REINGENIERÌA EN S.S.O.

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es claro que el empleador deberá tomar conciencia que la Vida y la Integridad de sus trabajadores, se encuentra en sus manos, debiendo responder en consecuencia
12 Mayo 2020

REINGENIERÌA EN S.S.O.

Lo que ha pasado en Chile, similar a lo que  ha ocurrido en otros países, especialmente en España, viene a demostrar que las empresas, Las Mutuales de Seguridad, la Superintendencia de Seguridad Social y los órganos fiscalizadores públicos, les obliga a pensar que en el regreso de la pandemia, la Salud y Seguridad Ocupacional (SSO), ya no será lo mismo.

En efecto, desde el año 1968, cuando se dictó la Ley 16744, sobre Seguro Social Obligatorio Contra Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, las entidades nombradas y las relativas al control de la pandemia de accidentabilidad y fatalidad ocurridas en Chile no cumplieron cabalmente con el cometido legal, primero y moral después, de coadyuvar a la salud y seguridad en el trabajo.

Tales falencias, omisiones que bien pueden ser calificadas de desviaciones hacia la corrupción, se encuentran reflejadas en lo investigado por la comisión parlamentaria destinada a revelar dichos vicios, incluyendo la investigación periodística de  Ciper Chile.

Dice en un párrafo el periodismo de investigación: “La Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) convirtió un pilar del sistema de seguridad social en un millonario negocio. Por ley, su rol es prevenir riesgos laborales y asistir a los trabajadores que se accidenten. Con más de 100 empresas relacionadas, la ACHS hoy compite en el mercado de la salud privada. El modelo de negocios, subsidiado con las cotizaciones que los empresarios pagan para proteger a sus trabajadores, lo creó el mismo grupo que desde hace 40 años controla la mutual con una estructura intocable que se instaló en la cúpula de la red de empresas. (https://ciperchile.cl/2011/06/24/el-imperio-de-negocios-que-la-achs-creo...)

Partamos de la realidad que implica que las Mutuales de Seguridad son corporaciones sin fines de lucro. Sin embargo, Ciper Chile, investigó la gigantesca red de empresas y sociedades que articularon directores y ejecutivos de la ACHS con los beneficios y capitales que les asegura la ley a las mutuales como administradoras de uno de los logros más importantes de la sociedad chilena en materia de seguridad social: el seguro obligatorio contra accidentes y enfermedades laborales. De ese derecho de los trabajadores, la mutual ha creado una industria que en la última década le ha reportado ingresos por unos $1.464.030 millones (alrededor de US$ 3.101 millones), según sus balances oficiales. Esto es a la fecha de dicho informe.

Lo extraordinario es que el sistema de seguro social contra enfermedades y accidentes del trabajo ha logrado fortalecer económicamente a los socios de las mutuales aprovechando las grietas y  falta de fiscalización de estas entidades. Sin embargo, es claro, que al regreso de esta pandemia, la situación deberá cambiar ostensiblemente.

Las leyes de salud y seguridad en las faenas han servido de medios de enriquecimientos para algunos, pero, se olvidaron del espíritu de la Ley 16744. Lo que ocurre hoy es una medida de lo que esposible soportar en la organización de un modelo que no ha sabido dar las satisfacciones que el trabajador merece, como creador de la riqueza y la pandemia ha dejado claro que es ineficiente para salvar las situaciones de crisis. En verdad, al mirar más la cuestión económica empresarial, que la salud de los trabajadores, ha decaído en un estado de insolvencia ética y moral, al mismo tiempo que ha desechado el mandato de la ley sobre las obligaciones que le exige al empleador o empresario.

A mi entender, basado en la experiencia jurídica y en el estudio de las bases y fundamentos de la seguridad, puedo afirmar, que en las acciones ilícitas de los empleadores, la legislatura chilena no ha medido en su estricta dimensión las consecuencias de los ilícitos en materia de seguridad al no haber dado el carácter de delitos a lo que se ha disfrazado como meras negligencias, El empresario, tiene vasto conocimiento sobre lo que es la seguridad, de las medidas de prevención que necesita imponer, de los medios de seguridad en los procedimientos y métodos seguros de trabajo. El hecho es que actuando con conocimiento y asumiendo las consecuencias de dichas omisiones, los resultados daños en las personas del trabajador son criminales, pues, hay a lo menos un dolo eventual evidente en esas consecuencias.

¿Podrá seguir la nueva época, este mismo ritmo de inoperancia? Hay que recordar que en los años 2017-2019, hubo más de 500 trabajadores fallecidos por razones relacionadas con el trabajo, sin que ello haya causado interés alguno como lo ha hecho la pandemia.

No vamos aquí a dar recetas de lo que debe hacerse en los tiempos que vendrán post-pandemia, pero, es claro que el empleador deberá tomar conciencia que la Vida y la Integridad de sus trabajadores, se encuentra en sus manos, debiendo responder en consecuencia. Lo que implica entre otras cosas que la industrialización debe ser a niveles modernos, donde las máquinas  vayan poco a poco  entregando más tiempo a los trabajadores para compartir con su familia y crear ciudadanos mejores para un mundo nuevo.

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