DAVID G. NEWMANN: Conduzco después de un porro.... pasa algo?"

DAVID G. NEWMANN: Conduzco después de un porro.... pasa algo?"

Los efectos adversos de los porros (cannabis) sobre el comportamiento, función cognitiva y rendimiento psicomotor están relacionados con la dificultad de actividades complejas, tales como la conducción de automóviles o el pilotar un avión. Aun en pequeñas dosis.
27 Abril 2016

El Dr. Angel Tomás Camacho García, Medical Director  MD, PhD del Laboratorio Lema&Bandín, Fellow of the American College of Medical Toxicology y Coordinador nacional del área de Toxicología Clínica (AETOX) nos facilitó este trabajo sobre los cannabis y nos autorizó a su publicación en Agosto de 2014 junto con el muy importante estudio australiano del profesor David G. Newmann que se transcribe por su importancia para la seguridad laboral y vial en el momento en que la Dirección General de Tráfico advierte del incremento de conductores detectados bajo los efectos de cannabis en el repunte de accidentes del 2014. El elevado numero de lescturas nos anima a volverlo a publicar.

El cannabis es, con diferencia, la sustancia ilegal más consumida en Europa. Estudios recientes indican que entre el 3% y el 31% de los adultos (de 15 a 64 años) han probado la sustancia por lo menos una vez, siendo España uno de los países con una de las tasas de prevalencia más elevadas. El cannabis se obtiene de brotes florecidos de las plantas de cáñamo (Cannabis sativa var. Índica y var. Americana). El cannabis se consume habitualmente fumado en forma de cigarrillos llamados porros o canutos. La vía oral es menos empleada por su menor disponibilidad. El cannabis se convierte, al metabolizarse en el hígado, en el THC (tetrahidrocannabinol), el metabolito encontrado en orina.

 ¿Qué ocasiona el cannabis?

Si bien otras consecuencias de su consumo las pueden hacer nocivas para la salud, es la capacidad de alterar la normalidad psicomotora del individuo que se halla bajo sus efectos lo que las convierte en un constatado factor de riesgo para la aparición de todo tipo de accidentes, incluidos los de trabajo que, obviamente, pueden afectar al propio consumidor y a otras personas de su entorno.

El consumo de un cigarrillo de cannabis produce alteraciones del ánimo, la memoria -provoca pues alteraciones en el aprendizaje-, la coordinación motora, la capacidad cognoscitiva -la capacidad de razonar-, y distorsiona las percepciones, especialmente el sentido del tiempo. Procesos complejos, como la atención y el procesamiento de información necesarios para conducir vehículos o pilotar un avión, se alteran con dosis equivalentes a uno o dos cigarrillos de cannabis. Esta alteración persiste durante cuatro a ocho horas, aunque existen estudios en pilotos que demuestran como el manejo de un simulador de vuelo se ve claramente afectado hasta veinticuatro horas después de haber fumado un cigarrillo de cannabis, mucho tiempo después de que cualquier efecto subjetivo haya desaparecido.

¿Cómo se determina su consumo?

Se analiza en una muestra de orina. En personas expuestas a cannabis se pueden detectar en orina sus metabolitos durante más de una semana tras el consumo (en los casos de consumidores infrecuentes); en el caso de consumidores habituales puede dar positivo hasta cuarenta días después del último consumo.

Interpretación de los resultados: falsos negativos y positivos

Es importante tener en cuenta a la hora de interpretar un resultado que existen falsos negativos por:

 - Adulterantes: Se puede producir un falso negativo por contaminación intencionada de la muestra. Una gran cantidad de sal o la adicción de lejía o ácidos pueden alterar las muestras. Si se sospecha contaminación se medirá la osmolaridad y el pH en el laboratorio, lo cual nos dará información adicional.

 - Dilución: Se puede producir un falso negativo por dilución de la muestra (con agua obtenida de un grifo o bebiendo mucho antes de la prueba); la dilución con agua puede reducir la concentración de la droga a niveles indetectables (si se sospecha dilución, se medirá la creatinina y la densidad de la orina).

- Sustitución: Los adictos también pueden provocar falsos negativos por sustitución de la orina “sucia” por otra “limpia”. Recipientes con orina pueden ser camuflados en botas, voluminosas faldas, y cualquier cosa sobre el cuerpo. Esta es la razón por la que se debe medir siempre la temperatura de la orina en los siguientes cinco minutos tras la recogida. Si la muestra de orina no es producida en ese momento es muy difícil mantenerla a temperatura corporal, por lo que presumimos que ha sido sustituida.

También, es muy importante tener en cuenta a la hora de interpretar un resultado que existe la posibilidad de un resultado falso positivo en el caso de los denominados inhaladores pasivos (el humo que se desprende de los cigarrillos que contienen cannabis puede llegar a ser inhalado por personas que no los fuman, pero coinciden en un espacio físico con las que sí lo hacen). La inhalación pasiva supone la absorción de reducidas cantidades del principio activo, las cuales no producen efectos apreciables de ningún tipo pero, no obstante, sí pueden dar lugar a la detección en la orina de los correspondientes metabolitos.

 Nuestros resultados: durante el año 2011 hemos analizado 1840 muestras de las cuales 276 han sido positivas (15%). Estos resultados no hacen más que ratificar que nuestro país tiene una de las tasas de prevalencia más elevadas de Europa.

El cannabis: sus efectos sobre el rendimiento del piloto y la seguridad del vuelo

Dr. David G. Newman. Australian Transport Safety Bureau. 2003.

El 30 de marzo de 1983, un pequeño birreactor Gates Learjet 25 se estaba aproximando a su destino en el aeropuerto de Newark, EE.UU. El vuelo iba a una velocidad que superaba los 460 kilómetros, el máximo permitido para un vuelo por debajo de los 3000 metros. Durante la aproximación final, se produjo una maniobra de descenso vertical brusca de 300 metros por minuto. El avión rebotó durante el aterrizaje, viró a la derecha, golpeó el suelo con el ala derecha, e impactó posteriormente contra la pista. Ambos pilotos murieron. Ningún fallo mecánico fue identificado en la aeronave. El examen toxicológico y la posterior investigación de los pilotos evidenciaron que ambos habían consumido cannabis en las 24 horas previas al accidente. El deterioro intelectual de la valoración de los dos pilotos a consecuencia de las drogas fue catalogado como el factor que contribuyó a la causa de este accidente.

Pilotar una aeronave es una tarea compleja que requiere un alto nivel de habilidades psicomotoras y una plena capacidad cognitiva. El cannabis se ha demostrado que pone en peligro el rendimiento para tareas complejas. En 1973, un informe de la FAA (Federal  Aviation Administration) reveló que, en un período de 2 años, unos 500 del 1.000.000 de solicitantes de un certificado médico admitieron el consumo de cannabis previo. Las consecuencias de su consumo en los pilotos y la consiguiente posibilidad de la reducción de la seguridad del vuelo, son temas de una vital importancia.

La literatura de medicina aeroespacial tiene un pequeño número de estudios que han examinado el papel del cannabis en el deterioro del rendimiento del piloto. Lewis et al encontraron que el cannabis y la altitud puede producir efectos acumulativos en algunas tareas cognitivas. La capacidad de trabajo y la velocidad de respuesta disminuyen de forma clara a partir de una altura de 2500 metros, cuando se le añade el consumo de cannabis. Los autores consideraron que este hallazgo tenía claras implicaciones para la seguridad del vuelo. Meacham et al analizaron el desempeño de seis pilotos que fueron clasificados como ocasionales consumidores de cannabis “social”. Después de ser entrenados para volar una secuencia de vuelo específica utilizando un simulador de vuelo, los pilotos fueron sometidos a una dosis controlada de cannabis y placebo. Cada piloto voló bajo los efectos del cannabis y bajo las condiciones del placebo. Los resultados de este experimento mostraron que cada piloto sufrió un deterioro significativo en su rendimiento durante el período de 30 minutos después de tomar la droga, pero no después de tomar el placebo. La disminución del rendimiento de vuelo asociado con el uso del cannabis conlleva un incremento en el número de los principales errores de navegación (grandes desviaciones de altitud, una mayor desviación vertical y lateral en el rumbo requerido durante la aproximación a tierra, dificultades en el alineamiento y aterrizaje en la pista, e incrementos en los cambios sobre los alerones). En conclusión, los autores consideraron que la intoxicación con el cannabis era incompatible con la operación segura de las aeronaves.

Janowski et al informaron que el consumo de cannabis social entre los pilotos encuestados no era raro, y que algunos pilotos admitieron haber volado bajo sus efectos. Estos autores llevaron a cabo un estudio en el que participaron 10 pilotos, todos ellos experimentados fumadores de cannabis “social”. Siete eran pilotos profesionales y tres eran pilotos privados. Los pilotos fueron entrenados en una secuencia de vuelo específica en un simulador de vuelo antes de ser sometidos a dos tests (uno con una dosis controlada de cannabis y el otro con un placebo). Los resultados de este experimento confirmaron el trabajo anterior de Meacham et al. El cannabis causó un deterioro de las habilidades de vuelo y del rendimiento, que se reflejó en una merma de la seguridad, con un mayor número de errores. Los efectos agudos del cannabis se observaron que persistían durante 2 a 6 horas después del consumo. Estos efectos incluyeron alteraciones en la concentración, y en algunos casos una pérdida completa de la orientación. También el comportamiento de la atención cambió en algunos pilotos, prestando atención a una sola variable con una absoluta exclusión de las otras. La distorsión temporal, conocida consecuencia de la exposición al cannabis de forma aguda, también se apreció con algunos pilotos, incapaces de decir durante cuánto tiempo habían estado volando. Esto ocurrió a pesar de la presencia de un cronómetro y de instrucciones escritas para la secuencia de vuelo.

Para finalizar, Yesavage et al examinaron si el cannabis tenía un efecto persistente a las 24 horas, y causaba un deterioro en las habilidades del vuelo y el rendimiento. En su estudio, 10 pilotos consumidores de cannabis fueron entrenados durante 8 horas en un simulador de vuelo en una tarea de aterrizaje. A continuación fumaban un cigarrillo de cannabis con un contenido de THC (tetrahidrocannabinol) de 19 mg, lo que equivale a una “dosis social”. Su comportamiento durante el aterrizaje en el simulador de vuelo fue evaluado hasta 24 horas después de haber fumado. Los resultados de este experimento mostraron que, 24 horas después del consumo, hubo significativos efectos sobre el rendimiento del piloto después de fumar un simple cigarrillo de cannabis. Así, la desviación lateral en la aproximación a tierra fue casi dos veces superior que la de la prueba de pre-cannabis, con un significativo incremento en la distancia desde el centro de la pista en el momento del aterrizaje (incluso un piloto aterrizó fuera de la pista).

Pero quizás lo más preocupante de estos hallazgos fue que los pilotos no eran conscientes de ningún deterioro de su capacidad para volar a las 24 horas tras el consumo. Leirer et al examinaron la interrelación entre el cannabis, la edad y la dificultad de la tarea, y encontraron que había un claro efecto adverso. Los pilotos de más edad tenían un peor rendimiento que los pilotos más jóvenes en situaciones climatológicas adversas, inmediatamente tras la exposición al cannabis. Pilotar una aeronave es una tarea compleja que es altamente dependiente de la memoria de trabajo (o memoria a corto plazo). En consecuencia, la tarea de volar puede estar disminuida por la limitación de la capacidad de procesar la información presentada a los pilotos durante el vuelo, inconveniente que es mayor en los pilotos más veteranos.

Los efectos del cannabis en el rendimiento del piloto se han demostrado que se producen hasta 24 horas post-exposición. Estos resultados nos llevan a la conclusión que la combinación de un significativo descenso de su rendimiento y la subjetiva falta de consciencia de tal deterioro es una condición peligrosa en los pilotos. Esto enfatiza el hecho de que los consumidores que operan con maquinas complejas como los pilotos, no pueden confiar en su propio juicio en cuanto a si son plenamente capaces de realizar las tareas requeridas.

Sobre la base de los datos disponibles, parece que la reducción del rendimiento y habilidades es máxima durante las primeras cuatro horas después del consumo de cannabis, y aunque su rendimiento mejora después de este periodo, todavía hay un deterioro residual en las subsiguientes 24 horas. La combinación de este deterioro y factores tales como un aumento de la dificultad de la tarea (condiciones climatológicas adversas por ejemplo), pueden dar lugar a una importante reducción de la capacidad de los pilotos y, como consecuencia, de la seguridad del vuelo.

Agradecemos las aportaciones de los Dres. Camacho y Newmann a nuestro blog.

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