Cuerpo juvenil y empleo de herramientas técnicas. CECyT 7 Cuauhtémoc Instituto Politécnico Nacional.

El presente estudio es de corte cualitativo y busca identificar la relación que se forma entre el manejo del cuerpo, en este caso adolescente y el empleo de herramientas utilizadas para formar a los técnicos en Sistemas Automotrices. La heterogeneidad de las experiencias en los cuerpos de las y los adolescentes que cursan la especialidad de Sistemas Automotrices es evidente; se pone en cuestión la heteronormatividad que signa cuerpos femeninos para determinadas actividades y cuerpos masculinos para otras. El cuerpo joven muestra su plasticidad en la performance de su formación técnica. Por otra parte, los docentes indican que no hay diferencia en las habilidades y saberes que chicas y chicos ponen en juego durante su formación, y que el curriculum apoya esta equidad. Sin embargo el ordenamiento genérico para mujeres y hombres se coloca en sitios específicos establecidos por los docentes y que proyecta desigualdades. En este trabajo, se mostrarán las formas en que hombres y mujeres manejan las herramientas en su práctica cotidiana, entrelazando distintas formas de abordar estas destrezas técnicas. La dicotomía femenino-masculino en la Especialidad Técnica de Sistemas Automotrices se pone en cuestión, ya que lo que impera es la creatividad, el conocimiento técnico y el ejercicio perseverante en ambos géneros. Otro aspecto que se identificó, fue la relación emocional que se genera al emplear las herramientas e implementos para desarrollar las destrezas técnicas. El control corporal y la ejecución correcta de las acciones que derivan en la resolución de los problemas técnicos, da cuenta de una elevación de autoestima, tan importante para el desarrollo saludable en la adolescencia.
Palabras Clave: 
Buenas prácticas; Estudio de casos; Formación y entrenamiento; Psicosociología
Tema secundario: 
Autor principal: 
SILVIA
OCHOA AYALA
Cinvestav, Instituto Politécnico Nacional
México
Coautores: 
Gumersindo David
Fariña López
Instituto Politécnico Nacional
México
Rodolfo
Vega García
Instituto Politécnico Nacional
México
Introducción: 

El presente trabajo, tiene como objetivo identificar las formas en que las y los jóvenes estudiantes del Nivel Medio Superior del IPN, apropian el manejo correcto y ergonómico de las herramientas con las que desarrollan su formación tecnológica, esta formación es fundamental para que las y los estudiantes aprendan a reconocer los indicadores del manejo adecuado tanto de los instrumentos como de las herramientas que emplearán en el campo laboral. El manejo de las herramientas y dispositivos técnicos no es sólo un aspecto técnico, en él se imbrican las experiencias anteriores, la forma de comunicación docente con que cuenten, las destrezas que han conformado a lo largo de su vida,  la accesibilidad de los instrumentos y la posibilidad de extrapolar los conocimientos teóricos en el momento de la performance técnica, entre otros aspectos. El uso de herramientas involucra aspectos que ponen en equilibrio el soma muscular, los sistemas sensoriales que proporcionan una interpretación de lo percibido y sus necesidades, y finalmente el enlace cognitivo con los conocimientos previos para identificar los sistemas de medida y/o calibración de instrumentos específicos (Melo, 2002). En este estudio se revisarán algunas vivencias de los estudiantes respecto a la apropiación del conocimiento técnico y su desarrollo en la resolución de las problemáticas y retos del mantenimiento automotriz.

Los cuerpos juveniles desarrollan destrezas que les permiten apropiarse de los conocimientos técnicos y emplear herramientas específicas, herramientas que muy escasamente, consideran las dimensiones corporales de los mexicanos jóvenes. (Jenik de la Escuela Técnica Superior de Darmstadt, considera en sus estudios antropométricos a los varones europeos del centro de Europa) El cuerpo joven, es un cuerpo que aún no concluye su crecimiento definitivo, por lo que las extremidades se van transformando acorde a su ritmo biológico, las herramientas que manejan en el taller, no consideran en su fabricación,  tomar en cuenta que el tamaño de las y los estudiantes adolescentes, podría ser más pequeño y su complexión quizá más delgada en algunos alumnos. En el caso de las alumnas, la condición femenina en cuanto a corporalidad, tiene consideración nula, no sólo en México, sino en la mayor parte del mundo tecnológico que emplea herramientas manuales. El referente empírico de esta situación se encuentra en los comentarios de docentes de la especialidad, que indican que las y los alumnos utilizan las herramientas de tamaño más pequeño entre un juego que ofrece distintas dimensiones de posible uso.

El presente estudio es de corte cualitativo y busca identificar la relación que se forma entre el manejo del cuerpo, en este caso adolescente y el empleo de herramientas utilizadas para formar a los técnicos en Sistemas Automotrices. La heterogeneidad de las experiencias en los cuerpos de las y los adolescentes que cursan la especialidad de Sistemas Automotrices es evidente; se pone en cuestión la heteronormatividad que signa cuerpos femeninos para determinadas actividades y cuerpos masculinos para otras. Por otra parte, el cuerpo joven muestra su plasticidad en la performance de su formación técnica. Generalmente, los docentes indican que no hay diferencia en las habilidades y saberes que chicas y chicos ponen en juego durante su formación, y que el curriculum apoya esta equidad. Sin embargo el ordenamiento genérico para mujeres y hombres se coloca en sitios específicos establecidos por los docentes y que proyecta desigualdades. En este trabajo, se mostrarán las formas en que hombres y mujeres manejan las herramientas en su práctica cotidiana, entrelazando distintas formas de abordar estas destrezas técnicas. La dicotomía femenino-masculino en la Especialidad Técnica de Sistemas Automotrices se pone en cuestión, ya que lo que impera es la creatividad, el conocimiento técnico y el ejercicio perseverante en ambos géneros. Otro aspecto que se identificó, fue la relación emocional que se genera al emplear las herramientas e implementos para desarrollar las destrezas técnicas. El control corporal y la ejecución correcta de las acciones que derivan en la resolución de los problemas técnicos, da cuenta de una elevación en la autoestima, tan importante para el desarrollo saludable en la adolescencia.

Metodología: 

La recolección de datos empíricos se desarrolló a través de una aproximación cualitativa, de corte etnográfico, la cual consistió en la realización de diario de campo y entrevistas  en que 6 alumnas y 6 alumnos, narran el uso que dan a sus herramientas, los problemas y dificultades que han tenido para aprender a usarlas, el empleo de manuales o la omisión de los mismos, y cuál ha sido su forma de aprender estas destrezas. Las alumnas y alumnos pertenecen a la Especialidad Técnica de Sistemas Automotrices que es cursada simultáneamente a su Bachillerato en el Área de Fisicomatemáticas, su rango de Edad es Entre 17 y 19 años, se encuentran cursando su último semestre de Bachillerato Tecnológico en el IPN. Los diarios de campo y las entrevistas tuvieron lugar en las instalaciones de la especialidad durante las prácticas técnicas a lo largo de 3 meses continuos.

Los 12 alumnos pertenecen al mismo grupo, aunque sus experiencias de aprendizaje se llevan a cabo en distintos equipos. Esto indica que los docentes que los atienden son los mismos en un espacio sincrónico.

Resultados: 

A continuación, se presentan los relatos de las y los alumnos participantes, en donde se muestra la relación que establecen con las herramientas, tanto en la práctica técnica, como en su vínculo con la teoría y los recursos de relación con los pares, los cuales les permiten retomar la experiencia personal de sus propias historias y reproducir el conocimiento.

Se iniciará primeramente con las chicas, para relatar su experiencia con el manejo de las herramientas.

Cinthia, joven de 18 años, narra sus dificultades al trabajar con las herramientas de la especialidad, particularmente Cinthia comparte ciertas dificultades que en entrevista personal amplía, haciendo alusión a que sus intereses han cambiado considerablemente con el paso del tiempo.  Cinthia estudiará Contaduría Pública dentro de la misma institución:

“…algunas herramientas son un poco difíciles de utilizar ya que son especiales para su uso, y algunas otras por qué se debe de tener mucha paciencia y una gran habilidad para trabajar con ellas.” Cinthia.

Casandra de 18 años, relata algunas dificultades en la transmisión del conocimiento, por parte de los profesores, pero también enfatiza en la falta de flexibilidad en su manera de manejar las herramientas como factor relevante en el mismo. Paradójicamente el manejo del idioma inglés es una gran fortaleza que Casandra aporta al conocimiento de sus compañeros, ya que es quién traduce los manuales de uso que se encuentran escritos en esta lengua:

“…la forma en que aprendí a utilizar el equipo fue con la teoría, la práctica y algunos consejos de los hombres de mi familia y ciertos profesores.

Considero que nunca nos mostraron una forma de manipularla (la herramienta) en concreto y las maneras en las que lo realizábamos muchas veces no eran las correctas; al momento de pedir ayuda a los profesores siempre nos terminaban sugiriendo otra forma cada vez más diferente de cómo poder usarla. Nunca he aprendido a poder manejarla yo sola hasta ahora.” Casandra, 18 años.

Por otra parte, Jessica de 17 años, explica su sentir en las prácticas técnicas de Sistemas Automotrices, lo que representa para ella ese tipo de actividad y los logros que desea alcanzar. Su entusiasmo por las actividades de la especialidad, se ve reflejado incluso en la calidad que ella desea proyectar y en la descripción detallada de los instrumentos que utiliza:

“A veces me preguntan si yo como mujer no me molesta  ensuciarme, lo que pasa es que ellos no conocen el [lema]: “si de verdad quieres hacer algo”. A mí me gusta mucho lo que hago y no me importa ensuciarme o llenarme de grasa, trabajar con gasolina o cosas pesadas, a mí lo que realmente me interesa, es avanzar en mi trabajo y no hacer cualquier trabajo si no EL MEJOR TRABAJO.

Al estar ya en esta carrera fui aprendiendo cada vez más sobre ella, cada sistema que llevaba a que el auto funcionara, con tan solo meter una pequeña llave, los motores, el sistema de enfriamiento, el sistema de frenos, el sistema eléctrico. Ver cada una de sus partes me  ha llevado a que quiera ir más allá de simplemente conocer sus partes y su funcionamiento.” (Jessica).

Ángeles narra sobre las actividades realizadas y el apoyo que recibe por parte de compañeros para desarrollar su destreza, el desensamblar. Ella es la única alumna que hace alusión a la fuerza física cono una dificultad en el manejo de herramientas, aunque corrige al final afirmando que es capaz de utilizar cualquier tipo de herramienta.

“En mi taller realizo varias actividades relacionadas con el automóvil entre ellas desarmado de componentes y en ocasiones arreglamos las partes del motor de combustión interna, algo que debo admitir que me gusta mucho es desarmar piezas ver su interior y lo complejas que son, me gusta verlas  y ver lo diferentes que son una de otras, también me agrada limpiar los componentes… La verdad es que personalmente si he tenido algunos problemas para saber utilizar algunas herramientas principalmente en las que se aplica demasiada fuerza ya que no lo soy lo suficientemente fuerte. De ahí en fuera, me siento capaz de utilizar cualquier tipo de herramienta.” Ángeles.

Anita, explica la actitud negativa de algunos compañeros con los que trabajó y que obstaculizaron el fluir del aprendizaje, la actitud de los varones de este equipo, revela el rechazo a la participación femenina en  este campo de formación, ya que no sólo Anita recibió rechazo, sino también su compañera de equipo. Un instrumento como el Torquímetro requiere una relación teoría-práctica más compleja y si agregamos la mala disposición del equipo, el aprendizaje se ve ampliamente entorpecido. Otro elemento que menciona Anita es la carencia de una explicación docente sobre el gato de botella que no sólo afectó a ella sino a sus demás compañeros y compañera. En este sentido, se observa que la desigualdad de conocimientos, actuales y previos, afecta fuertemente el tono emocional que Anita imprime a su relación con el manejo de herramientas y que repercute en el aprendizaje de las destrezas de ambas chicas:

“Cuando entré a tercer semestre me uní a un equipo donde los chicos son muy machistas, no explicaban  cómo utilizar la herramienta, sólo porque ellos sabían ya tenía asegurado que yo y mi otra compañera también y si lo hacíamos mal o nos tardábamos como que se enojaban y decían comentarios ofensivos.

 Las herramientas que aprendí a utilizar son las más básicas, como llaves, martillo, desarmador, estás son por qué mi papá trabajaba con ellas cuando hacia arreglos en  casa y yo lo ayudaba un poco. Pero otras como el torquímetro no lo sé usar bien, ya que ellos [los compañeros] siempre lo hacían. 

El gato de botella es el que me causa más problema, ya que no sé utilizarlo, ningún maestro nos enseñó a usarlo jamás, y tampoco mis compañeros lo saben usar. Ahora que cambié de equipo en este semestre se me ha hecho más sencillo trabajar, ya que a ellos si les puedo preguntar, aunque ya no utilizamos herramientas tan complicadas.” Anita

Paloma alumna de 18 años, en cambio, ha recibido apoyo y transmisión del conocimiento  por parte de sus compañeros, reconoce su habilidad y ha recibido los beneficios de esta experiencia. También relata su experiencia personal con la reparación del sistema eléctrico y la participación del docente responsable:

“Esto ha sido gracias a mis profesores pero aún más gracias a mis compañeros de equipo pues en el equipo en el que estaba uno de los integrantes es muy hábil y él nos enseña a mí y a mis demás compañeros. En caso de que tuviéramos dudas nos decía que herramienta utilizar para algún trabajo en específico.

Lo que más me gustó fue una práctica donde desarme una marcha y la limpiamos y al final el profesor nos explicó las fallas… y como se arregla.” (Paloma).

En el caso de los varones, se encuentra la presencia de conocimiento previo en el manejo de las herramientas, mayor apoyo entre pares para transmitir el conocimiento, la relación docente tiene buen reconocimiento por parte de los varones. También reconocen que algunos instrumentos requieren más fuerza de la que uno sólo puede tener y que requieren el apoyo de otros compañeros para llevar a cabo la práctica. Con ello se desmitifica que son tan fuertes que pueden resolver todo con su fuerza, tal como las mujeres, también requieren ayuda. Otro elemento interesante es ciertas dificultades técnicas en el empleo de los instrumentos que tienen que ver con reconocimiento de dimensiones y acoplamiento de piezas, situación no reportada por las chicas. El argumento anterior, repara en las condiciones escolares que favorecen la práctica masculina sobre la femenina:

“Antes de escoger la especialidad de técnico en sistemas automotrices trabaje en talleres mecánicos en donde aprendí a utilizar la herramienta básica y ya en el taller aprendí a usar el equipo especializado para cosas más específicas del vehículo.” (Diego, 18 años)

“…una forma  fue de impartir el conocimiento a los compañeros, por ejemplo, el que ya sabía para que se usaba le enseñaba (a los demás) y así sucesivamente. El uso de las herramientas que tenemos en la carrera de automotriz no es difícil, ya que son cosas muy simples.

La mayoría de herramientas y equipo que utilizamos en el taller (su uso) se me ha hecho fácil ya que antes de que entrara yo ya tenía una idea de la carrera y además mi papa cuanta con esta herramienta en casa y él fue principalmente mi maestro, me enseñó a componer diferentes sistemas y a (que) usara herramientas y equipos adecuadamente.” (Rodolfo, 19 años)

José Ángel, narra su relación con la explicación del docente, como fuente de conocimiento y protección, además de indicar específicamente que existen herramientas que requieren fuerza considerable, por lo que ser varón o mujer, no resulta una limitante. Lo que es interesante destacar es que estas herramientas posiblemente tengan un diseño desarrollado para personas de cierta estatura y peso. Esto pudiera explicar que las alumnas y los alumnos cuyos cuerpos son jóvenes, no puedan manejar con destreza estos instrumentos:

“He aprendido a utilizar la herramienta de mi especialidad de Sistemas Automotrices de forma práctica, los profesores nos enseñan como agarrar la herramienta y cómo manejarlas, tratando de evitar posibles daños a nuestro cuerpo y a los componentes del vehículo.

Fue en 4° Semestre cuando trabajamos con un opresor de válvulas, el cuál se utiliza para comprimir los resortes de las válvulas que se encuentran en la cabeza del motor, para usar esta herramienta se requería de mucha fuerza simplemente para comprimir el resorte y quitar los seguros.” (José Ángel, 17 años)

Rogelio de 19 años, explica algunos problemas que le ha planteado el uso de algunos instrumentos, estos problemas tienen relación con el manejo no fluido de lo que Rogelio denomina dimensiones, que en realidad son conversiones de sistemas numéricos distintos: el métrico anglosajón y el sistema métrico francés. Esta carencia no está relacionada directamente con las destrezas manuales, pero sí con la destreza técnica que requiere conocimientos matemáticos, físicos y químicos previos. Este tipo de carencias en los saberes, no son identificadas en las chicas entrevistadas:

“La forma en la que aprendí a manejar la herramienta fue cuando me dejaban trabajar con componentes del vehículo por poner un ejemplo un motor, el profesor nos explicaba que teníamos que hacer, volviendo al ejemplo era desarma la cabeza del motor ya identificado los componentes procedíamos a analizar que herramienta nos podría servir en este caso pues un juego de dados y una matraca, mediante varios errores empecé a identificar las medidas de las matracas y dados y con la herramienta especifica como son gatos hidráulicos, rampas, torquímetro, etc. El profesor nos explica cómo funcionan. Frecuentemente tenía problemas con los dados, las matracas y el maneral pues son herramientas con las que trabajas medidas específicas y puedes trabajar con diferentes unidades como son en milímetros o pulgadas y se me complicaba pues desconocía de dimensiones.” (Rogelio, 19 años)

Isam de 18 años, narra su dificultad para identificar los implementos correctos del instrumento empleado, su dificultad radica en la distinción de las dimensiones de estos implementos y su adecuación en su uso técnico. En esta situación parece emerger una problemática de percepción de Isam sobre profundidad y extensión, no relacionada al aprendizaje técnico:

Se me ha dificultado un poco el uso de una herramienta que se llama matraca, esta herramienta es fácil de usar pero lo que realmente se me dificulta es identificar las medidas de los tornillos para utilizar el dado correcto por lo que tengo que estar viendo entre varios dados cual es la medida para ponérsela a la matraca y así poder quitar ese tornillo. Isam.

Finalmente Marco Antonio, relata su punto de vista sobre el uso de las herramientas, que de acuerdo a su narración, se relaciona a su necesidad emergente, Marco expresa la utilidad creativa que le da a las herramientas, adaptándolas de acuerdo a lo que se requiere en ese momento, por lo que implementa usos no convencionales para las mismas. Las herramientas han sido construidas para fines específicos,  conservando un protocolo técnico en su uso, situación que Marco Antonio pasa por alto, basándose en la necesidad, el uso “adaptado” tiene que ver con que requiera cierta ayuda para tal uso y que incluso pueda poner en riesgo su integridad física:

“He aprendido a utilizar la herramienta gracias a todas las necesidades que surgen en las practicas del taller, otra cosa es que también usando dos herramientas, hacemos una, para así llegar en este caso a sacar alguna parte mecánica en la cual estamos trabajando y puedo concluir que el uso de la herramienta depende de nuestra necesidad.

La única herramienta con la cual he batallado ha sido con el torquímetro, esta herramienta me sirve para medir la fuerza con que va apretado un tornillo sin embargo indicarle la fuerza al torquímetro es la parte que me cuesta trabajo…en ocasiones necesito a una persona que me ayude a “sostener” o más bien  usar una herramienta.” (Marco Antonio, 18 años)

Discusión de resultados: 

La práctica técnica, en su formación, representa el enfrentamiento con diversos niveles de competencia técnico-motriz, en la cotidianeidad los docentes y las/los alumnos entremezclan sus habilidades y saberes. En esta dinámica, es posible identificar diversas problemáticas en el aprendizaje y apropiación de las destrezas que la industria automotriz requiere. Cabe señalar que el uso de herramientas más pequeñas en las colecciones que ofrecen diversos tamaños de la misma, es una práctica común entre alumnas y alumnos, ante el cuestionamiento sobre esta preferencia, las y los alumnos coinciden en que “se acomodan más”, esta situación puede tener origen en que sus cuerpos se adaptan mejor a este tamaño mínimo, dado que recurren a las dimensiones que son adecuadas a su propia corporalidad, nótese que el último relato (Marco Antonio), se enfatiza en la necesidad de que otra persona intervenga en su ayuda, además de la adaptación de dos herramientas para trabajar en algún desperfecto del automóvil. Esta condición refleja una corporalidad que se esfuerza por utilizar herramientas que no contemplan su talla (Melo, 2012).

Los relatos de las y los alumnos, develan prácticas heterogéneas, es decir, problemáticas diversas en que se entrelazan las historias y las habilidades que cada joven ha desarrollado en su formación técnica que cuestionan el binario masculino-femenino en cuanto al uso de herramientas diversas en la especialidad Técnica de Sistemas Automotrices y muestran que los usos no proceden del género en cuestión, sino de la forma en que se aborda el aprendizaje de estas destrezas tecnicomecánicas. Se observan desigualdades genéricas y hegemonía masculina no sólo es el número de alumnos, sino los lugares que ocupan para aprender (Dussel, 2015), Siguiendo a Bourdieu (2009), las construcciones de habitus masculinos son evidentes, las alumnas son reconocidas sólo si (in) corporan las normas que el habitus marca y que el docente sostiene.

En el uso de los instrumentos y su dificultad, se observan por ejemplo, la dificultad en los sistemas de medida de conversión, lo que se puede explicar por la falta de familiaridad con otros sistemas y la falta de indicaciones en los dispositivos para que la lectura sea adecuada y precisa, con lo que nos remitimos a que tales instrumentos y dispositivos de medida  no son creados para la población que los usa, fracturando las posibilidades de aprendizaje inmediato. Esta situación afecta principalmente a los jóvenes aprendices que tienen que resolver esto a la par de estar formando las destrezas técnicas de su especialidad. Pareciera que es parte de su formación, pero en realidad es el enfrentamiento con posiciones de poder dentro del conocimiento tecnológico Norte-Sur. En estas circunstancias, el aprender se torna más complejo, (in) corporando espacios vacíos en la relación alumna/o-tecnología.

Otro elemento a destacar es el valor de la práctica y los conocimientos que las y los alumnos aportan al desarrollo de su aprendizaje, se muestra que de diversos espacios, se retoma la historia de aprendizaje previo, la experiencia de padres principalmente varones que es transmitida a las y los alumnos y que juega un lugar en el taller al igual que la integración que el docente aporta en la interpretación de saberes y prácticas.

Un interesante aspecto es la satisfacción y alegría que acompaña el logro de las reparaciones y resolución de problemas técnicos, los objetos reparados, ocasionan en los alumnos un sentimiento muy fuerte de alegría  (Sara Ahmed, 2015), que además es compartido por los demás miembros del equipo, Áberg y  Hedlin (2015) en su estudio sobre los objetos felices y hombres felices, describen el desarrollo de la masculinidad reforzada por el logro, en la industria de la construcción describieron la felicidad que acompañaba a los jóvenes que se enorgullecían por sus proyectos constructivos y autocreados.

Conclusiones: 
  • Los cuerpos masculinos y femeninos jóvenes muestran diferencias en el manejo de las herramientas, pero estas diferencias no se deben a la fuerza física ya que ésta no es tan diferencial en ambos géneros. La fuerza no es un elemento que defina el manejo de las herramientas.
  • Las dificultades en el uso de las herramientas puede producirse por la divergencia de las proporciones anatómicas entre las y los jóvenes y las herramientas utilizadas en su práctica escolar. Las Herramientas escolares son las que comúnmente se usan en la industria automotriz. El uso incorrecto de las herramientas puede provocar ciertos hábitos que dificulten posteriormente el ejercicio laboral o promuevan usos no adecuados. La vigilancia tanto de docentes como de productores de herramienta es necesaria.
  • Un factor fundamental es la colaboración colectiva en los equipos de trabajo, donde las experiencias anteriores, y la herencia de otras generaciones aparece como respaldo de los saberes técnicos. Se incorporan otras habilidades como puede ser el caso de la facilidad de traducción Inglés-español para las guías y los manuales.
  • El rechazo hacia las alumnas, es evidente cuando se niega la explicación o apoyo de los compañeros que ya tienen conocimientos y que regularmente son varones.
  • Otros conocimientos son requeridos para la performance técnica, como las matemáticas, física y química, e inglés, esto resulta ser más evidente en el caso de los varones, quienes manifiestan mayores carencias en la práctica de conversiones numéricas e identificación de dimensiones.
  • La dicotomía hombre-fuerte/mujer-débil, se cuestiona ya que ambos tienen problemas específicos en el manejo de herramientas, que no se relacionan con su género.
  • El factor emocional es relevante en la performance técnica. En su relato, varios alumnos muestran alto nivel de alegría relacionado con su desempeño, además de situar al auto como objeto que produce felicidad. Una situación interesante es descubrir en algunas alumnas esta misma experiencia, ya que los estudios se han centrado en los varones como forma de consolidación de masculinidad, por lo que podemos cuestionar que este sentimiento de alegría sólo se asocie a los varones como parte de “lo masculino”.
Agradecimientos: 

Agradecemos a la OPR 2016, la oportunidad de poder presentar este trabajo en el XVI Congreso de Prevención de Riesgos Laborales.

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