Condiciones de trabajo y su relación con daños a la salud en taxistas del Distrito Federal en el año 2015.

La actividad laboral de los taxistas de la Ciudad de México, resulta ser una labor sedentaria, solitaria y demandante en el aspecto físico y mental de estos trabajadores. Que los lleva a presentar molestias, enfermedades y daños crónicos degenerativos, que les puede generar una limitación temporal o permanente, en el ámbito laboral, social y familiar. Al explorar los datos demográficos, calidad de vida, condiciones y valoración del trabajo, riesgos, exigencias laborales y los daños a la salud que se presentan en los taxistas, se encontró que dicha actividad laboral tiene repercusiones negativas en la salud. Durante Noviembre y Diciembre del 2015, se aplicó un cuestionario con 235 preguntas, basado en la propuesta del PROESSAT, que fue adaptado a la población de taxistas. Participaron 338 choferes que renovaron su tarjetón para conducir. En el análisis estadístico realizado se encontró que una tercera parte de los choferes presentaron sobrepeso, algún grado de obesidad, un índice alto de triglicéridos y colesterol, que en su conjunto representan un factor de riesgo para la aparición de enfermedades crónicas degenerativas. Además de que el 55% de estos trabajadores fueron diagnosticados con depresión, fatiga patológica y conjuntivitis crónica, conjuntamente alrededor del 50% de los partícipes fueron diagnosticadas con el trastorno de ansiedad e hipoacusia y/o sordera. Las condiciones de trabajo que permean la actividad que realizan los taxistas, se pueden definir como precarias, debido a que estas se caracterizan por percepciones económicas bajas, inestabilidad en el empleo, nulo cumplimiento a las normas básicas de seguridad e higiene, carencia de seguridad social y jornadas extensas.
Palabras Clave: 
Condiciones de trabajo; Daños relacionados con el trabajo; Organización del trabajo; Salud y Bienestar; Medicina del trabajo
Tema secundario: 
Autor principal: 
Rodrigo
Flores Teran
Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco
México
Coautores: 
María Adriana Cecilia
Cruz Flores
Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco
México
Introducción: 

El trabajo realizado por taxistas en la Ciudad de México, podría considerarse como una actividad sencilla de efectuar, que no requiere una preparación académica o capacitación constante para llevarla a cabo, sin embargo, esta labor expone a los conductores a sufrir accidentes viales, ruido constante, variación en la iluminación, cambios repentinos de temperatura, polvos, humos, gases, así como a trabajar horas extras, en días de descanso, movimientos repetitivos de brazos, manos y piernas, pasar mucho tiempo sentado, alto grado de atención, entre otras (European Agency for Safety and Health at Work, EU-OSHA, 2011; Ming y Eng, 2015). Asimismo, esta actividad laboral tiene las características de ser solitaria, sedentaria y monótona, que predispone al conductor a desarrollar enfermedades en el corto y/o largo plazo , que pueden resultar incapacitantes tanto temporal como permanentemente.

Dentro de las enfermedades que se presentan en estos trabajadores podemos encontrar infecciones recurrentes en las vías respiratorias, obesidad, desregulación de glucosa, además de enfermedades crónicas degenerativas diabetes mellitus tipo II [DM], enfermedades cardiovasculares y pulmonares, deterioro visual, trauma musculo esquelético [TME], entre otros] (Ueda, Hashimoto, Yasui,  Sunaga, Higashida, y Hara. 1989; Zhou, Yuan, Ye, Qi, Fu y Christiani.  2001; Cerda, Rodríguez, Leveke, Reyes y Olivares. 2004; Olaya, 2014; Gany, Bari, Gill, Ramirez, Ayash, Loeb, Aragones, y Leng. 2015) que, si bien, algunas son tratables con medicamento y supervisión médica, gran parte de ellas lleva progresivamente al deterioro de las funciones sensoriales [vista, oído, tacto, entre otros] que repercuten de forma negativa en la salud y bienestar de estos trabajadores.

La aparición de este tipo de enfermedades ha sido relacionado con los estilos de vida de los conductores, así como al consumo de tabaco, estimulantes; como café, alcohol, drogas y a la falta de ejercicio físico (Alves de Sena, Meireles de Pontes, Gomes y Mendonca da Silva, 2008: EU-OSHA, 2011).

Algunas investigaciones han evidenciado que las personas que trabajan como conductor del transporte público, en el desarrollo de su actividad, se exponen a sufrir trastornos físicos y/o psicológicos que pueden poner en riesgo su salud (Tovalin y Lazcano, 1991; Lima y Juárez, 2008; Berrones y Rosales, 2010; Macorra y Cruz, 2012; Cruz. Hernández y Quiñonez, 2014), llevándolos a enfermar, y en el peor de los casos, a morir.

En México, el Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México (CENFES), ha logrado conformar una base estadística en torno a las enfermedades y daños a la salud, que presentan los taxistas, no obstante esta información no cuenta con indicadores que exploren las condiciones de trabajo y permitan identificar los daños relacionados con su actividad.

El CENFES, a través de la realización de evaluaciones médicas periódicas en conductores de trasporte público ha detectado que las enfermedades y daños crónicos-degenerativos, que se presentan con mayor frecuencia en estos trabajadores son: “… dislipidemia con 28.3 por ciento, ametropía con 22.3, diabetes mellitus tipo II con 9.5,  prediabetes 8.2, tabaquismo con 6.4,  hipertensión arterial con 5.5 y síndrome metabólico con 2.9 por ciento (…)” (Informe Institucional del Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México, 2015).

La aparición de este tipo de padecimientos han sido atribuidos al “…sedentarismo, sobrepeso u obesidad, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, colesterol elevado (…)”, y aspectos psicológicos como: “…personalidad, ansiedad, depresión, estrés, rumiación, hostilidad e ira (…) (Gasca y Cuevas, 2010) que se derivan de los estilo de vida de las personas (Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, 2014).

No obstante, no se ha cuestionado con profundidad como las condiciones laborales que permean la actividad que se ejecuta, contribuyen a la presencia del sobrepeso, ansiedad, estrés entre otros padecimientos, que con el tiempo pueden llevar a la manifestación de diversos daños a la salud.  

Por lo que se propuso en esta investigación conocer e identificar, cuáles son las condiciones de trabajo y la relación de éstas con la manifestación de daños a la salud, en taxistas que acuden al CENFES, a realizar su trámite de renovación de tarjetón en el periodo del 2015, tomando como eje de análisis el proceso de trabajo y sus determinantes.

La relevancia de dar cuenta de las condiciones laborales y de salud de los taxistas de la Ciudad de México, es poder generar un programa preventivo que permita coadyuvar con una buena condición de salud, para el mejoramiento de su trabajo, ya que ellos transportan a un número importante de personas día a día, y en sus manos se encuentra la vida de aquellos que trasladan y de quienes transitan a su alrededor.

 

Antecedentes

Las condiciones de trabajo que permean actualmente, en la actividad laboral de los taxistas, son consecuencia del desempleo que surgió a causa de la reducción de personal o cierre de empresas estatales y privadas, que se presentó a finales de 1982. Esta situación llevó a que algunas “…liquidaciones de empleados públicos o privados fueran “invertidas” en vehículos, “permisos” o placa de taxis que les permitiera autoemplearse,  además de poder emplear a uno o más miembros de la familia con necesidad de trabajar …)” (Navarro, 2004; p. 21). Escenario que se agudizó una década después, con la quiebra de la empresa estatal de Ruta-100, evento que permitió que una parte considerable de las personas que trabajaban en esta empresa, utilizará su liquidación para adquirir una concesión de taxi.  Contribuyendo así a incrementar la flota de este tipo de transporte en la ciudad, pasando de sesenta y tres mil a de ochenta y siete mil concesiones, en tan solo tres años. (Tovalín y Lazcano;1991).

 En la actualidad, el sector de trasporte público autorizado, está conformado por más de trecientos mil automóviles entre taxis, microbuses, vagonetas y camiones, facultados para prestar el servicio de transporte público (CENFES, 2014), siendo el gremio de taxistas es uno de los más grandes en la ciudad, según refiere la Secretaria de Transporte y Vialidad del DF (SETRAVI ahora, Secretaria de Movilidad del DF [SEMOVI]; SDP Noticias, 2014). Solo ciento treinta y nueve mil automóviles están autorizados para prestar el servicio de taxi, sin contar aquellos automóviles que operan en forma irregular y de los denominados, popularmente, taxis “piratas,” que superan en un aproximado de cuatro veces el número de taxis autorizados.

La proliferación de taxistas no regulados, creo una desventaja laboral ante los taxistas autorizados que tienen que cubrir una serie pagos anuales a dependencias de Gobierno, para poder prestar el servicio a la población de la ciudad, mientras que los taxistas irregulares y “piratas” no cumplen con ninguna disposición legal.  Este contexto marco una competencia desigual entre los taxistas autorizados y los no autorizados. Situación que generó que la mayoría de los taxistas regulados, tuvieran que alargar su jornada de trabajo para poder generar la suficiente ganancia económica.

 A partir de estos antecedentes las condiciones de trabajo en los taxistas los llevo a enfrentarse a riesgos definidos como: “…elementos potencialmente nocivos que se generan por los objetos (…)” (Noriega, M., Franco, G., Martínez, S., Villegas. J., Alvear, G., y López, J. 2001), además de llevarlos afrontar exigencias entendidas como: “…elementos potencialmente nocivos que se generan de la actividad del trabajo y de las formas de organización (…)” (Noriega, et al., 2001: 24-26). Que en su conjunto lleva a estos trabajadores  a exponerse gradualmente “…presentar daños a la salud, tales como enfermedades, molestias, accidentes y hasta la muerte (…)” (Laurell, et  al.,  1989: 72).  Este deterioro en la calidad de las condiciones de trabajo y de vida en estos trabajadores son características del trabajo precario, caracterizado por: “…inseguridad en el empleo, bajos salarios, disminución de derechos laborales… malas condiciones de trabajo, ausencia de reconocimiento profesional (…)” (Recio, s,f: 1).

Metodología: 

Se realizó un estudio de tipo observacional, descriptivo y transversal basado en un enfoque cuantitativo, realizado entre Noviembre y Diciembre del 2015, en el Centro para el Fomento y Salud de los Operarios de Transporte Público de la Ciudad de México (CENFES), en su módulo de evaluación médica, en la Ciudad de México. El instrumentó aplicado fue adaptado a la población en estudio, a partir de la propuesta del Programa Evaluación y Seguimiento de la Salud de los Trabajadores PROESSAT (Noriega, et al., 2001).

El cuestionario se estructuró con 235 preguntas en su mayoría dicotómicas y algunas de opciones múltiples y abiertas, distribuidas en cinco bloques que sirvieron para explorar sus condiciones demográficas, calidad de vida, condiciones y valoración del trabajo, riesgos, exigencias laborales y los daños a la salud.

Se obtuvo una muestra de 338 choferes de una población considerada de 1753 conductores que realizaron su evaluación médica para renovar su tarjetón para conducir taxi dentro de la Ciudad de México. Se estableció un margen de error del 5% y un nivel de confianza del 95%. La participación fue voluntaria y se firmó un consentimiento informado.

Como datos adicionales se obtuvieron datos como: la estatura, peso, índice de triglicéridos, colesterol y glucosa. Que fueron utilizados para explorar la predisposición que tienen este tipo de trabajadores para presentar alguna enfermedad crónica degenerativa. La estatura y peso fueron utilizados para constituir el índice de masa corporal, de los encuestados. Con la finalidad de conocer el estado nutricional que presentaban los conductores en estudio.

Para valorar los daños a la salud, se tomarón los diagnósticos conformados de manera presuntiva en el PROESSAT (Noriega y cols, 2001). Dichos diagnósticos se conformaron en torno a lo que el trabajador encuestado vivió durante el último año. Una vez recolectada, la información se realizó un análisis univariado y bivariado y se obtuvieron razones, prevalencias y tasas. 

Resultados: 

El total de conductores que participaron en el estudio  fue de 338 hombres conductores de taxi, los cuales cuentan con una edad promedio de 41.5 años y una desviación estándar de 9.7 años. La edad mínima encontrada en estos trabajadores fue de 21 años y una edad máxima de 76 años, 215 tienen pareja y 297 de ellos indicaron tener hijos. Con respecto al nivel de escolaridad, el 53% concluyó la educación media superior o carrera técnica, 38% la educación básica (primaria y secundaria) y 7% de los choferes una licenciatura o posgrado.

La calidad de vida que tienen los taxistas podría ser considerada como, deficientes. Más de una tercera parte de ellos, reportó que el ingreso económico que obtienen por su trabajo, no es suficiente para cubrir sus gastos elementales. 49% señaló que cuenta con otra entrada económica para el sostenimiento del hogar y el 20% indicó que tiene un segundo trabajo para cubrir sus gastos.

Con lo que respecta a las condiciones de trabajo: se identificó que un 62% no son propietarios del taxi (trabajadores) y 38% son propietarios del taxi (dueños). El 74% de ellos realiza su trabajo recorriendo las calles en búsqueda de clientes, mientras el 24% de ellos trabajan en un sitio y recorriendo las calles buscando pasaje y el 2% mencionó también realizar viajes programados. Más de las dos terceras partes de estos trabajadores tiende a trabajar jornadas prolongadas que van más allá de las ocho horas al día, a lo largo de seis días a la semana. Con lo que respecta a la antigüedad laboral 40% de estos trabajadores tienen una promedio de entre seis a catorce años desempeñándose como taxista.

Como un dato adicional, más del 83% de los entrevistados reportaron haber tenido otro trabajo antes de dedicarse a ser taxista. entre las actividades mencionadas se encontró que un  59% de ellos era empleado, 15% tenían un negocio propio, 13% ejercía un oficio, 8% eran choferes, 3% eran estudiantes y el 1% no especifico a que se dedicaba.

Al indagar sobre los riesgos (ver Tabla 1) a los cuales se enfrentan los taxistas de manera cotidiana, más del 81% de los encuestados mencionaron tener contacto con humo, exponerse a cambios bruscos de temperatura, mientras más del 74% reportó estar expuesto a calor [derivados del automóvil] y al contacto con el polvo y más del 49% de los entrevistados consideró estar expuestos al contacto de gases o vapores, ruido, vibraciones derivados del automóvil y a no tener acceso a instalaciones sanitarias.

Fuente: Encuesta individual, 2016

Con lo que respecta a las exigencias laborales (ver tabla 2), 98% de los conductores participantes en el estudio reportaron que el permanecer sentado, es una de las principales exigencias que se presentan en su actividad laboral. Además que más del 90% de ellos consideró como una exigencia alta el realizar movimientos repetitivos al conducir con las manos y mover  repetitivamente la palanca de velocidades; porcentaje similar se obtuvo como respuesta al cuestionarles su percepción sobre las exigiencias de tener que realizar un movimiento repetitivo de rodillas o pies y tener que concentrarse al realizar su actividad para no accidentarse.

El 69% de los participantes reportaron que realizar jornadas semanales de más de cuarenta y ocho horas, permanecen fijos en su lugar de trabajo, cubren una cuota, soportan una supervisión estricta (operativos policías de tránsito), realizan esfuerzo en hombros, brazos, manos, piernas, , son otras exigencias a las que se enfrentan de manera cotidiana al ejecutar su actividad laboral(ver tabla 2).

Asimismo se encontró que más del 60% de choferes les representa una exigencia laboral creen que ejecutar un trabajo peligroso y piensan que el realizar su trabajo le puede ocasionar algún daño a su salud.

Fuente: Encuesta individual, 2016

Al asociar los riesgos y exigencias con los daños a la salud se encontró que los diagnósticos presuntivos que más resaltaron fueron con: un 21% la presencia de conjuntivitis crónica, mientras que más del 16% de los encuestados presentaron daños como trastorno musculoesquelético, lumbalgia y fatiga patológica. Y más del 10% de los conductores presentaron el diagnóstico rinofaringitis de repetición o crónica, hipoacusia o sordera, trastornos del sueño, hemorroides y amigdalitis de repetición o crónica y un 9% se encontró con el diagnostico de ansiedad y depresión.

A través del IMC se encontró que el 24% de los taxistas cuentan con peso normal, 37%  tienen sobrepeso y 38% obesidad. De los cuales el 27% presenta obesidad grado uno, mientras el 9% tiene obesidad grado dos y 3% padece de obesidad grado tres (ver tabla 3).

Fuente: Índices somatométricas reportados por los participantes en la encuesta individual, 2015. Adaptación propia 2016.

También se pudo encontrar a través de los índices de química sanguínea que el 45% de los conductores en estudio mostraron un índice de triglicéridos por arriba de los 150 mg/dL, mientras que un 32% reportó un índice de colesterol por arriba de 200 mg/dL, y un 28% de ellos presentó una glucosa por arriba de 100 mg/dL en ayuno (ver tabla 4).

Fuente: Índices de química sanguínea de los participantes en la encuesta individual, 2015. Adaptación propia 2016.

Con la información anterior, se pudo detectar que una tercera parte de taxistas participantes reportan un riesgo alto de una posible enfermedad crónico-degenerativa, al presentar tres factores de riesgos (Trigliceridos, colesterol y glucosa elevados), según lo marca la Organización Mundial de la Salud (2015).

Discusión de resultados: 

Los resultados obtenidos con la aplicación de la encuesta, muestra que la población trabajadora de taxistas de la Ciudad de México, está expuesta a riesgos y exigencias laborales que están teniendo repercusiones negativas en su salud.

Las condiciones laborales presentes en estos trabajadores tienen características del trabajo precario como lo refiere Recio (s,f), una parte importante de los participantes en el estudio reportaron que el ingreso económico que obtienen por su trabajo, no le alcanza para cubrir sus gastos, lo cual refleja bajos salarios, que lleva a casi una quinta parte de los participantes a contar con un segundo trabajo. Esta actividad laboral también tiene la característica de la carencia de derechos laborales (seguridad social, fondo para el retiro, vacaciones, entre otros) además de exponerse continuamente a malas condiciones de trabajo y a la ausencia de reconocimiento profesional. Además de que más de la mitad de los encuestados reporto no ser los propietarios del taxi (trabajadores) que por lo regular realizan su trabajo recorriendo las calles en búsqueda de clientes, que los lleva realizar jornadas laborales mayores a las ocho horas diarias por seis días a la semana y en ocasiones se ven obligados a realizar trabajos pendientes en horas o días de descanso o vacaciones.

Al respecto Ueda, et al., (1989) reportó que los taxistas que no descanso insuficiente en los días libres, es un factor que predispone a las personas a presentar fatiga, trastornos del sistema musculo esquelético. Por su parte la EU-OSHA (2011) mencionó que estos trabajadores tienden a trabajar turnos largos y horarios poco compatibles con una vida social, que se relacionan con la fatiga y trastornos del sueño. Ming y Eng (2015) también reportaron que la fatiga en taxistas, se encuentra asociada de tener un trabajo adicional al de ser taxista y a conducir más de diez horas al día.

Al indagar sobre los riesgos a los cuales se enfrentan los taxistas de manera cotidiana, más de las dos terceras partes de los encuestados mencionaron tener contacto con humo, exponerse a cambios bruscos de temperatura, a la acumulación el calor dentro del automóvil, además de tener contacto con polvos, vapores y gases. A la exposición de ruido derivado del automóvil y las vibraciones  del automóvil.

Los riesgos referidos ya habían sido reportados en diversos estudios. Zhou, et al., (2001) identificó que los taxistas se encuentran expuestos a emisiones emitidas por los autos, causa en los trabajadores aparición de dolor de garganta, flema, rinitis crónica y faringitis crónica. Asimismo la EU-OSHA (2011) reportó que la exposición a gases de escape y otros contaminantes, ocasionan daños en la salud de los taxistas. Igualmente Tovalin y Lazcano, (1991) reportaron que existe exposición prolongada a riesgos físicos y químicos de forma en choferes del transporte público, también Lima y Juárez (2008) reportaron que el tráfico, el calor, la incertidumbre de que la unidad se descomponga son riesgos contantes en el trabajo de los taxistas.

Con lo que respecta a las exigencias enunciadas por los taxistas participantes en el estudio, permanecer sentados por largos periodos, realizar una jornada semanal mayor de cuarenta y ocho horas, encontrarse fijo en su lugar de trabajo, realizar esfuerzo en espalda o cintura y adoptar posiciones incómodas o forzadas, se encontraron presenten en más del 90% de los conductores de taxi. También estos trabajadores reportaron tener mucha concentración para no accidentarse, realizar una tarea muy minuciosa, percibir que se ejecuta un trabajo peligroso que le puede ocasionar algún daño a su salud.

Algunas de las exigencias mencionadas por los taxistas en el estudio, son similares a las reportadas por Chen, et al., (2004) y la EU-OSHA (2011)  que asociaron las exigencias mencionadas en sus investigaciones con la aparición de TME de cuello, hombros y espalda. que se presentan por el trabajo repetitivo y monótono, igualmente Ming y Eng (2015) menciono que aunado a lo anterior los taxistas  tienen un qué alto grado de concentración para no accidentarse. También Alves de Sena, Meireles de Pontes, Gomes y Mendonca da Silva (2008) relacionaron algunas de las exigencias  con la presencia de un status nutricional precario, fruto de un perfil sedentario y la poca o nula actividad física en la actividad laboral de los taxistas.

Al asociar los riesgos y exigencias con los daños a la salud, se pudo determinar bajo diagnósticos presuntivos que las patologías como: conjuntivitis crónica, trastorno musculoesquelético, lumbalgia, fatiga patológica, rinofaringitis de repetición o crónica, hipoacusia y/o sordera, trastornos del sueño, hemorroides, amigdalitis de repetición o crónica, ansiedad y depresión, fueron las principales molestias y enfermedades encontradas en los taxistas que participaron en el estudio (ver tabla 5). Con los daños identificados se pudo determinar el perfil patológico de la población de taxistas de la Ciudad de México.

                           Fuente: Encuesta individual, 2016

Otro resultado encontrado en estudio con taxistas reportó que más de las dos terceras parte de la población en estudio, presentaron sobrepeso y obesidad. De acuerdo al estudio de Ueda y colaboradores (1989),  el aumento de peso corporal en taxista representa un peligro para padecer hipertensión arterial, daños en el sistema cardiovascular, trastornos gastrointestinales, fatiga, trastornos del sistema músculo esquelético y trastornos del sistema sensorial. Dichos diagnósticos son similares a los encontrados en la población que participo en el estudio. Que coincide también por lo reportado por Gany, et al. (2015).

La presencia de sobrepeso y obesidad en la población en estudio se encuentra relacionado con lo que reporta Alves de Sena, Meireles de Pontes, Gomes y Mendonça da Silva (2008), que determinan que el IMC de los taxistas  presentan un status nutricional precario, fruto de un perfil sedentario y la poca o nula actividad física en su actividad laboral, características que se pueden identificar en la población en estudio, ya que más del 28% reportaron tener un nivel de triglicéridos, colesterol y glucosa en ayuno por arriba de los límites de referencia que marca la Organización Mundial de la Salud. Que según lo reportado por  López, Hernández y Quiñonez, (2014), lleva a los taxistas a presentar algunos dolores musculares recurrentes y enfermedades como: hipertensión y diabetes.

Con los resultados obtenidos en este estudio se puede dar cuenta que el trabajo que desempeñan los taxistas de la Ciudad de México, están teniendo condiciones precarias de trabajo que los están expuestos a sufrir problemas de seguridad y salud a consecuencia de condiciones de trabajo inestables e inseguras como lo menciono la Organización Internacional del Trabajo (2012).

Asimismo, los daños a la salud relacionados con el trabajo están llevando a que los taxistas estén presentando un desgaste biológico y de reproducción, según lo planteado por Laurell (1981) que está repercutiendo en su salud y bienestar.

Conclusiones: 

Con los resultados obtenidos en el estudio, se identificó las condiciones laborales con la que cuentan los taxistas de la Ciudad de México, además del perfil de riesgos y exigencias a los que se enfrentan sometidos los taxistas de la Ciudad de México, que permitió conocer cuáles de ellos están teniendo una repercusión en su salud física y mental.

Las condiciones laborales que se presentan en la actividad laboral desarrollada por taxistas, no favorecen al bienestar y salud de estos trabajadores. Además de que esta actividad presenta varias características de precariedad laboral que dañan la salud física y mental de los taxistas. Con los resultados del estudio se infiere que los trabajadores de este gremio se encuentran expuestos de manera frecuente y prolongada a riesgos y exigencias que están causando daños a la salud relacionados con el trabajo que desempeñan, que pueden desencadenar en la aparición de trastornos crónico-degenerativos.

La presencia de riesgos como: el contacto con humo, exponerse a cambios bruscos de temperatura, acumulación al calor dentro del automóvil, contacto con polvos, vapores y gases y la exposición de ruido derivado del automóvil y las vibraciones  del automóvil, está llevando a los taxistas a presentar enfermedades frecuentes en el sistema respiratorio, así como a la infección recurrente en ojos, además de llevarlos a presentar fatiga, ansiedad y depresión.

Con lo que respecta a las exigencias se puedo dar cuenta que el trabajar como taxista demanda mucho tiempo, lo cual no les permite realizar otro tipo de actividades. La alta demanda de concentración al momento de conducir podría llevarnos a pensar en el desarrollo de tensión muscular, en aparición de cefalea, fatiga y otros padecimientos. Que si son de exposición continua y prolongada podrían llevar a los taxistas a desarrollar enfermedades crónicas cardiacas y a la aparición de TME.

Al asociar los riesgos y exigencias con los daños a la salud, se pudo determinar bajo diagnósticos presuntivos que las patologías encontradas en esta población fueron: conjuntivitis crónica, trastorno musculoesquelético, lumbalgia, fatiga patológica, rinofaringitis de repetición o crónica, hipoacusia y/o sordera, trastornos del sueño, ansiedad y depresión. Que son daños relacionados con el trabajo que desarrollan los taxistas, llevándolos a presentar enfermedades de manera temporal y de forma permanente, que de no ser tratados a tiempo puede predisponerlos a presentar otro tipo de padecimientos como lo son, los trastornos crónicos degenerativos.

También con los datos adicionales obtenidos en el estudio se identificó que las condiciones y la organización del trabajo que tienen los taxistas demanda muy poca demanda calórica, llevando a los taxistas permanecer casi inmóviles por largos periodos, que los predispone a presentar algún grado de obesidad como consecuencia de sus condiciones laborales.

Los daños a la salud presentados en este grupo de trabajadores reflejan condiciones laborales que no son favorables en el bienestar y la salud de estos trabajadores. Que no ser tratados a tiempo, a futuro se  puede volver un problema de salud pública.

La mayoría de las patologías detectadas en este trabajo pueden ser prevenibles mediante la elaboración de un programa de prevención y capacitación a los taxistas, donde se les proporcione información sobre los riesgos y exigencias que ellos puedan evitar o modificar dentro de su actividad laboral. Con la finalidad de preservar una condición de salud y bienestar que les permita a estos trabajadores tener una vida digna y decorosa.

Agradecimientos: 

Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco, División de Ciencias Biológicas y de la Salud, Maestría en Ciencias en Salud de los Trabajadores. Por brindarme la oportunidad de desarrollarme en este campo de conocimiento.

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología – CONACYT. Por los estímulos económicos que fueron de ayuda durante mi formación profesional.

Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México Asociación Civil, CENFES. Por abrirme las puertas y brindarme las facilidades para poder captar a los participantes en el estudio.

Y a todos aquellos taxistas que participaron de forma voluntaria en el estudio.

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