La falacia de la llegada: incomprendida y pasada por alto

La falacia de la llegada: incomprendida y pasada por alto

Una distorsión cognitiva oculta que, sin querer, alimenta el sufrimiento.
9 Abril 2025

A menudo vivimos creyendo que la felicidad, la calma, la paz y la realización nos esperan justo después del próximo hito. Yo caí muchas veces en esta trampa durante la universidad y la escuela de posgrado. Siempre pensé que me sentiría plena cuando terminara un curso, publicara un artículo o completara una certificación. Para otras personas, es algo como: "cuando consiga ese trabajo, encuentre a la pareja ideal o alcance la estabilidad financiera, entonces seré feliz". Esta forma de pensar se basa en lo que los psicólogos llaman la Falacia de la Llegada: la creencia errónea de que alcanzar un objetivo específico traerá una satisfacción duradera. Si bien establecer y alcanzar metas puede darnos una sensación temporal de logro, la felicidad anticipada tiende a desvanecerse rápidamente (odio decírtelo), dejándonos desilusionados. Comprender, abordar y compensar esta falacia puede ayudarnos a vivir vidas más plenas y con menos sufrimiento innecesario.

La Ilusión de la Llegada
El Dr. Tal Ben-Shahar, experto en psicología positiva, acuñó el término Falacia de la Llegada para describir la experiencia de alcanzar una meta específica esperando una sensación duradera de plenitud, pero encontrando en su lugar que la felicidad, el logro o la satisfacción son decepcionantemente efímeros. Nuestros cerebros están programados para adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias, algo conocido como adaptación hedónica. Lo que antes parecía un logro supremo pronto se convierte en la nueva norma, y ponemos la mira en el siguiente objetivo, perpetuando sin saberlo un ciclo de insatisfacción.

Pensemos en una emprendedora que pasa años trabajando para alcanzar el éxito financiero. Cree que cuando llegue a un ingreso de seis cifras, por fin se sentirá segura y feliz. Cuando lo logra, la emoción dura unos meses—o incluso semanas—antes de que surjan nuevas preocupaciones: impuestos, competencia, o la presión por mantener o superar su éxito. La felicidad que esperaba sentir de forma permanente se mantiene esquiva. Lo mismo ocurre en las relaciones personales, las metas de salud, y los avances profesionales. La alegría anticipada de "llegar" nunca cumple del todo con las expectativas.

Cómo la Falacia de la Llegada Genera Sufrimiento Innecesario
La Falacia de la Llegada no solo nos deja desilusionados; también puede causar malestar de diversas formas:

  1. Insatisfacción Constante: Cuando creemos que la felicidad siempre está en el futuro, nos negamos la posibilidad de disfrutar el presente. Esta insatisfacción continua puede llevar al estrés crónico y al agotamiento.
  2. Pérdida de Motivación: Si alcanzar una meta no nos da la felicidad esperada, podemos empezar a preguntarnos: ¿Cuál es el sentido de todo esto? Esto puede derivar en desmotivación, procrastinación o sensación de vacío.
  3. Percepción Negativa de Uno Mismo: Al lograr una meta largamente deseada y no sentirnos satisfechos, podríamos pensar erróneamente que algo está mal con nosotros, en lugar de reconocer el fallo en la expectativa misma.
  4. Relaciones Tensionadas: Si siempre estamos persiguiendo el próximo hito, podemos descuidar a las personas que tenemos cerca, pensando que ya tendremos tiempo para ellas. Esto puede conducir al aislamiento y al arrepentimiento.

Cómo Liberarse de la Falacia de la Llegada
Dado que esta falacia está tan arraigada, aquí van algunas estrategias para contrarrestarla:

  1. Cultiva la Conciencia del Presente: Practicar la atención plena (mindfulness) ayuda a cambiar el enfoque del futuro hacia el presente. Actividades simples como la respiración profunda, llevar un diario de gratitud o caminar con atención pueden aumentar la apreciación del aquí y ahora (¡sí, obvio!).
  2. Redefine el Éxito: En lugar de atar la felicidad a una meta externa, define el éxito en términos de crecimiento personal, relaciones significativas y alegría cotidiana. Los indicadores internos de realización son más sostenibles que los externos.
  3. Disfruta del Proceso: El verdadero valor de una meta no es solo alcanzarla, sino el camino recorrido para llegar. Aprender, crecer y evolucionar son logros por sí mismos.
  4. Espera la Adaptación: Reconoce que la emoción de alcanzar un hito se desvanecerá de manera natural. Al aceptar esto, puedes tener expectativas más realistas y evitar desilusiones innecesarias.
  5. Equilibra Metas con Gratitud: Aunque la ambición es valiosa, debe ir acompañada de una apreciación por lo que ya tienes en tu vida. Tómate el tiempo de reflexionar sobre lo que ya está funcionando, en lugar de enfocarte solo en lo que falta.

Reflexión Final
La Falacia de la Llegada es una creencia profundamente arraigada pero engañosa: pensar que alcanzar metas externas nos brindará felicidad duradera. Al reconocer y replantear esta mentalidad, podemos liberarnos del ciclo de decepción y disfrutar realmente la vida que ya estamos viviendo. En lugar de perseguir la felicidad en el futuro, podemos encontrarla en el momento presente—donde siempre ha estado esperándonos.

¿Qué opinas de este artículo?