Apuntémosle al blanco

Apuntémosle al blanco

Friday, 31 August 2007

Recuerdo que cuando niño, en los barrios de la ciudad, se practicaba un juego popular llamado la “gallinita ciega”; constituía un juego muy jocoso, ya que al vendarle la vista a uno de los participantes, éste trataba a ciegas de capturar a quienes le rodeaban y este acto, que le significaba mucho esfuerzo en la generalidad de los casos, no tenia éxito, lo que despertaba la alegría de los jugadores y la impotencia

de quien caminaba sin poder ver lo que pasaba a su alrededor.

En cuantas oportunidades los profesionales de prevención hemos orientado a nuestras organizaciones con “visiones de ciego

”.

¿Será porque se nos ha colocado una venda en los ojos?

No, creo que nadie nos ha colocado una venda sobre nuestros ojos, sino que contrariamente, hemos portado ésta bajo nuestra propia responsabilidad y no hemos sido capaces de visualizar el “foco” de debilidades en las organizaciones, para orientar en forma eficiente y eficaz, las soluciones que permitan desarrollar un proceso de mejoramiento continuo, en materia preventiva.

El problema no solo pasa por errores en los programas que se desarrollan, sino lo que es aún más, se genera un desinterés en las Gerencias de las Empresas, que los lleva a perder la confianza en el nivel de asesoría que reciben, al no encontrar acciones que agreguen valor a la Gestión de negocios en las Organizaciones, el resultado “un bajo nivel de compromiso y por consiguiente, tendencia a perpetuar las debilidades en el desarrollo de las distintas operaciones.

A principio de la década de los 80, se pensó que la seguridad tradicional, debía necesariamente transformarse en acciones de carácter sistémico y que para ello se debían incorporar elementos básicos de administración. Entre los que se cuentan el principio de resistencia a los cambios, el de la definición, el de los pocos críticos

y otros, y es a este último que me quiero referir, para lo cual he tomado como referencia este popular juego de niños ya mencionado.

Nuestros instructores nos instruyeron en forma jocosa, que el principio de los pocos críticos

respondía a la necesidad de controlar al 20% de los asistentes a la fiesta, que se consumía la mayor cantidad de alimentos y bebidas. Así logramos internalizar el concepto que; pocas causas inciden en la mayor cantidad de los resultados en las empresas y que sobre esas causas debíamos actuar, para potenciar el sistema y mantener bajo control las causas básicas o reales que incidan o generen los eventos indeseados en las organizaciones, de ser exitosa nuestra dirección estaríamos controlando aproximadamente el 80% de las pérdidas.

Pero veamos como incide la falta de aplicación de este principio en nuestra gestión, que aún cuando lo consideramos importante, al poco caminar, lo tendemos a abandonar y simultáneamente vamos incorporando nuevas recetas y empezamos a transitar por un tortuoso camino lleno de imperfecciones y dando “pasos de ciego”. Después de años de experiencia, creo estar en condiciones de afirmar que así como los problemas nacen y se radican dentro de las organizaciones de las empresas, la solución de los mismos recaen en la adopción de medidas de control por parte de las propias organizaciones. Pero donde radica nuestra mayor debilidad, es en que muchas veces no somos capaces de determinar estas causas reales o básicas que se transforman en nuestro “poco crítico

”.

Y es por ello que programamos cursos de adiestramiento que en algunas ocasiones responden a una necesidad de tipo cultural, pero que no necesariamente obedecen a un estudio de necesidades de capacitación; intensificamos el desarrollo de actividades técnicas de prevención en función del control de las condiciones físicas de los ambientes laborales, cuando en realidad, éstas no siempre son las generadoras de los eventos indeseados. Pero, ¿ y cómo llego a conocer estas necesidades y orientaciones de las actividades a desarrollar?. Muy simple, una de las alternativas es realizando una buena investigación de los eventos ocurridos o de los que potencialmente podrían ocurrir.

Un exhaustivo análisis me permitirá conocer o identificar sus causas reales o básicas, el que me indicará, por ejemplo, que las causas de los incidentes responden a un manejo inadecuado de los materiales, debido a una falta de conocimiento de las técnicas de manejo y transporte de materiales. Para corregirlo, la medida de control deberá considerar la capacitación respectiva a este ítem.

Las estadísticas históricas de análisis de accidentes o incidentes, nos indican que porcentualmente, el factor personal es el que presenta una mayor influencia en la ocurrencia de eventos indeseados. Si esa tendencia se presenta en vuestra organización, significa que estamos en presencia de un gran poco critico y que la orientación de nuestro sistema de gestión, deberá necesariamente apuntar en esa dirección con herramientas preventivas, tales como: la confección de procedimientos de trabajo a las tareas críticas, las observaciones a las conductas de los trabajadores, la instrucción personalizada de dichos procedimientos y la estandarización del sistema de selección y colocación del personal. Perdemos nuestro norte cuando intensificamos actividades de reconocimiento de riesgos o de inspecciones de diferentes tipos, cuando en realidad éstas solo inciden en el 20% de los eventos.

Realicemos pues un buen diagnóstico de nuestros problemas y no nos desgastemos en los síntomas de ellos. Vayamos a las causas raíces, es allí donde están las razones del porqué de nuestras pérdidas; desarrollemos una detallada investigación de los incidentes generadores de pérdidas y en un proceso sistémico cuando ya superemos esa etapa, trabajemos sobre la base del triangulo de Bird y en un proceso evolutivo, trabajemos en los eventos potenciales, con lo que realmente estaremos desarrollando y aplicando los conocimientos técnicos de nuestra profesión en la etapa de pre contacto, logrando con ello el respeto de nuestra organización, el reconocimiento de nuestros superiores, la valoración de los trabajadores y sentiremos que nuestro esfuerzo y aporte técnico nos permite la dignificación de nuestra profesión y obteniendo una mayor rentabilidad de las acciones preventivas y lo mas loable de todo, es que nuestro aporte profesional habrá permitido cuidar la integridad física de las personas que son miembros de la organización que asesoramos.

Permítanme indicarles que el presente articulo ha tenido como objetivo motivar una instancia de reflexión para enfrentar al futuro con mayor rapidez nuestros juicios respecto de las verdaderas causas de los eventos indeseados haciendo prevalecer en nuestra sociedad los valores ético morales de nuestra profesión los que unidos a la valoración positiva de nuestros actos contribuirá a hacer el bien y evitar el mal.

Apuntémosle al blanco en forma efectiva y oportuna.

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