La respuesta global de seguridad: la responsividad preventiva

Enteder el mundo desde el marco conceptual que nos propone el paradigma sistémico y dejar de lado ciertas categorías del paradigma mecanicista, como el atomismo, el control o el determinismo, ha supuesto que la prevención de riesgos tenga que incorporar nuevas estrategias. En este sentido, Si la responsabilidad preventiva era vista como la foto fija del comportamiento responsable de una empresa en prevención de riesgos laborales, o lo que es lo mismo, su plan de seguridad. La responsividad lo que propone es referirse a cierto proceso de toma de decisiones, caracterizado por una actitud, proactiva y anticipativa, hacia las situaciones de riesgo con vistas a su prevención. Aquí no basta con hablar de los recursos, humanos y materiales, que tenemos y hacerles una foto, como hacemos en los tradicionales planes de prevención en los que se fundamenta la actual prevención de riesgos laborales, aquí se trata de hablar de actitudes y motivaciones; en definitiva, de la capacidad de respuesta.
Keywords: 
Responsividad; Anticipación; Sistema; Paradigma; Mecanicismo; ORP Conference
Main Author: 
Angel Crescencio
Martínez Ortiz
Adif
España

Introducción

Dentro de los distintos modelos teóricos que nos pueden servir como guías para orientar la práctica y la investigación en materia de seguridad y salud laboral, el modelo psicosocial ha llamado mi atención por su potencialidad copernicana para entender la prevención de riesgos laborales de otra manera y con mayores cotas de éxito.

Incorporando una serie de conceptos nuevos al modelo, exportados de la filosofía, como el de práctica,[i] bien interno o autonomía, podremos huir de la simplicidad mecanicista que propone la tradición racionalista dominante hacia la complejidad, donde encuentra un acomodo perfecto el bien más característico de la seguridad y la salud, la protección de la salud de los trabajadores.

Metodología

Definir la seguridad y salud laboral como una <<práctica>>, en el sentido que proponemos, nos permitirá, en primer lugar, incorporar a su ámbito fenoménico la complejidad;[ii] es decir, la visión humanística y hermenéutica que el modelo psicosocial pretende ofrecer a la seguridad y la salud laboral para que ésta encuentre su campo propio de acción e investigación, separado de la ingeniería o la medicina.

En segundo lugar, esta idea de <<práctica>> nos hará caer también en la cuenta de que existe un bien inherente a la misma (bien interno), el cual nos permitirá fundamentar la idea del prevencionista, como un profesional con una función única, diferente de otros profesionales (el médico, el ingeniero, el psicólogo, etc.), y con una vocación en la que la parte humanista se sobreponga a la tecnológica.

Pero para que propuesta preventiva tanga éxito, necesitamos de otro concepto extraído de la filosofía: el concepto kantiano de persona.[iii] Este concepto alude a la consideración de la persona como un sujeto autónomo. Un sujeto que es capaz de salir por sí mismo de la depresión de su salud, como el barón de Münchausen fue capaz de salir por sí solo del fondo del lago.

Esta idea de autonomía es la clave de la prevención que proponemos con nuestro modelo psicosocial para las empresas y organizaciones que tienen que vérselas con ambientes complejos y que en otros trabajos hemos denominado como responsividad preventiva. La idea tiene que ver con cierto tipo de organización, capaz de responder de forma inmediata y eficaz a los desafíos de esa realidad dinámica en la que se encuentra instalada. Esto quiere decir que la empresa para su supervivencia necesita ahora adaptar su organización a los cambios producidos en el entorno en el que se desenvuelve, pero no con la guía que proporciona cierta estructura física, sino a través de la respuesta autónoma de sus miembros componentes. En materia de riesgos laborales, esto supone disponer de una respuesta de seguridad activa en vez de reactiva, capaz de anticipar los riesgos que pudiera generar el entorno y llegado el caso, responder de forma rápida y segura. Esta capacidad de respuesta es lo que en alguna ocasión hemos llamado como responsividad preventiva. Si la responsabilidad preventiva es vista como la foto fija del comportamiento responsable de una empresa en prevención de riesgos laborales, o lo que es lo mismo, su plan de seguridad, la responsividad quiere referirse a cierto proceso de toma de decisiones, caracterizado por una actitud, proactiva y anticipativa, hacia las situaciones de riesgo con vistas a su prevención.[iv] Aquí no basta con hablar de los recursos, humanos y materiales, que tenemos y hacerles una foto, como hacemos en los tradicionales planes de prevención en los que se fundamenta la actual prevención de riesgos laborales, aquí se trata de hablar de actitudes y motivaciones; en definitiva de la capacidad de respuesta.

Conclusión

El trabajo ha puesto de manifiesto que la compleja realidad actual en la que se la juega la ciencia de la prevención de riesgos requiere atender más a la capacidad de respuesta que a los recursos disponibles y además, que el concepto de persona junto con la idea de <<bien interno>> deberá encontrarse en el substrato más profundo de la actividad del prevencionista que quiera orientar su práctica profesional con el modelo psicosocial que proponemos. En esta práctica destaca la visión humanística de un modelo con marcado carácter asistencial; contrapuesto a un modelo, todavía predominante, de marcado carácter tecnológico, en el que el profesional está más preocupado por el prestigio de su profesión y por su estatus que por las personas. El modelo humanista busca un profesional que no se contenta únicamente con dominar la técnica de su disciplina y que no puede sustraerse a la reflexión por el tipo de persona que debe formar la empresa o la organización. El sujeto autónomo se convierte en el elemento fundamental del otro lado de la práctica preventiva. De esta forma, El prevencionista deberá tratar a su cliente como un fin en sí mismo y no como un medio para desarrollar su ciencia, su habilidad: "Recordando en todo momento que quien cumple los objetivos, quien logra los resultados, es fundamentalmente aquel o aquella a quien van dirigidas las medidas preventivas. El prevencionista debe encargarse de sacar al otro de su minoría de edad en materia de prevención, pero siempre desde la libertad del que recibe la información, la formación o los materiales.

Agradecimientos

Una versión preliminar de este artículo se presentó en el congreso ORPconference 2014

Referencias Bibliográficas

  • 1. MacIntyre, A., Tras la virtud, Crítica, Barcelona, 1987. Trad. Amelia Valcárcel. ISBN: 8474233356
  • 2. Lozano, Josep, M., Ética y Empresa, Trotta, Madrid, 1999. Trad. María Fernández. ISBN: 9788481643473
  • 3. Cortina Adela, Etica mínima: Introducción a la filosofía práctica, Tecnos, Madrid, 1992. ISBN 8430917489
  • 4. Kant Immanuel, ¿Qué es la Ilustración? En Filosofía de la Historia, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1992. Trad. Eugenio Ímaz.
  • 5. Morin Edgar, Introducción al pensamiento complejo, Gedisa, Barcelona, 2001. Trad. Marcelo Packman. ISBN: 8474325188



[i][i] "Por <<práctica>> entenderemos cualquier forma coherente y compleja de actividad humana cooperativa, establecida socialmente, mediante la cual se realizan los bienes inherentes a la misma mientras se intenta lograr los modelos de excelencia que le son apropiados a esa forma de actividad y la definen parcialmente, con el resultado de que la capacidad humana de lograr la excelencia y los conceptos humanos de los fines y bienes que conlleva se extienden sistemáticamente." MacIntyre, A. Tras la virtud, Crítica, Barcelona 1987. Trad. Amelia Valcárcel. P. 233.

[ii] Un conjunto <<de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados del que no se puede expulsar al ser humano. >> Morin, E., Introducción al pensamiento complejo, op.cit. p. 32.

[iii] Kant Immanuel, ¿Qué es la Ilustración? En Filosofía de la Historia, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1992. Trad. Eugenio Ímaz.

[iv] El término de responsividad en el que nos hemos basado es el siguiente: “La responsividad social de la empresa –como veremos más adelante- tuvo como consecuencia que se planteara como problema no tan solo lo que las empresas hacían, sino cómo orientaban su actuación y, por tanto, cómo podían estar atentas a las nuevas demandas sociales y anticiparse a ellas.” Lozano, Josep. M., Ética y Empresa, Trotta, Madrid, 1999, p.84. Trad. María Fernández.

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