España está muy verde en hidrógeno, el combustible del que Alemania será el líder mundial con una inversión de 7.000 millones

España está muy verde en hidrógeno, el combustible del que Alemania será el líder mundial con una inversión de 7.000 millones

El gobierno español le dedica unos párrafos muy ambiciosos en el proyecto de transición energética y el plan para la industria de la automoción, pero sin presupuesto ni concreción
13 Septiembre 2020

A mediados de junio se produjo una noticia de gran relevancia en Alemania para el mercado de la energía de toda la Unión Europea: el gobierno de Ángela Merkel presentó su estrategia nacional para el mercado del hidrógeno, que probablemente sea el combustible del que más se hablará en los próximos años. Alemania destinará nada menos que 7.000 millones de euros para producir 5 gigawatios de energía de hidrógeno, que se quiere producido en su  mayoría con energías renovables, en el año 2030.

Con este plan Alemania establece la base para “convertirse en el número uno mundial de las tecnología del hidrógeno”, según afirmó el ministro de Economía, Peter Altmeier. Aunque Alemania quiere, al igual que desea la Unión Europea en su plan de reconstrucción económica verde, que la producción de hidrógeno lo sea a partir de energías renovables, es consciente de que también tendrá que tirar al principio del gas natural para fabricarlo.

Hay tres tipos de hidrógeno, según la huella de carbono que deja su producción. El denominado gris es el más sucio, ya que no hay captura de CO2 en su generación, mientras que el denominado azul sí conlleva esa captura, pero el que interesa es el llamado hidrógeno verde, producido por electrólisis del agua a partir de electricidad proveniente de fuentes renovables.

El problema es que  para producir este hidrógeno verde se pierde mucha potencia  eléctrica en el proceso, aproximadamente un 30% de la energía renovable no se convierte en igual potencia de hidrógeno. Sin embargo, es un procedimiento que debería servir para integrar la inmensa potencia de energías renovables que quieren licencias en España, con la ventaja añadida que supone la capacidad de almacenar el hidrógeno, transformarlo en diferentes formas de energía, eléctrica, gas sintético transportable por gasoductos, calor o pilas de combustible.

El hidrógeno puede ser el combustible ideal para sectores con mucha huellas de carbono, como el siderúrgico y metalúrgico, entre otros, el transporte ferroviario y marítimo y para el automóvil.

El gobierno español no ha definido todavía sus planes para el hidrógeno. En el proyecto de ley de cambio climático y transición energética se señala que “El Gobierno fomentará, mediante la aprobación de planes específicos, la penetración de los gases renovables, incluyendo el biogás, el biometano, el hidrógeno y otros combustibles en cuya fabricación se hayan usado exclusivamente materias primas y energía de origen renovable o permitan la reutilización de residuos orgánicos o subproductos de origen animal o vegetal.

Para el cumplimiento de los objetivos establecidos en los Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima, los planes de fomento del apartado anterior podrán prever, entre otras, las siguientes medidas, que serán aprobadas por el Gobierno: a) Objetivos anuales de penetración de los gases renovables en la venta o consumo de gas natural, indicando los tipos de producto con que se deberá cumplir la obligación y los sujetos obligados. b) Un sistema de certificación que permita la supervisión y control de las obligaciones así como mecanismos de flexibilidad que favorezcan la máxima eficiencia en el logro de los objetivos. c) Regulaciones que favorezcan la inyección de dichos gases renovables en la red de gas natural”.

Este último punto es muy relevante para Enagás, empresa ahora de moda por haber metido en su consejo a dos ex ministros del PSOE, Montilla y Blanco, y a un asesor de Podemos en materia energética.

La producción de hidrógeno también querrá ser aprovechada por Naturgy, ahora que el gas natural para consumo eléctrico está a la baja, presionará para utilizarlo en la obtención de hidrógeno gris o azul. El gobierno también acaba de aprobar un ”plan de impulso de la cadena de valor de la industria de automoción”, en el que bajo el epígrafe Innovación industrial en Hidrógeno renovable: movilidad sostenible, apunta al “Aprovechamiento y orientación de las capacidades industriales existentes hacia modos de transporte público (autobús, tranvía y ferrocarril) y privado (personas y mercancías) de hidrógeno renovable. Incluye el desarrollo de nuevas tecnologías y prototipos orientados a nuevos modelos para el mercado doméstico y anticipación a las necesidades de los mercados de exportación”. Todo muy bonito, pero sin los 7.000 millones de euros de Alemania.

Fuente: Lacelosia

 

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