Barreras interpersonales de la comunicación en las organizaciones.

Redacción

Utilizamos lenguajes distintos según la edad, la posición jerárquica dentro de las organizaciones, el buen o mal momento que tengamos; dependiendo de si nos hemos levantado de buen humor, hemos desayunado bien, había poco “atasco”, etc.…

La comunicación, además de ser importante en todas las esferas de la vida y especialmente en la organización para poder desempeñar eficazmente nuestro trabajo, es un proceso complejo en el que vamos a profundizar para comprender sus mecanismos y mejorar de esta forma nuestras habilidades comunicativas y como consecuencia de ello nuestras relaciones interpersonales en todos los ámbitos de la vida.  

En este punto vamos a tratar las barreras interpersonales de la comunicación en las organizaciones.

Percepción selectiva: Se trata de las actitudes que inducen a observar los sucesos, personas y objetos, en la forma en que queremos que existan, y que no necesariamente se corresponden a la realidad.

Condición del comunicador: Es la tendencia a catalogar, evaluar y sopesar el mensaje en términos de las características de la persona que lo envía, en especial de su credibilidad.

Actitud defensiva: Una posición de defensa por parte del emisor o del receptor de un mensaje, o de ambos, crea una barrera. La actitud defensiva de una persona provoca ciertas expresiones faciales y movimientos corporales que, a su vez, aumentan los niveles defensivos de la otra parte.

Atención deficiente del receptor.

Posibilidad de significados diversos del mensaje.

Uso impreciso del lenguaje o utilización de algún código desconocido por el receptor. Comportamiento organizativo

Discrepancia de competencias entre emisor y receptor.

Mala interpretación por parte del receptor de señales o gestos del emisor.

No tener en cuenta, antes de transmitir el mensaje, a quién va a dirigirse, y elaborarlo en consecuencia.

Las barreras interpersonales son unas de las más importantes que dificultan la comunicación efectiva. ¿Qué puede hacer una persona para reducirlas? La respuesta la encontramos en la ESCUCHA ACTIVA. Existen cuatro requisitos esenciales para escuchar de manera activa:

· Intensidad: el receptor activo se concentra con intensidad en las palabras del emisor y excluye los pensamientos variados sobre otros temas que pueden causar distracciones.

· Empatía: consiste en intentar comprender lo que trata de comunicar el emisor, en lugar de lo que nosotros queremos comprender. La empatía requiere tanto conocimiento del emisor como flexibilidad por parte del receptor. Sería deseable sustraerse de los sentimientos y pensamientos propios y ajustar, al mundo del emisor, lo que uno ve y siente. De esta manera aumenta la probabilidad de que podamos interpretar el mensaje de la manera que pretende el emisor.

· Aceptación: debemos escuchar de manera objetiva, sin juzgar el contenido. Suele ocurrir que cuando escuchamos algo con lo que no estamos de acuerdo, empezamos a formular argumentos en la mente para atacar lo que se está diciendo; al hacerlo, no captamos el resto del mensaje. El receptor activo debe absorber lo que se está diciendo y reservarse el juicio del contenido hasta que el emisor ha terminado.

· Aceptar la responsabilidad total, es decir, hacer todo lo necesario para captar el significado total pretendido por la comunicación del emisor.

Algunas conductas que nos pueden ayudar a ser escuchadores activos serían:

· Mirar al interlocutor a los ojos.

· Mover la cabeza asintiendo y hacer expresiones faciales adecuadas. Comportamiento organizativo

· Evitar actos y gestos que distraigan (no mirar el reloj, no mover papeles, no jugar con el bolígrafo, etc.).

· Formular preguntas.

· Parafrasear.

· Evitar interrumpir al emisor.