Departamento Técnico / Instituto Nacional de Silicosis C/Dr. Bellmunt s/n 33006 Oviedo, España
+98 510 80 09 / javier.madera@ins.es
Martínez Fidalgo, Manuel
Departamento Técnico / Instituto Nacional de Silicosis
C/Dr. Bellmunt s/n 33006 Oviedo, España
+98 510 80 09 /
ABSTRACT
ABSTRACT
El RD 286/2006 implica una mayor exigencia en la prevención del ruido, introduciendo además algunos aspectos en los que pueden surgir dudas, dado su carácter novedoso. En este artículo se presentan algunas recomendaciones prácticas surgidas de la experiencia del I.N.Silicosis en diversos trabajos reales, que pretenden ayudar a las empresas a optimizar la prevención frente al ruido derivada del cumplimiento formal de la legislación. Dichas recomendaciones pueden seguirse, en muchos casos, mediante un uso adecuado de los recursos ya asignados al tema por parte de las empresas, sin implicar inversión adicional alguna.
Palabras clave
Palabras clave
Ruido, prevención, seguridad
La entrada en vigor del Real Decreto 286/2006 de protección de los trabajadores frente a los riesgos derivados por exposición al ruido, ha supuesto un incremento de las exigencias reglamentarias al respecto, así como la introducción de varios aspectos novedosos [4]. Esto implica un reto para las empresas en las que se encuentran elevados niveles de ruido, lo cual es bastante frecuente en algunos sectores industriales. Es preciso reconocer que una buena práctica preventiva frente a este riesgo físico se enfrenta a diversas dificultades: complejidad técnica y conceptual de los parámetros implicados, creencias erróneas asimiladas como verdaderas consecuencia de lo anterior así como el hecho de que las consecuencias perjudiciales más importantes del ruido se manifiestan a largo plazo, con la consiguiente disminución de la percepción del riesgo. Si a estas circunstancias se añade la existencia de otros riesgos tradicionalmente considerados más importantes por los trabajadores, y que objetivamente lo son, se entiende que en ciertas empresas, el cumplimiento de la nueva legislación se perciba como una tarea, cuando menos, muy complicada.
El Instituto Nacional de Silicosis, a través de su Departamento Técnico, cuenta con una dilatada experiencia en estudiar la problemática inherente al ruido en el entorno extractivo de interior y exterior, en el que claramente se presentan las dificultades anteriormente comentadas. En este trabajo se comentarán varios aspectos de la prevención encuadrados formalmente en el RD 286/2006 pero que van más allá de un mero cumplimiento del mismo, constituyendo elementos de ayuda para disminuir el riesgo de los trabajadores por exposición al ruido. La información que se presenta a continuación es válida, no obstante, para cualquier sector industrial, y de especial utilidad para aquellas empresas en que algún condicionante específico dificulte la prevención frente a la exposición a ruido.
Se examinará en primer lugar el tema de mediciones de ruido: exigencia y utilidad de las mismas, haciendo algunos comentarios sobre la medición del pico. A continuación se analizará el ruido desde el punto de vista de la seguridad y finalmente se comentará la prevención técnica, todo ello desde una perspectiva aplicada y real.
Mediciones de ruido
El Real Decreto 286/2006 permite evaluar la exposición a ruido sin efectuar mediciones, lo cual constituye un enfoque radicalmente diferente respecto a la exigencia reglamentaria anterior, de acuerdo con el derogado RD 1316/89. Sin embargo, en su Anexo II, el RD 286/2006 indica que “el número, la duración y el momento de realización de las mediciones tendrán que elegirse teniendo en cuenta que el objetivo básico de éstas es el de posibilitar la toma de decisión sobre el tipo de actuación preventiva que deberá emprenderse ...”. Por otra parte, indica la necesidad de estimar la incertidumbre de la medición. Si además se tiene en cuenta que el mismo Real Decreto exige tener en cuenta la interacción entre el ruido y las señales acústicas de alarma (como después se verá) y a aplicar medidas técnicas de prevención (que exigen un conocimiento detallado del tipo de ruido que se esté estudiando) parece surgir una contradicción: no es obligatoria la medición, aunque necesaria.
La solución al dilema parte de la interpretación adecuada del espíritu de legislación: las mediciones no serían necesarias en aquellos casos en que se conoce suficientemente el nivel de ruido a que están expuestos los trabajadores. Debe tenerse en cuenta que el Real Decreto derogado exigía repetir mediciones a intervalos periódicos de tiempo, con lo que, tras 16 años de vigencia del mismo, los niveles de exposición deben ser, en general, sobradamente conocidos. En la práctica, esto tiene su principal aplicación en puestos de trabajo donde el nivel de ruido sea claramente inferior a 80 dBA o superior a 90 dBA. En estos casos, el esfuerzo ha de realizarse para disminuir la exposición,
más que para llevar a cabo evaluaciones de lo ya conocido. Por otra parte, la nueva legislación establece un verdadero valor límite, que no se puede sobrepasar (no era así en el RD 1316/89) pero calculado teniendo en cuenta la atenuación que presentan los protectores auditivos. Una buena práctica del cálculo de esta atenuación pasa por utilizar los valores de ruido medido en octavas. Considerando además que dicho valor límite (con protectores) se sitúa en 87 dBA, es preciso reconocer que, de no contar con el espectro del ruido, será necesario llevar a cabo nuevas mediciones de ruido. Sin embargo, a diferencia de la exigencia anterior, no sería preciso repetir mediciones en años sucesivos si no cambian las condiciones de exposición.
En cuanto a la valoración de la incertidumbre, se trata de una exigencia reglamentariaque entraña serias dificultades, al no existir suficiente bibliografía que permita estimar el error de medición al ubicar el micrófono de los dosímetros. En este sentido, existe una corriente que aboga por presentar los resultados de la medición de la exposición a ruido de los trabajadores con un intervalo de confianza que permita estimar su bondad [1,2,3]. Este tipo de mediciones puede exigir un esfuerzo económico desproporcionado, además de que no permite, en general, conocer el origen del problema de ruido que pueda existir: fuentes de ruido, influencia de cada una de ellas en la exposición total, etc. Por otra parte, tampoco permite extraer información respecto a la interacción entre ruido y seguridad, o para prever soluciones técnicas. Una valoración diferente de la exposición al ruido, de gran riqueza en cuanto a contenido de información útil en prevención, se puede llevar a cabo realizando mediciones combinadas de dosímetro y sonómetro, con las siguientes premisas:
a) Las dosimetrías registrarán el nivel equivalente en intervalos prefijados de tiempo (por ejemplo 1 ó 5 minutos), que permitirán extraer conclusiones cualitativas y cuantitativas (mediante tratamiento con hoja de cálculo) sobre la influencia de cada fase de la tarea en la exposición a ruido total. Esto permitirá establecer escenarios de combinación nivel / tiempo y extraer las conclusiones pertinentes, en temas tan variados como tiempo de utilización de protectores auditivos (fundamental en entornos donde existe un rechazo a los mismos), optimización de las inversiones en soluciones técnicas (evitando actuar sobre fuentes que no influyan en el nivel diario equivalente) o criterios de organización (zonas de descanso o tránsito inadecuadas).
b) Las mediciones con sonómetro complementarán los resultados anteriormenteobtenidos aportando información sobre el espectro del ruido cuando sea preciso: nivel en octavas para seleccionar protectores, interacción del ruido con señales de alarma o comunicación, espectro de una fuente de ruido que ha de aislarse, etc.
Esta metodología, que se detalla incluyendo fórmulas para cálculo en la bibliografía [5] considera la medición como una verdadera herramienta preventiva, evitando el riesgo de convertirla en un fin e si mismo, más que en un método, que se corre cuando se intenta obtener un resultado con exactitud, según la tendencia arriba comentada.
En la figura 1 se resume la idea del método expuesto, comparando la dosimetría conuna grabación a lo largo del tiempo, y la sonometría con una fotografía que aporta información sobre el momento concreto.
Figura 1: La medición como herramienta en prevención
En el gráfico siguiente puede verse la utilidad de la dosimetría, aplicada a un caso real, para determinar en qué fases de la tarea es suficiente utilizar protectores auditivos y garantizar un nivel de exposición inferior al límite legal, diferenciando el nivel equivalente obtenido sin protectores (LAeq), con el nivel equivalente atenuado (LAeqR). De igual forma se analizan y cuantifican el resto de actuaciones comentadas anteriormente.
Figura 2: Utilidad preventiva de la dosimetría
UTILIZACIÓN DE DOSIMETRÍAS:
Perforador en subniveles
LAeq LAeqR
110
100
90
![]() |
8070605040 |
Tiempo Real
En el gráfico siguiente, puede verse un caso real en el que un trabajador presente una notable diferencia de nivel de ruido en verano (84 dBA de nivel de exposición diaria) e invierno (88). Un examen sencillo de la dosimetría de invierno muestra una subida la parada de descanso y manutención, en que se situaba en las proximidades de una estufa en que un elemento neumático (cabrestante) generaba mucho ruido. La solución al problema, en este caso organizativa, es muy sencilla.
Figura 2: Ejemplo de aplicación de la dosimetría para establecer una mejora organizativa
Embarcador de interior
120
100
invierno
80
![]() |
604020 |
Tie m po Real (m in)
La utilidad complementaria del sonómetro, según se comentó, se basa en el conocimiento del espectro de ruido, dato fundamental para cualquier actuación preventiva frente a este riesgo.
Los nuevos valores de pico
En relación directa con el tema de anterior se encuentra la valoración del pico, que sólo puede obtenerse a través de medición, y que cobra especial importancia puesto que con la nueva legislación se aplica una ponderación frecuencial “C” (obteniéndose por tanto el pico en dBC), y además se introducen unos “valores de exposición que dan lugar a una acción” superior (137) e inferior (135). Puesto que la valoración anterior (RD 1316/89) se realizaba con el pico en dB, será preciso llevar a cabo mediciones en casi todos los puestos ruidosos.
Desde el punto de vista práctico, la nueva legislación plantea un problema en algunos casos, en que quizás se pueda estar ante una sobrevaloración del riesgo real. Y ello consecuencia de que el “pico” es un parámetro electrónico sofisticado, que puede plantear problemas, de aplicación o interpretación, en los equipos de campo habitualmente utilizados para realizar mediciones. En efecto, se trata de responder ante la variación de señal con una constante del tiempo de 50 microsegundos, en tiempo real, y en un amplio espectro de frecuencias con la dificultad añadida que ello supone. No abundan estudios de campo que permitan cuantificar este tipo de problemas, pero la práctica del higienista corrobora lo anterior, cuando se encuentra picos elevados en mediciones en que el ruido es razonablemente continuo, y la respuesta del oído durante la medición no avala la existencia de ruidos con un elevado nivel de pico (téngase en cuenta que el ser humano cuenta con un “reflejo de sobresalto” o “reflejo no acústico” que le advierte de estas situaciones). Igualmente, la experiencia demuestra que ligeras alteraciones físicas del micrófono durante la medición (como algún pequeño golpe) pueden desencadenar, en algunos equipos, elevados niveles de pico.
Es fundamental tener en cuenta igualmente que tanto el valor límite (140 dBC actualmente, 140 dB en la legislación derogada), como los valores de acción, obedecen a un acuerdo arbitrario, sin una evidencia clara que permita la cuantificación con semejante nivel de exactitud, ni siquiera epidemiológica. Se llegó a este acuerdo para unificar diferentes criterios de valoración de ruido impulsivo y de impacto que en su momento se utilizaban, y que en ocasiones entrañaban grandes dificultades para ser llevados a la práctica.
Por todo lo anterior, la valoración del ruido de pico exige una reflexión sobre la bondad del resultado obtenido durante la medición, especialmente en aquellos casos en que la directa apreciación del técnico durante la misma no permita determinar la existencia
de niveles instantáneos elevados.
Como muestra de las implicaciones que las nuevas exigencias pueden tener, se facilitan a continuación dos ejemplos reales.
En primer lugar se trata de una medición durante 7,2 horas, del conductor de un “dúmper” en una explotación minera de exterior (tipo cantera a cielo abierto) . Como se puede ver en dicha gráfica, el nivel de pico supera en una ocasión los 137 dBC, valor de acción superior, que obliga al empresario a tomar una serie de medidas (similares a las que era preciso tomar con el RD 1316/89 cuando se superaban los 90 dBA de nivel diario equivalente).
Figura 3: Ejemplo de una única superación de los 137 dBC del nivel de pico
PICO EN dBC (DUMPER)
142,0
140,0
138,0
136,0
134,0
132,0
130,0
Medición durante 7,2 horas
En las gráficas siguientes se presenta un puesto de trabajo, en una retroexcavadora, en que se obtiene una dosimetría de 82,1 dBA, de bajo (relativamente hablando) riesgo por exposición al ruido. La gráfica de la dosimetría presenta un perfil razonablemente continuo. Sin embargo, la valoración del nivel de pico, que sobrepasa el valor de acción de 137 dBC en 2 ocasiones, situaría al trabajador en lo equivalente a una exposición superior a 85 dBA de nivel diario equivalente.
Figura 4: Dosimetría de un trabajador de pala retroexcavadora. LAeqd = 82,1 dBA
![]() |
LAeq (1min) - Trabajador en Retro120,0100,080,060,040,020,0 |
0,0
6 horas
140,0139,0138,0137,0136,0135,0134,0133,0132,0131,0130,0
Ruido y Seguridad
El Real Decreto 286 incorpora en su artículo 6.5.e, como aspecto novedoso, la exigencia de tener en cuenta la “interacción entre el ruido y las señales acústicas de alarma”. Esto cobra particular importancia en aquellas empresas en que existan puestos de trabajo en los que la audición de señales acústicas de alarma puede resultar decisiva (maquinaria móvil, arranque y parada de máquinas, etc). Además, pueden existir puestos de trabajo en que mediante un sistema de comunicación determinado se transmitan mensajes de alarma, órdenes de evacuación o información general en caso de una emergencia.
A continuación se presenta el trabajo desarrollado al respecto en una empresa minera de interior (Hullas del Coto Cortés, Asturias), en lo concerniente a la valoración de la posibilidad de comunicación de emergencia en presencia de ruido, en los puestos de trabajo de minería de interior que podrían actuar de enlace en tal situación.
El trabajo desarrollado, en el marco de un Convenio de Colaboración entre el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y el Instituto nacional de Silicosis, es pionero por tener un marcado carácter práctico. Se trató de evaluar con técnicas al alcance de cualquier técnico en prevención (sonómetro que analice en octavas), en un entorno complicado (mina de carbón de interior), la inteligibilidad y audición, lo que normalmente requeriría metodologías más sofisticadas y entornos más sencillos.
Los resultados que se presentan pueden ayudar a las empresas a desarrollar alguna actuación en temas de seguridad, comunicación y ruido de fondo, si bien está claro que se precisan más investigaciones y estudios al respecto.
En primer lugar se determinaron los puestos de trabajo en que las señales de alarma o comunicación podrían verse afectadas por el ruido. A continuación se valoraron las normas técnicas existentes así como la viabilidad de su aplicación. A partir de las conclusiones extraídas en dicha valoración se llevaron a cabo mediciones de la audición en presencia de ruido, para sacar las conclusiones pertinentes y establecer las mejoras necesarias para garantizar la seguridad de los trabajadores.
Los puestos de trabajo que entrañaban riesgo fueron determinados por la Dirección de la Empresa, lo cual se debe incluir como parte de la Evaluación de Riesgos, y es una primera aproximación al cumplimiento de la exigencia del RD 286/2006 antes comentada.
Las normas cuya aplicación se valoró fueron: UNE EN ISO 9921 [6]sobre evaluación de la comunicación verbal, UNE EN ISO 7731 [7]sobre señales acústicas de peligro, e ISO 8201 [8]sobre audibilidad de señales de emergencia y evacuación.
Los puestos analizados presentan diferencias, pero en general puede decirse que el trabajador no está asignado a una posición fija, sino a una zona variable en las proximidades del sistema de comunicación, donde realiza otras tares (como por ejemplo limpieza material desbordado por cintas transportadoras, control visual del correcto funcionamiento en la zona, etc). Además, las emisoras suelen estar en las proximidades de elementos más o menos ruidosos: motores de cintas transportadoras, puntos de vertido…
En cuanto al análisis de las normas, es preciso tener en cuenta que se siguieron criterios de simplicidad y aplicabilidad, en el sentido de huir de los aspectos farragosos o especialmente complicados de las mismas, que hicieran inviable su aplicación por parte de personal no especializado. Además, fue preciso en algunos casos hacer interpretaciones de los criterios expresados en la norma, originalmente previstos para otras situaciones. En cualquier caso, se trata de establecer unos criterios objetivos, más o menos aceptables, para evaluar la interacción ruido / seguridad, en ausencia de sistemas de evaluación específicos.
La primera norma citada se examinó para extraer algún parámetro que permita conocer la inteligibilidad de la comunicación establecida, es decir: la capacidad de discernir el mensaje recibido. Se adoptó el parámetro denominado SIL , que se obtiene según las fórmulas siguientes:
1 4kHz
4 500 Hz
LS,A,L= Nivel de presión sonora ponderado A equivalente del diálogo en el oído del oyente.
LN,oct,i= Presión sonora de octava del ruido ambiental en el oído del oyente, en la banda de octava “i”
En definitiva, se trata de restar al nivel de conversación (medido en dBA, Slow) el nivel de ruido de fondo obtenido como la media aritmética de las octavas 500 a 4 kHz, medidas en dB), y comparar el resultado así obtenido con los criterios indicados en la norma.
En cuanto a la norma UNE EN ISO 7731, se utilizó para evaluar la audibilidad de la llamada de emergencia, es decir, si el trabajador desde su puesto de trabajo podía distinguir que a través de la emisora se le requería por una situación de emergencia.
El punto 4 de la norma indica los requisitos de audibilidad de la señal para garantizar la
seguridad, que pueden determinarse a partir de niveles globales, en octavas o tercios de octava. En este caso se optó por el criterio de nivel global en dBA: diferencia entre el nivel de la señal y el ruido de fondo: 15 dBA, medidas ambas con constante del tiempo Slow.
Respecto a la norma ISO 8201 se desestimó completamente, por estar prevista para situaciones completamente diferentes a las examinadas, sin encontrar posibilidad de adaptación.
Una vez definidos los parámetros de medición, de acuerdo con la revisión de normas comentada, se analizaron los puestos de trabajo como se indica:
a) Valoración de la inteligibilidad de la comunicación
b) Valoración de la audición de los avisos de emergencia
c) Valoración subjetiva
d) Definición de posibles mejoras
En las figuras 6 y 7 se muestran los resultados de inteligibilidad y audición obtenidos, para uno de los puestos de trabajo examinados.
Figura 6: Valoración de la inteligibilidad mediante el SIL
![]() |
Inteligibilidad de la emisora (SIL) Vertido Z125 Excelente20151050 Leq LMax |
Figura 7: Valoración de la audibilidad de aviso de alarma (correcta si LAA-LAF >15 dBA)
![]() |
Aviso de emergencia / Ruido de fondo (Inst) Vertido Z1908580757065 LAF |
LAA60
En este caso la valoración subjetiva coincidió con la objetiva: buena inteligibilidad, pero imposibilidad de distinguir el aviso de alarma.
En cuanto a la definición de posibles mejoras, fueron analizadas diferentes posibilidades, en función de cada puesto de trabajo concreto. Las soluciones planteadas, de forma general, fueron:
• Elevar el nivel de emisión de los comunicadores y revisar su estado periódicamente• Instalar una zona de apantallamiento acústico del punto de comunicación, que permitiera al trabajador mantener el control visual de su zona de operaciones oyendo perfectamente las señale de alarma.• Introducir en la tarea del trabajador una aproximación a la emisora, a intervalos de tiempo determinados, para comprobar que no se están transmitiendo mensajes de alarma.
Como conclusión general de esta parte, cabe decir que con una metodología similar a la aquí descrita, puede realizarse una importante acción preventiva en temas de interacción ruido / seguridad, de acuerdo con ciertos criterios objetivos, adaptados del estado del arte de la acústica aplicada actual. La evaluación de la situación, incluidas mediciones, puede llevarse a cabo dentro de las tareas de prevención desarrolladas en las empresas, y las soluciones que puedan ser precisas, no requieren necesariamente inversiones notables.
Ruido y actuaciones técnicas
En ocasiones existe temor para implantar soluciones acústicas, que se consideran en muchos casos excesivamente costosas y en otros de bajo rendimiento o poca utilidad. En el sector de la minería de interior, además de estas circunstancias, se da el agravante de contar con un ambiente muy hostil, donde los materiales e instalaciones se deterioran notablemente con el uso y el paso del tiempo.
A continuación se muestran dos ejemplos de soluciones acústicas llevadas a cabo en la empresa de mina de carbón Hullas de Coto Cortés, que demuestran la posibilidad de llevar a cabo soluciones técnicas con un mínimo impacto económico. Estas soluciones acústicas se desarrollaron partiendo de las siguientes premisas:
• Actuar sobre elementos habituales en los puestos de trabajo, o que tengan un valor añadido formativo (concienciar sobre la necesidad de aplicar protección auditiva). Se seleccionaron, por ello, fuentes de ruido frecuentes, de forma que directa o indirectamente afecten a todos los trabajadores. El silenciamiento de dichas fuentes mejorará en algún caso la exposición particular de ciertos trabajadores y, en general, mejorará el ambiente “acústico” de la mina.
• Diseñar las soluciones compatibles con el entorno de trabajo y sus dificultades, considerando todos los aspectos implicados: dimensión, peso, durabilidad, etc.
• Se buscaron soluciones acústicas económicas, que pudieran ser fabricadas con los medios de la propia empresa, sin acudir a la subcontratación o intervención de empresas especializadas en aislamiento acústico.
Se decidió silenciar los siguientes elementos:
Turbinas neumáticas de 300 mm por ser un elemento omnipresente en minería y muy ruidoso. Estas turbinas suelen presentar niveles de presión sonora entorno a 100 dBA en sus proximidades, y es preciso tener en cuenta que las altas condiciones de reverberación de la mina, así como su geometría (galerías estrechas) hace que su presencia se detecte en zonas relativamente lejanas respecto al punto de ubicación de las mismas, agravado el problema el hecho de presentar un espectro con elevados componentes agudos.
Bombas neumáticas de mariposa: se trata de un elemento muy frecuente en la Empresa, tanto en puntos fijos como en zonas de tránsito de los trabajadores, con lo que su molesto ruido (niveles superiores a 100 dBA destacando las frecuencias agudas) afecta, de una u otra forma, a gran parte de los trabajadores de la explotación.
En la tabla siguiente se muestran las atenuaciones conseguidas.
Tabla 1: Atenuación obtenida en los equipos silenciados
SPL |
SPL atenuado |
Atenuación |
Observaciones |
|
Turbina 300 |
99 |
79 |
20 |
Medido en galería, a 1 m. turbina |
Bomba |
103 |
77 |
25 |
Medido en el exterior, a 1 m de la bomba (campo prácticamente libre) |
SPL: Nivel de presión sonora en dBA
El silenciador para turbina se diseñó siguiendo la concepción de silenciador por absorción. Puesto que las turbinas se sitúan en el intermedio de dos tubos de hierro de 1,25 metros de longitud, se revistió interiormente estos tubos de lana de roca (de baja densidad para minimizar el peso del silenciador) variando el espesor para comprobar, en pruebas reales, que no se resentía de forma notable el caudal de ventilación suministrado por dichas turbinas. Se llegó así a un silenciador óptimo de longitud: 1 metro, y espesor del revestimiento aproximadamente 3 cm (con tela interior de protección perforada). En las fotografías siguientes puede verse el silenciador durante la fabricación y una vez instalado.
Fotografía 2: Relleno del silenciador con lana de roca
Fotografía 3: Silenciador instalado. La galería de ensayos era una galería exactamente igual a las de trabajo, fuera de servicio actualmente.
El silenciador para bomba se basa en principios acústicos más complicados, pues se trata de conseguir un elemento de reducidas dimensiones y capaz de presentar una gran atenuación sin generar una pérdida de presión importante que se traduciría en pérdida de rendimiento del equipo. Este tipo de silenciadores requieren un diseño avanzado mediante modelización numérica y el ensayo de prototipos. Con el fin de respetar el criterio de llevar a cabo soluciones técnicas económicamente viables, se optó por desarrollar el silenciador sin la fase de modelización numérica, aunque sí se fabricó un prototipo que permitió ensayar diversas posibilidades antes de definir el silenciador óptimo. En las fotografías siguientes se muestran los trabajos realizados. Cabe destacar que los ensayos se hicieron tomando como referencia la respuesta normal de la bomba, evitando utilizar parámetros técnicos rigurosos (medición exacta de caudales o presiones) que hubieran encarecido el estudio, lo cual se trató de evitar en todo momento, para hacer los resultados más fácilmente exportables.
Fotografías 4 y 5: Prototipos inicial y final de silenciador para bomba
Fotografías 6 y 7: Ensayos de respuesta de la bomba con silenciador: caudal evacuado y presión.
CONCLUSIONES
El Real Decreto 286/2006 plantea nuevos retos y mayores exigencias para una acción preventiva, lo cual puede acometerse, por parte de una empresa, con un costo perfectamente asumible, incluso cuando se trate de sectores industriales altamente ruidosos. Con el fin de ilustrar lo anterior, se han mostrado algunas metodologías que pueden resultar útiles para llevar a cabo esta tarea, basadas en experiencias prácticas reales:
Realización de mediciones de exposición a ruido utilizando la dosimetría como herramienta de trabajo en prevención, más allá de una mera evaluación numérica.
Evaluación de la influencia de ruido en temas de seguridad (alarma y comunicación de emergencia).
Ejemplos prácticos de soluciones acústicas llevadas a cabo con medios aportados por la propia empresa.
REFERENCIAS
1. Cagno E. , Di Giulo A., Trucco P. Statistical evaluation of occupational noise exposure. Applied Acoustic, 66, 297-318, 2005.
2. Grzebyk M., Thiery L. Confidence intervals for the mean of sound exposure levels.
Am Ind. Hug. Ass J., 64, 640-645, 2003.
- 3. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. NTP 270: Evaluación de la exposición a ruido.
- 4. Madera García, J. El Sector extractivO y de beneficio de minerales ante las nuevas exigencies de riesgos físicos: ruido y vibraciones. Industria y Minería, 2005
- 5. Madera García, J. Alvarez Santos, J. La medición del ruido: una herramienta para la prevención. Canteras y Explotaciones 487, Septiembre 2007
- 6. UNE EN ISO 9921 (ISO 9921:2003) “Ergonomía. Evaluación de la comunicación verbal”
- 7. UNE EN ISO 7731 (ISO 7731:2003) “Ergonomía. Señales de peligro para lugares públicos y lugares de trabajo. Señales acústicas de peligro”
- 8. ISO 8201:1987. “Acoustics. Audible emergency and evacuation signal”
- 9. para evaluar la audibilidad
Papers relacionados





