Las empresas deben implantar protocolos para la prevención del tabaquismo y otras adicciones, según UGT
Las empresas deben implantar protocolos para la prevención del tabaquismo y otras adicciones, según UGT
Como cada 31 de mayo, la Organización Mundial de la Salud celebró el Día Mundial Sin Tabaco con el fin de poner de relieve los riesgos asociados con el tabaquismo, tanto para la salud como en otros ámbitos, y abogar por políticas eficaces para reducir su consumo.
El lema del Día Mundial Sin Tabaco 2018 fue «Tabaco y cardiopatías». Con esta campaña se buscaba llamar la atención sobre la relación entre el tabaco y las cardiopatías y otras enfermedades cardiovasculares, entre ellas el accidente cerebrovascular (primera causa de muerte en el ámbito laboral en España), que, conjuntamente, son las principales causas de muerte en el mundo. También quiere incidir sobre las posibles medidas y acciones que destinatarios importantes, entre ellos los gobiernos y el público en general, pueden adoptar para reducir los riesgos para la salud causados por el consumo de tabaco.
El Día Mundial Sin Tabaco pretende sensibilizar a la población con el fin de reducir la epidemia de tabaquismo y sus repercusiones en la salud pública, que son, principalmente, un gran número de muertes y el sufrimiento de millones de personas en todo el mundo.
El consumo de tabaco es un factor de riesgo importante de cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular y vasculopatía periférica. A pesar de que se conocen bien los daños para la salud cardiaca que provoca el tabaco y de la disponibilidad de soluciones para reducir la morbimortalidad que ocasiona, amplios sectores de la población desconocen que es una de las principales causas de las enfermedades cardiovasculares.
El tabaco: segunda causa de enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo y la primera causa de muerte laboral en España, y el consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco ajeno contribuyen a cerca del 17% de las defunciones por cardiopatías. El consumo de tabaco es la segunda causa de enfermedades cardiovasculares, después de la hipertensión arterial. Esta epidemia mundial de tabaco, causa cada año más de 7 millones de defunciones, 900.000 de las cuales corresponden a personas no fumadoras.
Hoy en día, sabemos de la eficacia probada del aumento del precio del tabaco, la ampliación de los espacios libres de humo y las campañas de sensibilización como medidas que favorecen el abandono del tabaco.
Según la OMS el tabaco mata hasta a la mitad de quienes lo consumen y calcula que de aquí a 2030, habrán muerto a causa del tabaco más de ocho millones de personas cada año, y cuatro de cada cinco de esas defunciones se registrarán en países de ingresos bajos y medios.
La influencia de las condiciones de trabajo
Los datos de la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES) 2013-2014 en su módulo laboral, es un reflejo de lo que sucede en la población general española, dónde el tabaco sigue siendo la segunda sustancia más consumida por detrás del alcohol. En ambas sustancias existe valores de mayor prevalencia (últimos 12 meses) en la población laboral que, en la población general, con valores en el tabaco de 44,0% y 40,7% respectivamente.
Podemos decir, que los valores todavía son altos, ya que un 76,6% de la población laboral manifiesta que ha probado el tabaco alguna vez en la vida, un 44,0% en los últimos 12 meses, y un 41,6% en los últimos 30 días.
Con respecto al fumador diario en los últimos 30 días en la población laboral se ha producido un ligero incremento con respecto a los datos de edades 2007-2008 pasando del 33,1% al 33,8%. A esto además podemos decir que la probabilidad de fumar a diario es más elevada en los parados que entre los empleados, siendo un valor del 39,0%.
Los trabajadores en jornada continua de noche son los que registran los valores más elevados de consumo diario de tabaco, produciéndose un considerable incremento desde el 2007, pasando del 38,2% a un 49,1%.
Los sectores de la construcción, hostelería y agricultura/pesca/ganadería/extracción registran los porcentajes de fumadores de tabaco diario más elevados.
Las conclusiones que podemos sacar de esta encuesta son muchas, pero en nuestra opinión hay una que es fundamental y es que las condiciones de trabajo influyen directamente en el consumo de sustancias.
Los cambios en el mercado de trabajo, la inestabilidad en el empleo, la utilización de las nuevas tecnologías, las nuevas formas de organizar el trabajo, la precariedad, en definitiva la mayor insatisfacción laboral, el retroceso en los derechos laborales unido a una pérdida de derechos sociales y a un incremento de las desigualdades, está generando en algunas ocasiones e incrementando en otras muchas los riesgos, que pueden desembocar en problemas muy relacionados con el uso y los efectos de las drogas en el ámbito laboral.
Como venimos señalando desde hace tiempo determinados riesgos laborales influyen y entre ellos, los riesgos psicosociales influyen significativamente. De hecho, la primera causa de muerte por accidente laboral en nuestro país son los derrames e infartos cerebrales.
Actuar desde la prevención
Desde UGT consideramos que las drogodependencias y adicciones en el ámbito laboral son un problema que requiere de la actuación de todos los agentes implicados, partiendo de una idea clara, y es que estamos ante una enfermedad y como tal debe ser tratada. Este problema se debe atajar actuando siempre desde la prevención y no a través de medidas coercitivas y disciplinarias. El punto de partida pasa por la prevención, la implantación de protocolos de actuación, en los que se considere al trabajador/a que consume como un enfermo/a, y como tal debe ser tratado. Debemos promover y fomentar protocolos que orienten como afrontar estas situaciones, abordando la problemática desde la prevención hasta la rehabilitación y reinserción del trabajador.
Un valor que nos hace ver que no se está realizando un trabajo adecuado en el seno de las empresas es que se ha reducido la formación a los trabajadores sobre el tabaco desde el 2007, pasando de un 73% a un 62%.
UGT comparte la idea de la OMS y la OIT de que “es necesario actuar frente al problema, implantando en las empresas programas de prevención que deben respetar la dignidad del trabajador, garantizar la total confidencialidad y además, proteger la seguridad en el empleo y los ingresos del trabajador durante el período de tratamiento, igual que ocurre con el resto de los problemas de salud”.
Desde nuestro sindicato entendemos que la empresa es el lugar adecuado para desarrollar políticas y planes de prevención en materia de drogodependencias y adicciones que permitan prevenir este tipo de situaciones. Por eso consideramos necesarias estrategias y actuaciones conjuntas y coordinadas tanto por parte de las empresas como de los trabajadores y sus representantes sindicales, en colaboración con los servicios de prevención de riesgos laborales y la propia Administración para intentar prevenir esta problemática.
Un buen instrumento es implantar a través de la negociación colectiva Protocolos de intervención y prevención que permitan, establecer cómo prevenir a través de la información y la formación de las personas trabajadoras y mecanismos para poder intervenir siempre desde un enfoque preventivo y no disciplinario ayudando a las personas afectadas para su rehabilitación.
Fuente. UGT