Conciliación de la vida laboral familiar y cambio social

En la actualidad, los resultados de la economía española, sobre la situación económica son hasta cierto punto contradictorios, por un lado la locomotora de la economía (la construcción) vive un momento de parón, o como algunos expertos comentan sufre un pequeño o leve estancamiento. La economía mundial está pendiente de los inciertos resultados de la crisis financiera norteamericana por las hipotecas de alto riesgo, y los precios de materias primas básicas como el petróleo, están a unos niveles muy elevados debido a la fuerte demanda de economías emergentes como la china o la india, que han hecho que el precio del barril de petróleo haya rozado los 100 dólares el barril [1]. Por otro lado las autoridades económicas se felicitan por los buenos resultados económicos, y aunque se rectifiquen a la baja las previsiones de crecimiento económico, aún se considera que 2008 será un año de crecimiento económico. Por su parte, Europa a través de su oficina de estadística (Eurostat), comunica que en diciembre el PIB español se situó en el 105% de la media de los Veintisiete, mientras que el italiano se quedó en el 103%. Y de estas noticias económicas más o menos halagüeñas, hay un factor económico en el que los datos no son tan optimistas; se trata de la productividad de la economía española. La globalización y la producción son elementos que exigen calidad y productividad en el trabajo, por ello es importante conseguir la conciliación entre la vida laboral y familiar, factor que ha adquirido especial relevancia en los últimos años y se ha relacionado directamente con la productividad de las empresas. En un mundo globalizado y tan competitivo como el actual, la compatibilidad entre las obligaciones laborales y familiares/personales, es una tarea altamente difícil, incluso estresante. Se han realizado numerosas encuestas a la población ocupada española en torno a este tema; de las que se puede destacar la publicada por el grupo de investigación de la Universidad Carlos III de Madrid "Derecho del Trabajo, Cambios Económicos y Nueva Sociedad", donde se detalla que un 46% de las personas entrevistadas consideran “muy complicada la compatibilidad entre la vida familiar y laboral”, dato que aumenta hasta el 55% en el caso de las mujeres. Ante estas dificultades, se han inferido que pueden existir dos tipos de barreras: las relativas a la estructura social, que consisten en la persistencia de la división sexual del trabajo, y las relativas a la estructura económica u orientación de las empresas hacia la obtención de la máxima productividad. La Conciliación familiar y laboral parece tener una relevancia especial en el caso de España por dos motivos: el aumento reciente y rápido en el empleo femenino, y la reducción a la mitad de la tasa de fecundidad, que ha pasado de ser la segunda más alta de Europa a estar entre las más bajas del mundo. Pero, ¿se sabe con exactitud en qué consiste la conciliación de la vida laboral y familiar? Lejos de darse una definición precisa y alcance de sus aplicaciones, aparece como debate abierto y en muchas ocasiones como herramienta en políticas sociales sin conocer realmente cómo podría lograre esta Conciliación laboral y familiar y en qué operativas eficientes para todos podría traducirse. Se aborda el proceso de atención del parto exponiendo la problemática más importante por etapas desde la admisión hasta el alumbramiento incluyendo el transporte. Se definen actividades y subactividades del personal y pacientes en base al protocolo médico. Se ofrecen datos de diferentes aspectos tales como: antropométricos, dimensionales, de movimiento, de procesos mentales, de percepción, fisiológicos, posturales, biomecánicos, de dispositivos, etc. El objetivo central es aportar información para el diseño y rediseño del proceso de trabajo, así como del mobiliario y equipo; y en general, para la comprensión de las condiciones de trabajo en este campo.
Palabras Clave: 
conciliación, vida laboral
Autor principal: 
Juan Carlos
García Pascual
Coautores: 
Sara
Llovera Laborda
Maribel
Novella Izquierdo

García Pascual, Juan Carlos

Profesor ayudante. Universitat Politècnica de Catalunya. Dpt de Organización de Empresas / Av. Doctor Marañón 44-50/ 08028 Barcelona, España/ +34 934054474 juan.carlos.garcia-pascual@upc.edu

Llovera Laborda, Sara

Profesora ayudante. Universitat Politècnica de Catalunya. Dpt de Organización de Empresas / Av. Doctor Marañón 44-50 / 08028 Barcelona, España/ galois_@hotmail.com

Novella Izquierdo, Maribel

Profesora asociada. Universitat Politècnica de Catalunya. Dpt de Organización de Empresas / Av. Diagonal, 647 / 08028 Barcelona, España/ +34 934054469 maribel.novella@upc.edu

ABSTRACT

ABSTRACT

En la actualidad, los resultados de la economía española, sobre la situación económica son hasta cierto punto contradictorios, por un lado la locomotora de la economía (la construcción) vive un momento de parón, o como algunos expertos comentan sufre un pequeño o leve estancamiento. La economía mundial está pendiente de los inciertos resultados de la crisis financiera norteamericana por las hipotecas de alto riesgo, y los precios de materias primas básicas como el petróleo, están a unos niveles muy elevados debido a la fuerte demanda de economías emergentes como la china o la india, que han hecho que el precio del barril de petróleo haya rozado los 100 dólares el barril [1]. Por otro lado las autoridades económicas se felicitan por los buenos resultados económicos, y aunque se rectifiquen a la baja las previsiones de crecimiento económico, aún se considera que 2008 será un año de crecimiento económico. Por su parte, Europa a través de su oficina de estadística (Eurostat), comunica que en diciembre el PIB español se situó en el 105% de la media de los Veintisiete, mientras que el italiano se quedó en el 103%.

Y de estas noticias económicas más o menos halagüeñas, hay un factor económico en el que los datos no son tan optimistas; se trata de la productividad de la economía española. La globalización y la producción son elementos que exigen calidad y productividad en el trabajo, por ello es importante conseguir la conciliación entre la vida laboral y familiar, factor que ha adquirido especial relevancia en los últimos años y se ha relacionado directamente con la productividad de las empresas.

En un mundo globalizado y tan competitivo como el actual, la compatibilidad entre las obligaciones laborales y familiares/personales, es una tarea altamente difícil, incluso estresante. Se han realizado numerosas encuestas a la población ocupada española en torno a este tema; de las que se puede destacar la publicada por el grupo de investigación de la Universidad Carlos III de Madrid "Derecho del Trabajo, Cambios Económicos y Nueva Sociedad", donde se detalla que un 46% de las personas entrevistadas consideran “muy complicada la compatibilidad entre la vida familiar y laboral”, dato que aumenta hasta el 55% en el caso de las mujeres. Ante estas dificultades, se han inferido que pueden existir dos tipos de barreras: las relativas a la

estructura social, que consisten en la persistencia de la división sexual del trabajo, y las relativas a la estructura económica u orientación de las empresas hacia la obtención de la máxima productividad.

La Conciliación familiar y laboral parece tener una relevancia especial en el caso de España por dos motivos: el aumento reciente y rápido en el empleo femenino, y la reducción a la mitad de la tasa de fecundidad, que ha pasado de ser la segunda más alta de Europa a estar entre las más bajas del mundo.

Pero, ¿se sabe con exactitud en qué consiste la conciliación de la vida laboral y familiar? Lejos de darse una definición precisa y alcance de sus aplicaciones, aparece como debate abierto y en muchas ocasiones como herramienta en políticas sociales sin conocer realmente cómo podría lograre esta Conciliación laboral y familiar y en qué operativas eficientes para todos podría traducirse.

Palabras Clave: Conciliación, vida laboral.

DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL PROBLEMA

La Conciliación familiar y laboral está sin duda relacionada con el número de horas que ha de trabajarse en las organizaciones. Pero existen más variables también determinantes en esta relación. Son factores importantes el horario, la flexibilidad y el reparto de las horas a lo largo de la vida profesional y personal.

En un mercado laboral caracterizado por la gran desigualdad entre el poder de negociación de trabajadores en situación estable respecto a trabajadores temporales o en situaciones laborales precarias, es posible que éstos se enfrenten a condiciones que empeoran y al mismo tiempo es más probable que estos sean trabajadores más jóvenes, mientras que los trabajadores más mayores sí tengan capacidad de reducir el número de horas laborales.

Debe de considerarse por otra parte, la escasa colaboración pública a las familias. La ayuda a la familia se reduce, a nivel europeo, a 1 euro de los 28 de media que se dedican a gastos sociales [2] lo cual dificulta la armonía entre lo personal y lo laboral, y las consecuencias de esta falta de armonía repercuten en la salud ocupacional y por extensión en la de las personas de nuestra organización, salud por la que tenemos que velar.

Otro factor que se plantea junto a la Conciliación es el del aumento de empleo femenino y la baja fecundidad en España. Se observa una relación inversamente proporcional en los últimos treinta años entre el aumento de incorporación de la mujer al mundo laboral y el decrecimiento de la natalidad. En la actualidad, esta tendencia está cambiando: según datos de la OCDE los países con mayor fecundidad también son los que tienen más empleo femenino. No obstante, de estos datos directos no se puede inferir, por ejemplo, que el aumento en el empleo femenino haría subir la fecundidad. Deberían de analizarse otras variables, como por ejemplo la velocidad a la que ha aumentado el empleo femenino en España y en el resto de países europeos, o si las tasas de desempleo femenino han sido más altas en España que en el resto de Europa.

Desde este punto de vista, la conciliación de la vida laboral y familiar tiene que ver también con el envejecimiento de la población, que parece que va a afectar a todos los países de la OCDE en las próximas décadas, especialmente en países como Japón, Italia y España. En efecto, la disminución de la parte proporcional de la población en las edades tradicionalmente productivas significa que un número relativamente menor de personas pagarán impuestos y contribuciones sociales en una época en la que el aumento de la parte proporcional de personas de más edad implica que habrá un mayor número de personas que cobrarán pensiones y necesitarán costosos servicios sanitarios, etc.

Tal y como se revela de la OCDE, la conciliación de la vida laboral y familiar tiene que ver con la cuadratura del círculo de aumentar el empleo de la mujer, evitando al mismo tiempo el envejecimiento de la población ocasionado por la caída de la fecundidad al ralentizar ésta y, lo que sería deseable, invertirla.

Tal como sostiene Pérez Díaz (Pérez Díaz 2003), la expresión envejecimiento de la población es engañosa. Si bien la estructura de una población puede cambiar, las poblaciones no envejecen, envejecen las personas. Por tanto, la expresión cumple el objetivo de describir como negativo y amenazante lo que es, quizás, la evolución más positiva del último siglo para las partes del mundo que lo han logrado: la democratización de la longevidad. Por tanto, hay razones para suponer que una población con vidas más largas y saludables, será una población más y no menos productiva, y debido en no menor medida a que las vidas más largas hacen que sea más fácil conciliar vida y trabajo.

Gran parte del envejecimiento de la población en Europa se ha producido ya. El tamaño de la población mayor de 65 años se ha triplicado en términos aproximados durante el último siglo y puede duplicarse en los próximos cincuenta años. La proporción de niños en la población seguirá reduciéndose al mismo tiempo. El “envejecimiento” de la población no mina por sí mismo la estabilidad fiscal del estado, mientras que las promesas irresponsables sobre la recaudación de impuestos necesaria para gestionar un estado de bienestar “eficiente” sí lo hacen. Los mismos cambios que han conseguido vidas más largas también promueven vidas más saludables.

Sin embargo, sí aumentarán las expectativas sobre lo que puedan proporcionar dichos servicios. Aquí es donde la lógica de Baumol tiene un papel fundamental. Por una parte, el aumento de la productividad y la constante innovación tecnológica tendrán mucha más importancia a la hora de determinar la cantidad de recursos disponibles para atender a la población dependiente que el impacto que puedan tener los cambios en la estructura de edad sobre el tamaño de esta población respecto al número de trabajadores.

Por otra parte, aumentará la recaudación de impuestos visible y necesaria para transferir parte de este creciente dividendo a aquellos que necesiten servicios con gran intensidad de mano de obra y menos progresivos tecnológicamente, y por tanto cada vez más caros. La clave es que este aumento tendrá que ver con los hechos puros y duros de la economía del cambio tecnológico, y no con el envejecimiento de la población.

CONCLUSIONES

Si la Conciliación de Vida Laboral y Familiar es una política que consiste en mejorar la oferta de mano de obra a corto o a largo plazo, cualquier relevancia que pueda tener con los trabajadores en su conjunto, incluidos los de más edad o mejor remunerados,

irá en contra de este objetivo: se convertiría en un mecanismo para reducir en lugar de aumentar la mano de obra.

El planteamiento que se debe adoptar es pues cómo mejorar la productividad en el trabajo, lo cual implicaría a priori no seguir basándonos en esquemas laborales antiguos, e implementar en las empresas medidas que permitan esta conciliación a sus trabajadores.

En segundo lugar, y relativo a la división sexual en el trabajo, la igualdad de género representa necesariamente una pérdida de poder, recursos y estatus para muchos hombres, si no todos. La “retórica general” acerca de la conciliación de la vida laboral y familiar evita abordar este hecho clave, por lo que debe ser modificada y abordada desde la perspectiva que realmente le corresponde, facilitando la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, lo cual va mucho más allá de consideraciones básicas, como son la adaptación de horarios y calendarios, la disponibilidad de guarderías, o la continuidad profesional, junto con una baja por maternidad adecuada para los padres en caso de embarazo, parto o enfermedad de un familiar. Será necesario contar con una reglamentación estatal.

Otro de los ejes básicos a tratar es lo relativo a la edad de la población activa ocupada. En la medida en que la conciliación laboral y familiar se vincule con un discurso sobre el envejecimiento de la población que pretenda limitar en lugar de aumentar la financiación del estado de bienestar, la conciliación de la vida laboral y familiar se arriesga a infravalorar el papel vital del estado en la gestión de las relaciones entre los que son “activos” económicamente y los que “dependen” de ellos. Se debería pues prestar atención a lo que los estados y actores sociales pueden y no pueden hacer.

También cabe considerar que la conciliación laboral y familiar no siempre gira en torno a trabajadores desprovistos del tiempo o del dinero suficiente para poder formar familias a causa del empeoramiento de los salarios, las horas, la intensidad o las condiciones del trabajo. Las razones “económicas” que cita la gente para explicar la disminución del tamaño de las familias tienen que ver más con el aumento de las expectativas y el número de opciones que con limitaciones materiales absolutas.

Paralelamente, la conciliación laboral y familiar no es una cuestión que pueda resolverse simplemente mediante el aumento del gasto o la intervención estatal: puede que esto sea necesario, pero no será suficiente. Finalmente, la naturaleza de los mitos en torno a la conciliación laboral y familiar tratados refleja algo sobre la dinámica del cambio social y las reacciones frente al mismo, sea por parte de responsables políticos, responsables de empresas o de la población en general.

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[1] Viñas, Jaume El año que los más pobres sacudieron los mercados. Cinco Días (29- 12-2007)

[2] Informe Evolución de la Familia en Europa 2006. Institute for Family Policies

BIBLIOGRAFÍA

  • 1. Eurostat. Statistical Office of the European Communities.
  • 2. Pérez Diaz 2003. La madurez de masas. Madrid: Observatorio de las personas mayores Imserso.
  • 3. OECD.  2001  Balancing  work   and  family   life:  helping  parents   into   paid employment.  in OECD Employment Outlook.
  • 4. OECD 2004 «Clocking in (and out): several facets of working time» in OECD. Employment Outlook.
  • 5. Observatorio      de    Conciliación     de    la    vida    laboral,     personal     y    familiar. www.educastur.es.

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