Comunicando hacia la gestión del cambio

La comunicación asume participación y reciprocidad. Y la respuesta, afirmación o negación. Entonces, si lo extrapolamos a la disciplina preventiva, ¿es ajena a la prevención? No puede serlo, son indisociables. Se ve presente en el sí y no, en el murmullo y en el silencio. Si quisiéramos aplicarla al ámbito de la gestión organizativa a nivel macro, ¿seríamos capaces de componer una seña de identidad organizativa? Ante la diversa normativa encontrada en el marco internacional de la seguridad laboral, podríamos preguntarnos si verdaderamente nos convendría reglar unos patrones mínimos equivalentes para los países, más allá de lo dictado por la norma. Apostaríamos por una “universalización de las buenas conductas”, despertadora de los cinco sentidos para ver nuestro entorno (vista), escuchar el mensaje (oído), pulsar el acontecimiento (tacto), distinguir los distintos olores o modos de enfocarse la prevención (olfato), y disfrute de las buenas prácticas, dignificar la profesión (gusto).
Palabras Clave: 
Comunicación; Gestión; Cambio; Persuasión; Evolución; ORP Conference
Autor principal: 
Rodrigo
Rosas Sánchez
Fórum Forma
España

Introducción

Las consecuencias derivadas de practicar la prevención por parte de sus participantes brotan de la semilla conjuntiva tendida entre las obligaciones impositivas y las reacciones desatadas, según el grado de cumplimiento o desacato. ¿Utilizamos una regla adecuada para saber hasta dónde podemos llegar y hasta dónde no? Al confrontar nuestro cuadro legal de derechos y obligaciones con su aplicación por parte del empresariado, personal laboral y técnicos de prevención, encontraremos la respuesta al dimensionamiento de la responsabilidad.

Ulpiano, jurisconsulto romano, ya proclamaba en el Siglo III un lema recuperable hoy en día: “vivir honestamente, no lesionar a nadie, dar a cada uno lo que es suyo: la comunicación”, dimanante del latín. “Honestae vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere”, valores transferibles a cualquier preventivo no tanto precedido por la obligación, sino por el fin de la vocación:

• Ser consecuente con lo que hacemos y con nuestras ideas, costumbres o dogmas (responsabilidad inmanente).

• Justeza. Obrar con legitimidad, ética o moral. Creer que en nuestra costumbre buscamos el término medio. “Haz el bien y no mires a quién”.

• Ajuste: actuar en atención a unos patrones preestablecidos, siendo reflexivos. Ejemplo: respetar el libro de estilo de una empresa con sus códigos conductuales y premisas deontológicas, siendo capaces de incluir la crítica constructiva, si estamos en desacuerdo, sin que suponga un trauma para la organización.

• Dimensión socializadora: Aplicación de criterios óptimos, conciliadores en la conexión con los demás. Es aquella relacionada con las conductas, comportamientos y hábitos favorables promovidos hacia la mejora de las relaciones interpersonales. Ejemplo: compartir una buena noticia con los demás, hacerles partícipe del éxito propio o tolerancia hacia el error prójimo.

• Doble cumplimiento: conjugar las imposiciones internas de la empresa con lo regulado en nuestro marco legislativo (el trabajador debe tener en cuenta el código interno de la empresa y la normativa).

Composición del Texto

Actuar desde la acción presente conduce a un momento advenedizo, pendiente de llegada. Cabe valorar que el futuro de cualquier empresa va estrechamente ligado a la capacidad de innovación. Los nuevos estilos organizativos se basan en la accesibilidad, comodidad y adecuación a las necesidades de la persona, por lo que la ergonomía como disciplina se instaura cada vez más en el modernismo predeterminista, experimentándose tendencias evolucionistas del viaje en curso sin regreso al pasado.

Por más que conlleve tiempo e intensa dedicación, de algún modo se responde a esta expectativa. Hacer sencillo lo difícil. Ése es el reto. La sobrecarga de trabajo, la elevada ocupación o la falta de tiempo dejan en su camino la necesidad de buscar nuevas fórmulas de agilizar las tareas.

Esta realidad hace de los aparatos tecnológicos un bien muy preciado hoy en día. Las nuevas tecnologías, las plataformas de teleformación o las aplicaciones informáticas para la comunicación de accidentes (sistema delt@) o enfermedades profesionales (across) son algunas de las herramientas utilizadas con el fin de rentabilizar el punteo de la aguja del reloj.

Nace así la necesidad de impulsar una profunda renovación de los procesos de producción, desde el reforzamiento positivo de las ideas constructivas de los trabajadores y de todos los componentes de la organización. Congeniar el reciclaje de los sistemas productivos con la creatividad humana y la funcionalidad tecnológica, tanto de los que dirigen como de los que ejecutan. Un lavado de cara que arrojaría muchas luces, por el amplio ramillete de oportunidades, y sombras. Sabemos de la dificultad que supone formar adecuadamente a los trabajadores para el dominio de las nuevas tecnologías. Para una organización, el aprovechamiento de las pequeñas ideas contribuye a lograr, en su globalidad, un relevante proceso de innovación en la empresa. Aprender lo que no sé hacer para actuar de forma diferente a como lo hacía. Avanzar de lo conocido a lo desconocido. Otear nuevos horizontes.

Sin embargo, los incipientes modos productivos pasan por una evolución transformadora de la sociedad en la que vivimos, como reminiscencia de unos principios troncales a cualquier profesión necesitada de la gestión comunicativa: honestidad, profesionalización y personalización del trabajo.

Aunque pueda parecer a priori extraño, el Técnico en Prevención, de alguna manera, comparte varios de estos principios. A la hora de realizar un arduo trabajo de investigación, al iniciar el proceso evaluativo en el estudio de los riesgos laborales, seguimos unos procedimientos de actuación determinados. Primeramente, se pone en contacto con el responsable de la empresa concertada, acuerda uno o varios días de visita. En la funcionalidad de su ejercicio preventivo, hablaríamos de cuatro infinitivos: Informar, formar, evaluar y asesorar. Informar para transmitir, formar para aprender y concienciar, evaluar para conocer y tomar medidas; asesorar para resolver, ayudando a que otros lo hagan. Formación e información, consulta y participación, por definición, adquieren el carácter de derechos mínimos indisponibles, pilares basales para un ejercicio saludable.

Toda acción o logro se hacen en el marco de un sistema interactivo. El entendimiento entre las partes implicadas. Dos no se ponen de acuerdo si uno no quiere. Veamos: “mañana toca formación a las 11:00 a.m. y a mí me coges en mal momento. A esa hora tengo un requerimiento del Inspector de Trabajo, ¿podrías dar la formación mañana por mí? Ah, siento decirte que estaré ocupado con una tarea pendiente”.

Comunicación + prevención = interacción.

Hablamos de un proceso bidireccional que parte de un emisor, considerado como el agente inicial de la comunicación y de un receptor, que es el destinatario de la información. Etimológicamente, comunicar quiere decir “poner en común”. En la medida en que esto se lleva a la práctica, se produce la comunicación. Sociólogos, teóricos de la comunicación o filólogos han coincidido en definir este proceso como un intercambio significante y libre de ideas, sentimientos o percepciones encontradas.

La comunicación supone participación y reciprocidad. Y la respuesta, afirmación o negación. Entonces, si lo extrapolamos a la disciplina preventiva, ¿es ajena a la prevención? No puede serlo, son indisociables. Se ve presente en el sí y no, en el murmullo y en el silencio. Convive con ella y con su ausencia. La actitud por parte de un empresario de reconocer que existe un factor de riesgo a controlar y comprometerse a adoptar medidas preventivas al respecto, sería afirmar. La negación positiva la podríamos observar en el rechazo por parte del docente a acortar la duración de los cursos de 8 horas de Aula Permanente en el sector de la construcción, tras una petición del gerente de una empresa.

Y es que mantenerse firme en una convicción no significa necesariamente ser inflexible, ¿o sí? ¿Es posible buscar un término medio sin renunciar a tu propia creencia? A veces, francamente, puede resultar muy complicado. En saber decir “no” también habita un valor. Vemos, en múltiples salvoconductos, cómo la información está presente en los Congresos Nacionales o Internacionales especializados en la temática, seminarios, simposios o campañas publicitarias a pie de calle, semillero de la externalización preventiva.

Se trata de un intercambio significante, pues implica la existencia de un contenido conducente a una acción. Ejemplo: El Instituto Andaluz de la Prevención de Riesgos Laborales, órgano dependiente de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, promueve una campaña itinerante por todos los rincones de Andalucía llamada “prevebús”, autobús que recorre las diferentes localidades de sus ocho provincias en su labor divulgativa. Este ejemplo puede extrapolarse a iniciativas similares impulsadas por las restantes Comunidades Autónomas en sus campos de competencias. Es lo que llamaríamos “información externa”.

De ese modo, el aparato logístico soportado, compuesto por vehículo, pósteres, prospectos publicitarios, equipos audiovisuales ejercen el papel de medios utilizados para lograr un fin concreto: difundir la cultura preventiva entre jóvenes, niños, inmigrantes, personas dependientes o en trabajadores del sector de la construcción.

En cambio, la comunicación intrínseca sería aquella que va desde la empresa o servicio de prevención hacia el trabajador (ejemplos: cursos de reciclaje, formación inicial en el puesto de trabajo o planes de entrenamiento específicos).De este modo, ambos tipos de comunicación permitirían elaborar el pensamiento individual para pasar al consenso y de éste a la toma de decisiones.

De ahí la importancia concedida a la posibilidad de actuar y tomar decisiones por uno mismo, de forma coordinada con el sistema de gestión interno y en colaboración con el personal de la plantilla. Adquiere, por ello, un grado superior, ya que permite modificar comportamientos, modelar conductas. Su carácter influyente, por tanto, queda probado. Es el instrumento que permite dirigir muchos destinos y la clave del éxito o fracaso social. Intercambio libre, aceptado por el otro, porque de alguna manera despierta interés en él. ¿Por qué decimos que es libre? A él le llega la información y es él quien decide qué hacer con ella, si entrar o no entrar, responder o guardar silencio, justificar u obviar lo transmitido. Por eso es libre.

Sentimientos, ideas, pensamientos o percepciones componen el puzle comunicativo. Se requiere la confluencia de varias personas en el proceso. Se entiende como relación interpersonal que abre o cierra la comunicación desde una triple vertiente: aceptación (decir que sí), rechazo (mostrar disconformidad) o inacción (desinterés, alejamiento o falta de pronunciamiento).

En cualquier proceso preventivo habita la comunicación. Es el caso de la toma de datos de una empresa, la elaboración de una evaluación de riesgos o la entrega de los certificados de formación. Por ejemplo, cuando un Técnico visita a un carpintero y solicita información a su empresario sobre el último modelo de tupí, (equipo de trabajo utilizado en la carpintería) interactúa con él. A cambio, recibe una información sobre sus características. A fin de cuentas, se produce un intercambio significativo.

¿Es la comunicación la pieza clave para la gestión de la prevención? Posiblemente no sea el único factor, pero sí el más importante. Fijar un sistema de gestión como punta de lanza basado en la creación de foros de participación y fomento del diálogo acerca de las condiciones de trabajo humanas y materiales.

Comunicarse permite disponer de un mayor conocimiento de las situaciones de riesgo o deficiencias existentes tanto en un ámbito específico, como en el contexto global de la empresa. Facilita la participación y la aportación de ideas por parte de los que mejor conocen y conviven con su puesto y entorno, los trabajadores. Esto no solo repercutirá en un aumento de los niveles preventivos sino que muy probablemente también desembocará en aumentos de productividad y de calidad.

Por ejemplo, ¿se realizan foros de reunión a gran escala entre los Servicios de Prevención Ajeno por ciudades o por Comunidades Autónomas? En caso afirmativo, difundirlo informativamente permitiría establecer unos cauces de participación. A mayor difusión, mayor participación; y a mayor participación, mayor implicación.

Categorización de la comunicación.

Atendiendo a diferentes criterios podríamos establecer una composición, distinguiendo entre:

• Formal o informal, según responda a una institución, ente u organismo, público o privado, o a título individual. Por ejemplo, un comunicado de prensa de una determinada corporación, en comparación con la publicación de una nueva nota Erga-Fp, emitida por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo sería un tipo de comunicación formal, al igual que un boletín semanal de actualidad preventiva.

En cambio, la inserción de un artículo de opinión en una revista técnica especializada, escrito por un ergónomo sobre algún tema de actualidad, tendría carácter informal. Habitualmente, estas últimas cabeceras añaden una cláusula de exención de responsabilidad, por la cual no se hacen responsables directos de las opiniones vertidas por sus colaboradores. Es una especie de cláusula reguladora de la libertad ideológica y de expresión de los escritores, sin acarreo de cargas para el grupo editorial en cuestión. Mientras que en la comunicación formal el portavoz de la noticia habla en nombre del grupo, en la informal es el propio redactor quien se hace responsable de sus propios comunicados, si publica en una red externa.

• Presencial o a distancia, en función de la ubicación de los interlocutores. La primera radica en un espacio físico en el que las personas interactúan cara a cara. ¿Cuáles podrían ser “espacios preventivos”? El aula donde se imparte la formación, las dependencias de una empresa concertada, un expositor donde se realizan campañas informativas, el pabellón abarrotado que alberga un interesante Congreso… podrían ser algunas de las muestras. La comunicación a distancia se produce a través de una plataforma (correo electrónico, teléfono, fax, Bureau fax, plataformas, software). Cuando se produce entre dos ordenadores distintos hablamos de “interfaz comunicativa”.

• Hablada o escrita. Según la naturaleza del soporte comunicativo. El lenguaje transmitido oralmente transcurre más rápido que el escrito. Es una comunicación más viva, intensa y chispeante. Por su parte, la comunicación escrita permite ordenar mejor las ideas, estructurar el mensaje. Oralmente, la comunicación se puede perder en la palabra pronunciada. Los textos escritos, sin embargo, quedan plasmados en un soporte.

• Individual o colectiva. Persona o grupo. Vayámonos a una revista especializada en Seguridad y Salud Laboral y hagamos una simple distinción. Queremos diferenciar el comunicado individual del colectivo. Un artículo de opinión firmado por un columnista, periodista o cualquier otro colaborador sería una comunicación individual.

En cambio, la “editorial” sería un género informativo donde se recoge la línea ideológica, opinión o pronunciamiento de la empresa informativa o grupo de comunicación masivo (mass media) al respecto de uno o varios temas candentes, de actualidad. Ejemplo: opinión firmada por la editorial acerca del caos originado en Lorca, a tenor de un devastador terremoto sucedido. ¿Cómo vivió la redacción la tragedia vivida en la localidad murciana el pasado 11 de mayo de 2011? En resumen, mientras que en un artículo de opinión se plasma el sello personal de quien lo escribe, en la editorial se emite una opinión corporativa en nombre de la empresa informativa.

• Estimativa o no estimativa. A expensas de haber o no juicios de valor, criterios u opiniones, si en la evaluación de riesgos reposa un verdadero trabajo de acompañamiento. Por ejemplo, la cualidad de ser capaz de sintetizar el factor de riesgo con breves descriptores en un informe a modo introductorio: “fricción en el basamento exterior del edificio, provocado en el canto izquierdo, a una altura aproximada de 1,50 mts con respecto al nivel del suelo. En el esfuerzo descriptivo veríamos una realidad inequívoca. Se ha preocupado por hacer bien su labor e ir al detalle.

• Vertical (ascendente y descendente) y horizontal. La primera fluye desde el operario de base o trabajador al escalafón inmediatamente superior preferiblemente, o superior en grado. En cambio, la descendente comienza en una unidad determinada y baja hacia una unidad inferior. En este contexto, la horizontal se diferenciaría de la anterior por su producción al mismo nivel y posicionamiento equiparado (ejemplo: la producida entre directores de distintos departamentos).

• Interna (entre miembros de una organización determinada) o externa (de cara al exterior, al entorno social). La implantación de una nueva regla de conducta en una empresa sería una comunicación interna. La celebración de una rueda de prensa, con la presencia de periodistas y medios de comunicación para difundir una noticia, respondería a una comunicación externa.

• Verbal (mediante la palabra pronunciada o escrita) o no verbal (gestual, simbólica, icónica).

• Unidireccional, bidireccional (basado en el estímulo y respuesta) o multidireccional (información transmitida a varios destinatarios). Comunicaciones de este tipo son las órdenes, eslóganes, emisiones televisivas, cuñas radiofónicas o carteles publicitarios.

Universalizar la diversidad.

Puede estructurar su documento mediante el uso de título de diferente nivel (Título 2), como es el caso de este mismo apartado.

Teniendo en cuenta la semiología comunicativa y su diferente tipología, si quisiéramos aplicarla al ámbito de la gestión organizativa a nivel macro, ¿seríamos capaces de componer una seña de identidad organizativa? Ante la diversidad normativa encontrada en el marco internacional de la seguridad laboral, podríamos preguntarnos si verdaderamente nos convendría reglar unos patrones mínimos equivalentes para los países, más allá de lo dictado por la norma. Apostaríamos por una “universalización de las buenas conductas” al modo de principios indisponibles, sin los cuales no podríamos certificar unos niveles aceptables seguros en las condiciones laborales presupuestas. Toda empresa debería cumplir unos estándares de calidad para hacer una gestión eficaz. Podríamos elaborar el siguiente decálogo:

• Garantizar los derechos básicos de los trabajadores, partiendo de unas cotas irrenunciables en el crecimiento preventivo.

• Gestión eficiente de los recursos humanos y materiales, con una adecuada utilización de los medios disponibles para los fines previstos.

• Reducir la actividad a lo indispensable inicialmente. Sería ilógico proponerse objetivos muy ambiciosos si no somos capaces de cumplir con lo sencillo. Ir de menos a más.

• Progresivo crecimiento de la actividad preventiva. Ir desde abajo hacia arriba.

• Poner a disposición aquellas medidas útiles para la integración preventiva.

• Innovación en sistemas de comunicación telemáticos. Actualización de las TICS (Tecnologías de la Informaciones y Comunicaciones).

• Oficializar la participación de los trabajadores en la toma de decisiones. Ejemplo: designación de un Delegado de Personal en una PYME (Pequeña y Mediana Empresa).

• La prevención es un todo: no se entiende como un conjunto de partes separadas e independientes, sino como unión de departamentos. Las variaciones producidas afectan al funcionamiento del sistema (dimensión holística) con la presencia de efectos sinérgicos: las fuerzas se concentran para obtener un fin.

• Prevenir es invertir y no gastar o tirar al vacío. Si somos capaces de establecer una comparativa entre los costes de hacer o no prevención, evitaremos las precipitaciones de los prejuicios.

• La prevención cambia, conforme lo hacen las condiciones. Principio del filósofo griego Heráclito: Todo pasa, todo fluye, nada permanece”.

De no haber un respaldo corporativo detrás de cada iniciativa, se antojaría complicado sacar a la palestra nuevos proyectos. Muchas de las ideas no llegan a ver la luz precisamente por no contar con el visto bueno de quien aprueba o reprueba. Esto provoca, con frecuencia, que el trabajador se convierta meramente en ejecutor de actividades, sin potestad para promover ideas orientadas a la ejecución productiva. La dicotomía entre resolver por imperativo y el pensar cómo (know-how) vamos a actuar.

De lo contrario, ahorrémonos el coste. Si la máquina y los útiles de trabajo pueden sustituir al hombre en la formación, se podría comprar un robot al estilo de la aspiradora que limpia, pule y masajea a la vez. Si realmente lo único que importa es la rúbrica del Técnico y que el certificado de formación sea entregado por espuela al antojo del solicitante, quizás haya contratado sus dedos para sellar y no su cerebro para pensar o su boca para hablar, con su balanza aciertos/ fallos.

Su labor debe ser meramente vocacional, no por sentir o disentir la profesión como propia, sino porque al menos se dedique a inculcar su verdadero espíritu. No se trata de buscar culpables, ni a chivos expiatorios, sino detectar los problemas con el fin de evitarlos, pues la prevención huye del señalamiento imputable. ¿No es éste un sano ejercicio preventivo?

Experiencias desprevenidas.

Abrimos este apartado con el relato de escenas reales protagonizadas por personajes inventados, a fin de preservar la identidad de los sujetos y compartir la cotidianeidad de lo sucedido en la trastienda. Tener en cuenta los acontecimientos anteriores en la valoración del momento presente nos llevaría a una prospección de las actuaciones futuras.

Las experiencias confesadas por los trabajadores al Técnico de Prevención, los narraciones compartidas por los alumnos en las mañanas de clase o la transmisión de anécdotas en la trastienda (horario de descanso fuera de la oficina, en los pasillos del edificio, mientras bajamos las escaleras de la entreplanta para salir a la calle o en la cafetería) conceden sabias lecciones de aprendizaje. Con el fin de garantizar la protección de datos de carácter personal, nombraremos pseudónimos inventados:

• Dejan, joven operario serbio de retroexcavadora, reconocía haber cobrado incentivos por el número total de ciclos (trayectos de ida y vuelta) realizados al día en el movimiento de tierras. Si superas el objetivo, cobrarás tantos incentivos, supongamos 20 euros al día por cada ciclo adicional.

Retroalimentación: la necesidad o deseo de obtener dinero extra por superar objetivos impuestos lleva a muchos trabajadores a cometer imprudencias.

• Rafael, contratista principal de una potente empresa del sector de la construcción acuerda con el director del Servicio de Prevención pactar verbalmente un acuerdo no escrito que consistiría en lo siguiente: daremos el ciclo de 8 horas de Aula Permanente el viernes por la mañana. El curso comenzará a las 10:00 a.m. y acabará a las 16:00 p.m. Algunos trabajadores se incorporarán al curso a mediodía, pues antes no pueden concluir su jornada por necesidades operativas.

Retroalimentación: desprotección para el Técnico /Docente en su labor formativa, quien debe de actuar en consecuencia, en este caso, únicamente considerar a quienes hayan participado al curso completo, de haber superado la prueba de evaluación o los criterios de superación prefijados.

• Ernesto, carnicero del mercado de abastos, no quiere ponerse los guantes, presumiendo de no fallar nunca. Justo cuando el Técnico trata le persuade en su visita de la necesidad de proteger sus manos, se produce un corte en la muñeca, mientras manipulaba la cortadora de fiambres. Lejos de sonrojarse por el desliz, se seca rápidamente la herida con un pañuelo de usar y tirar para seguir con su tarea, profiriendo un apremiante: “venga chaval, que no tengo toda la mañana”. Ya no importaba si llevaba las dos letras o no del marcado CE, simplemente sus manos estaban al descubierto, desprotegidas. Los clientes, por cierto, siguieron comprando, a pesar de la herida reciente. No se disponía de botiquín de primeros auxilios.

Retroalimentación: inconsciencia preventiva prolongada incluso después de sufrir un accidente.

• Marisa sufrió hace seis años un aciago accidente in itinere (al ir o volver del trabajo) a la salida de un túnel. Un tráiler empotró a un vehículo, el cual y por el propio impacto recibido, chocó contra su turismo, colocado justo en la posición delantera. Sin valorar los daños colaterales, el fortuito siniestro le dejó una importante secuela una fractura de la quinta “L” de las cervicales y multitud de daños inespecíficos. (Trastorno músculo-esquelético). Ella reconoce que, desde entonces, sufre bastante para superar livianamente su jornada, pues debe permanecer sentada en la misma posición durante muchas horas al día y declara que en su empresa no se han tomado medidas para adaptar el puesto de trabajo.

Retroalimentación: no es de extrañar que Marisa no haya querido testimoniar su padecimiento como consecuencia de lo ocurrido, por el miedo a perder el puesto de trabajo. Tampoco abrió las diligencias médicas oportunas para resolver el caso. ¿Qué habrías hecho en su lugar?• Elena, Técnico Superior con la especialidad de Seguridad en el Trabajo, se apresta a entrar en una obra de construcción localizada en la comarca de la Axarquía (Málaga). Es media mañana de un viernes otoñal. En ese momento, los trabajadores se encontraban en el recreo, mientras fumaban tabaco habano. Rápidamente, tiran los cigarrillos al suelo, embarran las colillas y se colocan el casco de seguridad para reanudar la faena. Bastante acostumbrada a ver este tipo de prácticas, les lanza una pregunta a los preocupados albañiles: ¿pensáis que mi labor es igual que la de un Inspector?

Retroalimentación: la prevención transborda acciones tan útiles y necesarias para preservar la seguridad de los trabajadores, sin reducirse al simplismo de no fumar en los centros de trabajo o colocarse un casco de seguridad cuando viene el técnico a evaluar, pues siendo dos medidas fundamentales, la ocupación preventiva debería de ser mayor: conocer rutinas de trabajo, dificultad de la tarea, condiciones de la maquinaria, mantenimiento periódico, tener en cuenta la evolución de la técnica en lo repercutido sobre el desempeño o el establecimiento de medidas de protección colectiva e individual.

•Un Servicio de Prevención Ajeno acaba de contratar a un Médico del Trabajo para cubrir la vacante disponible. Una semana de adaptación le valió para conocer el calado del retraso acumulado, la nada desdeñable cifra de 70 expedientes de trabajadores pendientes de revisar. Al objeto de descubrir el estado de los informes, había accedido previamente a “prevengos”, software especializado en la gestión de las actuaciones preventivas. Con antelación a planificar cómo poder hacer frente al entuerto y en qué plazos de actuación, decide en una sola tarde sentarse en la silla, amontonar los historiales médicos encima de la mesa. Incomprensiblemente y con carencia absoluta de ética profesional, aboga por firmar uno por uno los certificados. Al finalizar, le lanza vergonzante improperio a un becario en prácticas: “¿Has visto qué eficaz soy?”.

Retroalimentación: barbarie como la descrita sólo puede ser atajada mediante la comunicación pertinente al Servicio de Prevención, haciéndola posible por extensión a la autoridad sanitaria, a los servicios de inspección de las instituciones públicas y organismos oficiales, pues aunque pueda resultar chocante o refleje sólo una muestra remota e inusual de una praxis extremadamente irresponsable, es una situación que conlleva emprender acciones correctoras. Se trata de un grave episodio puntual de un “profesional” y que, bajo ninguna circunstancia se entendería, debiéndose tomar cartas en el asunto y no mostrar indiferencia, ni dejarse gobernar por el inmovilismo. Donde está la ocasión, puede existir el peligro.

Riesgos por factores organizativos.

Positivar el nuevo modus operandi del trabajo proviene de la incansable búsqueda por incrementar las cuotas productivas, si dejamos de lado el plano económico y nos preocupamos por los aspectos psicosociales como la optimización del tiempo de trabajo, bienestar laboral, grado de autorrealización, autonomía profesional o colectivización grupal de la tarea.

Una estructura blindada, rígida y con limitada inclinación hacia la flexibilización sería difícilmente asumible en el siglo XXI. La innovación en los procesos de ejecución, la modernización de las estructuras tecnocráticas (gobernadas técnicamente) y el aluvión de cambios técnicos, organizativos y de gestión nos ponen en la tesitura de mantenernos como estamos, es decir, procurar los mínimos cambios necesarios o, por el contrario, ser capaces de abrir la ventana y escapar un poco de nuestra organización para adaptarnos a lo que aparece fuera de nuestro recinto.

Cualquier intervención terapéutica que queramos hacer, desde el punto de vista preventivo, nos lleva a experimentar con actuaciones a partir de las cuales podamos inducir los resultados. Cuando se pretende despertar un cambio en el estilo organizativo, hay que tener en cuenta que no existen patrones únicos válidos para cualquier objetivo, recetas mágicas o pócimas milagrosas.

Se intuye, en cierta parte, que es la entidad quien debe modelar su propio esquema, diseño o estructura organizativa. Valga la frase: “todos los caminos conducen a Roma” para entender que lo importante no es el carril que se haya tomado, sino los recursos disponibles, el tiempo de exposición, la hoja de ruta trazada y los apeaderos de descanso donde reponer la energía perdida durante el camino. Podemos avanzar, perdernos en el recorrido, retroceder dos peldaños para subir cinco en adelante, pero lo importante es aprender de la experiencia y tener claro cuál es el objetivo, qué nos gustaría conseguir, a dónde queremos llegar y qué tenemos que hacer para aspirar a ello.

Para llegar a un determinado resultado no podemos valernos exclusivamente de fórmulas magistrales. Cada empresa debe forjar su propio modelo desde el ensayo-error, buscando el más adecuado a su realidad. Sólo conociendo las tendencias de nuestros interlocutores, consumidores o solicitantes de nuestro servicio descubriremos la propia identidad.

A menudo, tendemos a confundir las intervenciones realizadas sobre la tarea o puesto de trabajo con los cambios organizativos. Ambas convergen en el fondo de la cuestión, si bien dar el paso adelante consiste en pasar de la acción aislada a la normalización de las acciones (ejemplo: no quedarnos con haber reciclado un día puntual los cartuchos de tinta de la impresora, sino implantar un protocolo de reciclaje conocido por los trabajadores).

Se describe, a continuación, un decálogo organizativo a modo de sugerencia, con la premisa puesta en la importancia de elaborar nuestro propio modelo. Podemos optar por referencias externas, si las aplicamos a nuestra realidad interna:

1. El resultado es la suma de los esfuerzos individuales y colectivos. Los técnicos de prevención, formadores o mandos intermedios avocan funciones diseñadas previamente a su incorporación al puesto de trabajo, viéndose aumentadas o modificadas por la aparición de nuevas condiciones o cambios en las anteriores. Su papel es esencial en sí mismo, pero es la conciencia grupal lo que otorga una dimensión organizativa. Veamos un ejemplo: la impartición de una sesión formativa por el docente sería una actuación individual. En cambio, una reunión entre los técnicos de la plantilla para conformar unos objetivos formativos específicos (inclusión de imágenes o repositorio fotográfico para ilustrar los riesgos emergentes en el trabajo vertical en altura) supondría una intervención colectiva.

2. Recobrar la confianza desde la recuperación del mérito. Se sugiere evolucionar desde un enfoque centralizado, algo más inmovilizado hacia un nuevo esquema de responsabilidades, donde prevalezca el enriquecimiento creativo en la definición de los objetivos, puesta en práctica y consecución de los mismos.

3. La balanza en la dotación de recursos técnicos y humanos debe equilibrarse. Tanto o más importante que contar con un sofisticado aparataje sería disponer de un buen equipo de trabajo, donde cada uno de sus miembros se convierte en representante de la empresa ante los otros.

4. Transformar los imperativos corporativos en objetivos acordados por todos los participantes. Dejamos atrás las tradicionalistas órdenes del jefe para aprobar un conjunto de premisas consensuadas.

5. Autoconvencerse de la necesidad de cambio es un trabajo que lleva su tiempo. Acelerar los presagios, corresponder a las intuiciones, hacer ver los triunfos de otros modos de actuar pueden ser señas identificativas que nos permitan vencer el enquistamiento. No en vano, los cambios se producen poco a poco, no siempre prosperan, y frecuentemente parten del error antes de ver la luz verde.

6. Diagnóstico prospectivo. El tratamiento de la información específica sobre el tema de estudio en cuestión nos llevaría del ahora al adelante (desde el momento presente hacia las próximas actuaciones).

7.Facilitar la transferencia de experiencias, cotidianeidad y escalas entre los departamentos de las empresas nos lleva a conocer mejor cómo se comportan los trabajadores enrolados en otras unidades productivas distintas, en la medida en que dichos desempeños puedan repercutir a nivel laboral y en las relaciones sociales.

8. Definir objetivos realistas nos aparta de la frustración. A su vez, se procura que la capacitación del profesional vaya acorde a los propósitos marcados. Valga la expresión “que la frondosidad de los árboles no nos impida ver el bosque”.

9.Motivar al trabajador para que se sienta partícipe de su trabajo, sienta ilusión por lo que hace y vea en su tarea un fin productivo que sirve de ayuda para alguien, siendo además eficiente con su organización.

10. Recompensar el esfuerzo, la entrega, la inquietud de progreso y dedicación profesional de los trabajadores permitirían abandonar la desmotivación y orientarnos hacia la integración laboral. Si lanzamos el estímulo de contar con un sistema de incentivos, beneficios sociales (ejemplo: permitir que un trabajador salga una hora antes del fin de la jornada laboral por su buena labor desarrollada durante la semana) o recompensas culturales (entradas para cine, teatro, museo o concierto musical). A veces, el detalle pesa más que el valor monetario y no cuesta tanto darlo.

La persuasión preventiva.

Conocer nuestro mensaje, saber a quién se lo transmito, qué efectos queremos conseguir y cuál será la respuesta del receptor explica todo un sistema social, disuasorio y comunicativo marcado por dos componentes: preparación previa (estructuración previa del contenido) y finalidad (intención latente). Sus múltiples funciones y distintas caras que presentan tienen que ver con la necesidad de tapar agujeros. La falta de gancho o conexión con lo pretendido, aumenta la necesidad de invertir en medios humanos, materiales y económicos.

Como cualquier medio que pretenda conseguir un fin, es un sistema de comunicación intencional, buscado y con intereses encontrados. Sirve a causas sociales, en algunos casos comerciales (fidelización: ver en la preocupación y ocupación por su causa un modo de mantener una relación) y responde también a políticas concretas. Hace de puente entre la actividad de la producción, emisor y destinatario Media entre lo producido y la contraprestación esperada.

Diacrónicamente, simboliza un condicionamiento de lo público. Es el reflejo de la sociedad y una indiscutible consecuencia del espíritu de nuestro tiempo. Sin embargo, puede producirse tanto nivel micro (pequeñas entidades, modestos servicios de prevención o profesionales autónomos) como macro (promovido por organizaciones públicas con carácter autonómico, nacional o supranacional).

Exponemos, a continuación, un ejemplario institucional de cuñas radiofónicas grabadas y reproducidas por la Federación de Empresarios de la Rioja, con la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales, con sus respectivas interpretaciones.

Año 2008.

“Muchas personas sufren accidentes de trabajo. Si no quieres estar en la lista, si aprecias tu vida, la seguridad es lo primero. “No corras más riesgos, lo ganarás en salud”.

“La falta de protección es causa de accidentes laborales. Mejor que no te ocurra a ti. Si aprecias tu vida, la seguridad es lo primero. Para vivir mejor, lo principal es conservar la salud”.

“Muchos autónomos pierden horas y dinero por los accidentes laborales. No esperes a ser uno de ellos. Tú puedes evitarlo. Si vives de tu trabajo, la salud es lo primero. Autónomo, un negocio seguro es tu mejor garantía”.

“Tu horario de trabajo comienza en el coche. Procura que no termine en un accidente de tráfico. Si vas a trabajar en coche, conduce con precaución. Tu vida es lo primero. Respeta las normas, te juegas la vida”.

Lema: apreciar la vida es ganar en salud. El trabajador es el mejor activo de la empresa y si es autónomo, también se concienciaría. La actividad laboral no empieza una vez que entras en la oficina, sino al subirte al coche. Los buenos hábitos son válidos para cualquiera persona.

2009.

Accidente Laboral 1: “Varón, 26 años. Accidente de tráfico. Se cayó de un andamio, no llevaba el arnés de seguridad… cada vez que llega un caso similar pienso en lo fácil que hubiese sido evitarlo y ahora su vida no correría peligro. Reducir los accidentes laborales está en manos de todos.

Accidente Laboral : “Gutiérrez tiene usted muy mala cara esta mañana. Sí, es que he pasado mala noche. En su puesto no es seguro trabajar en estas condiciones. Por favor, váyase a casa. Su estado puede darnos muchos problemas a todos. Reducir los accidentes laborales está en manos de todos.

Accidente de tráfico . Suena el despertador. “Uy, llego tarde al trabajo. La jornada laboral comienza al salir de casa. Reducir los accidentes laborales está en manos de todos”.

FER dígame. Hola, quisiera información sobre seguridad laboral en mi empresa. “Muy bien, ha llamado al lugar indicado. Contamos con un departamento especializado en asesoría de prevención de riesgos laborales… reducir los accidentes laborales está en manos de todos”.

“Tengo problemas de espalda y quería comprarme un colchón nuevo, ¿podría informarme del más saludable? Pues mira, disponemos de una amplia gama… promover hábitos saludables en tu vida diaria es el mejor complemento para sentirte más seguro en tu trabajo”.

Lema: el objetivo principal es evitar el accidente laboral. Tener a un trabajador durante una jornada en condiciones desfavorables puede ser un riesgo adicional para trabajos de especial peligrosidad. Las prisas no son buenas consejeras. Elegir las condiciones idóneas mejora la predisposición hacia el trabajo.

2011.

Accidente laboral: “Hasta mañana. Recojo a los niños, la compra, la comida de mañana, uy los deberes. La jornada laboral no termina hasta que llegas a casa. Conduce con precaución. Reducir los accidentes laborales está en tus manos.

“Equipos, evaluación de riesgos, normativa, leyes. Uf. No sé ni cómo empezar con todo esto. No te agobies, llama al 901 271 271. ¿A quién? A la FER. En el 941 271 271. En la asesoría de prevención de riesgos laborales te van a ayudar. Reducir los accidentes laborales está en tus manos”.

Lema: la desatención o despiste se torna en fuente potencial de riesgo. Al igual que la jornada se inicia antes de llegar a nuestro trabajo, no acaba hasta llegar a casa. En el caso de tener dudas acerca de la prevención, se puede tramitar consultas a las líneas telefónicas institucionales con competencia en la materia, asesoría y otras entidades.

En nuestra materia, consistiría en producir un impacto en el ciudadano mediante un mensaje corto, profundo e intencionado, con el fin de cambiar una conducta determinada, habitualmente negativa o como una acción encaminada hacia la mejora del comportamiento, toma de decisión o adopción de una actitud positiva para eliminar o reducir el riesgo. Si nos refiriésemos a los medios de comunicación de masas como portavoces del mensaje preventivo, apuntaríamos tres de las finalidades que sugerimos en el contexto transmisor:

1) Advertir de una situación que puede entrañar un peligro potencial para la seguridad y salud de los trabajadores.

2) Concienciar a la gente de la necesidad de promover los cambios desde la toma de medidas preventivas inteligentes.

3) Difundir, en definitiva, la cultura preventiva mediante la adquisición de hábitos saludables.

Por ejemplo, si se concibe la prevención como realidad etérea, innecesaria o secundaria en el concierto laboral, el diseño de un eslogan proyectado a través de un canal o medio por el que circula el mensaje ayudaría a contrarrestarlo.

Tomemos referentemente una cuña radiofónica: “si bebes, no conduzcas”, mensaje de la Dirección General de Tráfico en la rama de la seguridad vial. Cuatro palabras sencillas, con significado propio por separado y muy sencillas de entender en su conjunto, construyen un mensaje con significancia.

Las campañas deben tener unas metas fácilmente definibles y específicas. Sus exigencias y objetivos se harán públicos. En la mayoría de los casos, promover la cultura preventiva. El fomento de hábitos de vida saludable o el envío de mensajes claros y contundentes, a través de herramientas necesarias:

• Los objetivos deben ser factibles, al menos en teoría. Las campañas con fines demasiado imprecisos o difíciles de lograr no son aconsejables.

• Presentación de la empresa o institución: responderíamos al ¿quiénes somos? • Solicitar apoyos: merecer a quienes han colaborado con la campaña. Mencionar a cada uno de los participantes que hacen posible elevar el proyecto a la categoría de realidad. • Aclarar lo que se quiere conseguir: el porqué de la campaña y cuáles son los objetivos: ¿qué queremos?• Incluir algún logro de la organización: sin caer en el intento desaforado de convencer, sugerir con sutileza y recurrir podrían ser buenos aliados. • Temporalización: conviene planificar los tempos de actuación. Establecer un calendario donde se especifiquen los días destinados a jornadas y eventos.• Ubicación. Implica situar los puntos de encuentros: una determinada calle de la ciudad, la plaza principal del pueblo, un punto neurálgico para realizar la campaña. ¿Itinerante o emplazamiento fijo?

Metodología

En el planteamiento inicial, hemos optado por una introducción previa a la temática, en este caso, explicar cómo comunicar la gestión del cambio desde las herramientas esenciales preventivas (véansela formación, información o evaluación de riesgos), cambiantes a medida que lo hacen las condiciones de trabajo y en función de unos principios deontológicos, algunos de ellos reseñados históricamente (postulado de Ulpiano), sin caer en desuso por el peso de sus valores y con especial relevancia actualmente.

Una vez dentro del cuerpo textual, se ha optado por recurrir a distintos recursos lingüísticos y metodológicos:

1) Un núcleo narrativo y explicativo para contextualizar el tema a desarrollar. Ejemplo: nace así la necesidad de impulsar una profunda renovación de los procesos de producción, desde el reforzamiento positivo de las ideas constructivas de los trabajadores y de todos los componentes de la organización. Congeniar el reciclaje de los sistemas productivos con la creatividad humana y la funcionalidad tecnológica, tanto de los que dirigen como de los que ejecutan.

2) Clasificatorio, al exponer la categorización comunicativa: formal o informal, presencial o a distancia, hablada o escrita, estimativa o no estimativa, individual o colectiva, entre otras citadas.

3) Comparativa, entre significados que comparten la esencia de la comunicación y se diferencian en los modos de expresiones contrapuestas, caso de la palabra hablada o escrita. Según la naturaleza del soporte comunicativo. El lenguaje transmitido oralmente transcurre más rápido que el escrito. Es una comunicación más viva, intensa y chispeante. Por su parte, la escrita permite ordenar mejor las ideas, estructurar el mensaje. Oralmente, la voz se puede perder en la palabra pronunciada. Los textos escritos, sin embargo, quedan plasmados en un soporte.

4) Supuestos de hecho: se ha pretendido evocar conductas desprevenidas en base a ejemplos vivenciales, con su recensión correspondiente: “Dejan, joven operario serbio de retroexcavadora, reconocía haber cobrado incentivos por el número total de ciclos (trayectos de ida y vuelta) realizados al día en el movimiento de tierras. Si superas el objetivo, cobrarás tantos incentivos, supongamos 20 euros al día por cada ciclo adicional”.

Retroalimentación: la necesidad o deseo de obtener dinero extra por superar objetivos impuestos lleva a muchos trabajadores a cometer imprudencias.

5) Llegar desde la parte descriptiva a un descubrimiento guiado. En virtud de las descripciones, queremos llegar a la determinación paradigmática, descubrir un modelo, una forma de hacer o modo de interpretar los pasajes relatados.

Resultados

Los múltiples focos de atención proyectados nos hacen ver que la Prevención es tan amplia como nuestra amplitud de mira nos permita otear. En otros estudios especializados en la rama de la epidemiología laboral, economía de la prevención, índices estadísticos sobre accidentalidad o número de bajas producidas por enfermedad profesional, podríamos registros numéricos que nos permitieran establecer determinadas conclusiones en cada apartado. Hablaríamos, así, de un balance cuantitativo.

Sin embargo, también es posible llegar a factores cualitativos concluyentes, no por encerrar enunciados sentenciosos o definitivos (la formulación teórica puede desarrollarse, contraponerse y actualizarse), sino por el hecho de permitir crear ideas y habilitar un escaparate para su interpretación (ejemplo: facilitar el movimiento circular en los cursos de formación entre Profesor y Alumno. Si participa, activa su atención, se siente más integrado y aprende haciendo.

1) La comunicación es una herramienta esencial en la gestión del cambio evolutivo. Ejemplo: posibilidad de concertar la modalidad preventiva con medios propios en PYMES con menos de 25 trabajadores en España, cuando antes se establecía el tope de 10 trabajadores, si la actividad de la empresa no es declarada de alto riesgo. La entrada en vigor de una normativa puede implicar nuevos cambios organizativos.

2) Es más fácil recordar lo ensayado que lo estudiado. Si incluyéramos actividades donde el trabajador-a pudiera participar, se produciría una mayor incidencia en el activador de la memoria como instrumento de aprendizaje.

3) Universalizar la prevención sería un movimiento incluyente de la diversidad. Normalmente, nos movemos por el marco nacional que regula nuestro entorno de trabajo, suponiéndonos grandes esfuerzos conocer el Derecho Comparado. Al igual que sería una cuestión susceptible de valorarse como herramienta de incorporación en nuestro quehacer profesional, convendría definir unas pautas globalizadoras, pues la buena acción funciona como fuente de entendimiento fuera de nuestras fronteras.

4) La persuasión es un sistema de comunicación intencional, buscado y con intereses encontrados. Sirve a causas sociales, en algunos casos comerciales (fidelización: ver en la preocupación y ocupación por su causa un modo de mantener una relación) y responde también a políticas concretas. Hace de puente entre la actividad de la producción, emisor y destinatario. Media entre lo producido y la contraprestación esperada.

5) Concienciar a la ciudadanía de la necesidad de promover los cambios, desde la toma de medidas preventivas inteligentes, nos lleva a esforzarnos en la difusión, en definitiva, de la cultura preventiva mediante la adquisición de hábitos saludables. La Prevención no se limita a funcionar como un trámite burocrático, sino que encierra la actitud de querer practicar el buen ejemplo. La intención antecede al acierto.

Conclusiones

El seguimiento de unas pautas preventivas basadas en la formación e información constituirían medidas esenciales, tanto o más importantes que las demás, con el fin de pretender que los operarios aprendan a identificar los riesgos generales y específicos derivados de su trabajo, el modo de afrontarlos, superar el infortunio y las medidas adoptables cuando acaezca una emergencia. Debe ser dinámica, viva, evolutiva y adaptada a la realidad del puesto de trabajo. Cuenta la experiencia del trabajador y el formador debe abrir los cinco sentidos para ver su entorno, escuchar el mensaje, tactar , distinguir los distintos olores (modos de enfocarse la prevención), y disfrutar de las buenas prácticas (realizar una labor digna).

◊Oído para escuchar y recoger las impresiones externas del trabajador. El formador se erige en altavoz de su interlocutor.

◊Vista para ver y captar la mirada atenta, concentrada hacia lo que nos cuenta el alumno.

◊Tacto para pulsar: lo concebiremos en el sentido de cultivar la empatía y querer llegar a tocar los sentimientos del prójimo, ser capaces de situarnos en su posición.

◊Olfato para oler y distinguir entre lo que nos cuentan y lo que verdaderamente pasa. La capacidad racional del receptor del mensaje.

◊ Gusto. Si somos capaces de disfrutar aprendiendo, estaremos cerca de amenizar el aprendizaje. Si practicamos lo que aprendemos de oídas y le vemos color, la satisfacción será mayor. Ejemplo: dibujar un pequeño croquis relativo a las salidas de emergencia, medios de extinción y evacuación.

Agradecimientos

A D. ª María Cid Martín, Responsable del Área de Gestión y Administración de ACESSLA (Asociación Científica de Expertos en Seguridad y Salud Laboral de Andalucía).

A D. Diego Gonzalo Porcel, Responsable del Área de Prevención de la Federación de Empresarios de la Rioja.

A D. Juan Carlos Rubio Romero, Director de la Cátedra de Responsabilidad Social Corporativa de la Universidad de Málaga.

A D. Carlos Mojón Ropero, Licenciado en Ciencias Químicas. Equipo Técnico Grupo Procarión, S.L.

A D. Ignacio García, ex Jefe de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales, Hospital Carlos Haya de Málaga (Servicio Andaluz de Salud).

Referencias bibliográficas

Tan sólo se ha realizado una tarea de transcripción. La realización del trabajo corresponde a una labor creativa del Autor.

1. Cuñas radiofónicas emitidas por la Federación de Empresarios de la Rioja (2008-2011), financiadas por la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales.