LOS DRONES: La movilidad en el aire tocando de pies a suelo
LOS DRONES: La movilidad en el aire tocando de pies a suelo
La cada vez más firme convicción de que es un hecho irreversible la circulación de vehículos autónomos (sin conductor) por espacios de superficie (coincidentes o no con las vías públicas convecionales) ha abierto el debate sobre las capacidades de los actuales profesores de formación vial de las autoescuelas para asumir la información y formación adecuada de los propietarios y responsables de los vehículos autónomos o de sus pilotos en caso de manejo a distancia sobre lo que el sector empresarial CNAE ha abierto lineas de estudio de adaptación de su actividad a las peculiaridades de la conducción autónoma cuando aun la normativa sobre la misma no se ha cerrado y en muchos aspectos ni se ha abierto.
Pero en pleno debate sobre la circulación del vehículo autónomo, la tecnología va abriendo frentes de manera frenética y acelerada poniendo sobre el tapete prototipos de modelos de vehículos automóviles autónomos y voladores avanzando en la línea de las reglamentaciones que se están produciendo en el manejo de los drones.
La utilización de los drones, tanto a nivel profesional como lúdico, está cada día más extendida y va a suponer el desarrollo y modificación de numerosas actividades, lo que se abre una importante expectativa de negocio para las autoescuelas a través de la impartición de formación de pilotos de drones como paso previo o intermedio para la formación de conductores (¿pilotos?) de vehículos de superficie con capacidad de volar.
En tal sentido el sector de las autoescuelas viene trabajando en la formalización de un acuerdo con empresas calificadas ATO autorizadas por AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aerea), con el fin de que las autoescuelas puedan incorporar la formación de pilotos de dron a sus centros. Para pilotar un dron desde el punto de vista profesional es obligatorio disponer de un certificado oficial para lo que es necesario realizar un curso homologado. La impartición de dichos cursos sólo puede ser realizada por una ATO dada de alta en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea para llegar a un acuerdo con ella que dé cobertura legal, conocimiento técnico y organizativo sobre el proceso de formación de pilotos de dron. El acuerdo tiene por objetivo que las autoescuelas se encuentren preparadas para la impartición de los cursos para la obtención del certificado oficial de piloto de DRONES bajo la cobertura de una ATO .Con el fin de garantizar la calidad del proceso formativo y diferenciar la oferta de las autoescuelas, se ha acordado con una Certificadora Internacional que supervise todo el proceso y certifique a los alumnos que han realizado el curso a través de las autoescuelas.
Se trata pues de que los formadores viales que deseen especializarse en esta modalidad tengan los conocimientos precisos mediante la realización de un Curso de formación de Formadores específico para pilotos de dron. En la parte teórica se estudian asignaturas de regulación y de normativa de las aeronaves, procedimientos operacionales (qué hay que hacer a la hora de volar un dron), conocimiento general de la aeronave (conocerla completamente, todo lo que lleva, motores, batería), navegación (tráfico aéreo), perfomance (rotores, planificación de vuelo, determinación de riesgos) , comunicaciones (ATL y fraseología, para comunicarte con la torre de control), meteorología (previsión meteorológica antes del vuelo), factores humanos (visión, cómo hacer los aterrizajes),… entre otros temas. La parte práctica consiste hacer volar el dron, en coger soltura y práctica con los despegues, vuelos y aterrizajes de la aeronave y con los mandos. Se realizan prácticas con un simulador y también existe la opción de prácticas con un dron para interiores para "hacer pulgares". Los que juegan a las videoconsolas ya tiene algo adelantado.
El vendaval tecnológico empieza a entrar en un esquema profesional que requiere de una organización clara y cualificada que sea coherente con las condiciones de fluidez, ordenamiento, regulación y seguridad de espacios de superficie y aéreos. En pocas palabras: la movilidad del futuro está en la puerta de la esquina.