Nueva visión en la enseñanza de la prevención de riesgos

Nueva visión en la enseñanza de la prevención de riesgos

Es decir, ese número de familias ha debido sufrir la pena y la desesperación de ver un ser querido muerto en las labores productivas. Esa sola circunstancia, nos obliga a repensar lo que debe ser la Educación de los futuros profesionales de la Prevención de Riesgos en el Trabajo.
3 Enero 2022

ESTIMADOS AMIGOS, en especial mis ex alumnos de la U. S. M., sede Concepción, hoy  deseo llamar vuestra atención para examinar un tema que siempre es interesante, más cuando  permanente se alzan voces para señalar que la carrera de la Ingeniería en Prevención de Riesgos del Trabajo no es interesante. Lo que claramente es uno de los grandes errores de la gente que solo ve comercio en las relaciones de producción.

La producción y, más específicamente el trabajo en la producción de bienes y servicios, es una labor peligrosa. En Chile, algunos años (no he visto estadísticas del 2021), los fallecidos en Chile a causa o con ocasión del trabajo, han superado las 400 personas. Es decir, ese número de familias ha debido sufrir la pena y la desesperación de ver un ser querido muerto en las labores productivas.

Esa sola circunstancias, nos obliga a repensar lo que debe ser la Educación de los futuros profesionales de la Prevención de Riesgos en el Trabajo.

Para ello debemos observar y poner atención en lo que nos indica la legislación internacional y, por cierto la nuestra. La Organización Internacional del Trabajo, parte de un análisis objetivo, esto es, los estragos de la pandemia.  Esta crisis pandémica provocó pérdidas de horas de trabajo, aumento del desempleo, del subempleo, de la inactividad y de la informalidad; pérdida de los ingresos laborales y empresariales;  cierres y quiebras de empresas. Desgraciadamente la micro, pequeñas y medianas empresas sufrieron en mayor parte.

Pero, esta tragedia mundial también planteó cuestiones nuevas en materia de seguridad y salud en el trabajo y de derechos fundamentales en el trabajo.

Todo lo que, en el resultado final,  agudizó la pobreza, así como la desigualdad de género, económica y social.

Debemos recordar que hasta ahora, la prevención de riesgos laborales tiene antecedentes de valor jurídico constitucional, como se desprende de la relación de los numerales que integran el art. 19 de la Constitución, donde se encuentran los Derechos Fundamentales, que son:

1º El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona.

8º El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza.

9º El derecho a la protección de la salud.

16º La libertad de trabajo y su protección.

18º El derecho a la seguridad social.

Por su parte la OIT llama a que haya una acción conjunta de mejoramiento poniendo el énfasis en las personas y no SOLAMENTE en la producción. “El primer conjunto de medidas abarca las medidas que deben adoptar los gobiernos nacionales y sus interlocutores sociales empresariales y sindicales, para lograr una recuperación inclusiva y con abundancia de empleo, que refuerce sustancialmente las protecciones sociales y de los trabajadores y apoye a las empresas sostenibles”.

En segundo lugar la OIT, llama a una acción multilateral: “Un segundo conjunto de medidas abarca el liderazgo de la OIT en el ámbito multilateral en relación con la promoción de una mayor coherencia entre las políticas, a fin de lograr una recuperación centrada en las personas que sea inclusiva, sostenible y resiliente, y el apoyo a su aplicación”.

Para concluir este tema que en verdad es de largo alcance, de lo que se trata es que los empresarios tomen consciencia que los tiempos han cambiado, para bien o para mal, según lo vean, lo que viene a significar que en el futuro, el enfoque a la producción y a las relaciones que de ella se desprendan entre empleadores, trabajadores, Estado, proveedores, consumidores, debe estar dirigida, fundamentalmente, a las personas. Esto implica poner en materia de Seguridad en el Trabajo un énfasis en los Derechos Humanos, sin eludir la responsabilidad social de todos los entes participantes.

Lo anterior no es nuevo. Lo que ha pasado es que en las políticas Neo Liberales, se ha pretendido que solo sea el mercado quién solucione mágicamente los problemas sociales. Hoy, nos damos cuenta, que ello no ha sido de ese modo, porque, el mercado no dio solución alguna, al contrario, produjo acaparamientos en vista de una ganancia fácil, en medio de la desgracia colectiva, en farmacia, mascarillas, alimentos, ayuda laboral, etc.

Es de esperar, que en Chile, al menos, el nuevo Gobierno, sin compromiso con los carteles de la producción, reprima drásticamente la inmoralidad en el sistema, promueva a los sectores probos y castigue las colusiones, atentados contra la distribución sana de los bienes y servicios.

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