Así puede ayudarte tu empresa a proteger tu salud cardiovascular
Así puede ayudarte tu empresa a proteger tu salud cardiovascular
Sin embargo, si controláramos los factores de riesgo modificables, como la hipertensión, la hipercolesterolemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el estrés, podríamos reducir ese número de muertes. Nuestro lugar de trabajo puede convertirse en un aliado en este sentido si desde él se fomentan mejores hábitos de vida e impulsan medidas saludables en el ámbito laboral para reducir la exposición de los trabajadores a las enfermedades cardiovasculares.
Con esa idea nació el Programa de Empresas Cardiosaludables (PECS), una iniciativa impulsada por la Fundación Española del Corazón (FEC) y dirigida a todas las empresas que están comprometidas con la mejora de la salud de sus empleados. La razón de la puesta en marcha de este programa es que la enfermedad cardiovascular tiene una alta incidencia entre la población activa y no afecta solo a la población envejecida. Y fomentar unas rutinas saludables desde el trabajo, donde pasamos al menos un tercio del día, es una manera de asentarlas en el día a día.
A través de este programa, las empresas adheridas y sus trabajadores obtienen herramientas de divulgación y prevención cardiovascular prácticas e innovadoras incidiendo en siete líneas de actuación: nutrición, actividad física, prevención del tabaquismo, reanimación cardiopulmonar (RCP), estrés laboral y gestión de las emociones, así como una línea específica de salud cardiovascular en la mujer y otra dedicada a los factores de riesgo cardiovascular. Además, el programa aporta asesoramiento especializado y apoyo continuo a las empresas adheridas para la implementación efectiva de las medidas y recomendaciones personalizadas, desarrolladas por los miembros del Consejo de Expertos de la FEC.
Recomendaciones en el ámbito laboral
Además de las actuaciones concretas que se ponen en marcha desde el PECS, hay una serie de recomendaciones a seguir en el ámbito laboral para controlar los factores de riesgo:
- Evitar el sedentarismo camino de la oficina. Si queremos seguir unos hábitos saludables, ir caminando al trabajo en caso de que sea posible o usar el transporte público y bajarse una o dos paradas antes de la que corresponda para poder estirar las piernas es una buena estrategia. Otra estupenda opción es elegir la bicicleta para llegar a la oficina.
- Mejor por las escaleras que en ascensor. Si nuestra oficina no se encuentra en una planta baja y podemos elegir entre coger el ascensor o subir por las escaleras, la segunda opción nos ayudará a evitar el sedentarismo.
- Pausas para levantarse del sitio. Otra recomendación para mantenernos activos si tenemos que pasar largas horas delante de una mesa por cuestiones profesionales es levantarse al menos una vez cada hora y caminar, aunque sea unos pasos.
- Menú semanal saludable. La alimentación saludable es un pilar fundamental para la prevención cardiovascular. Si comemos en la oficina lo que traemos de casa, diseñar un menú semanal que siga la dieta mediterránea es una buena opción. De esa forma consumiremos frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, evitando en lo posible tanto azúcares libres como grasas trans y limitando la ingesta de grasas saturadas en favor de las no saturadas, presentes en pescados, aguacates, frutos secos y aceite de oliva. En el caso de que comamos en restaurantes, las principales recomendaciones son acompañar la comida con agua, elegir las opciones más saludables, evitar añadir sal y optar por platos con pocos ingredientes que, por lo general, tienen menos calorías.
- Procurar evitar el estrés. Al llegar a casa, procurar desconectar del trabajo y evitar el estrés es otra rutina saludable. La práctica de actividades físicas puede ayudar a relajarse.
- Descansar lo suficiente. Mantener una buena higiene del sueño, procurando dormir las horas suficientes sin interrupciones y profundamente, fomenta un descanso de calidad, lo que también supone un beneficio para nuestro corazón. Para ello, los expertos recomiendan acostarse siempre más o menos a la misma hora, evitar estimulantes como el chocolate o el cacao poco antes de ir a la cama y que la cena sea ligera, entre otros consejos.