Nueva generación JASP: España, país con mayor nivel de jóvenes sobrecualificados de la UE

Nueva generación JASP: España, país con mayor nivel de jóvenes sobrecualificados de la UE

• Los expertos subrayan la falta de correspondencia entre la formación requerida por el mundo empresarial y la formación actual de los jóvenes • El 34% de los españoles tienen más conocimiento que el que se demanda en su puesto de trabajo, cuando la media europea es de 21%
23 August 2022

Uno de los fenómenos más preocupantes del mercado laboral español es la falta de correspondencia entre la formación que necesitan las empresas y los conocimientos que poseen los empleados. “Hay muchos jóvenes cada vez más formados para trabajos cada vez más descualificados”, explica Pablo López, profesor titular de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. La brecha entre la educación y el empleo no es un fenómeno reciente: ya en 1996, investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares publicaron un estudio que concluía que cerca de la mitad de la población ocupada en España en aquella época no tenía la formación adecuada para el puesto. El 28 % estaba cualificada por encima del nivel requerido en su trabajo y, el 30%, con infracualificación. Fue precisamente en los años 90 cuando el término generación JASP ('joven, aunque sobradamente preparado') se popularizó gracias a un anuncio de una conocida marca de automóviles.

Ya el profesor Alfonso Alba de la Universidad Carlos III de Madrid apuntaba a que el desacople se remonta, como mínimo, a los años 80. En esta década, que estuvo marcada por una reconversión industrial histórica, gran parte de la mano de obra del país saltó de los sectores primario y secundario a los servicios.

La situación no ha mejorado 30 años después: “Es una preocupación de la Unión Europea. Los informes periódicos de la Comisión sobre el empleo recogen que la proporción de empresas que manifiestan dificultades para reclutar personal ha crecido a lo largo del tiempo”, apunta Miguel Ángel García, vocal del Comité Ejecutivo de la Federación Española de Sociología y profesor de esta materia en la Universidad de Valencia. Según Eurostat, España es el país con la mayor tasa de sobrecualificación de la UE: el 34 % de los ciudadanos tienen una formación superior a la necesaria para el puesto, mientras que la media europea es del 21%.

NIVEL DE EMPLEABILIDAD

Este desajuste se observa en los datos de empleabilidad. El 73% de los graduados españoles que han terminado sus estudios en los últimos tres años está trabajando, según Eurostat. Sin embargo, la media de la Unión Europea es del 80%. Los datos de la agencia estadística europea agrupan tanto a titulados universitarios como a quienes han terminado los estudios de Formación Profesional. “Indudablemente, hay una falta de adecuación entre los dispositivos de formación y la estructura de empleo según cualificaciones”, señala García. Con respecto a sus vecinos, España es el cuarto país de la Unión Europea con el nivel de empleabilidad de graduados recientes más bajo, solo por detrás de Italia, Grecia y Rumanía. En la cabeza, se encuentran Países Bajos, Alemania, Malta y Austria.

Pablo López establece que el problema de la cualificación abarca tres dimensiones: lo que piden las empresas, las tareas que realmente se desempeñan en el puesto y el conocimiento del empleado. “La paradoja es que, para conseguir un mejor puesto, hay que formarse y acumular títulos, aunque luego eso no te proporcione un trabajo relacionado con esa cualificación”. El profesor de la Complutense explica que las empresas tienden a demandar cada vez más cualificación, aunque el puesto no lo requiera.

Este desacople entre trabajo y formación afecta especialmente a quienes están empezando en el mundo laboral. “La sobrecualificación es un problema estructural, que acompaña a las personas a lo largo de su vida”, señala López. La juventud es uno de los colectivos más vulnerables en España, según el informe Foessa de 2022. El 28% de los jóvenes entre 16 y 34 años se encuentra en situación de exclusión social. Es el grupo de edad con un mayor nivel de riesgo y que ha sufrido las peores consecuencias de las dos últimas crisis económicas. Según la Encuesta de Población Activa, la tasa de paro entre los menores de 34 años es del 17,5%, mientras que la media nacional se encuentra en el 13,7%.

EL DESÁNIMO

El problema de la sobrecualificación se refleja en el desánimo de los jóvenes ante el empleo. La última encuesta de inserción laboral de graduados universitarios del INE, realizada en 2019, refleja que el 27% de ellos siente que el título universitario no les ha servido para encontrar trabajo y el 24% está actualmente empleado en un puesto que no se corresponde con su área de estudios.

La brecha entre la formación exigida en las ofertas y la titulación con la que cuentan los aspirantes se refleja en el último informe anual del Estado del mercado laboral en España de InfoJobs, que utilizó los datos de la propia plataforma de empleo. El 34% de los candidatos tienen formación universitaria mientras que solo el 14% de las vacantes solicitan ese nivel de titulación. El problema persiste en otros campos del conocimiento como la Formación Profesional: el 28% de los candidatos ha cursado esta modalidad educativa, pero solo el 23% de ofertas lo requiere.

La desigualdad presente en el mercado laboral español lleva a la segmentación del trabajo: “Hay mucha diferencia entre aquellos puestos muy cualificados, que tienen estabilidad, en los que la gente hace carreras profesionales a lo largo de la vida y va acumulando experiencia y jerarquía, y luego aquellos en los que las tasas de rotación y temporalidad son muy altas y la movilidad es transversal, lo que no le permite hacer carreras profesionales y mejorar las condiciones”, desarrolla López.

Ante las posibles soluciones, hay discrepancias entre si la clave es reformar los estudios o el mercado de trabajo: “La expansión de la nueva economía, que modifica de manera continua el contenido de la actividad laboral, ha cambiado la educación: hoy la formación se debe desarrollar a lo largo de la vida activa de las personas”, argumenta Miguel Ángel García. Sin embargo, Pablo López cree que la transformación debe venir del empleo: “Si no cambias el mercado de trabajo, solo se producirá inflación de las cualificaciones”.

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