Cómo actuar ante la agresión en Sanidad

Objetivos: Analizar la distintas medidas a adoptar por parte del personal sanitario durante y después de sufrir una agresión para prevenir o minimizar las consecuencias físico-psíquicas de la misma. Metodología: Análisis de estudios publicados desde 2009 a 2015 por el Ministerio de Interior Español, la Organización Médica Colegial de España, Colegios de Enfermería de España, Sindicatos Españoles y La Organización Mundial de la Salud, y los principales cambios legislativos aplicables en éste periodo. Resultados: De forma gráfica explicamos las posibles medidas a tomar durante y tras la agresión para prevenir o minimizar las consecuencias de la misma, para que el agresor no quede impune y el agredido pueda volver a la normalidad. Conclusiones: La violencia ocupacional es un fenómeno emergente dentro de los riesgos laborales y especialmente entre el Sector Sanitario y los Servicios de Urgencias. En los últimos cinco años se han contabilizado más de 2000 agresiones a médicos en España, en ocho de cada diez casos con lesiones físicas. Colaborando toda la sociedad podríamos evitar muchas agresiones y es necesaria la denuncia como elemento disuasorio y ejemplarizante para el agresor, en esta línea el 26 de Marzo de 2015 el Congreso de los Diputados de España aprobó la reforma del artículo 550 del Código Penal por el cual agredir al médico es “atentado contra la autoridad” siendo constitutivo de Delito conllevando peña de hasta 4 años de cárcel
Main Author: 
Héctor Dionisio
Pellín Bermúdez
Asepeyo. Hospital La Cartuja. Sevilla
España
Co-authors: 
Isabel
Morilla Camacho
Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla
España
Inmaculada
Rubio Vera
Servicio Andaluz de Salud de Sevilla
España

Introducción

Las agresiones a personal sanitario son un grave problema que conlleva una importante repercusión en este colectivo de trabajadores. Son además algo relativamente nuevo, este problema era desconocido hasta hace poco tiempo y ha permanecido silenciado por su escasa denuncia (Gerberich SG et al., 2004).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que uno de cada seis trabajadores enferma por maltrato en el ámbito laboral (Villarreal Benitez D, et al., 2010). Uno de los riesgos a que está sometidos los trabajadores en el desempeño de su actividad diaria es consecuencia de la interacción con otras personas, la cual puede derivar en comportamientos agresivos o de sometimiento o maltrato. No se trata de hechos aislados o que acontezcan alguna vez en un centro hospitalario, sino algo que se repite con demasiada frecuencia en Urgencias y en Centros de Atención Primaria. En España la necesidad de investigación científica es muy importante por ser, un problema emergente y muy preocupante, ya que la alarma que genera es extraordinaria (Caldwell MF. 1992)

En la actualidad, la violencia, es un fenómeno sociocultural que alcanza a múltiples ámbitos: violencia de género, violencia infantil, violencia política, violencia étnica violencia escolar, y cómo no, violencia en el ámbito laboral. Aunque el trabajo se ha considerado clásicamente como un ambiente benigno y libre de violencia, nuestra concepción del problema ha cambiado hacia el concepto de que la violencia laboral no es un problema individual y aislado (Martínez León M. 2011).

(Martínez Pereda JM., 2005) comentaba que en no mucho tiempo se ha pasado de recibir en los diferentes medios de comunicación noticias de reconocimientos a nuestros médicos, a las reiteradas informaciones sobre agresiones físicas y verbales de los facultativos y demás sanitarios en el ejercicio de su profesión en España.

Su rápida evolución en España, como recoge (Alarcón MJ et al. 2005), parece corresponder a un patrón de creciente violencia interpersonal observada en diferentes ámbitos de nuestra sociedad (Grant. 1995), familia, educación, medio laboral, ocio, etc.

Los colegios profesionales sanitarios en España, las Consejerías de Sanidad de distintas Comunidades Autónomas y las Organizaciones Sindicales abanderan desde hace años la defensa de sus víctimas, han resaltado en múltiples ocasiones la importancia de denunciar estas agresiones. Pero sin duda esta denuncia debía ser recogida y procesada por el mundo judicial donde habían de producirse “cambios” importantes para evitar que cayeran en “saco roto”. Ha sido una larga lucha, a finales de 2007 el Tribunal Supremo de España dictó una sentencia muy esperada por los sanitarios en la que calificaba “la agresión al profesional sanitario público como delito de atentado a funcionario” (sentencia 103/2017 de 4 de diciembre de 2007), Recurso 759/2007 del Tribunal Supremo, Sala Segunda: Sala de lo Penal). Recientemente se ha culminado el éxito de este largo camino con un importantísimo cambio legislativo, la publicación de la Ley Orgánica 1/2015 del 30 de Marzo, que “modifica el Código Penal del Reino de España”, entre sus modificaciones está la del artículo 550, “Nueva definición de atentado y alteración del Orden Público”: se recoge de manera específica que “en todo caso, se considerarán actos de atentado los que se cometan contra funcionarios de Sanidad de Educación en el ejercicio de sus funciones o con ocasión de las mismas”. Esta nueva Ley entra en vigor en Julio de 2015.

Estos cambios introducidos por el poder judicial y legislativo posteriormente suponen la culminación de un proceso que brinda protección jurídica al personal sanitario, al equiparar su situación durante el desempeño de sus funciones a la de la autoridad pública o cualquiera de sus agentes, lo cual desde el punto de vista penal, otorga mayor dureza a la persecución de este tipo de episodios violentos contemplándose la prisión para los reos de delito de “atentado contra funcionario público” al ser las penas de hasta 4 años de cárcel. Esto supone un doble cambio, por una parte cumple una misión disuasoria intentando evitar futuras agresiones, por otra parte adapta la pena al delito ya que con anterioridad se venían enjuiciando como meras “faltas penales” susceptibles de muta diaria.

La agresiones a profesionales de servicios sanitarios, por usuarios, familiares y acompañantes, es otra manifestación de una intolerancia creciente, no sólo en España sino de forma global. En Europa la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo incluye entre los factores de riesgo y problemas de salud en el sector de la atención sanitaria la “violencia de público”.

En América Latina se llevó a cabo la mayor encuesta “on line” (www.intramed.net) con la participación de 30.000 médicos, más de la mitad de los médicos encuestados (54,6%) refirió haber sufrido alguna agresión.

En España, los estudios que se han realizado y que se refieren a personal médico, demuestran que la tasa de agresión es de 0,2/100.000 actos médicos. Los actos violentos contra los facultativos están aumentado de forma preocupante en todo el territorio español. Según los Sindicatos médicos unos 8000 médicos españoles han sufrido agresiones por parte de sus pacientes, lo que corresponde al 4% del total. El 60% de los 200.000 médicos que hay en España han recibido amenazas. De ellos un 4% al final padece secuelas psíquicas (Martínez León M. 2010)

La Organización Médica colegial quiere atajar este gravísimo problema antes de que adquiera tintes más preocupantes, para ello creó el “Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial” en el ámbito sanitario como medida pionera en todo el territorio nacional de lucha contra esta lacra para la que se pide “tolerancia cero”.

Ante este nuevo escenario es obligado recordar a todos los profesionales sanitarios la necesidad de denunciar estos hechos y ponerlos en conocimiento de su Colegio, junto con los elementos de prueba y testigos que puedan aportar como base de la acusación.

En España la comunidad con mayor tasa de agresiones es Andalucía y el grupo de edad más agredido es entre los 45-55 años, observándose un menor número de casos entre médicos mayores de 56 años y en los jóvenes.

El ámbito dónde se producen más agresiones es en Atención Primaria 57% más otro 8% en los Servicios de Urgencias Extrahospitalarias lo que equivale a que prácticamente, el 65% de las agresiones se acumulan en dicho nivel asistencial, le siguen con un 12,3% las agresiones en el Hospital y 12,07% en Urgencias Hospitalarias, siendo el sector público más castigado con el 90,63 % de las agresiones frente al 9,38% del sector privado (El observatorio de Agresiones ha registrado en 2014 un importante repunte en agresiones en el sector privado).

No existe un perfil destacado de agresor y cabe destacar que sólo el 9% tenían antecedentes psiquiátricos y sólo el 8% de toxicomanías.

La violencia afecta a las víctimas y afecta a las empresas, por ello la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) insta a los hospitales a que asuman responsabilidades en prevención de la violencia y recomienda clarificar a los pacientes que no se acepta ningún tipo de violencia, establecer un programa de formación para los trabajadores, adecuar la plantilla de profesionales, incrementar la vigilancia y seguridad, elaborando protocolos y registro de agresiones (Ortells Abuyé N. et al. 2103).

Debemos pues tener presente este riesgo emergente de primer orden en el colectivo profesional sanitario. Desde el mundo de la Prevención debemos tenerlo en cuenta y saber abordarlo, más aun cuando a pesar de los cambios legislativos y judiciales logrados quedan como asignatura pendiente en opinión de la Organización Médica Colegial no haber logrado una ley específica que también considere como agresión las injurias, vejaciones coacciones y amenazas.

Este abordaje hemos considerado debería ser doble: por una parte la prevención primaria, es decir prevenir la agresión, por otro lado la prevención secundaria, cómo actuar una vez la agresión se ha producido en aras de intentar minimizar las consecuencias, posibles secuelas y que el agresor quede impune.

Objetivo

Analizar las medidas que deben tomarse durante y después de una agresión a personal sanitario.

Metodología

- Análisis de los resultados estadísticos ofrecidos por el Ministerio del Interior del Gobierno de España entre los años 2009-2014 referentes a agresiones a personal sanitario

- Análisis de las recomendaciones y datos facilitados por la Organización Médica Colegial de España.

- Análisis de los datos ofrecidos por distintas fuentes sindicales españolas

- Análisis de los datos y recomendaciones ofrecidos sobre agresión a personal sanitario por la Organización Mundial de la Salud.

Resultados

Hemos observado en las fuentes consultadas el siguiente conjunto de medidas en los cuales parece haber consenso:

Medidas a tomar durante la agresión:

  • 1. Preveerla: Es importante evitar en lo posible situaciones de discusión, retraso en la asistencia médica, y cualquier otra relacionada con riesgo de agresión, asimismo deben saber reconocerse en el paciente, su familia o acompañantes signos sugestivos de riesgo de agresión como: palidez en el rostro, mirada fija, sudoración, expresión de ira, etc.
  • 2. Intentar mantener la serenidad y aplicar estrategias de comunicación y contención.
  • 3. Llamar a una tercera persona que acompañe durante el acto médico o a un agente de seguridad si está disponible. La misión de dicha tercera persona es fundamental, tanto como disuasor como de testigo si la agresión se produjera.
  • 4. Usar el timbre de alarma o “antipánico” ante la más mínima duda de posibilidad de inicio de agresión.
  • 5. Salida del escenario del acto médico, para lo cual los lugares de alto riesgo de agresión deben poseer una segunda salida que debe mantenerse siempre libre y “no bloqueada”.
  • 6. Si la agresión se ha producido aviso inmediato a la Seguridad Privada del centro y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado competentes.

Medidas a tomar tras la agresión:

  • 1. Acudir a Urgencias de su centro sanitario, donde se realizará tras la valoración y tratamiento necesario el consiguiente Parte Judicial de Lesiones y Comunicación de Accidente de Trabajo.
  • 2. Acudir a Salud Laboral de su empresa desde donde se coordinará las acciones por parte de la empresa para tratar los efectos de la agresión y se pondrá en marcha el “protocolo de agresión” con asistencia médicopsicológica necesaria en cada caso a fin de minimizar el riesgo de estrés postraumático, disminución del rendimiento profesional y desmotivación frente al trabajo.
  • 3. Recabar información, testigos y documentación gráfica.
  • 4. Comunicar a la Dirección del centro de trabajo lo sucedido, a los sindicatos, y a través de ellos, si se considera necesario a la prensa.
  • 5. Comunicar el incidente al Colegio Profesional: Los colegios disponen de recursos útiles estos casos como son: asesoramiento médicopsicológico, asesoramiento jurídico, debe cumplimentarse el Registro de Agresiones cuyos datos figurarán en el Observatorio de Agresiones.
  • 6. Denunciar el hecho ante la Policía Nacional, fiscalía, juzgado o Guardia Civil. Para salvaguardar la custodia de los datos de carácter personal, como dirección, etc,  del personal agredido se aconseja poner en la denuncia como dirección bien la del colegio profesional o la del bufete de abogados o Notaría de confianza.  Este detalle debe conocerse y difundirse ya que minimiza para el profesional el “miedo a represalias tras la denuncia” causa frecuente de que el profesional agredido desestime denunciar.
  • 7. Proceder a suspender la posibilidad de relación médicopaciente, cambio del paciente a otro centro y adscripción a otro profesional.

Conclusiones

  • 1. Las agresiones a profesionales sanitarios constituyen un riesgo emergente para este grupo profesional.
  • 2. Este fenómeno es de carácter internacional.
  • 3. Está entroncado con el aumento generalizado de la violencia a nivel social.
  • 4. Es importante tomar medidas encaminadas a la prevención de la agresión, en caso de que ésta ocurra deben tenerse claras las medidas  a tomar para  la atención del personal agredido y también del entorno laboral, estas medidas ayudarán a minimizar las secuelas derivadas de la agresión y a que el agresor no quede impune.
  • 5. La única vía útil que tenemos para luchar contra las agresiones es denunciar al agresor, para ello deben no solo recabarse la información y testigos necesarios, también deben tomarse medidas de protección de carácter personal del demandante.
  • 6. En los últimos tiempos afortunadamente ha habido cambios jurídicos y legislativos de gran importancia basados en la consideración de “delito de atentado” a la agresión a profesionales sanitarios y que son un paso más en lucha contra este problema.

Agradecimientos

A la organización de ORP Chile 2015 por permitirme formar parte de su comunidad científica y la difusión de éste trabajo.

Referencias bibliográficas

Alarcón MJ, et al. La violencia en el sector sanitario. Actas del Congreso de la Asociación Española de Derecho Sanitario. Madrid 2005.

Caldwell MF, Incidence of PTSD among staff victims of patients violence. Hosp Community Psychiatry. 1992; 43/8:838-9

Grant D. US report on violence in the medical workplace may hold lesson for Canadian MDs. Can Med Assoc J. 1995; 153:1651-62.

Gerberich SG et al. An epidiological estudy of the magnitude and consecuences of the work related violence: The Minnesota Nurse´s Study. Occup Enviromen Med. 2004;61:495-503.

Martínez León M. El riesgo emergente que constituyen las agresiones y violencia que sufren los médicos en el ejercicio de su profesión: el caso de España. Rev Bioética.2010; 18 (2):263-274.

Martínez León M. Estudio de las agresiones a los profesionales sanitarios. Revista de la escuela de medicina Legal. ISSN 1885-9577. 2011.

Martínez Pereda JM. Los profesionales sanitarios ante el problema de las agresiones. En XII Congreso Nacional de Derecho Sanitario. Madrid 2005.

Ortells Abuyé N. et al. Características de las agresiones producidas al personal sanitario del servicio de urgencias de un hospital comarcal. Enf Global. 2013. 4:198

Villarreal Benitez D, et al. Violencia laboral en atención primaria. Gestión Práctica de Riesgos Laborales. 2010.72:14-22

Fuentes consultadas

Ministerio del Interior del Gobierno de España informes de los años 2009-2014 referentes a agresiones: Anuarios estadísticos del Ministerio del Interior https://www.interior.gob.es/en/web/...al.../programa plurianual-2007-2013

Ministerio del Interior: Protocolo ante las agresiones por odio. https://www.infocop.es/view_article_asp?id=5503

Análisis de las recomendaciones y datos facilitados por la Organización Médica Colegial de España. “Informes estadísticos del Observatorio de Agresiones” Organización Médica Colegial de España.  https://www.cgcom.es/sites/default/files/estudio_agresiones_2014.pdf

Evolución de las agresiones al personal del Servicio Andaluz de Salud durante el periodo 2007-2013. Mayo 2014. CCOO federación de sanidad y sectores socio-sanitarios de Andalucía. https://www.actasanitaria.com/wp.../evolucion-agresiones-en-el-sas-2007-2013.pdf

Organización Mundial de la Salud (OMS).  Informe Mundial sobre la Violencia y Salud. Washington, DC: Organización Panamericana de la Salud;2002. Disponible en : http://www.who.int/violence_injury_prevention/violence/world_report/es/summary_es.pdf

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