Una profesión en evolución: del técnico de métodos y tiempos al experto en organización del trabajo

Una profesión en evolución: del técnico de métodos y tiempos al experto en organización del trabajo

Implicación y responsabilización: las nuevas fronteras del trabajo industrial
25 Junio 2018

La competencia creciente que existe en el ámbito industrial exige que las empresas aumenten continuamente su productividad para permanecer competitivas, y que adecuen su producción de manera flexible a las necesidades del mercado para ofrecer productos de alta calidad.

Para alcanzar estos objetivos la empresa debe, cada día más, potenciar las capacidades de los empleados, implicándolos en el proceso de mejora de las actividades. Ya no basta con emplear sólo las manos: el corazón y el cerebro del trabajador tienen que estar también implicados mediante la creación de puestos de trabajo que respeten al operador y demanden confiar en sus capacidades.

“La Fábrica del Futuro” requiere un entorno laboral bueno, que respete a las personas sin entrar en contradicción ni lastrar los objetivos de alta productividad; al contrario: la buena ergonomía del puesto de trabajo está convirtiéndose en un requisito para poder conseguir altas cotas de Productividad, Calidad y Flexibilidad.

Esta evolución del trabajo industrial requiere, entre otras muchas cosas, ampliar el rol del técnico de Métodos y Tiempos y potenciar sus conocimientos.

Las tareas del técnico de Métodos y Tiempos

La responsabilidad básica del técnico de Métodos y Tiempos es asegurar que el trabajo industrial se ejecute de manera correcta y económica, respetando el bienestar físico/psicológico de los operadores. Las tareas del técnico comprenden la planificación del proceso productivo, la organización del trabajo, de la mano de obra y de los puestos de trabajo, el control y seguimiento de los indicadores de eficiencia y productividad, y la dirección del proceso de mejora continua. Una responsabilidad importante del técnico, -que sigue persistiendo actualmente-, es proporcionar datos básicos (tiempos) a la contabilidad industrial para permitir una correcta evaluación del coste de los productos.

El técnico tiene por tanto que determinar el método de trabajo que debe seguirse y diseñar el puesto de trabajo según criterios de ergonomía y productividad, asegurándose que esto produzca el nivel de calidad óptimo del producto.

La determinación del método de trabajo implica tanto la asignación de los instrumentos de análisis que deben facilitar, sobre todo, el estudio de aquellos factores de riesgo que, aun siendo graves, resulten poco ‘evidentes’ y no sean fáciles de detectar. Es importante distinguir el riesgo de accidentes -relacionado con la seguridad, del riesgo de deterioro del cuerpo humano a medio/largo plazo - relacionado con la salud-.

Implicación y responsabilización: las nuevas fronteras del trabajo industrial

Los instrumentos de análisis del riesgo deben proporcionar consejos prácticos y concretos para evitar a priori los problemas ergonómicos: para hacer que el trabajo del técnico pase de una lógica de solución del problema a una lógica de prevención del problema.

El objetivo del técnico ha de ser, por un lado, el diseño de métodos y puestos de trabajo que respeten los principios ergonómicos, y por otro, el control y rediseño de aquellos puestos que no resulten adecuados.

Tanto en la fase de diseño como en la fase de rediseño, la implicación de los trabajadores es obligatoria y necesaria, al ser estos los que mejor conocen las especificidades del puesto de trabajo y los primeros beneficiarios de las mejoras ergonómicas. El técnico, mediante su relación estrecha con los trabajadores, debe poseer conocimientos técnico-fisiológicos, así como conocimientos en psicosociología y en gestión organizativa. El objetivo es desarrollar el trabajo industrial tanto en sus aspectos ergonómicos como en sus aspectos de calidad y productividad (estos últimos de control externo y de autocontrol por parte de los trabajadores).

El técnico necesita, por tanto, una formación y una experiencia sólidas, en particular en el área de los sistemas a tiempos predeterminados y en el área de los principios ergonómicos, siendo estos ámbitos fundamentales. Además su formación debe ser rigurosa y su conocimiento le debe proporcionar indicaciones precisas acerca de la influencia de los factores de riesgo individuales y, por consiguiente, sugerirle indicaciones igualmente precisas acerca de las posibles intervenciones de mejora.

Una de las problemáticas emergentes que provoca problemas de salud en el ámbito laboral es el riesgo de movimientos repetitivos de los miembros superiores. Los estudios epidemiológicos más relevantes a nivel internacional les atribuyen, con casi total certeza, un nexo de causalidad con algunas patologías de los miembros superiores como la tendinitis y el síndrome del túnel carpiano. Estos métodos de estudio y evaluación de factores de riesgo como la postura y la fuerza (que contribuyen a la sobrecarga biomecánica de los miembros superiores); corresponden a métodos reputados pero también complejos de aplicar y en general utilizables sólo en laboratorios específicamente equipados para ello.

La literatura actual denomina estas alteraciones como “Work related” (relacionadas con el trabajo) pero raramente ofrece métodos de evaluación e intervención aplicables sobre el terreno aptos para evaluar todos los factores de riesgo presentes en su complejo acontecer patológico.

Estos contenidos forman parte del curso Experto en Metodología Ocra, Nivel Check List que se imparte online desde el campus UPCplus.com del CERpIE-UPC (Universitat Politècnica de Catalunya)

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