¿Se puede ser feliz trabajando?
¿Se puede ser feliz trabajando?
Está en juego algo más que su sueldo, su felicidad
Tener un trabajo ya es motivo de felicidad, pero cuando queremos ir más allá del concepto trabajar, y nos preguntamos ¿qué es necesario para que cada mañana cuando suena el despertador, un impulso nos haga saltar de la calidez de las sábanas hacia un nuevo día que nos tenemos que inventar?; ¿qué es lo que nos hará sonreírle al espejo, si por delante nos queda una larga jornada, en las que nos debemos a las necesidades de otros?
La idea de sentirnos felices en el trabajo nos lleva a pensar en términos de motivación, creatividad, realización, reconocimiento, ….aspectos que, desafortunadamente, no suelen ser los habituales en las organizaciones. Las personas , en nuestra labor diaria, en la mayoría de ocasiones, no necesitamos tanto para sentirnos bien, a veces, es suficiente con estar contestos, alegres, para considerarnos relativamente felices, y esta felicidad tiene que ver con hechos cotidianos, simples, que son fáciles de conseguir y provocar; es suficiente con sabernos parte de una colectividad, con poder compartir con las personas que conforman ese entorno en el que nos desarrollamos durante ocho horas diarias, cientos de horas a lo largo del año…..; que nuestro entusiasmo, proyectos, retos, logros, le interesan a nuestros compañeros; que se alegran, emocionan y preocupan con y por nosotros, el ambiente relacional es uno de los aspectos más valorado por los trabajadores para sentir que forma parte de un Proyecto; es necesario sentir que en ese entorno nos sentimos seguros, porque estamos juntos, y también porque ese lugar es fiable, ya que reúne las condiciones de seguridad y salud necesarias para que lo percibamos como una prolongación de nuestro hogar, lo personalizamos para humanizarlo, es un puesto de trabajo, pero lo hacemos nuestro, de ahí que nos identifiquemos con él, no solo como tarea a desarrollar, sino como nuestro espacio, físico, emotivo, nuestra “pequeña parcela” pasamos en él casi las mismas horas al día que pasamos despiertos en nuestros hogares.
Uno de los aspectos fundamentales para conseguir esa sensación de felicidad, es sentir que nuestro trabajo es provechoso, que aplicamos en el todo nuestro conocimiento y habilidades, sentirse invisible es malo! . Y que la labor que nos ha sido encomendada, nos interesa, porque en ella buscamos crecimiento, aprendizaje, que nos produce satisfacción, la satisfacción de la “feina feta”, de la tarea bien realizada, hemos conseguido eficiencia, porque nos hemos preocupado por dar una vuelta más para conseguir que sea algo mejor, mejor producto; mejor acabado; más….. Ascender ya no motiva, nos interesa más crecer horizontalmente, aprender, conectar, enriquecerse emocionalmente, crecer como persona…….
Sin embargo, en las organizaciones se contrata a las personas para que realicen funciones concretas, sin tener en cuenta que puedan hacer otras de mayor valor, sin ofrecerles libertad ni flexibilidad para que puedan aportar y participar en el ámbito de sus intereses, que pueden además, redundar en beneficio de la organización
Es necesario que los departamentos de recursos humanos sean más sociales, y configuren el nexo de unión de todos los trabajadores, y que su tarea fundamental sea desarrollo y potenciación del talento en beneficio de la Organización, pero también de sus personas, con ello conseguirán que se produzca un cambio en el compromiso de los empleados a todos los niveles de la organización, teniendo como objetivo lograr la competitividad y la respuesta a los desafíos económicos, y como beneficio colaboradores más felices, y por tanto más sanos.