que entrenan la concentración pueden resultar beneficiosos, puesto que tener mayor capacidad para concentrarse ayuda a estar más centrado en el día a día y a gestionar mejor el estrés.

—¿Qué le recomendaría a alguien que no tiene tiempo o ganas de meditar?
—A quienes les falta tiempo les aconsejaría que prueben a empezar practicando solo cinco minutos. A quienes no tienen ganas, que no hace falta que lo intenten.

PRACTICAR MEDITACIÓN

—Y a alguien que quiera empezar a entrenar su atención diariamente, ¿por dónde le recomendaría empezar?
—A mí me resulta más natural meditar por la mañana, después de desayunar y antes de empezar la jornada.

—Cuando uno empieza a meditar o practicar técnicas de atención plena, es fácil que enseguida aparezcan los juicios. ¿Cómo se lucha contra esa tendencia de la mente a juzgar constantemente?
—Se puede tomar nota mentalmente de que eso es un juicio, decirse a uno mismo "es un juicio" y olvidarlo, soltar ese pensamiento y dejarlo ir. Si se consigue tomar suficiente distancia como para poner una etiqueta a esos pensamientos que van surgiendo, resultará más sencillo desprenderse de ellos.

—Si alguien está intentando concentrarse, ¿qué ha de hacer cuando se da cuenta de que se ha distraído? 
—Devolver la atención a aquello en lo que uno se está intentando concentrar.

AYUDARSE DEL CUERPO

—¿Qué se puede hacer cuando a uno le cuesta mucho concentrarse porque no puede parar de pensar en lo que le preocupa?
—Una meditación de conciencia sensorial, por ejemplo una meditación en la que se recorre el cuerpo para irse fijando en las sensaciones que se tienen, puede ayudar a apagar los pensamientos sobre aquello que nos preocupa.

DESCANSAR LA MENTE

—A veces es el cansancio mental el que nos impide concentrarnos. ¿Cuáles son las mejores maneras de descansar la mente?
—En primer lugar, hay que dormir lo suficiente: parece obvio, pero muchas personas van faltas de sueño. Una breve cabezada por la tarde revitaliza el cerebro. Hacer una pausa o tomarse un descanso en la naturaleza –yendo a pasear por un parque o junto a un poco de agua, por ejemplo– también puede resultar muy revigorizante.

—¿Por qué hallamos descanso mental en la naturaleza? ¿Qué tiene la naturaleza para producir ese efecto?
—En la naturaleza no hay distracciones negativas; solo paisajes tranquilos. La recuperación ocurre cuando pasamos de la atención esforzada, en la que la mente necesita eliminar las distracciones, a soltarnos y dejar que nuestra atención se vea capturada por cualquier cosa que se presente.

—Jon Kabat zinn nos dijo en una ocasión que meditar es una forma de amar. ¿Cómo contribuye la atención plena a la capacidad de amar?
—La capacidad de prestar toda tu atención a otra persona y el amor están estrechamente interconectados.

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