España en segunda posición mundial en transparencia y calidad de la RSE

España en segunda posición mundial en transparencia y calidad de la RSE

España ocupa la segunda posición a nivel mundial en cuanto a calidad y transparencia de la información sobre funcionamiento interno y Responsabilidad Social Empresarial (RSE) facilitada por las empresas, según un informe del OBS Business School.
12 September 2017

Según informó el centro educativo y la Universidad de Barcelona, en España, las empresas que siguen la RSE obtienen una valoración empresarial mayor que las que no.

Además, el margen operativo de las que siguen la RSE es prácticamente el doble de los que no la siguen.

Uno de los elementos clave que justifican el elevado grado de difusión de la RSE en España es un marco jurídico e institucional muy favorable a la implantación de la RSE, tanto en grandes como en pequeñas y medianas empresas.

España y su estrategia en RSE

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha impulsado la Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas 2014-2020 pensando no sólo en organizaciones empresariales, sino también en administraciones públicas y otras organizaciones.

Los principios de la estrategia española en la materia se basan en la competitividad, cohesión social, creación de valor compartido, sostenibilidad, transparencia y buen gobierno, y voluntariado.

A estos se les añade cuatro objetivos enmarcados en diez líneas de actuación como la promoción e integración de la RSE en Educación e Investigación.

El documento desprende que las cifras de impacto socioeconómico se pueden analizar a través de las personas, organizaciones y del capital relacional, económico y social.

En cuanto a los consumidores, un 36 % se consideran sensibles a la RSE y un 31 % conoce el fenómeno de la responsabilidad social y practica un consumo consecuente y responsable, mientras que el 44 % afirma haber renunciado a productos, servicios y marcas por sus malas prácticas respecto a la sociedad y medioambiente.

En el mismo informe se expone que por primera vez en la historia los ciudadanos declaran valorar más los atributos de la RSE que los criterios contables para determinar que una empresa es “una buena empresa”.

Entre las conclusiones se ha afirmado que existe una alta relación lineal entre la competitividad de un país y el grado de adopción de políticas de sostenibilidad.

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