¿La Inteligencia Artificial potencia, mejora, obstaculiza o daña la enseñanza?

¿La Inteligencia Artificial potencia, mejora, obstaculiza o daña la enseñanza?

En los últimos tiempos, la inteligencia artificial (IA) ha sido portada de periódicos y revistas, objeto de análisis en videos de Internet y programas televisivos y protagonista indiscutida en portales de sitios web. Muchos especialistas comparan la llegada de la IA con el surgimiento de Internet o con la aparición de los celulares inteligentes.
13 December 2023

Para comprender por qué se habla tanto de la inteligencia artificial, empecemos por explorar qué significa.

La inteligencia artificial es el diseño de máquinas o sistemas que imitan funciones cognitivas propias de las personas, tales como percibir, procesar, analizar, organizar, anticipar, interactuar, resolver problemas y, más recientemente, crear.

 La IA es la capacidad de un sistema para interpretar datos externos, utilizar estos datos para lograr metas específicas y llevar a cabo acciones que maximizan las posibilidades de éxito en una tarea concreta.

Así es como funcionan, por ejemplo, las máquinas expendedoras de bebidas. Una persona presiona el botón de café, el de leche y el de azúcar y la máquina se pone en marcha siguiendo un algoritmo – una sucesión de pasos- con el que fue programada, para resolver el problema que recibió: el café con leche y azúcar. (Harari, 2016)

La IA tiene una influencia cada vez mayor en todas las dimensiones de nuestra vida: la salud, la educación, la comunicación, la cultura, el conocimiento, la información, el transporte, la economía, la seguridad y la ciencia. Y sobre muchas de nuestras decisiones cotidianas.

La inteligencia artificial está integrada naturalmente a la vida diaria

Por ejemplo, cuando la cámara en una autopista reconoce la matrícula de un automóvil; cuando se utiliza el GPS para encontrar el mejor camino; cuando llamamos por teléfono y una máquina busca resolver un problema; cuando las plataformas de contenidos recomiendan una película o una canción, o cuando el teléfono celular reconoce la huella digital o el rostro de su propietario. La IA puede estar en nuestra vida desde la mañana temprano: cuando le decimos al parlante inteligente a qué hora nos queremos levantar y nos recomienda qué ropa usar, según cómo va a estar el día.

La IA actúa también cuando utilizamos traductores automáticos de lenguajes y cuando corrigen los errores en nuestra ortografía. La inteligencia artificial es empleada por instituciones bancarias para organizar y manejar grandes cantidades de datos. Los médicos evalúan a los pacientes y sus riesgos para la salud, con la ayuda de la inteligencia artificial. Cuando tomamos una foto, el algoritmo de inteligencia artificial identifica y detecta la cara de la persona y etiqueta a los individuos cuando publicamos las fotografías en nuestro perfil de la red social.

En la salud, robots de IA amplían las capacidades físicas de los cirujanos y son de gran ayuda en una intervención quirúrgica. Los sistemas de inteligencia artificial pueden realizar nuevos descubrimientos científicos y generar mejoras en la economía. La IA cuenta, además, con una memoria superior que les permite desarrollar cálculos a gran escala y mejorar la productividad en un trabajo. Esto fue, precisamente, lo que sucedió en el experimento llevado a cabo por el reconocido instituto de tecnología norteamericano, Massachusetts Institute of Technology (MIT).

El MIT realizó un estudio para determinar si el ChatGPT, un sistema de IA basado en el lenguaje, mejoraba la productividad en la elaboración de documentos. Para esto, los investigadores pidieron a 444 personas seleccionadas que hicieran una tarea de escritura en línea. La mitad de ellos recurrió a la IA, mientras que la otra mitad no la usó. Los investigadores descubrieron que las personas que utilizaron ChatGPT escribieron más rápido y mejor que las personas que no lo usaron. Los resultados mostraron que la IA aumentó sustancialmente la productividad, disminuyendo el tiempo tomado y mejorando la calidad del trabajo. (Vilas, 2023)

Existen máquinas que llaman por teléfono y hacen una reserva en un restaurant. Suena como una conversación entre dos personas —con inflexiones en el tono, dudas e incluso una pizca de informalidad. Y así, quien atiende el teléfono en el local no sabe que está hablando con una máquina. Es difícil no dejarse llevar por la magia del show, que no hace más que alimentar la fantasía de todo lo que podríamos hacer con una tecnología así. (Muro, 2018)

Ahora bien, ¿cómo funciona la IA para arrojar resultados tan precisos?

Para que la inteligencia artificial pueda desempeñar tareas humanas, necesita recolectar y almacenar datos para luego clasificarlos y organizarlos

A partir de ello, procesará esos datos, resolverá consignas, tomará decisiones y arrojará resultados. La IA, entonces, está alimentada de información, que almacena, analiza, clasifica y ordena.

La IA está basada en datos. El sistema identifica patrones y probabilidades en esos datos, los codifica, procesa y organiza. Y genera un modelo. Ese modelo está diseñado para tomar decisiones y ofrecer respuestas a consignas específicas.

Así es como un sistema de IA en un buscador de Internet es capaz de completar la palabra o la oración que estamos escribiendo. Así es también como, la IA puede decidir si un determinado cliente estará en condiciones de pagar un préstamo bancario, antes de que le sea otorgado.  La inteligencia artificial funciona a través de algoritmos.

Un algoritmo es un conjunto metódico de pasos, una serie de instrucciones lógicas que pueden emplearse para hacer cálculos, resolver problemas y tomar decisiones. Un algoritmo es un procedimiento para obtener un determinado resultado.

Una receta de cocina es un ejemplo de algoritmo, en la medida que sus pasos resuelven un problema (la comida que se quiere preparar). Por sí misma una receta no puede hacer una sopa. Se necesita de una persona que la lea e implemente los pasos que propone. Pero sí es posible fabricar una máquina de inteligencia artificial que incorpore este algoritmo y que, de forma automática, prepare la sopa. 

Los GPS, los traductores automáticos de idiomas y los teléfonos celulares que reconocen huellas digitales son sistemas de inteligencia artificial que –como las expendedoras de bebidas- han sido alimentados por datos y organizados en algoritmos para desarrollar una acción concreta: indicarnos el mejor camino, traducir un texto o desbloquear una pantalla.

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