El precio de los catarros y los 'lunitis': el absentismo laboral cuesta 9.200 millones anuales al Estado y las empresas
El precio de los catarros y los 'lunitis': el absentismo laboral cuesta 9.200 millones anuales al Estado y las empresas
Un estudio elaborado por la consultora Adecco, la escuela de negocios IESE y el despacho de abogados Garrigues calcula que las ausencias de los empleados españoles de sus puestos de trabajo, tengan o no justificación, tienen un impacto anual de más de 4.700 millones para la Seguridad Social y de 4.500 millones para el tejido empresarial. También alerta de que el ‘efecto crisis’ en el absentismo se ha agotado: en 2014 ha subido por primera vez en seis años.
El temor a perder el empleo, a enfrentarse a una reducción de sueldo o a sufrir cualquier otro tipo de sanción por parte de la empresa han sido los factores que han reducido el absentismo laboral en España durante los últimos años. Los expertos aseguran que los trabajores incluso han evitado darse de baja cuando debían haberlo hecho.
Desde el pico de 2007 (cuando el porcentaje de las horas no trabajadas por los empleados españoles rozó el 5%), el indicador mantuvo una clara tendencia a la baja (en 2010 se quedó en el 4,7%) hasta 2013 (cuando se situó en el 4,1%). Sin embargo, durante el año pasado empezó otra vez a repuntar.
Según el estudio, el absentismo laboral subió el pasado ejercicio por primera vez en seis años y vuelve a situarse en el 4,4%; esto es, en máximos desde 2011.
“La primera conclusión a destacar en este análisis es que, ya desde el último trimestre de 2013, asistimos a tímidos pero continuados síntomas de recuperación económica a los que no ha sido ajena la evolución del absentismo. Las cifras que manejamos indican que la tendencia decreciente ha llegado a su fin y que el ‘efecto crisis’ en las ausencias del puesto de trabajo ha agotado su potencial”, explica el estudio.
Este repunte del absentismo no es un simple dato más: supone un mayor número de horas de trabajo ‘perdidas’ y tiene un impacto multimillonario tanto para el Estado como para el tejido empresarial. Sin ir más lejos, el estudio calcula que la ausencia de los trabajadores españoles en su puesto de trabajo conlleva un coste de 9.270 millones de euros anuales, que se reparte casi a partes iguales entre la Seguridad Social (unos 4.770 millones) y las empresas (en torno a 4.500 millones).
La tasa de absentismo no tiene en cuenta ni las vacaciones, ni los festivos, ni siquiera las horas incluidas Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs). Por tanto, deja fuera a todas aquellas ausencias pactadas de antemano por empleador y trabajador.
Lo que sí contempla es la cantidad de horas que la empresa espera que trabaje el empleado y que, sin embargo, finalmente no son trabajadas, ya sea con justificación o sin ella. Así pues, su cómputo engloba múltiples ausencias: cuando un empleado no puede ir a trabajar porque ha tenido un accidente de tráfico, las bajas de maternidad/paternidad, las bajas en la recta final del embarazo, las huelgas, las enfermedades leves, las ausencias por representación sindical, situaciones de estudio o exámenes o los llamados ‘efecto lunes’ o ‘efecto puente’.
El estudio también dedica un apartado especial a comparar las cifras de absentismo en España con otros países del entorno, que deja entrever que nuestro país siempre ha tenido una tasa de horas no trabajadas elevada. Sobre todo en lo que se refiere a las bajas laborales.
Según sus cálculos, la media de días perdidos por trabajador y año entre 1960 y 2012 en el caso español se sitúa en 10,7 días, lo que significa que compartimos el promedio de Suiza, que estamos ligeramente por encima de los países nórdicos (la media en Finlandia es de 8,4 días y en Dinamarca, de 7 días) y que más que duplicamos la cifra de Estados Unidos (cuyo promedio es de 4,8 días).
“Entre los factores causantes del absentismo -institucionales, socioeconómicos, las condiciones laborales y el tipo de empresa-, los expertos coinciden en señalar que uno de los más importantes es el institucional, entendido como el marco que establece la cuantía de las prestaciones en situación de baja y las facilidades de tramitación. Numerosos autores afirman que el absentismo es superior en aquellos países en los que la cobertura por enfermedad es más generosa y/o se obtiene con más facilidad”, concluye el estudio.
Fuente: Idealista