Aumenta el absentismo: los fijos estiran sus bajas 20 días más que los temporales
Aumenta el absentismo: los fijos estiran sus bajas 20 días más que los temporales
"Están pasando cosas que son muy difíciles de entender ", dice Juan Díez de los Ríos, presidente de la patronal del sector de la limpieza, Aspel. El absentismo laboral crece sin freno desde que en 2014 la economía española empezó a generar empleo y la situación se ha desbocado de forma singular en sectores como de los servicios de limpieza, que hace ya años empezó a monitorizar la situación con la ayuda de las bases de datos de la mutuas de accidentes de trabajo, encargadas de la gestión de este tipo de contingencias. Lo que se han encontrado es que en 2018 la factura de las horas perdidas por bajas no vinculadas directamente a la actividad profesional de sus trabajadoras (hablamos de un sector fuertemente feminizado) equivale a que un 6% de las plantillas no hubiera acudido a trabajar un solo día del año o, lo que es lo mismo, a haber perdido la aportación laboral de 27.107 trabajadoras, de las cerca de 450.000 que trabajan en el sector.
Las empresas admiten que no disponen de un informe cualitativo de las causas de estas bajas y que sus intentos de que la Seguridad Social les proporcione esta información para poder activar estrategias preventivas sobre los fenómenos que pueden estar contribuyendo a disparar el absentismo han sido hasta ahora en vano, pero sí manejan información suficiente como para sospechar que están ocurriendo cosas que no son normales. Uno de los datos más llamativos, y más difíciles de explicar, es el que revela que las bajas de las personas contratadas con una relación laboral fija duran 20 días más que las que tienen contratos temporales.
En concreto, los datos de las mutuas revelan que entre el personal de limpieza la duración media de las bajas por contingencias comunes -aquellas no relacionadas directamente con causas derivadas de una accidente de trabajo o enfermedad vinculada a la actividad- es de 54 días (entre el conjunto de los trabajadores de todos los sectores es de 40 días), siendo de 60 días entre los indefinidos y de 40 días entre los temporales, que más allá de esa diferencia por la naturaleza de su vínculo contractual realizan, básicamente, el mismo trabajo.
Otro dato llamativo es el de la diversidad entre territorios. La duración media de las bajas oscila entre los 38 días que se registran en Navarra y los 100 días de León, y la incidencia -entendida como el número de trabajadoras de baja por cada 1.000 habitantes- se mueve entre las 15 personas en Lugo y León y las 47 personas en la provincia de Barcelona.
Más bajas los lunes
Otro fenómeno que alienta las sospechas de los empresarios es el perfil semanal de las bajas por contingencias comunes. Los datos de las mutuas revelan que de los más de 182.000 procesos de baja que se iniciaron en 2018, más de 50.000 se concentraron en los lunes. Las diferencias entre los martes, miércoles y jueves son casi inapreciables, rondando en todos los casos los 30.000, y los viernes son -al margen del fin de semana- los días en que menos procesos de baja se iniciaron (24.000).
Las empresas, que llevan años pidiendo que sean las mutuas las que den de alta a los trabajadores para acabar con lo que consideran una actuación condescendiente por parte de los médicos de familia de la Sanidad Pública, están decididas a que el absentismo sea un factor que se tenga en cuenta a la hora de valorar los costes empresariales. Se amparan en los informes que aseguran que las empresas pierden en torno a 75.000 millones de euros anuales por las bajas de sus trabajadores y en las dificultades cotidianas que el fenómeno les genera.
Díez de los Ríos, presidente de Aspel y vicepresidente de la Comisión de Concesiones y Servicios de CEOE, plantea que la tasa de absentismo de un sector particular -ya se ha dicho que la de los servicios de limpieza es muy superior a la general- sea tenida en consideración a la hora de valorar los costes laborales a incluir en los pliegos de los contratos públicos, ya que en la actualidad supone un coste extra que no se compensa de ningún modo por parte de la Administración. Las propuestas empresariales van también en la línea de limitar los complementos salariales que se acuerdan en la negociación colectiva para completar los sueldos de los trabajadores de baja.
La prioridad, no obstante, es sentarse con la Seguridad Social para ver cómo se aborda un asunto, que no sólo pasa una millonaria factura a las empresas sino que provoca pérdidas similares a la Seguridad Social, a la que le corresponde el pago de las prestaciones por incapacidad temporal.
Fuente: Lainformacion