¿Qué podemos aprender de Japón sobre Economía Circular?

¿Qué podemos aprender de Japón sobre Economía Circular?

Una nueva investigación arroja luz sobre la experiencia japonesa con la economía circular y ofrece propuestas para los países que aspiran a transformar sus propias economías.
23 Enero 2024

Un estudio, llevado a cabo por investigadores del Instituto Copérnico de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Utrecht, en Países Bajos, y publicado en Circular Economy and Sustainability, explora diversos puntos de vista de académicos, medios, empresas, autoridades gubernamentales y ONG japonesas, y arroja luz sobre la experiencia japonesa con la circularidad, ofreciendo valiosas ideas para los responsables políticos y las partes interesadas de los países que aspiran a transformar sus propias economías.

Japón fue uno de los primeros países en adoptar los principios de la economía circular y tiene su propia forma de entender y aplicar el concepto. Sin embargo, el enfoque japonés de la economía circular ha sido relativamente inexplorado en la investigación académica en occidente, a pesar de su relevancia para abordar los retos sociales y ecológicos del siglo XXI. Aunque el gobierno japonés fue uno de los primeros en adoptar las políticas de economía circular y desarrolló el concepto de la Sociedad del Ciclo Sólido de los Materiales a principios de la década de 2000, sus políticas sobre este modelo han sido poco investigadas y comprendidas.

El estudio se realizó a través de una combinación de análisis de políticas, medios, entrevistas a grupos de interés, análisis de contenido cualitativo, y análisis de presencia de grupos de interés. Los resultados muestran que, si bien los discursos de EC en Japón son bastante diversos, en su mayoría se enmarcan en el tipo de discurso de la Sociedad Circular Reformista, con algunos elementos de la Economía Circular Tecnocéntrica y la Sociedad Circular Transformacional. Los resultados también muestran que las empresas y los académicos estaban representados en número superior en las reuniones políticas y en los medios de comunicación, en comparación con las ONG y los actores de los gobiernos locales, que son más propensos a mantener discursos sobre circularidad transformacional.

La mayoría de los discursos sobre la circularidad en Japón se centran en una narrativa optimista sobre el crecimiento, que hace hincapié en las tecnologías innovadoras y carece de una comprensión más sólida de la justicia social y los límites planetarios. Sobre la base de estos hallazgos, el estudio sugiere recomendaciones, tales como revisar el pensamiento ecológico japonés y la filosofía budista, que pueden inspirar enfoques de circularidad orientados al decrecimiento, así como abarcar una mayor participación de los grupos sociales alejados en el desarrollo y la implementación de políticas y prácticas de economía circular. Al destacar los desafíos de la implementación del modelo circular en Japón, el estudio sugiere orientaciones para definir un camino socialmente más inclusivo y ecológicamente sostenible hacia una sociedad circular.

¿TECNOCENTRISMO O TRANSFORMACIÓN?

«Las políticas japonesas de economía circular se centran en gran medida en el reciclaje, las tecnologías de recuperación de energía, el crecimiento económico y la innovación», explica Walter Vermeulen, profesor asociado del Instituto Copérnico de Desarrollo Sostenible. «Esto significa que se alinean con una visión Tecnocéntrica de la circularidad que hace caso omiso de los elementos de justicia social, y no busca reducir los principales motores del consumo excesivo y la sobreproducción». El estudio subraya que estas prácticas podrían acabar reproduciendo y agravando las injusticias actuales en el acceso a los recursos materiales y energéticos, y superando los límites planetarios.

Por otro lado, los investigadores también descubrieron que determinadas partes interesadas en Japón tienen un enfoque más transformador de la circularidad. Por ejemplo, los gobiernos locales abordan problemas como la sobre la explotación desmedida de recursos y el consumo excesivo, y las ONG japonesas defienden la justicia climática y opciones de circularidad más transformadoras como reducir, reutilizar y reparar. «El impulso de las consideraciones sociales y ambientales en la economía circular suele proceder de organizaciones locales “desde la base hacia arriba” que suelen tener ambiciones más transformadoras que los responsables políticos de alto nivel», afirma Risa Arai, estudiante de Maestría en Desarrollo Sostenible de la Universidad de Utrecht.

DESEQUILIBRIO DE PODER

Al mismo tiempo, la investigación descubrió que las ONG suelen quedar excluidas de las reuniones gubernamentales de toma de decisiones a nivel nacional, donde las empresas privadas y los economistas están sobre representados. Este desequilibrio de poder lleva a los investigadores a destacar la falta de inclusividad en el proceso de toma de decisiones japonés.

«La falta de democracia en la toma de decisiones replica las actuales políticas centradas en el crecimiento, lo que conduce a una transición a la economía circular que solo beneficia a unos pocos actores industriales poderosos, y no conduce a revertir las tendencias actuales e insostenibles de pérdida de biodiversidad, sobreconsumo y sobreproducción de recursos, pobreza global y desigualdades en las relaciones económicas y políticas», explica Martín Calisto Friant, Investigador del Instituto Copérnico de Desarrollo Sostenible.

Además, es poco probable que una economía centrada en el crecimiento pueda cumplir los objetivos climáticos, aunque aplique principios de circularidad. «No hay pruebas científicas de que el crecimiento económico pueda desvincularse de impactos ambientales tales como las emisiones de carbono con la suficiente rapidez como para evitar el colapso climático y el colapso de la biodiversidad», añade.

LA DEMOCRACIA ES CLAVE

De cara al futuro, el estudio subraya la importancia de democratizar las estructuras de toma de decisiones y de implicar a los grupos sociales marginados en la configuración de las políticas de economía circular. Los investigadores sugieren retomar la filosofía ecológica holística de Japón y las tradiciones budistas como posibles fundamentos de las políticas de control del cambio climático. En palabras de Arai, «En muchas tradiciones japonesas, las ideas de los círculos regenerativos y la vida en armonía con la naturaleza desempeñan un papel clave». Estos principios podrían constituir la base de una economía circular integradora que haga hincapié en la sostenibilidad, la reducción del consumo y la mejora del bienestar.

Según Calisto Friant, las tendencias actuales en Japón apoyan esta idea: «Aunque Japón ha experimentado un descenso del PIB desde 1995, los japoneses declaran una mayor felicidad y satisfacción vital, y se alejan del individualismo y el consumismo en sus aspiraciones y hábitos socioculturales».

Los autores concluyen que, al desarrollar su transición hacia la circularidad, Japón podría tener en cuenta estos avances y diseñar políticas orientadas al decrecimiento que antepongan el bienestar humano y planetario a los beneficios y el crecimiento económico. «Nuestra investigación abre así la puerta a una implementación más inclusiva y resiliente de la circularidad en Japón, alineada con la justicia socio ecológica y la sostenibilidad», concluyen.

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