DIÁLOGO Y COMUNICACIÓN, PALANCAS DE LA GESTIÓN EMPRESARIAL.

DIÁLOGO Y COMUNICACIÓN, PALANCAS DE LA GESTIÓN EMPRESARIAL.

Nadie es el super hombre en la empresa. La comunicación y la entrega de información laboral a los demás es necesaria para la correcta aplicación de las medidas de seguridad.
11 Febrero 2015

        Como se señala en los avisos de cobro de las empresas de servicio “si Ud. ya cumple con esto, haga como que no lo ha recibido”, en este caso, no lo lea.

        La historia nos demuestra que el diálogo, en la actividad de una empresa, es parte importante de la forma o modo de dirigirlas y gerenciarlas.

        Lejos están los días del gerente autoritario, “patrón de fundo”, que reclama el poder absoluto en las operaciones productivas y  de gestión.  Cada día adquiere más importancia, demostrar la capacidad de los niveles gerenciales de insertarse en el contexto social, del entorno y de las interdependencias entre los distintos roles que intervienen en la administración y operaciónes propias de la entidad y, entre esos y su entorno.

        Hay dos vertientes: Un desarrollo comunicacional externo y, un diálogo interno.

Desde los comienzos del conocimiento empresarial, es decir, desde  los primeros pensadores sobre administración de empresas, (Smith, Taylor, David Ricardo, etc.) les preocupaba principalmente el reclutamiento de la fuerza de trabajo, su formación y su organización. La empresa marchaba al ritmo de la máquina de vapor y las personas debían ser organizadas para trabajar de forma coordinada y eficiente. Fueron los primeros indicios de la importancia de varios elementos propios de la administración de empresas como:

el liderazgo,

el trabajo en equipo,

el mantenimiento del diálogo interno

y la comunicación, que da origen a las relaciones públicas de toda entidad.

Con ello también comienza el conocimiento de las bondades de la planificación y el desarrollo de  metas controladas, estableciendo asignación de recursos y su control en cada acción estudiada y decidida.

En estos tiempos, debemos entender que el desarrollo de la ciencia y la técnica han incorporado herramientas de gran importancia para la evolución de la empresa. Sin embargo, hay que señalar enfáticamente, que al mismo tiempo, hay un estado permanente de crisis derivada de  las más variadas condiciones: crisis global; exceso de competencia; nuevos inversionistas en el rubro, debilidad de los mercados, indiferencia del Estado en la cosa pública, etc.

En esta situación, el diálogo y la comunicación se convierten en palancas de estabilidad y desarrollo, al ser bien utilizadas.

Este método de Gestión, impone la necesidad de diálogo interno efectivo y una comunicación  madura y enérgica hacia el exterior. Ambas manifestaciones de solidez de gestión y de gerenciamiento..

Un caso de falta de precisión en el diálogo o, lo que es lo mismo, no saber ordena: El Ingeniero eléctrico jefe le dice, por radio,  al Ingeniero eléctrico B: “manda a Juanito a que suba a la plataforma y se prepare a hacer andar el generador, mientras trato de hacerlo andar desde la caseta”.

El generador tenía un dado hexagonal con uno de sus lados perforado para soportar una barreta de acero. El dado se colocaba en el eje hexagonal. Pues, ocurrió, que dada la orden por el Ingeniero A, al B y este al técnico, para que se preparara a hacer andar manualmente el generador,  procedió a realizar la acción en su totalidad, quedando con la barreta en la mano y la punta puesta en el agujero del dado. En esas circunstancias, pero, en ese mismo instante el Ingeniero A, logra hacer andar el generador a 4000 revoluciones por minuto y con una fuerza tal que partió la plataforma metálica y mató horrorosamente a Juanito (hecho real,  Concepción, Chile).

¿Qué faltó en esta acción? Origen o causa del accidente: no saber dialogar, no saber dar una orden, no saber comunicar, no saber planificar.

Otro ejemplo:

        Se necesita con urgencia al soldador especializado para un trabajo de un cliente importante. El mejor trabajador no se encuentra, pues,  tiene permiso por unos días. El supervisor, desesperadamente solicita lo llamen y se le ruega  venga a realizar la tarea, a lo que el trabajador accede.

        Ya en la faena, se le entrega careta, guantes, casco de soldador. Al cabo de unos minutos y encontrándose el trabajador próximo a terminar su trabajo, decide, frente a sus superiores, supervisor y jefe de faena, quitarse la careta y el caso, pues, por el calor reinante se empaña el vidrio de este elemento de protección.  Continúa trabajando en esas condiciones, pero,  luego de un instante un pedazo de fierro fundido salta directamente contra uno de sus ojos.

        ¿Con qué nos encontramos en este hecho?

        Pues, ineptitud clara de los jefes del trabajador presentes en la faena, quienes, permitieron que se sacara los elementos de protección personal sin decirle nada. Aceptando la irregularidad y por cierto, haciéndose cargo de sus consecuencias.

        Hubo un silencio culpable al no reaccionar  preventivamente frente a la negligencia del trabajador. Falta  de voz de mando, miedo a decir o a mandar. Ciertamente ausencia de liderazgo real y efectivo, falta de diálogo y comunicación.

        Esta obligación nos lleva a reflexionar sobre la existencia de un mundo interrrelacionado en el ámbito interno de la empresa.

        Nadie es el super hombre en la empresa. La comunicación y la entrega de información laboral a los demás es necesaria para la correcta aplicación de las medidas de seguridad.

        No hay seres extraordinarios mitológicos o como en los cómics, ni  quienes superen las falencias propias de la individualidad y lo peor, del individualismo. Hoy, no hay dueños de fundo en las empresas. Al menos no debieran existir, aunque se trate de una empresa con un solo dueño. En lo interno la unidad económica marcha  impulsada por la armonía de las acciones y decisiones de su gente.

En esta circunstancia se entiende mejor la necesidad de  participar en un proceso donde hay una interdependencia. Es decir, cada actuación es la base salida de la actuación del sucesor, del que continúa, en el mismo proceso o en el siguiente.

Por ello, esta independencia nos obliga a entregar un proceso seguro al siguiente. Dejar la faena en condiciones que el que la recibe se encuentre confiado de las medidas de seguridad de quien la recibe. Ello no implica desatender que siempre, y en todo caso, se requiere una corroboración a lo menos básica. Pero, la interdependencia nos permite  ahorrar tiempo y dinero en los procesos, porque el que recibe puede estar seguro que  esta, la faena, ha marchado dentro de los parámetros más exigentes de salud, higiene y seguridad, y no tendrá sorpresas desagradables. Ello, es fundamental para el éxito de la producción. El concepto no se atendió en el caso de la fábrica de hielo para industrias, donde un turno, con objeto de acelerar su producción emplea un martillo neumático de gran potencia vibradora para quebrar el hielo y así poder extraerlo con mayor facilidad. Una idea innovadora en la producción. Sin embargo este turno entregó la faena sin advertir al turno siguiente el uso de la herramienta señalada y que el  hielo estaba en grado de frágil. Más tarde un trabajador que ingresó su cuerpo a la parte socavada del hielo inició los golpes con su picota acerada produciendo la caída del techo de hielo que terminó aplastándolo con consecuencias fatales.

Este hecho, al igual que el anterior nos indica que el diálogo y la interdependencia en las labores conforman una red interna de comunicación necesaria para la prevención de riesgos.

        La comunicación hoy, es la más grande demostración del poder interno de una organización, pues, el discurso que fluye de esta expresión tiene alcances ilimitados. Comunicar, en primer lugar, es ordenar, decir, mandar, entregar las ordenes que van a formar parte de las acciones  del periodo, faenas ordenadas o tareas a realizar con motivo de la producción.

        Comunicar, quiere decir, controlar. Por medio de ella sabemos  cuál es la marcha del negocio, como se cumple lo ordenado, y las circunstancias menores que siempre interesa conocer en beneficio de las áreas finales.

        Una virtud importante de la comunicación es  ubicar los niveles gerenciales a nivel de obra o faena. Un asunto que no podría ocurrir de otro modo. El gerente a nivel operacional es el ideal productivo, pues, todo marcha mejor bajo el ojo y la voz del mando superior. Al mismo tiempo, es un amparo para los mandos medios y un ejemplo para los trabajadores en general. Sin embargo, debemos tener claro que ello no ocurre en las grandes empresas, y es ahí, especialmente, donde la comunicación adquiere vital importancia, para lograr que la voz del mando superior llegue por intermedio de la supervisión al contingente de trabajadores. Esto, implica de algún modo convertir a los niveles gerenciales en espejos donde la SSO es observada en estos niveles por todos los trabajadores.

¿Qué opinas de este artículo?