Los trabajadores de mayor edad ya tienen una guía específica para sus circunstancias vitales

Los trabajadores de mayor edad ya tienen una guía específica para sus circunstancias vitales

Afronta la realidad actual de la sociedad española: una población cada vez más envejecida y con capacidad de ser productiva
27 February 2020

Redacción

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) acaba de lanzar la primera guía específica creada para la gestión de la salud, del bienestar y de la adaptación del puesto de trabajo en trabajadores de mayor edad. Esta obra afronta, por primera vez, un hecho que al que se enfrenta la sociedad española: el envejecimiento de la población y el hecho de contar, cada vez con más frecuencia, con trabajadores de edad con capacidad y habilidades productivas.

Un ‘know how’ que es plenamente aprovechable para la empresa y las organizaciones pero que, al mismo tiempo, requiere de la adaptación y de las recomendaciones específicas del puesto de trabajo, la ubicación y de las acciones a realizar en él o en las funciones laborales teniendo en cuenta su realidad y circunstancias vitales.

Este documento es una referencia informativa para facilitar la gestión de la edad en las empresas e incluye criterios para mejorar la salud, la comodidad y la eficiencia de los trabajadores de mayor edad.

Envejecimiento activo y productivo

Hacerse viejo no se ve ni como positivo ni como negativo. Por un lado algunas capacidades mentales y habilidades laborales están en pleno rendimiento; por otro, hay otras como la visión, la audición o la fuerza... que tienen a disminuir. Las funciones cognitivas, destaca la guía, como el hecho de solucionar problemas complejos y el control del uso del lenguaje mejoran con la edad.

Métodos de valoración adecuados

“Las empresas se enfrentan al reto de gestionar plantillas de edades cada vez más avanzadas. La guía del INSST plantea que la variabilidad de la evolución de las personas hace necesario disponer de métodos de valoración funcional que permitan detectar el rango  de  capacidades  y  competencias  de  una  persona. Esto es especialmente importante  en  el  ámbito  laboral  ya  que  las  distintas  actividades  laborales  requieren  diferentes  capacidades de la persona, pero nunca la totalidad de ellas” se destaca en la guía.

Ajuste a capacidades y habilidades con atención a la salud y seguridad

Una máxima que se plantea en este primer documento que orienta sobre las condiciones de trabajo activo de personas de más de 50 años es que la experiencia es un valor que, bien gestionado, aporta importantes beneficios en las organizaciones. El ajuste de los puestos de trabajo y sus funciones deben abordarse con el desarrollo de acciones holísticas, incluyendo la transversalidad de género, implementadas en un plan integral de envejecimiento activo en el trabajo.

Movilidad articular reducida y otros trastornos

Con la edad se pierde capacidad aeróbica: los esfuerzos cuestan más y la recuperación sobre ellos es mayor. También hay menos elasticidad de los tejidos y menos densidad ósea por lo que la movilidad articular se reduce. Esto afecta en especial a las mujeres menopáusicas. También se pierde fuerza muscular, aumenta el riesgo de sufrir caídas, hay mayor déficit visual y pérdida auditiva.

En cuanto a las condiciones cognitivas hay mayor lentitud entre la percepción y la toma de decisiones, la capacidad de transformación mental se ve afectada, y se reduce la capacidad de atención y de retención (memoria).

Un dato: los trastornos musculoesqueléticos (TME) son más frecuentes en los trabajadores de más edad. Sin embargo, no se suele asociar al factor edad. Se considera que la exposición continuada a situaciones de carga física afecta en mayor medida a trabajadores mayores, por haber estado expuestos durante muchos años.

Cuestión de género

También se afrontan las diferencias de género como:

1.- Los niveles de paro de larga duración son más elevados entre las personas mayores de 55 años (76,2% en el 2016) y, dentro de este grupo, las mujeres presentan peores datos. En 2017 el número de hombres mayores empleados supera a las mujeres en 1,3 puntos.

2.- Un mayor porcentaje  de  mujeres  trabajadoras  de  mayor  edad  siguen ocupando los puestos peor remunerados, con mayor presencia en trabajos de la economía informal.

3.- Los diseños estándar de puestos de trabajo, equipos, herramientas y medios de protección individual no suelen estar adaptados a las características de las mujeres que, además, representan el mayor porcentaje de profesionales y de familiares cuidadoras de personas en situación de dependencia. Esto supone un mayor riesgo de padecer enfermedades tanto físicas como psíquicas a causa de la sobrecarga del cuidado de esos familiares en situación de dependencia.

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