Ética del Liderazgo.
Ética del Liderazgo.
Estimados amigos: Cuando nos referimos al liderazgo podemos escribir páginas, textos y bibliotecas, desde el punto de vista teórico. Sin embargo, debemos preguntarnos, si es esta manifestación de excelencia especulativa lo que interesará a los socios dueños de la empresa. Si sus accionistas estarán de acuerdo que los niveles gerenciales y de mando deberán ser expertos académicos en la materia o, al contrario, administradores prácticos y reales.
Creo, que lo que a los dueños y accionistas de una empresa les interesa es que en el periodo productivo se maximicen las utilidades. Lo que no es novedad. La teorización es para la academia. NO para medir el éxito de la producción.
Pero, para llegar a ello lo primero que debemos tener en mente es que necesitamos la colaboración del grupo más importante de la acción operativa: LOS TRABAJADORES. Puesto que, sin su participación consciente, decidida y comprometida, toda cuestión teórica es inútil.
Para obtener un resultado positivo la dirección de la empresa debe convencer a todos los estamentos participantes de la operación partiendo de los proveedores los clientes; los supervisores; los trabajadores y la ciudadanía consumidora en un caso o los destinarios del producto final en el otro.
La ética debe pautear todas las acciones y pensamientos de los hombres, pero, también de las organizaciones que estos hombres dirigen, gestionan, gerencian, desde que las empresas manifiestan o expresan, lo que sus ejecutivos son.
La vieja idea de la producción lucrativa basada solo en el aumento permanente y hasta doliente de las utilidades, ha quedado en el pasado.
Quienes entienden que las ganancias se multiplican mejor y con menos problemas, cuando los trabajadores colaboran con alegría, lealtad, estimando que trabajan, no solo para los dueños de la empresa, sino, también para ellos, sus familias y la sociedad, repito, cuando los niveles gerenciales entienden esto, el aumento de las ganancias es un hecho.
Hoy, ni siquiera es necesario conocer las leyes laborales al dedillo, ni gastar en sociedades de abogados laboralistas. Hoy, de lo que se trata es aplicar los principios de la teoría general de los derechos humanos y, consecuentemente, los derechos de los trabajadores consignados en ellos.
Qué evitamos: Enfermedades psicosociales; accidentes del trabajo; mala conducta laboral; huelgas; bajas injustificadas, discordias internas, pérdida de tiempo.
Qué ganamos: Colaboración en los fines de la empresa; mejor relación empresa-trabajador; mayor lealtad; comunicación y entendimiento; mejor imagen y pulimiento del logo empresarial, en especial, menor juicios laborales.
Quiénes trabajan para otros, no son esclavos, enemigos, hombres malos o perversos, son personas, padres de familia, hijos, a los que se les debe reconocer de mil formas su colaboración con el éxito de la empresa.
A buen entendedor, pocas palabras.