¿A quién temen los metales pesados?

¿A quién temen los metales pesados?

La presencia de metales pesados en el agua ha sido y sigue siendo una de los temas ambientales que más preocupan a la sociedad. En esta entrada, hablaremos del uso de un residuo de la industria vinícola para su tratamiento, ¿me acompañas?
15 Junio 2015

Cuando llevas algunos años en la investigación en temática ambiental, te encuentras con muchas ideas disparatadas que te dan la satisfacción de funcionar. Alguien dijo una vez que muchas cosas maravillosas suceden cuando la química funciona, qué sabio era...

La primera vez que entré en un laboratorio de investigación era una pipiola que empezaba tercero de carrera y me dijeron que iba a eliminar metales pesados con raspo de uva. Recuerdo mi cara de estupefacción y la pregunta de: Perdona, ¿el qué de uva?. Pues el susodicho raspo, es el resto de madera que queda una vez se ha prensado la uva para la producción de mosto. Sin irnos más lejos, en Vilafranca del Penedés, después de la época de vendimia hay montañas y montañas de raspo esperando ser incinerado...

La rapa se limpiaba, se secaba y se trituraba para obtener la fracción de tamaño adecuado en función del escalado del experimento -en esto no entraré en detalles porque sino, no acabaría nunca-. Y nos pusimos a trabajar para comprobar si eran efectivos para la eliminación de plomo, zinc, cadmio y cobre de las aguas residuales.

Dicho y hecho, nos pusimos manos a la obra y, no puedo hablar por mis compañeros, pero yo era bastante reticente... Después de un experimento de 3 semanas con inundaciones mañaneras incluidas, me llevé la grata sorpresa de tener que tragarme mis palabras al comprobar que el raspo de uva, eliminaba más del 90% del plomo presente en las aguas y alrededor de un 40% de cobre. Es más, no sólo eliminaba metales pesados, sino que remineralizaba el agua aumentando la concentración de calcio, sodio y magnesio.

Después de un año de alegrías, pocas horas de sueños y muchos cafés, mi tarea en el laboratorio acabó, pero sé de buena fe que el raspo sigue dando alegrías en la depuración de níquel y cromo de los baños de recubrimientos y... quién sabe, quizás de aquí un tiempo ya no tengamos que incinerar las montañas de raspo y los usemos en estaciones depuradoras de aguas residuales y depuradoras industriales.

Y para acabar, aquí, en petit comité, me cuentan que están investigando con posos de café... 

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