MASCULINIDADES Y VIOLENCIA DE GÉNERO EN LOS CONDUCTORES DEL TRANSPORTE PÚBLICO Y SU INFLUENCIA EN LOS SINIESTROS VIALES; CASO DE ESTUDIO CDMX.

Los accidentes viales son comunes en las grandes urbes por ello hay que reflexionar en cómo se aprendió a ser hombre o mujer y su relacion con la forma de conducir para identificar los riesgos para otras personas. La masculinidad tradicional entre conductores es el manejo “temerario”, y aumentando los siniestros viales. Además, la violencia derivada de este comportamiento se manifiesta con sus familiares, en su vida cotidiana y en los espacios públicos. Por otro lado, la femineidad tradicional asigna roles a las mujeres, quienes no suelen ser conductoras del transporte público. Por lo tanto, el trabajo de chofer u operarias desafía los roles y estereotipos tradicionales de género, siendo un reto para las mujeres y para los hombres. Raewyn Connell denomina al rol y privilegio masculino tradicional como masculinidad hegemónica, alentada en los hombres y desalentada en las mujeres. Y que se refleja en la posición dominante en la sociedad del hombre y la subordinación de la mujer. Y que pone en riesgo las vidas de las personas que trasladan en su unidad de transporte público, afectando a muchas personas de forma directa e indirecta. Considerar estos factores y problemas de género es importante ya que del 2015 al 2017 en promedio diario murieron 32 personas en la República Mexicana y en la CDMX en ese mismo lapso fueron 21 por causa de los accidentes viales, donde la mayoría son ocasionado por los varones, es por ello urgente y necesario concientizar y capacitar a choferes del transporte público en general, pero principalmente a los varones a reorientar su actitud para una convivencia armoniosa con su familia y por supuesto en su trabajo con todos sus pasajeros.
Tema secundario: 
Main Author: 
FRANCISCO
GARCIA REYES
CECYT 7 "CUAUHTEMOC" INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL
México
Co-authors: 
CLAUDIA
ESPARZA VARGAS
CENFES
México
ABELARDO
RIVERA CORSI
CECYT 7 "CUAUHTEMOC" IPN
México
ESTELA
CARRANZA VALENCIA
CECYT 7 "CUAUHTEMOC" IPN
México
Introducción: 

Los accidentes viales son comunes en las grandes urbes por ello este tema tiene la intención de reflexionar sobre la forma en que se aprendió a ser hombre o mujer y cómo se relaciona con la forma de conducir, identificar los riesgos cuando están en contacto con otras personas. La masculinidad tradicional entre conductores es el manejo “temerario”, y con ello aumentan los siniestros viales. Además, la violencia derivada de este comportamiento manifiesta con sus familiares, en su vida cotidiana y en los espacios públicos. Por otro lado, la femineidad tradicional asigna roles a las mujeres, quienes no suelen ser conductoras del transporte público. Por lo tanto, el trabajo de chofer u operarias desafía los roles y estereotipos tradicionales de género, siendo un reto para las mujeres y para los hombres.

Este tema tiene la intención es que reflexionemos sobre la forma en que aprendiste a ser hombre o mujer y cómo esto afecta la forma en que conduces, que identifiques la correspondencia entre tu aprendizaje de lo masculino y los riesgos en los que te colocas a ti mismo o misma y, por tanto, a las demás personas con las que tienes contacto durante tu día de trabajo.

Raewyn Connell ha denominado al rol y privilegio masculino tradicional como masculinidad hegemónica, alentada en los hombres y desalentada en las mujeres. Y que se refleja en la posición dominante del hombre y la subordinación de la mujer, es decir en la sociedad el hombre es Superior y vale más y la mujer es Inferior y vale menos. La construcción de la masculinidad hegemónica está directamente vinculada con la adopción de prácticas temerarias y de graves riesgos. ​ Se analizan las consecuencias de este tipo de masculinidad como el poder de Autodestrucción y la Hipermasculinidad.

 

Género

Sería la manera de ser hombre, el concepto social de cómo debe ser un hombre, el cual asigna roles, papeles, funciones, trabajos remunerados, estereotipos, cuyo ideal para la cultura patriarcal sería ser trabajador, proveedor, fuerte, responsable, musculoso, valiente, viril, un hombre de acción, independiente, seguro de sí mismo y un triunfador.

Los modelos de ser hombres están asociados a la agresividad, al conjunto de atributos, valores, funciones y conductas que se suponen esenciales al varón en una cultura determinada (De Keijzer, 2002).

 

Empecemos nuevamente ¿Cómo aprendí a ser hombre y cómo aprendí a ser mujer?

El significado de “Ser hombre” es diferente para cada persona, situación que se explica a partir del proceso de socialización al que todos los seres humanos estamos expuestos desde la más temprana edad, ya que no es lo mismo ser hombre en Europa que en América latina, o ser un hombre rural que vivir en un ámbito urbano, y más allá de esto, no es lo mismo vivir siendo un hombre heterosexual que un hombre homosexual. Este proceso puede llevar a no disfrutar de la sexualidad y no buscar el cuidado de la salud; además de perpetuar estereotipos.

A partir del Género, el cual se aprende a través de la sociedad que está conformada por familia, escuela, amigos, comunidad, medios de comunicación, dicha sociedad va moldeando nuestro comportamiento, la forma de vestir, pensar, sentir, nos educan de forma distinta a hombres y mujeres, hacen diferencia en juegos, juguetes, actividades, desde el nacimiento se les viste de azul a los niños  y de rosa a las niñas, se les enseña a los niños a no quejarse, a no mostrarse vulnerables porque eso significa debilidad, a no demostrar sus sentimientos en especial la ternura, a no pedir ayuda, a ser siempre activos y no mostrar su desconocimiento, a confundir acción y agresión con virilidad, a confundir el poder, la productividad, la conquista, la hiperactividad y la penetración con masculinidad, a luchar hasta no dar más, a rendir en los deportes a expensas de la propia salud, se les indica que no deben llorar, que deben competir y ganar siempre en las peleas, sobresalir en los deportes de riesgo, exponerse a peligros sin sentir temores, entre otros. Y lo más grave con esta educación diferenciada generan una desigualdad de género, donde a los hombres desde niños les hacen creer que valen más que las mujeres y son superiores no solo a las mujeres sino a otros hombres, lo que genera violencia de género y violencia intragénero; en cambio a muchas mujeres les hacen creer que necesitan a un hombre a su lado para valer o que todos los hombres son malos.

También a las mujeres les enseñan una feminidad tradicional, desde su nacimiento se les viste de rosa y se les asigna el trabajo en el hogar el cual no es remunerado, validado y reconocido, se les educa para que sean tiernas, hogareñas, chillonas, amorosas, sentimentales, frágiles, además de clasificarlas y devaluarlas en Buenas o Malas, se les asignan roles específicos quienes no suelen realizar actividades propias de los hombres, como ser conductoras de cualquier transporte público. Por lo tanto, el trabajo de conductoras u operarias desafía los roles y estereotipos tradicionales de género y esto representa todo un reto para las mujeres, pero también para los hombres.

Se establece de esta forma que las mujeres no tienen decisiones sobre su cuerpo, etiquetando de manera discriminatoria y sexista a aquellas que ejercen poder, control y decisión sobre su cuerpo, incluso control sobre su sexualidad, las etiquetan y son señaladas como: putas, zorras, etc. Así también, socialmente, se manifiestan posiciones homofóbicas, sexistas y excluyentes hacia los hombres y mujeres de orientación sexual “homosexual”, lo cual a su vez rechaza las diferentes formas o maneras de vivir la sexualidad.

Definición Masculinidad tradicional (Machismo)

La masculinidad tradicional (tóxica) es una de las formas en que el patriarcado es perjudicial para los seres humanos. Se refiere a las actitudes socialmente construidas que describen el papel del género masculino como violento, no emocional, y sexualmente agresivo.

Según Raewyn Connell ha denominado al conjunto de roles y privilegios masculinos tradicionales como masculinidad hegemónica, alentada en los hombres y desalentada en las mujeres.

En otras palabras, la Masculinidad tradicional son prácticas de género que garantizan la posición dominante del hombre y la subordinación de la mujer, es decir ante esta sociedad el hombre es Superior y vale más y la mujer es Inferior y vale menos.

La construcción de la masculinidad hegemónica está directamente vinculada con la adopción de prácticas temerarias y de graves riesgos, por tal motivo. Una forma en que se expresa la masculinidad tradicional entre conductores es el manejo “temerario”, por ello el mayor número de siniestros viales se registran entre hombres de todas las edades.

En algunos casos sostienen que la masculinidad tradicional, aunque sea un sistema construido socialmente para beneficiar a los varones, también se padece, con lo cual, el patriarcado impondría sus cánones no sólo a las mujeres sino también a los varones que se verían, obligados a una forma de ser específica que los convertiría en verdaderos hombres, o serían considerados unos verdaderos hombres para la sociedad.

 

Según el psicólogo Alfonso Hernández Rodríguez, se espera del varón que sea el que manda, el que dirige, el que toma las decisiones, el jefe de familia que provee económicamente y protege, aquel que logra el éxito entendido como riqueza y poder. Esta concepción excluye no solamente a las mujeres sino a los varones que no se corresponden con éstos cánones, esto genera mucha angustia a muchos hombres que por algún motivo no cumplen con lo que se espera de ellos, además obliga a los hombres a compararse, competir, devaluar a otros hombres y agredirlos, en otras palabras, esto genera violencia intragénero.

Además, la violencia derivada de esta masculinidad tradicional, también se manifiesta en la violencia de género que ejercen en sus relaciones familiares muchos hombres, en su vida cotidiana y en los espacios públicos.

Hipermasculinidad

Se utiliza para explicar el comportamiento masculino estereotipado o exagerado, como ser fuerte, agresivo y un mujeriego.

1. frialdad: estoicismo, de corte relacional, intrepidez

2. Socio Patía: vanidad, arrogancia, manipulación, egoísmo, falta de conciencia

3. Hostilidad: violencia, riesgos, híper agresividad que pone en peligro la vida

En este ser hombres, las formas de competencias e imposiciones reflejan la dureza con la que están construidos. Es decir, están construidos de manera que no expresen sus sentimientos y emociones, y de hacerlo lo hacen de manera agresiva y violenta de tal forma que no muestren debilidad (estigma socialmente asignado a mujeres).Así también el tener la razón de las cosas y ser el jefe en todo momento, tomando decisiones, sin temor a equivocarse, forma parte de este machismo; estableciéndose así un campo de poder, en continua competencia por ser el mejor con respecto a otro hombre en base a imposiciones y exclusiones para mantener el lugar de privilegios.

Así también, y de manera muy importante, influyen los medios de comunicación reproduciendo estereotipos y etiquetas sociales. A diario observamos en la televisión o en la radio mensajes que “validan” los roles femeninos y masculinos: la venta de productos electrodomésticos y de limpieza visiblemente son identificados con mujeres, y comerciales de “superación”, liderazgo”, “fuerza” son identificados con figuras masculinas, además de mostrar siempre a las mujeres como objetos sexuales.

Tipos de machismo

Machismo cotidiano (Micromachismo)

También conocido como micromachismo, son conductas de discriminación o violencia en la vida cotidiana, en donde el hombre impone su autoridad, en ocasiones sin tener conciencia, comenzando desde el principio de la relación y de manera sutil va moldeando a la mujer hasta convertirla en sumisa. Son todas esas actitudes de imposición, control, y abusos de poder del hombre hacia su pareja.  Ejemplos de micromachismo: violencia, verbal, psicológica, sexual, económica, patrimonial y emocional.

  • Un hombre que impone su posición al decir palabra cómo “(…) porque lo digo yo y punto”.
  • Expresiones como: Son mis mujeres
  • Cuando el hombre le dice a su pareja no te pongas ese vestido provocador.
  • Un hombre le dice a su esposa deberías de ser más femenina.
  • Expresiones como: consíguete un novio que te haga feliz.
  • Cuando el hombre descarta tus opiniones sobre fútbol, política solo por ser mujer.
  • Cuando él te oculta cosas por pensar que eres muy sensible.
  • Cuando te dice mojigata por no acostarte con él.
  • Aquel que no acepta realizar tareas del hogar, y en caso de que lo hago deba ser una que no implique mucho trabajo.
  • El que deja de hacer o aprender cosas del hogar por sí mismo, porque la mujer lo hace.
  • El que asume que la mujer tiene tiempo disponible para los planes que él tenga, sin consultar.
  • En familias con hijos de ambos sexos, es machista el que acepta que la hija tenga más tareas en el hogar que el niño.
  • El que espera recompensas sexuales por alguna tarea realizada en el hogar.
  • El que ve la realización de las tareas del hogar como “Ayuda”, no como cooperación, colaboración o contribución al bienestar del hogar, pues son pareja y se deben repartir las actividades.
  • Machismo mediático

     

 

 

 

 

 

Metodología: 

 

La exposición, a través de cualquier medio de difusión, de la mujer, niña o adolescente, que de manera directa o indirecta explote, discrimine, deshonre, humille o que atente contra su dignidad con fines económicos, sociales o de dominación. Los medios de comunicación de masas (cine, televisión, música y radio) contribuyen en gran medida a mantener algunos de los estereotipos del machismo. Imágenes distorsionadas de las mujeres, modelos de relaciones violentas aceptadas como naturales en telenovelas, frivolización de los temas considerados femeninos, estereotipos de belleza, burla de personas homosexuales, mercantilización y objetivación de los cuerpos femeninos, discriminación de mujeres que no responden a la imagen exigida por el mercado, eternamente jóvenes y sin arrugas. Desigualdad en la participación de las mujeres como protagonistas y como periodistas en puestos de decisión en los medios. Ejemplo de esto se observaron en las olimpiadas Rio 2016

  • Listados de fotos de las deportistas por su belleza física, clasificándolas utilizando términos cómo "Las más sexys", "Las muñecas suecas", "Los mejores cuerpos de Río 2016".
  • Un titular que se volvió viral por su contenido machista, una competidora fue nombrada cómo “La esposa del defensa de los Bears” (Wife of a Bears' lineman wins a bronze medal today in Rio Olympics)
  • Según el diario Newsweek, esta discriminación puede observarse en los salarios de los deportistas, señalando que 50 jugadores de la NBA, tienen un salario anual, superior a lo que ganan todas las deportistas femeninas de la NBA
  • Sin embargo, el machismo mediático no afecta únicamente el ámbito deportivo, el machismo es muy común en campañas publicitarias, donde observamos sexismo, comportamientos estereotipados, la utilización indebida del cuerpo de la mujer, algunos ejemplos de anuncios con contenido machista, comerciales de Tecate, Axe, entre otros.

    Machismo laboral (Operarios / Operarias del transporte público)

    La discriminación hacia el género femenino en el trabajo, en donde se obstaculiza el acceso a ciertos cargos (puestos laborales), ascensos, aumentos, remuneración o beneficios. En ocasiones puede existir la exigencia de requisitos excluyentes como la apariencia física, estado civil y hasta exámenes de laboratorio. No se refiere únicamente al trato personal sino también a la desigualdad de condiciones y salarios, en el caso de las operarias, cuando deciden dedicarse al transporte público, se enfrentan primero a su propia familia, la cual no siempre acepta del todo su decisión, se le juzga y se le critica, buscando en todo momento hacerla cambiar de opinión, una vez que realiza los trámites se enfrenta a los colegas, los cuales también en muchas ocasiones, les cuestionan el porqué de su decisión, incluso en ocasiones intentan conquistarla, pues los operarios piensan que esta mujer se quiere integrar a un trabajo que se considera exclusivo para hombres; porque está buscando hombre o quien la mantenga o le haga el favor.   

    De entrada, son devaluadas e insultadas como tontas o “pendejas para manejar”, las insultan diciéndoles que se pongan a cocinar mejor o que se vayan al zumba, que no les quiten su trabajo.

  • Muy a menudo existen sugerencias sexuales o acoso sexual por parte del Patrón, compañeros de trabajo, o los propios usuarios.
  • La opinión del hombre en ocasiones es colocada por encima de la de la mujer.
  • Cotidianamente los compañeros se dirigen de manera despectiva refiriéndose a la condición de mujer, a su forma de manejar o forma de comportarse.
  • Asociar quejas o reclamos por parte de una mujer, a los días menstruales, con frases como "¿Estas en tus días?".
  • Abuso de algunos operarios al responsabilizar a la mujer en caso de algún siniestro.
  • Dar cerrones a propósito a las operarias para que se eduquen.
  • Clasificar los logros femeninos como intercambios de favores sexuales.
  • Distorsionar la realidad al interpretar cualquier gesto de amabilidad de una mujer como: ya me aventó el calzón, algo quiere, ya cayo, etc.
  • Cuando el Hombre es “galante y caballeroso” solo con la mujer guapa por interés.
  • Cuando este hombre presume que posee cosas materiales que no tiene, (Tengo una flotilla de taxis) con tal de obtener o lograr su objetivo; conquistar a la mujer.

Machismo sexual en el transporte público

Toda conducta realizada sin consentimiento de la mujer en el ámbito sexual, estas puedes ser generadas por un hombre que guarde una relación de pareja, algún parentesco o puede ser algún hombre externo, ejemplos:

  • Miradas lascivas
  • Decir palabras obscenas. (Cualquier tipo de Piropos)
  • Conductas cómo tocar o acariciar, masturbar. (Tocamientos)
  • Forzar a la mujer a observar pornografía o ser parte de la misma.
  • Tomar fotos de cualquier parte del cuerpo de la mujer o de su ropa interior sin su consentimiento.
  • Responsabilizar y culpar a la mujer de la violencia que padece.
  • Justificar la violencia del hombre a la mujer responsabilizándola por su forma de vestir.
  • Obligar a la mujer a modificar su forma de vestir.
  • Decirle lo que tiene que hacer cuando sea violentada o reprenderla si no actúa adecuadamente.
  • Poner espejos en su unidad con tal de observar el cuerpo de las usuarias.
  • Pegar etiquetas con frases sexistas “Se hacen recargas gratis”.
  • Ver a la mujer como objeto sexual.
  • Fragmentar el cuerpo de la mujer como: Senos, Nalgas, Piernas.
  • Obligar a la mujer a adaptar posturas de las cuales ella no está de acuerdo.
  • Dar por hecho que la mujer tiene que cumplir sexualmente con el hombre “solo por ser su esposa o pareja”.
  • Violación
  • Prostitución o tráfico de mujeres y niñas con fines de explotación sexual.
  • Ablactación de genitales femeninos.

¿Las Fotomultas pueden ser herramienta que ayuda?

Organizaciones no gubernamentales e incluso la Cruz Roja señalan que el uso de esta herramienta ayuda a reducir los accidentes viales.

En la Ciudad de México, donde la fotomulta entró en vigor a finales de 2015, se observó una tendencia a la baja en el número de víctimas mortales. La capital cerró el 2015 con 739 decesos por accidentes viales, para 2016 la cifra bajó a 626 casos; y a mediados de diciembre de 2017 se contabilizaron 517 casos (se estima que el año cerró en 550 casos).

Las fotomultas también ayudan a reducir el impacto de los accidentes viales y las lesiones que provocan: se registraron 4,122 en 2015;  4,041 en 2016 y 3,684 a noviembre de 2017.

Sin embargo, en diversas ocasiones se han presentado errores y excesos en este tipo de herramientas por lo que los ciudadanos consideran más esta forma de precaución como negocio por parte de los responsables de tránsito y no como elemento de prevención

    

 

A continuación, una tabla que indica el alto índice de accidentes viales en diferentes estados de la República Mexicana y en la ciudad de México del 2005 al 2017.

 

 

Resultados: 

Consecuencias de la masculinidad Tradicional (Machismo)

Poder de autodestrucción

Las consecuencias de esta masculinidad tradicional se pueden encontrar en los servicios de terapia intensiva de los hospitales, en la población carcelaria, donde la gran mayoría de los reclusos son varones, en el índice de siniestros viales y en los hechos delictivos que leemos en los diarios pues los varones tienen una mayor propensión a cometer delitos.

Ser varón es un factor de riesgo tanto para las estadísticas de suicidio como para las estadísticas de siniestros de tránsito.

Esto no se debe a que la violencia o la agresividad sean algo inherente al ser varón sino a que los varones son más reticentes a consultar cuando se sienten mal y por eso suelen terminar internados cuando la situación ya es grave, a que los varones tienden más que las mujeres a exponerse a situaciones de riesgo porque eso es lo que se espera de ellos y porque son empujados socialmente a la pelea, la disputa, la demostración de fuerza física y el despliegue muscular.

Los números de muertos se atribuyen también a manifestaciones más específicas, como: alcoholismo, adicción al trabajo y violencia. Incluso cuando no hay muertes relacionadas, causan una especie de muerte espiritual, dejando a muchos hombres traumatizados, aislados y a menudo sin saberlo deprimidos”, los cuales pueden cometer suicidio.

Otra consecuencia de esta educación machista afecta su vida sexual, pues los varones son compelidos a tener una vida sexual frecuente y a estar siempre disponibles, como si más fuera sinónimo de mejor, con lo que la sexualidad masculina se convertirá más en un mandato social que en un placer singular.

Desde niños se comparan en todas las áreas, pero principalmente físicamente, intelectualmente y sexualmente al llegar a la adolescencia comienza la exigencia de tener ​experiencias sexuales como demostración de virilidad, ya que no hacerlo, puede llevar a la sociedad a dudar de su masculinidad. Esta situación los enfrenta a un mayor riesgo si desconocen los métodos de protección o si aun conociéndolos deciden no utilizarlos, pensando que a ellos nos les va a pasar nada, porque son expertos.

Por lo tanto se convierten en un grupo más vulnerable en cuanto a la salud sexual, muestran una especie de omnipotencia, que se basa en la fantasía de ser todo poderoso y de poseer un miembro todopoderoso, esto deriva de la vivencia del pene no como una parte viva y sensible, sino de la visión fantástica del pene como un arma de metal, un arma cortante, un arma perforadora, un arma filosa que puede dañar pero no dañarse, por ello son más propensos a las infecciones de transmisión sexual como el SIDA, Herpes, virus del papiloma Humano, Sífilis, Gonorrea, etc. En cuanto a la salud reproductiva, presentan dificultades para hacerse cargo de la paternidad o de plano no la ejercen.

Entonces el hombre se convierte en el que produce placer dentro de la relación sexual. Si la mujer siente placer es porque el hombre se lo dio, y si el hombre siente placer es porque él lo logro.

Por lo tanto, el falo (pene) se convierte en el eje central de la relación sexual, no la unión y comunicación entre dos individuos. Entonces él tiene el control sobre el placer y él domina cuando cada quien siente placer.

El pene es visto como instrumento único de placer o bien como símbolo de poder y dominio masculino olvidándose del resto del cuerpo, todo lo falocratiza, esto lo lleva a separar su cuerpo, por un lado, su razón, por otro, su emoción y por otro lado su sexualidad, por eso es común encontrar hombres enfermos que afectan y destruyen sus cuerpos y que piensan que su cuerpo se cura solo.

Discusión de resultados: 

Se deberan  generar politicas de promocion, desarrollo y proteccion para que las mujeres al volante de vehiculos de transporte publico desarrollen su actividad con las mismas oportunidades que los hombres, ya que en varias situaciones, ellas se les tiene discriminadas. Un tanto desde casa por el machismo añejo desde la cultura y otra por la sociedad hipocrita e ignorante que aun prevalece y que no valora la totalidad de capacidades de la mujer y su efecto equilibrante en el hombre.

Conclusiones: 

Todo lo anterior impacta el autocuidado del hombre, afectando su salud, su bienestar, sus dientes, pies, adquiriendo enfermedades crónico degenerativas, enfermedades de transmisión sexual, sobre peso, colesterol y triglicéridos, halitosis, entre otras afectaciones y todo esto genera muchas pérdidas para estos hombres como: pérdidas de dientes, dinero, patrimonio, familia, tiempo, extremidades de su cuerpo, libertad, dignidad, credibilidad y sobre todo lo más importante su vida, poniendo en riesgo las vidas de todas las personas que traslada en su unidad de transporte público, afectando a muchas personas de forma directa e indirecta.

Considerar estos factores y problemas de genero son de vital importancia ya que del 2015 al 2017 en promedio  diario murieron 32 personas en la República Mexicana y en la CDMX en ese mismo lapso fueron  21 por causa de los accidentes viales, donde su gran mayoría son ocasionado por los varones, es por ello urgente y necesario concientizar y capacitar a los choferes del transporte público en general (hombre o mujer) pero principalmente a los varones a reorientar su actitud para una convivencia más armoniosa desde sus casas con la familia y por supuesto en su trabajo con todos sus pasajeros.

Agradecimientos: 

Antes que nada, expreso mi total agradecimiento al comité organizador de ORP-2018, por que como todos los años se distinguen por su especial difusión de la seguridad laboral en el ámbito mundial. Con la plena confianza de que sus acciones y la de todos los especialistas que reúne en sus congresos contribuyen para el bienestar y desarrollo de la industria en mundial.

Referencias bibliográficas: 

Barrios Martínez David, Resignificar lo masculino,  Vila editores, Pág. 119

Bonino, L. (1991): "Varones y abuso doméstico", en P. Sanroman (coord.) Salud mental y ley, Madrid, AEN

Bonino, L. (1995): Los micromachismos en la vida conyugal. En Corsi, J.: Violencia masculina en la pareja. Buenos Aires: Paidós.

Bonino, L. (1998): Desconstruyendo la "normalidad" masculina. Actualidad Psicológica, 254, 25-27.

Castañeda Mariana, Machismo invisible, 2013, Taurus, Pag.385

Teresa Valdés y Olavarría José, Masculinidades, poder y crisis, Junio 1997, Chile,Ediciones de las Mujeres n°24