El Instituto Asturiano de Prevención de Reisgos Laborales investiga 150 accidentes laborales mortales y graves al año
El Instituto Asturiano de Prevención de Reisgos Laborales investiga 150 accidentes laborales mortales y graves al año
El Instituto de Prevención de Riesgos Laborales investiga al año alrededor de 150 accidentes laborales mortales, graves y algunos leves en función de las circunstancias que hayan concurrido. El dato lo aportó ayer la directora del organismo, Myriam Hernández, en la presentación de la guía que ha editado la Universidad de Oviedo para investigar sobre este tipo de sucesos en la empresa. La cátedra Asturias Prevención, que dirige Antonio León García Izquierdo, ha contado con el apoyo del instituto y la colaboración del Club Asturiano de la Calidad, con 260 socios.
Según añadió Hernández, en cada accidente concurren más de tres causas, «por lo que se puede incidir en modificar los resultados. Eso de que el accidente es impredecible...». En el 66% de los casos, concurren «causas organizativas y en el 56%, las derivadas de la gestión de la prevención. Es decir, que se trataba de poner sobre la mesa el procedimiento adecuado, no equipos caros».
9.946 en 2020, la mayoría leves
Mónica Zuazua, investigadora de la Fundación Universidad de Oviedo y que ha participado en la publicación, apuntó que 2020 cerró en Asturias con 9.946 accidentes laborales con baja. El 99% de ellos, leves. Tienen esta consideración, dijo, aquellos que se considera que no dejan secuelas. «Pero siempre las hay. En el plano físico, en el psicológico (tanto los heridos como los testigos); deja efectos en el entorno familiar, impactos negativos en el desempeño, afectaciones organizacionales...». Por tanto, «ningún accidente es tan pequeño para no investigar». Y lo que recoge la guía son las fases para llevarla a cabo. Empezando por las actuaciones inmediatas y la preparación de la investigación «con la metodología adecuada y teniendo claro los objetivos y recursos», para pasar después a las fuentes de información para analizar los hechos, sacar el máximo provecho de la información recabada y proponer medidas, y acabar con la exposición de detalles y las intervenciones posteriores.
Otra de las autoras es Paz Menéndez Sebastián, profesora titular del Derecho de Trabajo de la Universidad de Oviedo. «La imprudencia temeraria (por parte del trabajador) desmonta la consideración de accidente de trabajo, no así la imprudencia profesional». Por eso, afirmó, si el proceso se judicializa, la calificación final tiene importancia y ésta viene del proceso de investigación.
Su labor se ha centrado en especificar las obligaciones que tiene el empresario de comunicarlo, los mecanismos que existen si éste no cumple diligentemente con su obligación (como denunciar ante Inspección), el proceso de ésta y las consecuencias que puede acarrear, como levantar un acta de infracción, ordenar las paralización de actividades laborales y la propuesta de reconocimiento de prestación a favor de los accidentados.
Fuente: Elcomercio