La economía circular como fuente generadora de retos y oportunidades en el contexto mundial

La economía circular como fuente generadora de retos y oportunidades en el contexto mundial

El actual contexto mundial, complejo, confuso y volátil, obliga a las naciones, a las empresas y a la sociedad, independientemente de su tamaño o condición, a asumir paradigmas transgresores y disruptivos. El “Modelo Circular” esboza los retos y las oportunidades a tener en cuenta para asegurar un futuro sostenible en el escenario global.
8 Octubre 2017

En reiteradas ocasiones se ha destacado la importancia y las ventajas implícitas en la adopción de políticas de economía circular en el actual contexto mundial. Esta realidad conduce una vez más a reflexionar en relación con las medidas y decisiones que es necesario aplicar centrando el enfoque dentro de la perspectiva de las diferencias existentes entre las naciones industrializadas y las emergentes, y entre las grandes y pequeñas empresas.

Si se tiene en cuenta las especiales características de la economía del mundo globalizado, es evidente que la adopción de los principios de la circularidad no solo representa oportunidades y ventajas para los países industrializados como herramienta preventiva, sino también como instrumento reactivo y corrector de obligado empleo para paliar los efectos de las agresiones ambientales producidas como resultado de la sobreexplotación y el uso indebido de los recursos.

Este planteamiento adquiere especial relevancia en los países emergentes, donde la prevención en este ámbito constituye una oportunidad, un reto y un instrumento susceptible de generar claras ventajas, tanto desde el punto de vista de la economía y de la competitividad, como de la salud ambiental del planeta. Tan solo frenar los efectos del calentamiento global y del cambio climático mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de sus efectos en la generación de desastres naturales, justifica la necesidad de adoptar los principios de la economía circular, tanto como herramienta de gestión como de prevención.

El marco RESOLVE, propuesto por la Fundación Ellen MacArthur, describe y enfoca las actuaciones basadas en la aplicación de los principios fundamentales de la economía circular, así como las herramientas, mecanismos, tecnologías y prácticas que ayudan a su puesta en marcha y desarrollo. Este marco ofrece a empresas y gobiernos una valiosa herramienta para generar estrategias circulares e iniciativas de crecimiento. De distintas formas, estas acciones optimizan el uso de activos físicos, prolongan su vida, y propician el cambio de uso de recursos de fuentes finitas a renovables. En este esquema, cada acción en particular refuerza y acelera el rendimiento de las demás, a la vez que se retroalimenta de las sinergias generadas por todo el conjunto.

En los países industrializados, trabajar de acuerdo con los principios de la economía circular constituye una alternativa tanto correctora como preventiva. En términos generales, la economía circular es un modelo sostenible, reparador y regenerativo, que se fundamenta en el uso de energías renovables, en la eficiencia energética y en la gestión responsable de los recursos. Además, puede jugar un rol importante en la transformación de los modelos de negocio, lo cual, junto con la adopción de actitudes responsables por parte de empresas y consumidores en relación con el ciclo de vida de los productos y servicios, libera el potencial de la economía circular como herramienta regeneradora y preventiva.

En los países emergentes la situación difiere tan solo en sus aspectos formales, puesto que, en el fondo, la adopción de los principios de la circularidad apunta al mismo objetivo: lograr la sostenibilidad en el uso de los recursos del planeta. De hecho, en muchas de estas naciones, iniciativas como el reciclaje o la reutilización se vienen utilizando desde tiempos inmemoriales, pero no como medidas de prevención, sino más bien como un medio espontáneo e instintivo de subsistencia para paliar la pobreza y la falta de recursos básicos.

En las naciones emergentes, la implantación de la economía circular representa una valiosa oportunidad para desarrollar proyectos de industrialización, creando empresas de ingeniería, industrias y tecnologías innovadoras. El espíritu emprendedor y la sensibilidad ambiental emergen con fuerza en muchos de estos países, hecho que queda demostrado si se observa el crecimiento que experimentan sus economías, el potencial que subyace en gran parte de ellas, y las oportunidades que en este sentido puede generar la adopción de los principios de la economía circular.

Los cambios en los modelos de consumo, producción y distribución en todo el mundo son cada vez más rápidos y trascendentes, y en las naciones emergentes la adopción simultánea de la economía circular constituye un factor de impulso y de creación de sinergias para lograr que el desarrollo y el progreso conduzcan hacia la sostenibilidad, aprovechando los beneficios que crean las acciones enfocadas con criterios preventivos. Esta es la única vía para evitar repetir los errores especulativos y el despilfarro de épocas pasadas, y para propiciar la participación en esta nueva estrategia de todos los sectores, tanto del ámbito público como privado.

Teniendo en cuenta los aspectos que pueden considerarse retos y oportunidades correctoras y previsoras, es fácil deducir las ventajas que en dicho sentido puede aportar la adopción de los principios y fundamentos de la economía circular en relación con el objetivo de alcanzar y garantizar la sostenibilidad integral del planeta. Entre otros, destacan los siguientes:

  • Cerrar los ciclos de producción industrial y de prestación de servicios adoptando nuevos modelos de negocio basados en la optimización energética, el reciclaje, la reutilización y la refabricación.
  • Fomentar iniciativas que optimicen la distribución equitativa de recursos y productos mediante el diseño de nuevos modelos de logística, de negocio y de consumo.
  • Prestar especial atención a la gestión responsable y a la optimización del uso de todo tipo de recursos, principalmente de los naturales finitos y renovables, destacando entre ellos los residuos, el agua y la energía.
  • Prestar atención a todas las iniciativas multisectoriales que promuevan la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático.
  • Desarrollar programas de planificación urbanística, ordenamiento demográfico, edificación y transporte público que hagan de las ciudades un ambiente acogedor para los ciudadanos, y aseguren un entorno de vida sostenible.
  • Implantar iniciativas de información, formación y comunicación que permitan sensibilizar a ciudadanos, empresas y estamentos de todo tipo sobre la necesidad y las ventajas de adoptar modelos de comportamiento civil e industrial basados en la economía circular.
  • Establecer programas de actuación global que comprometan de modo transversal y responsable a todos los agentes comprometidos con la implantación de la economía circular y el logro de la sostenibilidad.

Sin lugar a dudas, el éxito de la economía circular a nivel mundial, dentro de un contexto de globalización, de cambios de paradigmas, de avances acelerados de la tecnología, y de la necesidad de cambios de los modelos de comportamiento social, está supeditado de modo ineludible a la erradicación de conflictos de intereses, desequilibrios geopolíticos y tensiones sociales que amenacen su viabilidad y su adopción como alternativa de desarrollo sostenible. En igual sentido, la eliminación de barreras de todo tipo será un requisito esencial para garantizar la transversalidad de las iniciativas circulares, así como la distribución y uso equitativo de todos los recursos del planeta.

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