Inteligencia existencial, ¿qué es y por qué la necesitas para afrontar la vida moderna?
Inteligencia existencial, ¿qué es y por qué la necesitas para afrontar la vida moderna?

El tipo de preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento, ya sea durante una tarde lluviosa de soledad o, peor aún, cuando no podemos dormir a las 3 de la mañana.
A lo largo de la historia, muchos filósofos también han intentado responder a esos dilemas existenciales. Pero lo cierto es que los misterios de la existencia no son competencia exclusiva de los filósofos y los gurús espirituales, todos podemos – y deberíamos – plantearnos esas preguntas e intentar encontrar respuestas. Y para lograrlo contamos con un arma muy potente: la inteligencia existencial.
¿Qué es la Inteligencia Existencial o Espiritual?
Mientras la inteligencia emocional nos permite gestionar nuestros sentimientos y la inteligencia lógica nos ayuda a resolver problemas complejos, la inteligencia existencial se enfoca en la trascendencia.
De hecho, doce años después de haber presentado su teoría de las inteligencias múltiples en 1983, el psicólogo Howard Gardner especuló sobre la posibilidad de que existiera una novena inteligencia, a la que denominó “inteligencia existencial” o espiritual.
Se refería a “la capacidad cognitiva para plantearse y reflexionar sobre ‘grandes preguntas’ –cuestiones sobre el amor, sobre el mal, sobre la vida y la muerte, sobre la naturaleza y la calidad de la existencia”.
La inteligencia existencial es, por tanto, la capacidad para reflexionar sobre asuntos trascendentales relacionados con la vida, la muerte, el sufrimiento, el sentido de nuestra existencia y nuestra relación con el universo. Nos conduce a plantearnos grandes preguntas vitales y nos ayuda a encontrar respuestas que nos permitan vivir de forma más plena y consciente, aunque también incluye la habilidad para abrazar la incertidumbre y no angustiarse por la falta de respuestas.
De la rutina a la trascendencia: la importancia de la Inteligencia Existencial
Vivimos en una era de distracciones constantes. La mayoría de nosotros estamos demasiado ocupados sobreviviendo, corriendo de un lugar a otro, de manera que tenemos poco tiempo para reflexionar sobre lo que realmente importa y nos importa.
Sin embargo, la falta de reflexión existencial puede conducir a una vida vacía, superficial y sin dirección. Cuando nos convertimos en hojas movidas por el viento, es fácil caer en el vacío existencial, donde nada parece tener sentido o importar.
Ahí es donde entra en juego la inteligencia existencial. Desarrollar esa capacidad nos ayuda a afrontar los desafíos vitales con mayor madurez y sentido. De hecho, un estudio realizado en el New Era University College de Malasia comprobó que las personas con mayor inteligencia existencial también son más resilientes.
Cuando somos conscientes de la finitud de la existencia, no solo nos vemos obligados a tomar decisiones más conscientes, sino que también aprendemos a apreciar los momentos que realmente valen la pena. Curiosamente, cuando entendemos y aceptamos nuestra mortalidad, somos menos vulnerables y menos propensos a caer en la ansiedad existencial.
Además, la inteligencia existencial nos permite encontrar un propósito más allá de las expectativas sociales, familiares o profesionales. En lugar de conformarnos con las metas preestablecidas o los caminos trillados, nos invita a explorar qué tiene sentido para nosotros. Nos hace reflexionar sobre lo que podemos y queremos aportar al mundo, así como a buscar el propósito que nos mueve.
Entre todos los tipos de inteligencia, esta en particular nos ayuda a conectar con lo que nos define. Así podemos construir una vida más auténtica y alineada con nuestros valores y deseos, liberándonos de la presión de cumplir con lo que se espera de nosotros, dándonos la libertad de elegir nuestro camino.
A la larga, eso se traduce en un mayor bienestar, más serenidad y una mayor satisfacción vital. Lo corrobora una investigación llevada a cabo en la Düzce Üniversites, en la que se comprobó que las personas con más inteligencia espiritual llevaban una vida más satisfactoria y significativa.
Características de la Inteligencia Existencial, una combinación única de habilidades
Las personas con inteligencia existencial intentan ver el panorama completo. No solo se cuestionan lo que sucede, sino que exploran el porqué y el para qué de las cosas. Son reflexivas, críticas y abiertas a distintas perspectivas, lo que les permite conectar ideas de diversas fuentes para formarse una visión más global de la existencia y la vida.
1. Reflexión profunda
Las personas con inteligencia espiritual son buscadores incansables. No se conforman con explicaciones rápidas o respuestas superficiales. ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué ocurre después de la muerte? ¿Cuál es el propósito de todo lo que hacemos? Ese tipo de preguntas no las asustan, sino que las motivan, por lo que las afrontan con una mentalidad abierta y curiosa, dispuestas a explorar la incertidumbre en lugar de huir de ella. Ese ejercicio continuo de reflexión les permite desarrollar una perspectiva más profunda y matizada de la vida y el universo.
2. Sentido de la trascendencia
La inteligencia existencial otorga una habilidad única para ver más allá de las preocupaciones del día a día. En lugar de centrarse en lo que está de moda, en lo material o en el caos cotidiano, estas personas son capaces de sintonizar con los aspectos más profundos de la vida. Ese nivel de trascendencia las ayuda a desarrollar una perspectiva más equilibrada y suele alimentar un deseo de contribuir a algo duradero, que sobreviva a ellas mismas. Por tanto, generalmente se esfuerzan por dejar una huella positiva en el mundo.
3. Aceptación de la incertidumbre
El miedo a lo desconocido es una de las reacciones más naturales en los seres humanos, pero las personas con inteligencia existencial han aprendido a abrazar la incertidumbre como parte inherente de la vida. No buscan respuestas fáciles ni se sienten incómodas ante la falta de claridad. En lugar de sentirse amenazadas por la ausencia de certezas, entienden que la vida puede estar llena de preguntas sin respuesta – y eso no las amedrenta ni angustia. Al aceptar la incertidumbre, logran vivir con mayor serenidad mientras prosiguen su camino de exploración.
4. Conexión profunda con la naturaleza y el universo
Las personas con inteligencia existencial suelen tener una visión más holística del mundo, en la que cada elemento está interconectado. No ven a los seres humanos como el centro del universo, sino que se perciben como una pequeña parte de un entramado mayor. Esa perspectiva genera una profunda conexión con la naturaleza y el universo.
Experimentan una sensación de unidad con todo lo que les rodea, lo que les otorga paz interior y sentido de pertenencia, ya que saben que forman parte de algo mucho más vasto que ellos mismos. Además, su capacidad para comprender la interdependencia los lleva a vivir de manera más consciente, respetando a la naturaleza y a todos los seres vivos.
5. Aceptación de la mortalidad
Una de las características más notables de las personas con inteligencia existencial es su relación con la finitud. Mientras la mayoría vive con terror a morir, estas personas han desarrollado a una comprensión más madura de este hecho ineludible. Generalmente no ven la muerte como un fin aterrador, sino como una transición natural e inevitable. Esa visión no solo las ayuda a afrontar su propia mortalidad con más serenidad, sino también a mostrar más empatía y comprensión hacia los otros en momentos de pérdida.
Aceptar la finitud de la vida también les permite vivir con más intensidad, aprovechando cada momento y buscando una mayor profundidad en sus relaciones y experiencias. No niegan la realidad de la muerte, sino que la integran como parte de un ciclo que da sentido a la vida, un recordatorio constante de que lo que realmente importa es cómo vivimos mientras estamos aquí.
¿Cómo desarrollar la Inteligencia Existencial?
Muchos vivimos atrapados en la inercia de lo cotidiano, sin detenernos a pensar en lo que realmente importa. La inteligencia existencial nos invita a hacer precisamente lo contrario: cuestionar, reflexionar y conectar ideas que van más allá de nuestra rutina.
Pero, ¿se puede entrenar?
Sí. De hecho, desarrollar esa capacidad puede cambiar por completo la forma en que entendemos en el mundo, tomamos decisiones y afrontamos la vida.
1. Comienza a plantearte preguntas más profundas
Si no te has preguntado alguna vez: ¿Cuál es mi propósito en la vida? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Qué significa ser verdaderamente feliz? Es hora de empezar. Comienza a cuestionar el universo que te rodea o lo que te han enseñado. Busca los por qué – o al menos inténtalo. El pensamiento crítico y la búsqueda curiosa no solo son fundamentales para desarrollar la inteligencia existencial, sino también para encontrar tu lugar en el mundo y tomar decisiones más conscientes.
2. Explora la filosofía y literatura existencialista
Filósofos de la talla de Sócrates, Nietzsche y Sartre, o escritores como Camus, pueden convertirse en excelentes compañeros de viaje que te animarán a pensar más allá de las convenciones. A su vez, explorar otras filosofías, como el taoísmo o el animismo, puede ofrecerte perspectivas completamente diferentes sobre el sentido de la vida y la existencia. Leer más sobre estas cuestiones te permitirá entender cómo otras grandes mentes han abordado las grandes preguntas existenciales. Obviamente, no basta con leer. No absorbas pasivamente esas ideas, reelabóralas para construir tu propia visión del mundo.
3. Busca momentos de conexión profunda
La rutina del día a día nos empuja a funcionar en piloto automático, pero para desarrollar la inteligencia existencial es necesario hacer un alto consciente en ese ritmo vertiginoso. Puedes practicar la meditación mindfulness, pero también dedicar tiempo a la reflexión en tranquilidad, hablar sobre temas trascendentales con tus amigos o familiares o conectarte con la naturaleza. Tómate unos minutos cada día para reflexionar sobre la vida y tus valores, así podrás entenderte mejor y encontrarle un sentido más profundo a la existencia.
En resumen, la inteligencia existencial es una capacidad valiosa para navegar por la vida moderna porque nos ayuda a aceptar la incertidumbre y encontrar un sentido y propósito, lo que nos aportará mayor serenidad y dirección a largo plazo. Y si al final no encuentras todas las respuestas, ¡no te preocupes! La clave radica precisamente en disfrutar de la búsqueda.