IA: ¡China lo ha vuelto a hacer!

IA: ¡China lo ha vuelto a hacer!

No hace mucho, estimábamos que la distancia en inteligencia artificial entre Estados Unidos y China era de algunos años —incluso había quien se atrevía a hablar de un lustro. Pero este mes de enero, esas previsiones saltaron por los aires con un baño de realidad llamado DeepSeek R1.
19 Mayo 2025

El lanzamiento de DeepSeek provocó una reacción frenética por parte de gigantes como Google y OpenAI, con nuevos modelos y una drástica reducción de precios. Pero China no se detuvo. En marzo presentó Manus, un agente inteligente que abre una ventana al futuro inmediato de la IA: es capaz de elaborar planes de negocio, analizar lanzamientos o redactar informes al nivel de los mejores consultores o trabajos de fin de máster. La respuesta fue inmediata con los nuevos modelos de OpenAI (como o3 y o4) y los de Google, todos con capacidades similares.

Y esto no se detiene. Los anuncios se suceden.

El primero ha sido Qwen3, el nuevo modelo de Alibaba, presentado hace solo unos días. Se trata de un modelo open source que compite con los mejores de Occidente e incluso los supera en ámbitos como programación, matemáticas y creación de agentes (por ejemplo, con soporte para servidores MCP). Además, ofrece un soporte muy superior para múltiples lenguas asiáticas.

El lanzamiento de DeepSeek provocó una reacción frenética de gigantes como Google y OpenAI, con nuevos modelos y una drástica reducción de precios

El segundo, inminente, es la nueva versión de DeepSeek: R2. Un modelo multimodal (texto, audio, imagen y vídeo), con mejor soporte para idiomas asiáticos y mucho más barato de operar. Según los primeros datos, superaría a los modelos actuales en programación, matemáticas, compresión de imágenes y vídeos, y capacidad de razonamiento.

Esta nueva versión de DeepSeek se ha desarrollado en colaboración con la prestigiosa Universidad de Tsinghua —una de las mejores del mundo— e incorpora nuevas técnicas de aprendizaje como GRM (Generative Reward Modelling), que permite al modelo generar su propio feedback durante el entrenamiento, y Self-Principled Critique Tuning, que capacita al modelo para reflexionar sobre su propio razonamiento, mejorando su coherencia y reduciendo las alucinaciones.

Pero lo más relevante no es solo la calidad de los modelos, sino cómo y dónde se han desarrollado. En China, la conexión entre universidad e industria es profunda y efectiva. Todas las universidades de segundo nivel tienen una capacidad de cálculo similar al Barcelona Supercomputing Center, y las de primer nivel, como Tsinghua, lo superan ampliamente.

Estas tecnologías no son solo prototipos: ya se están utilizando masivamente en administraciones, hospitales, universidades y empresas, tanto públicas como privadas. El gobierno chino ha impulsado su adopción a todos los niveles, hasta el punto de haber hecho obligatoria la educación en IA desde primaria hasta la universidad, para todas las disciplinas. La adopción por parte de las administraciones locales es especialmente notable.

Lo relevante no es solo la calidad de los modelos, sino cómo y dónde se han desarrollado. En China, la conexión entre universidad e industria es profunda y efectiva

Porque los modelos, por sí solos, no crean valor. El valor se genera cuando se traducen en innovación mediante su adopción. Y esa adopción no solo incrementa la productividad, sino también la capacidad de innovar y transforma todo el tejido económico y social. China es un ejemplo clarísimo de ello.

Pero hay un tercer elemento, más discreto pero fundamental: Huawei acaba de presentar su nuevo procesador Ascend 901. Aunque tecnológicamente todavía no supera a las GPU de Nvidia, sus racks pueden empaquetar muchas más unidades, logrando una capacidad de cálculo 1,7 veces superior a la de las Nvidia GB200, y a un coste mucho menor. Consumen casi cuatro veces más energía, sí, pero esto no supone un problema en China, donde disponen de una enorme capacidad de producción eléctrica, no solo solar y eólica, sino también nuclear, con un fuerte desarrollo de nuevos reactores.

De hecho, el nuevo DeepSeek-R2 ha sido entrenado con estos procesadores, logrando un rendimiento muy cercano (90%) al de los chips de última generación de Nvidia.

El panorama ha cambiado —y lo ha hecho radicalmente. Aunque Estados Unidos mantiene algunas ventajas, estas son cada vez más reducidas. Habrá que esperar a GPT-5 para ver hasta dónde pueden mantenerse.

Sí, China lo está volviendo a hacer. Y es un buen momento para reflexionar sobre lo que estamos haciendo nosotros

En cuanto al hardware, las ventajas americanas aún son significativas, pero China está logrando resultados similares utilizando componentes de generaciones anteriores y software optimizado.

Uno de los factores clave es, sin duda, la capacidad de adopción. Es esta adopción, especialmente en administración, sanidad y educación, la que marcará una diferencia estructural. Estos servicios fundamentales pasarán de un modelo basado en personas a otro en el que la IA jugará un papel central —con ello, menores costes y sostenibilidad asegurada. Esto liberará recursos para el desarrollo y la infraestructura.

Sí, China lo está volviendo a hacer. Y es un buen momento para reflexionar sobre lo que estamos haciendo nosotros. Vivimos una revolución comparable a la revolución industrial, pero centrada en los servicios, que serán los grandes protagonistas del cambio.

Y estamos solo en las puertas de la siguiente disrupción: la de los robots humanoides y la movilidad autónoma. Una revolución en la que la IA generativa interactuará directamente con el mundo físico y que tendrá un impacto aún más profundo. Una disrupción que permitirá reducir drásticamente el coste de fabricar y transportar no solo productos digitales, sino también físicos. ¡Un nuevo mundo!

Por cierto, China ya tiene más robots que todo el resto del mundo junto. Y también lidera en humanoides y vehículos autónomos.

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