Seleccionadas 11 universidades españolas para los ‘supercampus’ europeos

Seleccionadas 11 universidades españolas para los ‘supercampus’ europeos

Los alumnos podrán cursar el grado entre distintos países sin convalidaciones y los centros intercambiarán investigadores y personal de administración
7 July 2019

uropa rompe nuevas barreras para que estudiantes, investigadores y personal de administración se muevan por sus universidades sin obstáculos. Un solemne discurso del presidente francés, Emmanuel Macron, en La Sorbona en 2017 culminó ayer con el bautizo de un nuevo concepto: Universidades Europeas. Se trata de 17 alianzas de campus, de las que forman parte 11 universidades españolas, que ofrecerán desde el próximo curso facilidades para moverse por centros de la UE sin burocracia. Es un programa más ambicioso que el clásico Erasmus.

La movilidad podrá ser por varios países y campus, tantos como integren cada una de las alianzas.
Forman parte de consorcios ganadores las universidades españolas, en Madrid, la Carlos III, la Complutense y la Autónoma: la Universidad de Barcelona, la Autónoma de Barcelona, la Pompeu Fabra y la Politécnica de Cataluña, además de las de Granada, Cádiz, Valencia y la Católica de Valencia. De tal forma que un alumno que se matricule en Granada, por ejemplo, podrá continuar en Padua, Gratz, Bergen, Vilna, Lyon y Leizpig. Todas ellas conforman el supercampus Arqus.

El proyecto contempló en un principio seis consorcios este año y 30 millones de presupuesto para crear las plataformas. Más tarde dobló las cantidades y finalmente, suma 17 alianzas y 85 millones (cinco para cada uno). Las becas saldrán de los 30.000 millones que Bruselas va a gastar en Erasmus entre 2020 y 2027, el doble de lo que invierte ahora. Queda en manos de los centros determinar las ayudas que podrán recibir.

Los campus españoles no figuran entre las 300 mejores universidades del mundo, pero en esta criba se codean con Italia (12 universidades), Francia (16) o Alemania (15), pese a ser países con más población y renta. A esta selección se presentaron un total de 54 consorcios europeos en los que participaban 14 campus españoles del total de 50 centros públicos y 35 privados que hay en España. Bruselas no esperaba que la convocatoria fuese tan exitosa. “Las propuestas eran de gran calidad técnica y hemos querido dedicar más recursos”, afirma un funcionario implicado en su diseño. Fuera de la carrera se han quedado tres universidades españolas: Córdoba, Salamanca y la Politécnica de Madrid.

ESPAÑA ES EL MAYOR RECEPTOR DE ERASMUS

España demuestra cada año la enorme acogida de erasmus. Ocupa el primer puesto en recepción de estudiantes en sus universidades (48.595), muy por delante de Alemania (34.387) y Francia (31.727). Y es el tercer país emisor de alumnos (40.079), justo después de Francia (43.905) y Alemania (40.959). Casi dos millones de personas se han movido entre 2014 y 2018 y recibieron financiación de la Unión Europea casi mil asociaciones estratégicas Erasmus+.
“Hay que abordar la movilidad desde un ángulo de equidad social. Que haya un mecanismo común que permita a los estudiantes con pocos ingresos mudarse de país”, argumentó en este diario el pasado enero Yvon Englert, rector de la Universidad Libre de Bruselas. “Ahora hay desigualdades, porque se tienen que pagar un billete de avión, alojarse…”. 
La beca Erasmus del ministerio español más la UE, por ejemplo, no cubre gastos: se reciben 200 euros mensuales en países de nivel de vida bajo y 300 en países muy caros. Algunas comunidades y universidades completan estas ayudas.

Aunque estará operativo desde otoño, el plan está todavía en una fase muy inicial. Bruselas desconoce cuántos beneficiarios serán en total y es consciente de que habrá que esperar a afianzar las estructuras antes de abrir plazas a la movilidad de estudiantes.

Al ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, no le sorprende la inclusión de los 11 campus: “Habíamos visto que técnicamente eran unos proyectos muy buenos”. Su ministerio distribuyó un millón a los centros para la presentación de las candidaturas y afirma que pretenden dotarlos de más fondos cuando haya nuevos presupuestos. “Tiene que haber dinero para la cofinanciación de los proyectos y para ayudar a las universidades que no han pasado en esta ronda”, asegura a EL PAÍS. “Ya sabemos qué legislación hay que modificar para reconocer estos estudios, pero habrá que pasar los filtros parlamentarios”.

Impulso de Macron

Entre 2014 y 2018 más de dos millones de europeos estudiaron en otro país dentro del Erasmus universitario. “¡En lugar de lamentar la fragmentación de nuestros países, reforcemos los intercambios! En 2024, la mitad de los estudiantes debe haber pasado al menos seis meses en otro país europeo antes de cumplir 25 años”, dijo Macron en su discurso de septiembre de 2017.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recogió el testigo y llevó el asunto a la cumbre de Gotemburgo (Suecia) de noviembre de 2017. Se acordó abrir una convocatoria. “EE UU y China invierten en apenas 10 universidades para que sean las mejores del mundo y Europa ha optado por su modelo, que es potenciar un centenar”, explica Juan Romo, rector de la Carlos III, que forma consorcio con Amberes, Bremen, Essex, Este de Finlandia, Maastricht y Roma Tor Vergata. “Que un alumno pueda graduarse en Economía con un título firmado por tres rectores no ha pasado en la historia, o que un profesor se pueda ir a un laboratorio de Maastricht en las mismas condiciones. Porque nosotros queremos converger en una única universidad”. Romo aspira a que el ministerio premie económicamente a los consorcios, como va a hacer Macron en Francia: 100 millones de euros que gastará en 10 años.

Tres de las 17 alianzas vencedoras han sido coordinadas por campus españoles (Granada, Cádiz y Barcelona). “Es un éxito de las políticas de internacionalización de las universidades españolas”, cuenta entusiasta Pilar Aranda, rectora en Granada. Ella ha coordinado Arqus, compuesto por ciudades de tamaño medio pero de gran peso en su entorno. Aranda insiste mucho en la necesidad de “especialización y profesionalización” del personal de administración para copiar otros modelos exitosos.

Margarita Arboix, rectora de la Autónoma de Barcelona, también expresa su alegría. “Es un éxito de la Universidad española”, remarca. Arboix cree que los fondos europeos deben ir acompañados de más financiación del Estado español para crear nuevas secretarías y cambiar la legislación para certificar los estudios. Arboix opina que la participación en estos consorcios supondrá un espaldarazo. Su universidad forma parte de una alianza que funciona desde hace una década compartiendo tecnología, investigación y docencia y en la que están, entre otros, los campus de Dublín, Hamburgo, Trento o Aveiro.

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