Lo dice la ciencia: las personas con menos capacidades cognitivas son más felices
Lo dice la ciencia: las personas con menos capacidades cognitivas son más felices
El optimismo o el pesimismo se relaciona con las capacidades cognitivas, tal y como se ha demostrado recientemente. Schopenhauer decía que el conocimiento aumenta el sufrimiento y quizás este filosofo no se equivocaba. Hoy en día se ha demostrado que las personas con menos capacidades acaban teniendo una situación distinta, una forma de ver la vida a corto plazo, sin tanto sufrimiento y, por lo tanto, más optimismo.
La ciencia ha dado con una prueba que da una respuesta a uno de los grandes enigmas de la humanidad. Parece que las personas con menos capacidades cognitivas son las que acabarán siendo más felices. Por lo que esta aparente desventaja, acaba siendo una ventaja en una sociedad cargada de pesimismo y de antidepresivos.
La Universidad de Bath (Reino Unido) es la que ha dado con un estudio que ha demostrado esta teoría que hace unos años parecía totalmente cierta y realista. Ante una situación que ha acabado dando paso a unos cambios de mentalidad y a unos días en los que el futuro es muy incierto.
El estudio tiene como titular: “Mirando el lado (B)correcto de la vida: capacidad cognitiva y expectativas financieras desajustadas”. Uno de los autores del estudio ha explicado que: «Predecir el futuro con exactitud es difícil y por esa razón es de esperar que quienes tienen una capacidad cognitiva baja cometan más errores de juicio, tanto pesimistas como optimistas. Pero los resultados son claros: la baja capacidad cognitiva conduce a más sesgos autoflagelantes, es decir, a que las personas se engañen a sí mismas hasta cierto punto».
Estas son las conclusiones de este estudio
El estudio realizado por esta prestigiosa universidad parte de este base que supone que las personas con una capacidad cognitiva más baja tengan más errores de juicio, con lo cual, se engañan a sí mismos y consiguen vivir una vida aparentemente ‘más feliz’. A veces la realidad duele, aunque si nos giramos de espaldas a ella, quizás el resultado puede ser muy distinto.
Tal como indica uno de los responsables del estudio: «Esto apunta a la idea de que, si bien los seres humanos pueden estar predispuestos por la evolución a esperar lo mejor, los que tienen una alta capacidad cognitiva son más capaces de anular esta respuesta automática cuando se trata de decisiones importantes. Los planes basados en creencias demasiado optimistas dan lugar a decisiones poco acertadas y tienen peores resultados que las creencias realistas».
Con más de 36.000 hogares analizados, según relatan los expertos que participaron en él: “Unas expectativas financieras irrealmente optimistas pueden conducir a niveles excesivos de consumo y endeudamiento, así como a un ahorro insuficiente. También puede conducir a un exceso de creación de empresas y a los consiguientes fracasos. Las posibilidades de crear una empresa con éxito son mínimas, pero los optimistas siempre creen que tienen posibilidades y crean empresas destinadas al fracaso».
Por lo que este concepto de pensamiento positivo acaba condenándoles al fracaso. Ser demasiado optimista en la vida puede hacerte más feliz, pero en temas financieros no hay buenos o malos, solo hay una opción de vivir pendiente de unas capacidades o cualidades que quizás puede dar lugar a algunos cambios importantes. Este primer estudio ha podido demostrar esas bajas capacidades con la felicidad o el optimismo, algo que hasta la fecha no había sido posible.