El liderazgo de los vehículos de hidrógeno : un proceso irreversible.

El liderazgo de los vehículos de hidrógeno : un proceso irreversible.

El proceso de invasión del hidrógeno como factor energético de un futuro inmediato es imparable porque en teoría el H es el elemento más abundante y más limpio y está destinado a sustituir a sus competidores (el Carbono y el Oxígeno) por el rendimiento de su uso a partir de que se extiendan su disponibilidad en baterías y en hidrogeneras.
3 Agosto 2022

En la lucha de las grandes potencias público-privadas por introducir y dominar el sector de la energía con el hidrógeno si logran sobrevivir al abandono de los derivados del petróleo, ya nadie duda de que es un proceso irreversible y que, aunque parezca pronto, no se puede esconder al usuario individual de los vehículos y a los sistemas de transporte terrestre, marítimo y aéreo, que invertir en cualquier otra fuente de energía que no sea el hidrógeno es un despilfarro, lo cual puede acabar acelerando el proceso del cambio a partir que las reservas de Hidrógeno y su distribución sean prioritarios en los objetivos del futuro de la movilidad. En esta coyuntura no es de extrañar que los especialistas del motor como Martí Figueras hablen con claridad en sus artículos de que “los vehículos propulsados por hidrógeno están llamados a ocupar un lugar preferente en el nuevo escenario que dibuja la automoción del futuro, aunque su elevado precio y la falta de estaciones de recarga frenen su avance y prevé un largo camino por recorrer”. La lectura del artículo de Figueras que reproducimos no nos deja lugar a dudas sobre el hecho de que las ventajas del Hidrógeno acelerarán su sustitución sobre las fuentes de energía convencionales hasta ahora.

“La industria del automóvil sigue avanzando hacia una movilidad sostenible y sin emisiones. El cambio de paradigma es ya una realidad, y en Europa, el Pacto Verde aprobado por la Comisión Europea está acelerando el proceso. El acuerdo establece que en el 2035 todos los vehículos nuevos matriculados serán de cero emisiones. A grandes rasgos, la decisión adoptada por los eurodiputados conlleva la eliminación de los vehículos de gasolina, diesel y gas (aunque cuenten con un motor híbrido) y su sustitución por versiones eléctricas, más respetuosas con el medio ambiente. Un vehículo equipado con uno o varios motores eléctricos no necesariamente se alimenta de electricidad. Si bien esta es la idea preconcebida que tienen muchas personas que asocian el coche eléctrico con una batería que se carga a través de electricidad convencional, existe otra fuente de alimentación para este tipo de vehículos: el hidrógeno.

El coche de hidrógeno es un vehículo eléctrico 100% sostenible, como los que se enchufan a una toma de corriente. La principal diferencia es que recibe la energía de una pila de combustible, un componente que está instalado en la parte delantera del vehículo y que es, con diferencia el elemento más caro del vehículo. Cuando el hidrógeno almacenado en los depósitos del coche pasa a la batería, se descompone en protones y electrones. El flujo de electrones creado en la pila de combustible de hidrógeno proporciona electricidad para alimentar al motor eléctrico, mientras que los protones reaccionan con las moléculas de oxígeno del aire generando vapor de agua, que es la única emisión que se expulsa por el tubo de escape.

POCA OFERTA

A pesar de las ventajas que el coche de hidrógeno proporciona desde el punto de vista ecológico, ésta es una tecnología aun muy poco explotada. Por ahora solo dos fabricantes, Toyota y Hyundai, ambos asiáticos, están haciendo una apuesta firme y decidida por el coche de hidrógeno. La marca japonesa tiene desde el 2014 sobre el asfalto un modelo, el MIRAI, capaz de recorrer un millar de kilómetros con solo una carga de hidrógeno, mientras que los surcoreanos del Hyundai ofrecen el NEXO, con una autonomía de 666 kilómetros. Otras compañías como el Grupo Stellantis propietario de marcas como Citröen, Peugeot y Opel, preparan una ofensiva para entrar en el mundo del Hidrógeno con una amplia gama de vehículos.

El elevado coste del coche de hidrógeno (los modelos más económicos cuestan alrededor de 65.000 euros) es uno de los motivos que frenan por ahora su expansión. Pero no es el único. Si en el 2020 en España solo se vendieron 7 ejemplares que utilizan esta tecnología no fue a causa del fuerte desembolso que representa su adquisición sino, más bien, por la falta de infraestructura de recarga. Actualmente solo existen seis estaciones donde repostar hidrógeno en nuestro país (ubicadas en las provincias de Albacete, Ciudad Real, Huesca, Madrid, Sevilla y Zaragoza) y solo las tres últimas son de uso público. Hoy por hoy, España está lejos de otros países europeos, en especial Alemania y Francia en la instalación de hidrogeneras. La Hoja de Ruta del Hidrógeno diseñada por el Gobierno español prevé la creación de una red de más de 100 estaciones de repostaje para el 2030 repartidas por todo el territorio nacional. Una medida que va a ir acompañada por las plantas de Naturgy que prevé instalar 40 hidrogeneras antes del 2025. Si se cumplen las previsiones del Ejecutivo en lo relativo a las infraestructuras, no es descartable que en el 2030 ya se contabilicen hasta 7.500 vehículos ligeros y pesados impulsados por hidrógeno y alrededor de 200 autobuses de pila de combustible de hidrógeno renovable en el parque móvil español.

CARGA RÁPIDA

Antes de que los coches de hidrógeno representen una opción firme particular es por falta de centros de abastecimiento, lo más probable es que el impulso de esta nueva tecnología llegue de la mano de los transportistas. Camiones y furgonetas, así como vehículos destinados al transporte de personas, así como autobuses, taxis y VTC, serán los encargados de liderar esta nueva opción de movilidad ecológica y sostenible. Respecto a los vehículos que se mueven con electricidad , los de hidrógeno ofrecen más autonomía con una sola carga y son más rápidos en recargar. La operación de repostaje se realiza en apenas 5 minutos, un rango de tiempo que los eléctricos todavía están muy lejos de ofrecer.

Respecto a la seguridad, si bien es cierto que el Hidrógeno es altamente inflamable a alta presión, requiere de la presencia de oxígeno y una fuente de energía que genere ignición. Además, al utilizarse en estos casos un hidrógeno de gran pureza, el riesgo de incendio disminuye notablemente. Si se produce una fuga, tampoco representa un grave peligro, ya que es un elemento muy volátil y se disipa con facilidad sin llegar a concentrarse en cantidades suficientes de riesgo.

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