Criterios de inversión ESG, cadenas de valor y derechos humanos
Criterios de inversión ESG, cadenas de valor y derechos humanos
Especialistas de la administradora australiana de inversiones Ausbil Investment Management Limited propicia objetivos y filosofías de inversión corporativa supeditados a estilos de gestión definidos por parte de las empresas receptoras de las inversiones, estimulándolas a incorporar aspectos cualitativos y conciencia del riesgo, a mejorar su desempeño, y a añadir transparencia a sus cadenas de valor. Las orientaciones incluyen tener en cuenta aspectos relacionados con los derechos humanos, el trabajo y la fuerza laboral, dando así paso a dar cierta prioridad a la faceta “social” de los criterios ESG.
LA 'S' DE LOS CRITERIOS ESG ES CADA VEZ MÁS IMPORTANTE
Los criterios ESG se refieren a los factores ambientales, sociales y de gobernanza corporativa que se tienen en cuenta a la hora de invertir en una empresa. Resulta clave para los inversores actuar en función de ellos, ya que el peso que tienen estos criterios para las empresas es decisivo y determinante, teniendo en cuenta que se trata de proyectar opciones de inversión socialmente responsable (ISR).
En el pasado, la 'S' a menudo se consideraba la parte 'blanda' de los ESG. Sin embargo, eso no es así, y en los últimos años han aparecido ejemplos de lo que puede suceder en casos de conducta inapropiada, o cuando las empresas contratan trabajadores en condiciones de precariedad laboral y económica. Si bien la 'S' no siempre es fácil de cuantificar, ha sido demostrado que buena parte del valor de la compañía que proviene de los llamados “impulsores intangibles” va en alza, y una proporción significativa de estos propulsores se puede clasificar como 'S', como es el caso, entre otros, de la cultura corporativa, el compromiso del personal, el desempeño en seguridad, y las relaciones con los clientes y los proveedores.
La importancia de cuestiones como los derechos humanos y laborales y otros aspectos que afectan a los trabajadores, incluida la que algunos denominan “esclavitud moderna”, está estrechamente relacionada con los criterios de inversión sostenible. A menudo se parte de la base de que los beneficios de la empresa son los que impulsan al alza el precio de sus acciones, y los inversores se decantan por compañías que demuestran su rentabilidad, su eficacia y la calidad de sus procedimientos de gestión. Pero, en el fondo, si un modelo de negocio depende de trabajadores mal remunerados, o incluso, explotados, o no presta suficiente atención a los aspectos sociales, sus beneficios probablemente no serán sostenibles a medio y largo plazo. Además, el daño que esta situación causará a su imagen y prestigio, perjudicará también sus ventas y sus cuotas de mercado.
No se trata solo de buscar beneficios cuando se habla de criterios ESG. Aplicar estos criterios de inversión corporativa ha de servir de orientación para enfocar la gestión de la empresa hacia objetivos de calidad integral. Cuando una empresa desconoce los detalles de su propia cadena de valor, o se desentiende de los aspectos básicos de su entorno laboral, se expone al riesgo de dañar su prestigio hasta niveles que pueden dificultar su recuperación. Recuperar una imagen corporativa dañada es difícil, lento y costoso, además del impacto negativo que ocasiona dentro de su propia estructura organizativa.
¿QUÉ ES LA ESCLAVITUD LABORAL?
La esclavitud laboral está representada por niños que trabajan en régimen de explotación infrahumana, trabajos forzados en condiciones laborales precarias, servidumbres por deudas, trata de personas, matrimonios forzados y explotación sexual. La práctica de la esclavitud a menudo permanece oculta en las líneas de producción, y puede ser difícil de detectar incluso cuando las empresas son sometidas a auditorías o controles, que muchas veces se plantean de modo informal y marginal. Las auditorías pueden identificar problemas, pero no resolverlos, porque igual no detectan aspectos subyacentes de naturaleza crítica. Esta situación puede incluso llegar a bloquear la cadena de valor del proceso productivo.
Se estima que hay 40.3 millones de personas en condiciones de esclavitud a nivel mundial. Este tipo de explotación es más frecuente que nunca en la historia de la humanidad, en buena parte inducida por las migraciones, los regímenes represivos y otros conflictos sociales y económicos de diversa índole, a lo cual además contribuye el acelerado deterioro del medio ambiente.
Las compañías gestoras de inversiones basadas en criterios ESG deben informar a sus clientes sobre la situación de las empresas en que invierten más allá de los aspectos económicos de sus cadenas de valor, y verificar igualmente que los inversores informen sobre el riesgo de esclavitud de las carteras que componen su propio fondo de comercio.
¿CÓMO PUEDEN LOS INVERSORES DETECTAR LOS RIESGOS Y PROMOVER EL CAMBIO?
Los inversores tienen un papel importante que desempeñar, y pueden ser parte de la acción preventiva al estimular a las empresas a adoptar las mejores prácticas de gestión industrial y comercial, situando en primer plano los conceptos de “inversión responsable” y de “derechos humanos” como base para el funcionamiento sostenible de las cadenas de valor.
Un problema clave relacionado con la esclavitud, incluido el trabajo forzoso, es que representa un comercio rentable para quienes lo promueven. Debido a su condición de ilegalidad, a menudo permanece oculto en las líneas de producción. Sin embargo, los inversores pueden evaluar los problemas potenciales detectando oportunamente los “sectores” y “productos” de alto riesgo. Los principales sectores en riesgo de causar esclavitud moderna son hoy en día el de los instrumentos electrónicos, los ordenadores, el material informático, la ropa, y las actividades relacionadas con la pesca y el cultivo del cacao y la caña de azúcar. Otras industrias con alto riesgo de generar esclavitud son las de la minería, la edificación y la de los materiales de construcción. Los inversores también deben tener en cuenta otras fuentes con riesgo de generar esclavitud, como son las industrias sujetas a la subcontratación o a la adjudicación por concursos, que compiten por precio, donde las relaciones entre el comprador y el proveedor son altamente transaccionales y sujetas a presiones sobre plazos de entrega. Otros sectores clave incluyen las cadenas de producción complejas, con varios intermediarios, que dependen de una importante proporción de mano de obra migrante o de trabajadores vulnerables a la explotación.
PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS CADENAS DE VALOR: CUESTIONES CLAVE
Los asuntos sobre derechos humanos son a menudo complejos, y se manifiestan muy entrelazados. En lugar de centrarse solamente en la explotación laboral, los inversores deben alentar a las empresas a progresar y adoptar las mejores prácticas de desempeño en relación con una serie de cuestiones subyacentes, aplicables a un amplio abanico del mundo empresarial. A continuación, se muestra un breve resumen de algunas medidas a adoptar con el fin de superar los escollos que se esconden detrás de ellas.
Planificar y evaluar el riesgo de las Cadenas de Valor
Si una empresa no controla con rigor los detalles de su propia cadena de valor, esto puede ser un indicador de deficiencias de gestión. Las empresas deben diseñar sus cadenas de producción desde una perspectiva que tenga en cuenta a sus proveedores, ya que muchos problemas de derechos laborales se generan a ese nivel. Además, las empresas deben dominar los mecanismos de su propia cadena productiva no solo desde la perspectiva de los derechos humanos, sino también disponer de mecanismos de trazabilidad de la calidad de sus productos. Una vez diseñadas, las cadenas de producción deben evaluarse, por ejemplo, mediante la segmentación geográfica y otros indicadores objetivos, asumiendo de entrada que dichas cadenas son cada vez más complejas, y que es difícil y costoso aplicar el debido rigor al evaluar cada uno de sus proveedores.
Centrarse en la capacidad de influir
Un código de conducta de abastecimiento responsable debe estipular los criterios que un proveedor debe cumplir, pero a menos que el inversor esté en condiciones de influir en dicho proveedor, es posible que no los practique. Los proveedores pueden ser incentivados recompensando a aquellos que mejoran sus procedimientos de negocio. Además, debido a la complejidad de las cadenas de ámbito global, el control integral puede conducir a una mejor supervisión de dichas cadenas. La integración y consolidación de los procedimientos de control ayuda a mejorar la influencia e incentivar a los proveedores a hacer cumplir las normas laborales desde el origen de la cadena de valor y a lo largo de todo el proceso productivo.
Reducir la dependencia única de Auditorías y concentrarse en construir relaciones estratégicas
Algunas empresas publican los resultados de sus auditorías, pero a menudo solo cubren el primer nivel de la cadena de producción sin alcanzar los niveles donde se generan los problemas importantes, lo que implica que el diagnóstico solo revela los aspectos más superficiales. Además, las auditorías generalmente solo ofrecen una visión puntual e instantánea de la empresa en un momento determinado. Las auditorías pueden incluso exteriorizar una apreciación parcial y de efecto limitado cuando se trata de identificar el trabajo forzado y el acoso sexual. Las auditorías son instrumentos de cierto valor inicial y complementario, pero lo importante es definir planes de acción correctiva basados en un diagnóstico lo más completo y objetivo posible.
Capacitar al personal y alinear los indicadores clave de desempeño (KPI)
Muchos gestores de inversiones cuentan con equipos responsables y códigos de conducta bien estipulados para seleccionar a sus clientes y proveedores. Algunos clientes informan directamente si sus objetivos están alineados o no con los de los proveedores, principalmente en relación con el precio. Combinada con el establecimiento de relaciones más estrechas entre las partes en juego, la alineación de los estándares de calidad y responsabilidad puede reducir los riesgos de subcontratación descontrolada, propiciar relaciones de mayor confianza entre los actores, y optimizar la calidad de las correspondientes cadenas de valor. Los desfases en el tiempo, la presión de la demanda de operaciones de inversión, así como las eventuales modificaciones de los plazos de ejecución, son situaciones que a menudo conducen a la subcontratación desbocada y al tratamiento marginal de los aspectos relacionados con los derechos humanos y laborales.
Aumentar la transparencia y la colaboración
Los líderes empresariales deben colaborar con todas las partes interesadas para gestionar mejor el riesgo. Debido a que muchos de los problemas son de naturaleza sistémica, requieren de soluciones sistémicas y del compromiso de los múltiples actores en juego. Dos cuestiones fundamentales en numerosos sectores son la falta de salarios dignos, es decir, una remuneración que satisfaga las necesidades vitales de los trabajadores, y la libertad de asociación. Este último factor es un detonante común de muchos fracasos empresariales, especialmente cuando los trabajadores carecen de representación sindical. Si bien algunas empresas pueden tener cierta capacidad individual para influir en el comportamiento de sus equipos, las buenas prácticas compartidas, así como un enfoque colaborativo en materias clave de derechos laborales, puede dar lugar a cambios muy positivos en este terreno. Durante los últimos años las iniciativas de inversión responsable han evolucionado en buena dirección, pero no todas se han centrado en la transparencia. Sin embargo, es un hecho demostrado que las actitudes solidarias siempre contribuyen al progreso.
Fomentar el uso de la Tecnología y de los mecanismos de Información
Durante los últimos años, han aparecido diversas plataformas que mejoran la transparencia, facilitan la detección y evaluación de riesgos en las cadenas de producción, y evitan la duplicación de auditorías, con el consiguiente ahorro de costes y reducción de la pérdida de tiempo. Estas herramientas también pueden ser útiles para los inversores, ya que el uso optimizado de la tecnología permite superar las limitaciones de las auditorías, y proporciona aplicaciones para que los trabajadores informen sobre los problemas que pueden no haber sido detectados por una auditoría convencional. Las empresas que disponen de planes de contingencia y detectan problemas relacionados con los derechos humanos en sus cadenas de valor, están en condiciones de generar ambientes positivos entre las partes interesadas, y de fortalecer sus lazos con sus clientes y proveedores. El “Blockchain” y otras técnicas y procedimientos avanzados derivados del auge de la digitalización permiten también identificar posibles ahorros de costes en las cadenas de valor, lo que favorece liberar recursos económicos para destinarlos a mejorar el salario de los trabajadores.
TENDENCIAS RECIENTES EN CONTRATACION RESPONSABLE
Varias compañías han comenzado a prepararse para hacer frente al requisito de respetar los aspectos relacionados con los derechos humanos, comenzando con el inventario de sus cadenas de valor y la evaluación del riesgo de sus proveedores. Los líderes empresariales reconocen cada vez más en este sentido las limitaciones de las auditorías y de las certificaciones.
Los líderes empresariales son cada vez más conscientes de que la consolidación de una cadena de valor sana es clave no solo para gestionar su complejidad, sino también para resolver a tiempo el surgimiento de problemas clave. Además, se manifiesta día tras día el aparecimiento de vías de colaboración entre empresas, clientes y proveedores, así como de diálogo con instituciones de ámbito internacional y ONG.
Hasta hace algunos años, la tendencia de algunas empresas de cierto nivel era alejarse del uso de agentes para garantizar sus fuentes directas de negocio. Si bien esta alternativa les permitía reducir el pago de honorarios a auditores y mejorar el control de sus cadenas de valor, últimamente la tendencia general es invertir en compañías que sí utilizan agentes profesionales para llevar a cabo su abastecimiento. Los motivos que impulsan este cambio parecen ser las presiones sobre la reducción de los plazos de negociación, y la creciente complejidad de las cadenas de suministro.
Algunos avances en materia de criterios de inversión ESG relacionados con los derechos humanos, han sido últimamente logrados en el ámbito de la promoción del valor y del respeto al abastecimiento ético, pese a haber transcurrido años de intentos para fortalecer las prácticas de contratación responsable, durante los cuales han prevalecido prioritariamente los criterios de fijación de precios. Aún hoy es posible observar que ciertos proveedores de opciones de inversión critican que los acuerdos se cierran solo en base al precio, y constatan la existencia de conflictos de intereses entre clientes y proveedores del sector.
Cuando se diseñan estrategias sostenibles de política empresarial, no solo se han de tener en cuenta los aspectos estrictamente económicos, sino también, debido a las especiales características del actual contexto geopolítico mundial, el impacto generado por el aumento de las reivindicaciones y de la sensibilidad social sobre derechos humanos, surgidas del mundo laboral, y fundamentadas en la mejora de la productividad, la seguridad personal y la calidad del desempeño profesional.