¡Si ellos pueden! ¿Podremos nosotros?: todos tenemos tanto que ganar que… esto no puede seguir así

¡Si ellos pueden! ¿Podremos nosotros?: todos tenemos tanto que ganar que… esto no puede seguir así

Friday, 5 September 2008

El fin del periodo estival llega a su fin y aunque todavía hay gente que disfruta de sus merecidas vacaciones, la gran mayoría, con más o menos entusiasmo, hemos vuelto a nuestras responsabilidades laborales. Hemos disfrutado de diez, quince o treinta días de sol, playa, campo, etc. Hemos podido olvidarnos de nuestros quebraderos de cabeza laborales y recargar las pilas para empezar de nuevo.

El problema es que los riegos laborales no se toman vacaciones, y en mayor o menor medida el goteo de accidentes graves, leves o mortales ha sido el habitual. Estemos en un periodo de alza económica o en un momento de crisis, los riesgos (y sus negativas consecuencias) siguen estando ahí. En cambio, estamos presenciando (afortunadamente) las positivas consecuencias del esfuerzo de todos para la reducción de los accidentes de tráfico en España. El descenso de la siniestralidad viaria es un hecho fruto de la conjunción de diferentes actuaciones, tales como, la actualización normativa, la publicidad y la unión de todos los agentes implicados en el asunto (empezando por las administraciones públicas). No hay discusión posible, las estadísticas no mienten, y las cosas se están haciendo bien. No dejo de observar (con cierta envidia) el empeño de todos los actores implicados en la reducción de esa siniestralidad, en el empeño por la responsabilidad de los agentes, por la concienciación e incluso por las severas responsabilidades que generan los diferentes incumplimientos.

Es sangrante ver como la publicidad de tráfico nos sorprende en nuestras siestas veraniegas, nos abre los ojos en nuestros duermevelas, nos sobrecoge, nos irrita, nos conmueve, etc. Pongan los epítetos que deseen, pero nadie queda impasible ante la crudeza, la veracidad, el realismo de estas campañas. Todo sea bienvenido si los números se reducen y se precipitan como por un tobogán. En síntesis, todos hemos llegado a la firme conclusión de los inaceptables números de accidentes y fallecidos en la carretera a los que nos habíamos acostumbrado a despacharnos tras el periodo estival no podían seguir ahí, y del empecinamiento de todos se ha conseguido una reducción cualitativa y cuantitativa de los accidentes. En cambio, las extrañas, inconsistentes, insustanciales, insulsas, e intermitentes campañas sobre accidentes laborales que desde las diferentes administraciones se hacen parecen, más bien, un reflejo distorsionado que una campaña orquestada con la seguridad de que vamos a ganar la partida a los accidentes laborales.

Tal vez sea por la falta de coordinación inter e intra Administraciones responsables de Trabajo, tal vez por que no hay una idea clara de qué se busca y se mezclan continuamente, campañas represivas, con informativas, con formativas, con ideas vagas y en algunos casos hasta nos atreveríamos a decir peregrinas, sea lo que sea, seguro que exegetas tiene la administración que afinarán muchos más en el diagnóstico, no estamos encontrando la solución, ni una aproximación rigurosa al tema, y a veces sacamos la conclusión de que los resultados presentados como positivos esconden un sesgo puramente coyuntural, menos trabajadores en activo en los sectores que más accidentalidad aportan a las estadísticas.

Las desgracias viarias, los sueños rotos, los proyectos perdidos en la calzada también se pierden en el tajo, en la empresa, en la industria, y permítanme que aún pecando de sesgado diga que son más importantes estos, por que nadie puede evitar el tener que presentarse regularmente a su trabajo, no hay accidentes laborales de ocio, de una salida improvisada a tal o cual lugar, etc…. Una accidente laboral es una persona, una familia, unos amigos e incluso algún que otro “enemigo” a los que dejamos de ver, de oler, de oír, de aguantar, de odiar un poco y de querer.

Tenemos formación, capacitación técnica, profesionalidad, normativa, garantías, voluntad… pero quizás nos falte un pequeño empujón (o ayudita) de alguien para poder presenciar y formar parte de la esperada noticia del importante descenso de los accidentes laborales a semejanza de lo ocurrido en las carreteras tras la finalización de este ya lejano verano, esperemos que alguien como la Dirección General de Tráfico asuma, de una vez por todas, la bandera que cohesione y de sentido a esta batalla que año tras año perdemos, “todos tenemos tanto que ganar que esto no puede ser”.

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