Adiós a las barreras de peaje… bienvenido el pago via satélite.

Las concesiones de las autopistas de peaje en España van  finalizando y con ello se entra en un nuevo período en el que los Gobiernos responsables de las redes viales de alta capacidad deben de hacerse cargo de todos los costes de mantenimiento y mejora de las condiciones de vialidad de los 1.100 kms de autopistas de peaje revertidas (aun quedarán 2.207 kms por revertir), de los 905 kms de autopistas de accesibilidad urbana existentes y de los 14.130 kilómetros de autovías hasta ahora libres de pago directo por su uso. Por ello se ha anunciado por el Gobierno la propuesta de un Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en el que se contempla implantar un sistema de pago por el uso de la referida red vial interurbana de alta capacidad, y con ello se ha abierto un gran debate en los medios de comunicación donde han aparecido las posturas de las entidades profesionales y también, por supuesto, la voz de los usuarios mediante sus asociaciones o clubes que han aprovechado para recordar los 50 años de pagos de peaje de algunos territorios sacrificados con barreras de las Concesionarias desde los mismos límites de las ciudades mediterráneas en comparación con los 50 años de autopistas y autovías libres de la capital cuyos usuarios consideran injusto tener que pagar por circular a partir de ahora, olvidando que los costes de circular libremente hasta ahora por las autopistas y autovías sin peaje eran pagados por todos los conductores del país. Estos “agravios territoriales que hemos tenido hasta ahora” los destaca el RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) con sus 800.000 socios, en un debate efímero porque lo pasado, pasado está y ahora hay que diseñar las fórmulas de continuidad más adecuadas para una movilidad general mejor y también digámoslo en MAYÚSCULAS, un tráfico MÁS SEGURO. El RACC resume su posición en que pague el que más circule y el que más contamine.  

De los medios de difusión hemos obtenido el resumen del modelo de pago por uso de la vía que define el catedrático de Ingeniería del Transporte de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) José Manuel Vasallo (ver en La Vanguardia del 25.04.2021 el artículo presentado por Eduardo Magallón y Pilar Blázquez): “Es un peaje más blando y sin barreras que está enfocado a la financiación de la red de carreteras y a la política comunitaria de pago desde la perspectiva de recuperación de costes y de mejora medioambiental”. La Asociación Española de la Carretera (AEC) cuantifica en cifras muy elevadas el déficit de obras de mantenimiento en las autovías a partir de los recortes presupuestarios nacidos en la crisis económica de 2008, lo que motiva la necesidad de encontrar un mecanismo de obtención de la financiación que resuelva los importantes deterioros de la red de autovías. Las empresas constructoras (SEOPAN) apoyan fórmulas para lograr más ingresos para obras y mantenimiento. El Presidente de AEC Jacobo Díaz propone imponer “un bonus que gracias a su tecnología y su validación por satélite, permita la máxima flexibilidad para perfilar usuarios e incentivar políticas medioambientales” lo cual está en sintonía con las recomendaciones de la Unión Europea. El “bonus” debería contar con una franquicia gratuita de 10.000 kms para cada ciudadado (con lo que el 40% de la población nunca pagaría)  que podría llegar a 50.000 kms o el nivel que el Estado establezca para los transportistas (criterio que comparte y refuerza Fenadismer como Federación Nacional de Asociaciones de transporte de España cuyo Presidente Juan José Gil destaca que España es un país periférico, no de tránsito como lo son los países centroeuropeos).  A partir de ahí se empezaría a pagar, pagando el que más kms recorre, un precio que podría modularse según las emisiones del vehículo para incentivar los menos contaminantes.

El peaje blando ya ha venido siendo aplicado en Cataluña en los tramos de Autovía de la Generalitat como el de Granollers-Vic-Ripoll  y por ello es destacable el criterio que mantiene el Consell Assessor d’Infraestructures de Catalunya cuyo Vicepresidente Joaquim Llansó estima que el canon por kilómetro para cada coche podría estar en los 0,02 euros lo que aplicado para un viaje de 100 Kms entre Barcelona y Tarragona o entre Barcelona y Girona el coste para cada vehículo sería de 2 euros (el peaje hasta ahora con barrera de la Concesionaria es de 9,50 euros).lo que extendiéndolo a toda la red de vías de alta capacidad podría llegar a ser del orden de entre un 20% y un 25% del coste actual. “El control de los peajes se podría hacer por vía telemática implantado arcos de detección de vehículos a lo largo del trazado, como hizo Portugal tras la anterior crisis económica, lo cual se tuvo la oportunidad de hacer en España de haberlo implantado al finalizar los períodos de concesión de las autopistas hasta la fecha”.

Un segundo modelo, muy extendido en Europa y defendido en España por la Generalitat de Catalunya en el de la “viñeta”, por el cual cada vehículo paga una tarifa por circular y coloca un distintivo en el coche. Es el más sencillo pues apenas genera costes de gestión pero la UE prefiere el control vía satélite porque facilita la gestión del tráfico desde el punto de vista medioambiental o de organización de los flujos. Este sistema es fácil de aplicar pero desperdicia la oportunidad de controlar los parámetros de la conducción segura que es incorporable vía satélite en base a las aportaciones que la Unión Europea facilita con su Proyecto Galileo. Bastaría empezar con la velocidad e incorporar los excesos al registro general de conductores e infracciones en concordancia con el sistema del permiso de conducir por puntos.