En Euskadi, la siniestralidad real supera en un 50% a la oficial
En Euskadi, la siniestralidad real supera en un 50% a la oficial
Desgraciadamente sigue habiendo muertos en el ámbito del trabajo que no aparecen en la estadística oficial, aunque, afortunadamente, cada vez menos. Si apenas hace siete años en 2007, sólo de enero a julio la siniestralidad real duplicó a la oficial con 56 trabajadores fallecidos frente a los 28 contabilizados, a lo largo de 2013 se ha pasado de 30 muertos recogidos en la estadística homologable frente a los 46 que ya figuran en los preinformes del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral, Osalan, pero que luego se descuelgan de la estadística debido a los criterios de cómputo del sistema utilizado en todas las comunidades autónomas.
El consejero de Empleo y Políticas Sociales, Juan Maria Aburto lo reconoció este miércoles y explicó que esa discrepancia no tiene nada que ver con manipular u ocultar las cifras, tal y como le acusan los sindicatos, sino con una manera de contabilizarlos de “forma más coherente”, aunque el Gobierno tenga en cuenta ambas.
De hecho, los 30 muertos oficiales de 2013 suponen un 13,8% menos que en 2012. La discrepancia de los dos sistemas de cómputo se debe a que el oficial discrimina a los fallecidos cuyo centro de trabajo está fuera de Euskadi —computan en otra comunidad— a los cooperativistas y a los autónomos que no cotizan por accidentes de trabajo.
El año pasado las empresas vascas contabilizaron 24.318 accidentes de trabajo con baja en jornada laboral, un 3,9% menos que en 2012. En cuanto a los accidentes graves, se registraron 139, un 3,5% menos.
Atendiendo al género, el número de accidentes en jornada laboral y el índice de incidencia de los mismos con baja es mayor en hombres que en mujeres. Así, en el caso de los varones son casi 48 de cada 1.000 los que sufren un accidente laboral, mientras que en el de las mujeres la cifra se reduce a 20 de cada 1.000.
Por el contrario, las mujeres sufren el mayor número de accidentes durante el trayecto para ir o volver al trabajo, los denominados accidentes in itinere que no hay por qué identificarlos con accidentes en coche. En concreto, más de 6 mujeres por cada 1.000 trabajadoras se ven afectadas por incidencias de este tipo, casi el doble que en el caso de los hombres.
La explicación de este tipo de accidentes, que en su mayoría son leves, de debe al tipo de calzado que usan las mujeres y que en ciertas circunstancias pueden propiciar tropezones o torceduras.
Otro de los datos que se extrae del informe es que el índice de incidencia de accidentes laborales se da en mayor proporción entre los menores de 25 años, si bien los accidentes laborales mortales afectan en mayor medida a trabajadores mayores de 44 años.
Otro dato a resaltar es que el 70% de los trabajadores que el año pasado sufrieron accidentes laborales eran empleados directos de la empresa principal, y sólo el 7,9% de los siniestros correspondieron a empleados de contratas. Pese a ello Aburto sostuvo que en su opinión, la calidad del trabajo, y por lo tanto de la seguridad, se deteriora a medida que aumentan las cadenas de contratos.
En cuanto a las enfermedades profesionales el pasado año se contabilizaron en Euskadi 2.662, un 3% más. También ha crecido el número de trabajadores controlados con revisiones médicas por estar o haber estado en contacto con el amianto. Hasta ayer había 6.521 afectados. 1.469 trabajan con ese material y el resto, 4.844 han estado en contacto en el pasado.
Fuente: EL PAÍS