Carta a un prevencionista

Carta a un prevencionista

Te propongo una visión en lo que entiendo debería ser la relación entre el prevencionista y el operario de una máquina. El técnico como consultor y el operario como cliente. Una consultoría relacional.
9 Febrero 2014

Schein define la consultoría de procesos como “un conjunto de actividades que realiza el consultor para ayudar al cliente a percibir y comprender los acontecimientos del proceso que se presentan en su ambiente, y a influir sobre ellos”. Según esto, sustituyamos la palabra consultor por técnico y cliente por operario. Sorprendente resultado, ¿verdad?.

Partamos de la idea de que las personas nos necesitamos mutuamente y con ello conseguimos añadir un valor a nuestras vidas. Vayamos un poco más allá y reconozcamos que la relación entre las personas (en este caso tu como técnico y el operario) se fundamentan en tres pilares: (1) influencia mutua, (2) interdependencia para conseguir objetivos, (3) construcción y significados compartidos. ¿Pones en duda que en alguna ocasión te has visto influenciado (aunque sea mínimamente) por lo que ha dicho o hecho un operario?. Si el director de seguridad te insta a conseguir unos objetivos, ¿la consecución de estos no dependerá en buena medida del buen hacer del operario si este a su vez consigue los propios?. A través de esta influencia mutua e interdependencia, ¿Se va transformando y enriqueciendo la información que cada uno posee y a la vez construyendo significados que terminan siendo compartidos?.

Como en todo proceso, es necesario afianzarlo, lo que yo llamo “introducir estacas de fijación” entre los niveles del proceso. Es por ello, te dejo unas pinceladas de cómo afianzar, a mi juicio, cada paso de este proceso.

Recuerda tres situaciones, que seguro has vivido, en las que el empleado necesitaba de tu colaboración:

(a)- “Mira Juan, en este puesto de trabajo no hay manera de sincronizar adecuadamente los movimientos. Necesito una organización, un protocolo de actuación, no sé, algo que no empeore el dolor de espalda con el que salgo todos los días del trabajo. Tu tienes conocimientos de ergonomía y sabrás como ayudarme”. En este ejemplo, el empleado cree saber lo que necesita, pero se desentiende de su aplicación. Digamos que traslada el problema al técnico. Él es el único que tiene la solución.
(b)- “Juan, yo no sé que está pasando, pero cada día salgo con un dolor de cabeza tremendo. Necesito que me digas qué estoy haciendo mal, porque esta situación está repercutiendo en mi vida familiar”. Como vemos, el empleado desconoce las causas del problema y pide al técnico que haga un diagnóstico de la situación y con ello encontrar la solución. De nuevo se desentiende de la solución.
(c)- “Juan, en mi opinión, para utilizar esta máquina deberíamos determinar que equipo de protección utilizar. Ahora mismo, tras la evaluación del riesgo no tengo claro que las medidas preventivas me vayan a proteger adecuadamente. Si quieres nos juntamos un día y lo hablamos”. El empleado participativo no delega en el técnico la solución del problema, sino que intenta compartir con él la solución.

Como ves, has tenido ante ti tres prototipos de operarios, situaciones mayoritarias (a y b) y minoritaria (c). ¿Quieres conseguir transformar las situaciones “a” y “b” en “c”?

Esteban Alonso Amo e Ignacio Gil Vallejo te proponen cinco técnicas a través de las cuales es posible iniciar el proceso.

  • Atenta escucha

Una norma imprescindible es escuchar con atención las palabras del operario. Yo, además, te propondría una cuestión, y es saber escuchar las emociones que están detrás de las palabras. Partiendo de esta premisa es posible que ambos os escuchéis, comprendáis y lleguéis a complementar los diferentes argumentos.

  • Indagación activa

Aceptar la propia ignorancia es clave para descubrir realmente cual es el problema de fondo. Debes saber preguntar y sobre todo indagar en la opinión que tiene el operario sobre las condiciones en las que trabaja. No se trata de oír quejas sino de aclara el origen de dichas quejas.

  • Indagación de confrontación

Propón diferentes vías de actuación, sácale de las percepciones que tiene e introdúcele en nuevas apreciaciones. El significado del trabajo en sí es diferente para el que lo realiza y para el que lo supervisa. Une diferentes perspectivas en una única esfera.

  • Indagación apreciativa

Es imposible que creas que los operarios sólo saben quejarse. No es justo. Seguro que también hacen cosas bien. Debes ganarte la confianza del operario apreciando y reconociendo su trabajo. Debes centrarte en las cualidades positivas que posee más que en los fallos que comete. Debes saber hacer preguntas relacionadas con lo que hace bien.

  • Retroalimentación deliberada

Una labor fundamental que tienes entre manos es demostrar al operario las consecuencias de su conducta. Consecuencias tanto positivas como negativas. De esta manera le estarás proporcionando un conocimiento que probablemente desconozca. Como se le ve desde fuera, que imagen da a los demás….. Todo ello con delicadeza, no olvides nunca que estás tratando con personas, no con máquinas.

Espero haberte podido ayudar. Si necesitas algo más ya sabes donde encontrarme.

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