Técnicas de comunicación: Cómo conseguir que la audiencia preste atención
Técnicas de comunicación: Cómo conseguir que la audiencia preste atención
Redacción
No obstante, el aprendizaje no es sólo la acumulación de información desechable o inerte, sino que constituye posiblemente nuestro mayor capital o potencial, ya que aprender es sinónimo de cambiar, es decir, de crear, expandir y dirigir nuestro futuro.
Para captar la atención del asistente podemos:
- Contar anécdotas: incidentes divertidos o interesantes, biográficos y relacionados con el tema.
- Decir citas y testimonios de alguna autoridad: frases curiosas.
- Dar estadísticas relacionadas con un concepto o actividad conocido con otro que no lo es.
- Hacer chistes, gastar una broma.
- Hacerse una pregunta retórica.
- Evita a toda costa los “ah”, “este”, “eee”, “ajá”, “okei” pues al escucharlos hacen que los que escuchan se fijen más en el ponente que en el mensaje.
- Realizar transiciones claras y lógicas entre las ideas. Así como lo haces de forma natural en tu escritura, haz lo mismo en tus presentaciones verbales.
- Utiliza preguntas y respuestas retóricas.
- Realiza progresiones lógicas: paso A, a paso B, a paso C.
- Utiliza series de tiempo: de principio a fin, de lo temprano a lo tardío.
- Usa comparación y contraste en diferentes cuestiones y puntos.
- Plantea problemas y afirmaciones de soluciones.
- Pasa de lo sencillo a lo complejo (construido en bloques progresivos).
- Utiliza el razonamiento deductivo (partiendo de principios generales a ejemplos y aplicaciones específicas).
- También utiliza razonamientos inductivos (partiendo de ejemplos o aplicaciones específicas a principios y conclusiones generales).
Cómo hacer una clase amena
Dictar una clase amena no siempre es sencillo. Todo influye en el desarrollo de una buena clase, desde la materia y el horario de la clase, hasta la situación política del país. Sin embargo, recae en el profesor utilizar toda su energía e imaginación para convertir una clase normal y aburrida en un espacio de aprendizaje donde el estudiante esté siempre dispuesto a volver y a aprender con la misma intensidad cada vez.
Para ello aquí tienes unos consejos:
- Deja atrás el viejo método. La idea de un profesor, sentado en su silla o parado hablando toda la clase es bastante antiguo y es exactamente el tipo de clase que tienes que evitar.
- Evita responder todas las preguntas. Deja que algunas respuestas queden en el aire y deja que ellos mismos descubran las respuestas y ofrécete a responder a las preguntas si es que nadie llega a una respuesta después de un tiempo. Considera que si promueves unos alumnos que aprendan por sí mismos, estos se sentirán mejor consigo mismos y se alegrarán cada vez que vayan a tu clase al saber que son capaces de hacer cosas por sí mismos.
- Organiza el plan académico. Es completamente necesario que sepas los contenidos de la materia que vas a dictar en el curso y el orden en el que vas a dictarlas. Esto te permitirá tener una idea de los contenidos que se van a abordar en el curso y evitará que te vayas por las ramas o empieces a contar anécdotas para matar el tiempo.
- Trabaja con el factor de atención de tu clase. Este factor puede variar en base a muchas variables, uno de ellas es la disposición del profesor para realizar una clase donde los estudiantes se vean envueltos en la materia. Ten en cuenta que los alumnos tienden a perder el hilo de la clase a partir de los 45 minutos dependiendo del grupo y del tema. Entonces, procura crear lecciones que duren 45 minutos más o menos (30 si el tema es bastante árido). Si tienes asignada una clase de más de 45 minutos, es conveniente que utilices unos 10 minutos de tu tiempo para hacer una actividad no directamente relacionada con el tema. Así la mente de tus estudiantes se relajará y estarán listos para volver a empezar. Si no puedes hacer esto, un simple descanso de 10 minutos puede ayudarles a recuperar fuerzas.
- Controla la clase a través de diferentes métodos. Esto no significa que te pases pidiendo a tus alumnos que se callen o cosas similares. Existen varios métodos para controlar tu clase sin que el alumnado se dé cuenta:
- Organiza grupos de trabajo y pide que un alumno tome el mando del grupo. Este estudiante te ayudará a organizar el grupo de trabajo y a llevar la clase.
- Mantén a tus alumnos ocupados. Procura crear un ambiente en el cual los estudiantes no se distraigan con cosas del exterior. Esto evitará que tengas que pedir a alguien que atienda en clases, pues la clase será más interesante que cualquier elemento exterior.
- Explica claramente el objetivo de la clase y consulta al final de la misma si este objetivo fue alcanzado. Puedes colocar este objetivo en una parte visible de la clase e invitar a los alumnos a opinar al respecto unos minutos antes que termine la clase. Esto mantendrá a los alumnos conscientes de lo que tienen que aprender y les hará saber que la clase fue útil para ellos. En el proceso, ellos tenderán a auto controlarse y tratar de llegar al objetivo planteado. Esta forma es particularmente útil en materias técnicas.
- Establece las reglas con tus alumnos. Guerra avisada no mata soldado. Al principio del curso puedes proponer que los estudiantes diseñen un conjunto de reglas relacionadas a su comportamiento y a la entrega de deberes o tareas. Negocia aquellos "extras" que quizás los estudiantes puedan pedir para ganar tarea extra o trabajos que te gustarían que los estudiantes hiciesen, pero que no harían en condiciones normales. Usa tu astucia como profesor para lograr un trato que beneficie a ambas partes.
- Haz tu clase dinámica. Lo que sirvió un día en tu clase, puede que no funcione al día siguiente. Los alumnos se aburren cuando hacen lo mismo cada día. Trata de cambiar el método y hacer las mismas cosas, pero de diferente forma. Cambia la pizarra por diapositivas. Si vas a hablar de Cálculo estructural, lleva fotos de las estructuras en las que se aplica lo que van a aprender ese día en clases.
- Aplica el refuerzo positivo. Es cierto que sabes más que tus alumnos van a cometer errores y aprender de ellos. Invítalos a seguir tratando a través de refuerzos positivos. Si ves que tu clase se está esforzando, dales un premio extra fuera del paquete de reglas previamente acordado. Si ves que un alumno destaca, dale más información y oportunidades para seguir creciendo. Si ves que un alumno no está rindiendo como debería y no se esfuerza por hacerlo, habla con este alumno y comunícale que lo valioso o valiosa que es para tu
clase. Pide también a sus compañeros que hablen con este estudiante para que sienta que no es él contra el mundo y se sienta valorado por solamente estar en clase.
- Sonríe. Sin importar lo que te haya pasado en casa o si tuviste algún problema con algún colega, sonríe. Esto llevará a que tus alumnos entiendan que tú disfrutas tu materia y será mucho más sencillo para ellos tener una actitud más relajada con respecto al tema del día.
- Charla con ellos en los descansos. Pero no de la materia del curso.
- Reconoce la clase de grupo que tienes. Todas las personas que han enseñado alguna vez saben que existen diferentes clases de alumnos. Trata de aprender cuál es la clase de actividad que es mejor recibida y cuál es la forma en la que ellos aprenden más rápido.