Hay tanto que estudiar a un solo clic de distancia
Hay tanto que estudiar a un solo clic de distancia
Las posibilidades de estudiar en línea aumentan cada vez. Solo en Colombia, las matriculas para educación superior virtual han crecido un 98 % desde 2011 a la fecha.
En 2010, y según cifras del Ministerio de Educación Nacional, se graduaron en el país 21 personas en niveles de formación de educación superior virtual (técnico profesional, tecnológico, universitario, especialización, maestría o doctorado). El más reciente anuario estadístico de la Educación Superior Colombiana, según la página del Ministerio, a corte de octubre de 2017, indica que los graduados de 2016 fueron 14.673. El aumento es notorio y significativo: en seis años sumó 14.652 estudiantes.
La educación virtual dejó de ser algo novedoso, aislado e incierto, como era hace 10 años, para ganar terreno como alternativa de formación. “La credibilidad en el estudio en línea ha ido mejorando porque se ha vuelto necesario, por el tema de desplazamiento y el tiempo, y considero que los modelos han empezado a transformarse un poco hacia el aprendizaje colaborativo, las comunidades y no ese tan individual y solitario”, explica Doris Adriana Ramírez Salazar, coordinadora de Ude@ educación virtual de la Universidad de Antioquia.
La página de MinEducación define esta educación como aquella que se refiere al desarrollo de programas de formación que tienen como escenario de enseñanza y aprendizaje el ciberespacio. “No es necesario que cuerpo, tiempo y espacio se conjuguen para lograr establecer un encuentro de diálogo o experiencia de aprendizaje. Sin que se dé un cara a cara entre el profesor y el alumno es posible establecer una relación interpersonal de carácter educativo”.
Ramírez Salazar detalla que es importante entender que hoy hay cursos que son autogestionables y otros que son dirigidos. “Los primeros se refieren a los MOOC que son cursos masivos, en línea y que no tienen necesariamente una retroalimentación, entonces si yo manejo mi tiempo puedo hacer uno de esos en los que no necesito retroalimentación permanente ni otro que esté detrás de mí, dándome indicaciones”.
Los dirigidos son aquellos en los que es evidente la tutoría por otras personas, profesores que interactúan constantemente con el estudiante.
Si nunca ha hecho algo de este tipo, recomienda Ramírez Salazar que empiece por uno que sea mediado por otra persona. “No debería escoger un MOOC porque no tiene aún esa cultura del aprendizaje autónomo, aunque depende mucho de lo que la persona quiera didácticamente hablando, lo que persiga”. Añade que desde su experiencia, una de las razones por las que desertan los estudiantes en este tipo de formación en línea es que se sienten solos, no hay un acompañamiento, “por eso es mejor buscar cursos tutoriados y ya cuando haya una experiencia en el ciberespacio ya será distinto acceder a los que son autogestionables”.
Sin embargo, si usted es disciplinado y tiene un buen manejo del tiempo, empezar con un MOOC no debería ser inconveniente. Hágase la pregunta de cómo funciona en su vida cotidiana.
Gloria Figueroa, directora de UPB Virtual de la Universidad Pontificia Bolivariana, precisa que la metodología que ofrezca una plataforma o aplicación es fundamental a la hora de escoger, pero para ver cuál se adapta más a usted debe identificar su manera más efectiva de aprender. “Si es más de lo audiovisual, busque algo en lo que haya más videos, y así si es gráfico, si le interesan más el storytelling (arte de contar historias) o los audios, hay muchas formas y la posibilidad está en la elección propia, en entender cómo aprendo para que me lleve por el mejor camino”.
Es fundamental, apunta la coordinadora de la Universidad de Antioquia, que cuando se busquen ofertas de este tipo se haga en instituciones que tengan una trayectoria formativa, y más si es un posgrado. “La educacion virtual no puede asumirse como de baja calidad, como un consumo simplemente de información. Es un proceso de enseñar y aprender y eso, utilizando esas plataformas, implica tener en cuenta algunos principios para construir cursos virtuales como que el estudiante pueda encontrar una orientación adecuada para abordar la temática y una manera de comunicar o interactuar con otros”.
Dependerá, además, si quiere obtener una certificación o validar su estudio en Colombia, cuando son niveles de educación superior que se hacen en universidades extranjeras (ver recuadro), “es tener claro qué espero, porque hay instituciones que ofrecen cursos que se pueden certificar y otras para que la gente aprenda”.
En un pregrado, añade la especialista, es importante que haya un modelo que combine la presencia del profesor a través de la pantalla con las actividades que los estudiantes realizan de manera independiente. Todo eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de escoger.
Otro punto vital al enfrentarse a aprender en la virtualidad es el tiempo, “qué tan largo es el curso o la carrera, qué tanto tiempo me exige y si yo estoy dispuesto, porque hay que invertir horas en el aprendizaje autónomo”, indica Ramírez Salazar.
Sobre este punto, cuenta Figueroa que el elemento más importante es la voluntad y el empeño para dedicarse disciplinadamente a ello (ver claves). “Eso significa que hay que practicar, determinado tiempo al día. Es fundamental”.
La especialista explica que, por ejemplo, en las plataformas que ofrecen cursos de idiomas hay mucha tecnología y van de la mano con la Inteligencia Artificial, “entonces la aplicación, con ese desarrollo, identifica qué has aprendido o cuáles han sido tus dificultades para ofrecerte reforzar en lo que has tenido dificultad y a la vez, si has mostrado fortalezas claras en algún tema, te lleva a ejercicios para elevar tu nivel, eso hace que las personas se sientan más motivadas para el avance y que estas apps sean hoy tan populares”.
En la mayoría de plataformas que ofrecen MOOCs el estudiante se puede devolver cuantas veces sea necesario, además hay opciones de reforzar, mejorar y seguir avanzando con rapidez.
Antes de iniciar cualquier tipo de educación en estas plataformas y/o universidades que las ofrecen hay que leer muy bien las condiciones y requisitos. Hay unos que piden su asistencia para recibir el diploma o darle la certificación avalada por el ministerio del país en el que se realiza, otras darán la asignatura gratis, pero para obtener una insignia (una evidencia verificable de un aprendizaje alcanzado a través de un curso certificado) debe pagar.
“En plataformas como Coursera, Edx o Miríadax puedes tomar clases para aprender y ya, pero si te vas a certificar debes gastar dinero”. Como algunas personas no leen esos puntos antes de estudiar puede creer al final que han caído en una mentira, “ahí no te están engañando –aclara Ramírez–, desde el comienzo te lo están diciendo. En este momento en el mundo hay disponibles muchos cursos y si no se quiere certificar no hay problema, no paga y no pasa nada, simplemente aprendiste. Esa es la idea de aprender a tu ritmo”.