Movilidad y Tráfico ¿porqué en dos Ministerios?

Movilidad y Tráfico ¿porqué en dos Ministerios?

En los momentos de crisis como en las epidemias y las catástrofes, la movilidad de las personas se erige como un factor esencial en el conocimiento de las causas y en la aplicación de las soluciones. Las comparecencias y las ausencias ante los medios de difusión de los responsables públicos de la movilidad y el tráfico están poniendo en evidencia disfunciones estructurales que requieren ser corregidas para una más eficiente gestión de la convivencia segura.
20 Enero 2021

El bienio 2020 – 2021 está poniendo a prueba la capacidad de las organizaciones públicas y privadas en abordar todos los problemas de seguridad y salud que se plantean. Y los responsables de los Departamentos correspondientes  se están esforzando en tener informados a los ciudadanos sobre las más adecuadas medidas a aplicar en la movilidad de las personas para evitar o paliar al máximo la extensión y gravedad de las consecuencias de las crisis.

En España hemos podido comprobar que para dar cuenta de la evolución del Covid 19, de las medidas a adoptar y de las recomendaciones a los ciudadanos en cada situación, el Gobierno Central multiplicaba ruedas de prensa lideradas por responsables de salud, que eran acompañados simultáneamente por responsables de otros Ministerios. En concreto, los temas de movilidad y tráfico eran expuestos por alt@s funcionari@s del Ministerio de Movilidad,Transportes y Agenda Urbana que alternaban sus intervenciones con altos mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Guardia Civil y Policía Nacional) del Ministerio del Interior, que respectivamente daban cuenta de las actuaciones que se iban tomando en las redes de carreteras especialmente en los momentos de confinamiento de Comunidades Autónomas, Provincias o áreas más afectadas por la pandemia. Nos ha venido llamando la atención la no participación de la Dirección General de Tráfico en estas informaciones, tratándose del Organismo de máxima responsabilidad en la organización y el control de la circulación y la seguridad vial.

Cuando el problema ha sido una situación de excepción meteorológica como los efectos de la borrasca Filomena que dejó incomunicadas por la nieve amplias zonas de España con multitud de usuarios paralizados en centenares de tramos viales cortados al tráfico y poblaciones con sus accesos inutilizables, puntualmente han sido convocados los medios de comunicación por miembros del Gobierno central en las personas del Ministros de Interior y del Ministro de Movilidad, Transportes y Agenda Urbana, los cuales sorprendentemente han hecho idéntico discurso referidos a los problemas de movilidad, tráfico y seguridad vial producidos. Los medios que deseaban mayor detalle buscaban y recibían la información en los servicios de la Dirección General de Tráfico del Ministerio del Interior, Organismo de reconocida solvencia y medios cuyas competencias viene desarrollando desde su nacimiento como Jefatura Central de Tráfico en el año 1959, pero que paradójicamente sus máximos responsables han estado apartados de las comparecencias informativas en los momentos de crisis.

Esta situación se produce pocos meses después de la creación del nuevo Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que vino a dar continuidad político-adminisrativa al anterior Ministerio de Fomento manteniendo de Ministro a su titular. En el momento en que la eclosión de la sostenibilidad va empezando a priorizarse en todos los foros internacionales y en el que se han iniciado acciones para combatir (si no eliminar) la contaminación propiciada por los vehículos de combustible con derivados del petróleo en un replanteo generalizado de las fuente de energía que requiere la movilidad, con distintas iniciativas para el tráfico urbano e interurbano, y en paralelo al protagonismo a nivel europeo, español, catalán y barcelonés para la consolidación de la gran computadora Mare Nostrum ya existente en la Universidad Politécnica de Cataluña con capacidad de trabajar al instante en movilidad y medioambiente., transmitiendo la intención del Departamento de centrar sus esfuerzos en el objetivo de desarrollar una movilidad sostenible, eficiente y segura, coincidente con las funciones que las nuevas tecnologías ofrecen a la gestión del tráfico atribuida y desarrollada por la DGT. Es obvio por lo tanto que el nuevo Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana que ha recibido  este enfoque competencial de futuro inmediato NECESITA INCORPORAR A LA DGT (Dirección General de Tráfico) en su organización aunque sea manteniendo su personalidad de Organismo Autónomo de carácter administrativo con presupuesto propio, pero dejando a un lado su sello policial o de orden público de Interior para pasar a dirigir y controlar la circulación con los medios técnicos adecuados, para el que se ha nombrado al actual Director General de Tráfico, Ingeniero Industrial, conocedor pues de las nuevas tecnologías y que entiende perfectamente las posibilidades de operatividad del control total del tráfico para acercarse a la “Visión Cero” europea aprovechando el Proyecto Galileo de seguimiento de vehículos y personas vía satélite, justo en el momento en que los vehículos europeos de transporte incorporan el tacógrafo de última generación a los de nueva matriculación.

Todo ello resulta coherente y entusiasmante en teoría. Pero en los momentos de crisis más propicios para ejercer la nueva línea, la DGT sigue en el Ministerio del Interior con un sello inevitable de estar codo con codo con las actuaciones de la Policía de tráfico que aun se viene estructurando como organización de control directo de las acciones de los conductores peligrosos.

La DGT ha sido, es y debe de seguir siendo el Organismo de dirección del tráfico en el mismo Ministerio que contiene a los transportes públicos y privados de mercancías y personas en íntima coordinación con los demás Ministerios de Interior, Salud, Industria y Medio Ambiente. ¿O es que debemos pensar en un modelo de Agencia del Tráfico dependiente de la Presidencia del Gobierno?. Sea cual fuere la estructura urge un replanteo normativo que aclare la situación. Una nueva Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a motor y Seguridad Vial en sintonía con los nuevos retos de la movilidad.

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