LIDERAZGO Y COMUNICACIÓN EN PANDEMIA.

LIDERAZGO Y COMUNICACIÓN EN PANDEMIA.

Quiere ud., buenos trabajadores, concentrados en sus funciones y en la calidad de la producción. Entonces, no permita que problemas menores, individuales o colectivos, en relación con la empresa o con la familia y el hogar, les mortifiquen, esté siempre atento a sus sentimientos, sus emociones, sus miedos transmitiéndoles un sentido de seguridad y protección.
6 Octubre 2020

Liderazgo y Comunicación en Pandemia.

Entre todos los elementos que debemos tener en cuenta para un gerenciamiento adecuado se encuentra el Liderazgo y la Comunicación, teniendo presente que la acción se desarrolla mediante un trabajo en equipo y bajo la vigilancia de los marcos legales en un contexto de Pandemia.

Entendemos por liderazgo el correcto ejercicio de mando que implica al mismo tiempo que una posición de jerarquía, que no se debe olvidar, pero, también en ser capaz de entregar una dirección aceptada por la mayoría de los dirigidos,  colaborada por todos, pues, debe existir un convencimiento personal trasmitido al grupo, de tal forma, que aunque el grupo en su totalidad no esté de acuerdo, si, se han convencidos que es la única forma de hacer las cosas bien.

Lo anterior, tiene que ver con la satisfacción del grupo de trabajo o equipo, no solo para los efectos de una producción mayor y de mejor calidad, sino, porque la legalidad vigente, obliga a atender no solo la seguridad y enfermedades profesionales, sino, todos aquellos aspectos psicosociales, que hoy, en el plano mundial, forman parte y se han incorporados a la legislación como consecuencias negativas y sancionables por problemas psicosociales. En Chile el art. 2 del CT., nos habla de Acoso Sexual, Acoso Laboral y Discriminación.

Mucho ha dicho la doctrina laboral, la psicología y otras disciplinas que tratan la materia sobre las características del liderazgo y sus consecuencias. Solo digamos que, sin un buen líder, es como entrar a la carrera de la difícil competencia del mundo de la producción, con un Modelo T, frente a los vehículos de alta cilindrada.

No vamos a pecar de vanidad entrando a calificar la forma, modo, características del líder, como generalmente se hace. Ello, porque,  las condiciones diversas de cada país, cada conglomerado social y su idiosincrasia, sus costumbres, formas de relacionarse, la calidad y formación de los trabajadores, las disposiciones legales vigentes, y otra serie de  elementos concurrentes, nos permiten concluir que para ser un buen Líder, es necesario tener en cuenta todos esos elementos y luego de sopesados, hacer del gerenciamientos un arte al que todos concurran admirados y felices, de sentirse comprendidos e identificados.

Ello, es difícil, y la praxis así lo señala.

No debemos olvidar el contexto social, político y económico en que nos encontramos. Ello, significa que en los términos de la pandemia, en la baja de salarios y pérdida de su poder real de compra, la incertidumbre de cada día sobre la posibilidad de contraer la enfermedad (Covid19), las continuas olas de despidos y, en general, la enorme inseguridad sobre el futuro cercano, permite que dirigentes y dirigidos, mandos y mandados, jefes y trabajadores, vivan en permanente zozobra, la que trae como consecuencia un clima donde las enfermedades (especialmente del grupo de la Neurósis Laboral, D.S. 73), son los fantasmas que demuelen las buenas relaciones de trabajo, la producción, la calidad de la misma y las utilidades del periodo.

En estado de pandemia, más que en ningún otro, la dirección de la unidad de trabajo debe estar atenta a los elementos benefactores de inhibición de los efectos negativos. Uno de ellos es la Comunicación.

En estos tiempos el Líder, no solo espera la comunicación, sino, que además, la busca, la atrae como si se tratara de un buen padre de familia, atento a cada problema que el estado general de cosas introduce en el sistema de relaciones de producción.

Por otra parte es bueno que se vaya acostumbrando, pues, al regresos de la pandemia en un par de años más, ello será parte de un buen gerenciamiento, de una buena dirección, exigida y enseñada en las academias que trabajen el manejo de personal o de grupos.

La sensibilidad hoy se encuentra a flor de piel.

Quiere ud., buenos trabajadores, concentrados en sus funciones y en la calidad de la producción. Entonces, no permita que problemas menores, individuales o colectivos, en relación con la empresa o con la familia y el hogar, les mortifiquen, esté siempre atento a sus sentimientos, sus emociones, sus miedos transmitiéndoles un sentido de seguridad y protección.

Un jefe clásico, un gerente absolutista o un psicópata, no podrá hoy (ni nunca) ser un buen Líder. Tampoco lo será un papito corazón. El gerenciamiento lleva una apreciación social-laboral, basada en elementos científicos, estadísticos, psicológicos y requiere la ayuda directa desde el punto de vista médico de las Mutuales de Seguridad, a quienes el empleador paga mensualmente grandes sumas para obtener su colaboración, la que, desgraciadamente, nunca llega o llega tardíamente.

Recordemos, que la ley Penal y Civil, puede ser un fundamento legal para obtener indemnizaciones de parte de la empresa, en beneficio del trabajador y su familia. En estado de Pandemia, esta situación se ve agravada.

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